lunes, 13 de julio de 2015

Declaración de principios de autoridad de la iglesia

 
  1. Reconocemos que la autoridad máxima en la Iglesia, así como en toda la Creación, corresponde al Dios Trino, Su voluntad expresada a través de Su Palabra es aquello que los hombres debemos obedecer.
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  3. Reconocemos que Dios habla a través de los hombres (también de los ángeles y, en general, del resto de su Creación) y que hay grados de autoridad delegada; esta tiene un límite y no puede contradecir (expresa o tácitamente) los principios establecidos por el Señor; si lo hace, no debe ser obedecida en su contradicción.
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  5. Reconocemos que Dios ha hecho libre al hombre y le ha dado una voluntad propia y una conciencia, a la cual debe obedecer, y declaramos que toda manipulación o intento de manipulación de la conciencia y la voluntad humana, sea realizado de manera consciente o inconsciente, a fin de lograr conformidad a una voluntad humana, es pecado. La única obediencia válida es por amor y dentro del marco de la voluntad divina.
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  7. Reconocemos que toda persona (en uso de sus facultades) es responsable y libre ante Dios, y que ninguna declaración de principios estará por encima de la libre aceptación y de la conciencia del cristiano.
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  9. Reconocemos que en el tiempo presente, no procurar escuchar la Voz de Dios en cada pensamiento, decisión o acción, es pecado y entraña un grave peligro.
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  11. Reconocemos la triple revelación de los propósitos de Dios a través de: la Creación, Dios Padre, la Palabra Escrita, Dios Hijo, la voz interior, Dios Espíritu. Las tres están en armonía, se complementan y se explican mutuamente. Ninguna enseñanza o supuesta revelación debe entrar en contradicción con esta triple revelación, y si así fuere, deberá ser corregida.
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  13. La Biblia representa la autoridad máxima en cuanto al camino de la salvación; la forma de restaurar la relación con Dios (tanto para las personas como para la Creación toda), en cuanto a los principios fundamentales de vida para los seres humanos y todos sus agrupamientos y en cuanto a la constitución de la comunidad de los rescatados: La Iglesia y su expresión a través de las diversas congregaciones (iglesias) y demás agrupamientos de creyentes.
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  15. Una doctrina fundamental para la fe y la vida cristiana debe tener por lo menos un triple fundamento en el texto bíblico de acuerdo a una recta interpretación (principalmente a través del método histórico gramatical): mencionada o prefigurada en el Antiguo Testamento, avalada por las palabras de Cristo y explicada en las Epístolas; y además debe estar en armonía con el resto de las doctrinas fundamentales y bien establecidas en la Palabra Escrita.
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  17. No se puede considerar doctrina fundamental aquella que sólo esté avalada por uno o pocos versículos, o que sólo se encuentre en una de las divisiones principales de la Biblia, menos aún que esté fundamentada en una revelación o supuesta revelación personal o interpretación alegórica de algunos pasajes. En todo caso, si no contradicen las doctrinas principales, podrán ser aplicaciones concretas de doctrinas fundamentales, explicaciones resumidas de ellas o instrucciones específicas aplicadas a determinado contexto o momento.
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  19. La iglesia no establecerá doctrina en los ámbitos donde la Biblia no lo especifica, en todo caso podrá brindar explicaciones, sugerencias o aclaraciones, pero éstas no serán causal de aceptación o rechazo.
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  21. Sin embargo, el fundamento de la Iglesia del Señor no es la "doctrina correcta" sino la fe, la esperanza y el amor correctos hacia el Señor, que se expresan en una vida coherente; por lo tanto, la búsqueda de conformidad con una doctrina correcta no podrá estar por encima de la búsqueda de conformidad con una vida correcta ni con el testimonio del Espíritu que en definitiva indica quién está dentro del Cuerpo de Cristo y quién no.
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  23. La iglesia es una organización tanto divina como humana, por lo que en el correcto diseño, rediseño y funcionamiento de cada iglesia deberán ser considerados y tenidos adecuadamente en cuenta ambos aspectos. Así como existen doctrinas fundamentales que son las mismas para todas las iglesias de todas las épocas, existen múltiples formas válidas de aplicarlas en las diversas realidades, siendo su único límite lo bíblicamente correcto, y teniendo el Espíritu Santo el derecho de establecer los diseños específicos para cada momento y lugar. Ni la tradición ni ninguna autoridad humana puede constreñir o limitar esta libertad arbitrariamente, pero tampoco se podrá negar la libertad a las autoridades designadas por Dios, en cada ámbito y momento y para las funciones relacionadas con sus dones y ministerios, a establecer modelos específicos en función de las directivas mencionadas y de acuerdo a su saber y entender.
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  25. Una declaración de principios constituye una expresión del entendimiento y las creencias de los cristianos, pero no es superior a las fuentes de autoridad que menciona; por lo tanto siempre estará sujeta a ser perfeccionada y corregida en función del mayor entendimiento y revelación que traiga el Espíritu en el futuro.
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  27. Cuando los principios de autoridad no son expresamente declarados y reconocidos, terminan en una "declaración" tácita o supuesta, siendo inferidos de las predicaciones o mensajes, de los énfasis, de la práctica habitual de la iglesia o las iglesias cercanas, de los modelos culturales o paradigmas subyacentes, pero siempre existirán.