jueves, 25 de octubre de 2018

623. Santiago: la pobreza y la riqueza – II, ¿qué es ser rico, quiénes son los ricos?


Santiago 1:9-10 RVC
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado;
10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo:

La relación entre ricos y pobres es el tema central de Santiago. Suponemos que sabemos de qué estamos hablando, pero hay unos cuantos matices que requieren más explicación. Cuidado, no quiero oscurecer lo que está por demás de claro en Santiago: los ricos son los que tienen más dinero, poder e influencia, mientras los pobres carecen de ello. Pretender “dar vuelta” ese significado es una perversión. Pero sí podemos ahondar en él: ¿en qué consiste la riqueza? ¿rico en qué? ¿es solamente dinero? Y si es dinero, ¿cómo llega, por qué? ¿Podemos tener alguna riqueza que no sea exactamente dinero, o al menos no en el presente? Y lo más importante, ¿cuáles son las riquezas espirituales?

Santiago hace un contraste entre riquezas materiales y espirituales, analiza ambos estados contables, qué cuentas van al debe, cuáles al haber y cuál será el estado contable que el Contador Máximo mirará al final. Santiago es el auditor interno que nos exhorta a equilibrar nuestros balances…. espirituales.

¿Qué es la riqueza? ¿Es solo dinero? Es sabido que los que ganan la lotería o reciben mucho dinero de golpe normalmente terminan viviendo igual o casi igual que antes al cabo de algunos años; sencillamente el dinero “se va”. Ser rico no es igual a tener mucho dinero, la realidad es que ser rico parte de una forma de pensar distinta y de otro tipo de riqueza, que es la que al final generará dinero.

Todos conocemos esos libros de ayuda financiera sobre cómo hacerse rico, cómo pensar como un rico, como crecer en los negocios y un larguísimo etcétera. Por supuesto que son en sí mismos un producto comercial para ser vendido, pero si uno los limpia de sus exageraciones, hay un núcleo de verdad, no toda, pero sí verdad al fin. Ser rico no es fácil y requiere habilidades especiales, aunque en la mayoría de los casos hay una parte importante de esa “fortuna” que se hereda.

Antes de caer en los lugares comunes de “exaltación de la pobreza” de muchos cristianos y “desprecio de los ricos”, inspirado más bien en la doctrina marxista que en la verdad bíblica, veamos un poco más en qué consiste la riqueza y ser “rico”. Debemos ser justos en el juicio y no repetir lo que dice el mundo pero “cristianizado”. Por supuesto que no estoy de acuerdo con la perversión que significa el evangelio de la prosperidad, pero esa desviación nació de algo genuino que fue el movimiento de fe, que a su vez nace para equilibrar la “exaltación de la pobreza” que existía en los ambientes evangélicos. Veremos que Santiago no “exalta” la pobreza, simplemente deja ver su riqueza espiritual, pero volvamos al tema de las riquezas materiales.

La verdadera riqueza no consiste en poseer dinero, sino en poseer capital más la habilidad para hacerlo producir. ¿Qué es capital? La definición más general y útil lo refiere como todo bien, material o inmaterial, durable que puede generar dinero. Capital son las propiedades que pueden alquilarse, las máquinas que pueden ponerse a trabajar, los campos que pueden producir, los árboles frutales, el ganado, y otros bienes durables. Pero hay un capital intangible que es tanto o más importante que aquél: el conocimiento y las habilidades personales, la salud, y algo muy importante, el capital social. La definición de capital social es bastante larga, pero para resumir digamos que son las relaciones de buena voluntad que una persona recibe; esto es, cuánta gente está dispuesta a ayudarla, a hacer negocios con ella, a darle un trato preferencial, a prestarle cosas o dinero con buenas condiciones, a confiar en ella. Hoy se considera que la clave de la riqueza o la pobreza de las personas es principalmente su capital social y en qué redes está depositado, es decir, cuántos recursos tienen las personas que manifiestan buena voluntad hacia ella. Hacer dinero no es sólo cuestión de habilidad personal, es primeramente capacidad para convencer a otras personas y armar redes.

Por supuesto, hay algo que es tanto o más importante que todo lo anterior y que está expresado muy claramente en proverbios:

Proverbios 19:14 RVC
14 Casa y riquezas, herencia paterna; mujer prudente, herencia del Señor.

Para la mayoría de las personas, la riqueza es algo que le ha sido heredado, al menos en parte. Pocos son los que se hacen ricos “de la nada”, y de ellos, la mayoría ha tenido que hacer acuerdos estrechos con los poderes que dominan este mundo.

Mantener las riquezas y acrecentarlas implica mucho autodominio y habilidades especiales. La izquierda nos ha enseñado a pensar que el rico es un vil explotador del pobre y honesto trabajador, pero la realidad es más compleja que eso, y antes de entrar de lleno en las exhortaciones de Santiago, que son duras por cierto, tratemos de despojarnos de esos conceptos. NUNCA nos olvidemos que muchos de los personajes importantes de la Biblia fueron ricos, algunos extremadamente ricos: Job, Abraham, José, David, etcétera. Santiago es una carta dirigida a cristianos que probablemente eran de origen hebreo, pero aunque no lo fueran, tenían bien presente  las historias del Antiguo Testamento, por lo que no había en ellos ninguna exaltación a la pobreza, más bien, y precisamente por tener tan presentes los ejemplos veterotestamentarios, un exceso de valoración de la riqueza material.

¿Qué dice la carta del poseedor de riquezas, del “rico”?

Santiago 1:9-11 RVC
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado;
10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo:
11 en cuanto sale el sol, quemándolo todo con su calor, la hierba se marchita y su flor se cae, con lo que su hermosa apariencia se desvanece. Así también se desvanecerá el rico en todas sus empresas.

Ser rico implica ser exaltado, reconocido, valorado. Implica tener la capacidad para desarrollar y conducir emprendimientos. Pero también implica un riesgo: malos negocios, cambios en las condiciones externas y ¡chau dinero!

Santiago 2:2-3 RVC
2 Puede darse el caso de que al lugar donde ustedes se reúnen llegue alguien vestido con ropa elegante y con anillos de oro, y llegue también un pobre vestido con ropa andrajosa.
3 Si ustedes reciben gustosos al que viste la ropa elegante, y le dicen: «Venga usted, siéntese aquí, que es un buen lugar», pero al pobre le dicen: «Tú, quédate allá de pie, o siéntate en el suelo»,

Ser rico implica tener acceso a bienes suntuarios, es decir, más costos de lo que sería necesario. Entre paréntesis digamos que hubo un tiempo en mi país en que a los desodorantes de los consideró bienes suntuarios…

Ser rico implica ser apreciado por los demás mientras que al pobre se lo menosprecia. Implica acceder a lugares y posiciones de privilegio, tal como dice el texto. Recibir un trato preferencial.

Santiago 2:6-7 RVC
6 ¡Pero ustedes han despreciado a los pobres! ¿Acaso no son los ricos quienes los explotan a ustedes, y quienes los llevan ante los tribunales?
7 ¿Acaso no son ellos los que blasfeman contra el precioso nombre que fue invocado sobre ustedes?

Los ricos tienen la posición legal para conseguir beneficios abusivos en las relaciones laborales, y tienen el acceso al sistema de justicia de manera preferencial. Además, son los que pueden hacer oír su voz fácilmente.

Santiago 2:9 RVC
9 pero si ustedes hacen diferencia entre una persona y otra, cometen un pecado y son culpables ante la ley.

Los ricos, debido a su “capital social”, reciben un trato preferencial.

Santiago 2:16 RVC
16 y alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso?

Los ricos tienen una gran capacidad para manejar el lenguaje y manipular a la gente con ello.

Santiago 4:1-4 RVC
1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?
2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden;
3 y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.
4 ¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

Nadie es rico si no tiene una fuerte motivación interna para hacer negocios y ganar dinero. En este ejemplo, estos ricos lo desean para sus deseos, pero no necesariamente es así.

Los ricos que lo son de acuerdo al sistema de este mundo (es decir, no por la bendición del Señor) necesariamente deben hacer acuerdo y pactos con el sistema, con los otros ricos del mundo, y finalmente, con los diseños del dios de este siglo.

Santiago 4:13-16 RVC
13 Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allá un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero.»
14 ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora.
15 Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»
16 Pero ustedes se jactan con arrogancia, y toda jactancia de este tipo es mala.

Los ricos tienen la capacidad para proyectarse, soñar, hacer planes, y seguirlos con firmeza.

Santiago 5:1-6 RVC
1 Ahora, ustedes los ricos, escuchen con cuidado. ¡Lloren a voz en cuello por las calamidades que les sobrevendrán!
2 Sus riquezas están podridas, y sus ropas están carcomidas por la polilla.
3 Su oro y su plata están llenos de moho, y ese mismo moho los acusará, y los consumirá como el fuego. Ustedes acumulan riquezas, ¡hasta en los últimos tiempos!
4 Pero claman contra ustedes los sueldos que, con engaños, no han pagado a los que trabajaron levantando sus cosechas. ¡Y el clamor de esos trabajadores ha llegado a los oídos del Señor de los ejércitos!
5 Aquí en la tierra, ustedes han vivido rodeados de placeres, y lo único que han logrado es engordar para el día de la matanza.
6 A la gente honrada la han condenado a morir, sin que ellos pudieran defenderse.

Los ricos tienen un afán por acumular riqueza, no importa cuál sea el contexto en el que se encuentren. También saben hacer trampas para pagar lo menos posible. Y su propósito es darse la buena vida aquí en la tierra.

Como vemos, Santiago describe adecuadamente en qué consiste la riqueza y las habilidades o deseos que llevan a acumular riquezas, así como los “acuerdos” necesarios para obtenerla. Ahora bien, ¿a quién aplicamos esta exhortación, es decir, quién es “el enemigo”? No puede ser nunca el rico por el solo hecho de serlo porque eso entraría en oposición a los ejemplos del Antiguo Testamento, que como vimos, los lectores conocían muy bien. Santiago no está hablando a todos los ricos; sí a una mayoría, es cierto, pero no a todos.

Como dije más arriba, la iglesia que está contaminada por las ideas marxistas progresistas, aplica el calificativo de “rico opresor” al que tiene ideas “de derecha”, sin detenerse a realizar un análisis más profundo. También puede ser simplemente el que tiene  un poco más de dinero o recursos, sin que eso signifique que es realmente rico en una sociedad dada. Santiago es una fuerte tentación para todo cristiano – socialista, aunque en el fondo eso es una terrible contradicción. Pero no es el uso correcto de la carta.

Propiamente se aplica a los ricos que caen dentro de la clasificación que hace Santiago, no todos, sino los que se manejan de forma abusiva con sus recursos. Son la mayoría, es cierto, pero no todo. Es difícil que un rico entre al Reino de Dios, y si encima lo tratamos injustamente, terminamos siendo responsables de que se pierda.

Ahora bien, a los ricos abusivos, SI SE DEBE aplicar estas exhortaciones, y aquí las iglesias de la prosperidad tienen mucho que corregir. Debemos ser justos en nuestro juicio.

Quiero concluir con una observación. Riqueza y pobreza son términos relativos, el que tiene un buen pasar en una sociedad dada puede ser pobre en otro contexto. Muchos de los latinoamericanos que podemos estar leyendo esto no somos propiamente ricos en nuestra sociedad, pero si nos comparamos con mucha otra gente del mundo, SÍ LO SOMOS. Entonces, todo lo que leímos de los ricos opresores y que tanto nos gusta usar para criticar a los que tienen más plata, ¡se aplica a nosotros en relación con nuestros hermanos pobres y perseguidos de otros países! ¡Ah caramba! Ahora resultó que los “ricos opresores” podemos terminar siendo nosotros mismos…

¿Conocemos la realidad de nuestros hermanos en otros países, o incluso en otras regiones de nuestro país, o en nuestra misma ciudad e iglesia? ¿Hacemos algo por ellos? Muchas veces no es dinero, pueden ser oraciones que es mucho pero implica dejar la comodidad del fútbol, de la novela, del descanso… Puede ser difundir las necesidades a través de las redes, ayudarlos con trámites, hacer contactos. Tenemos muchos recursos que no son solamente dinero, y por más que lleguemos sin un centavo de más a fin de mes, tenemos otra serie de cosas que nos posicionan mucho mejor que ellos. Sin embargo, nos entretenemos viéndonos como pobres y criticando al “rico opresor”… Nos preocupamos por nuestras propias cosas, nuestro dinero, nuestros bienes, nuestros proyectos, pero ¿estamos cediendo algo de ese tiempo para ellos?

Santiago no exhorta solamente a los “ricos egoístas”, nos exhorta a todos, a cada uno en su medida, porque la mayoría de nosotros, y especialmente los que pueden acceder a este artículo, seguramente contamos con un poco más de algo que muchos de nuestros hermanos más pobres. Aceptemos con humildad las palabras de Santiago.


Danilo Sorti


622. Santiago: la pobreza y la riqueza – I


Santiago 1:1 RVC
1 Yo, Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saludo a las doce tribus que están en la dispersión.

Santiago ha sido una carta enigmática, especialmente para el mundo protestante, ya que parece exaltar demasiado a las buenas obras. Lutero mismo dudó de ella, y la iglesia primitiva demoró bastante tiempo en reconocerla como canónica. No voy a hacer aquí un análisis de todas las cuestiones abiertas que presenta y de las diversas respuestas que han recibido por los teólogos, pero veamos algunos puntos interesantes.

Una de las cosas que nos sorprenden es que tenga tan poco contenido doctrinal, cuando la comparamos con las epístolas paulinas, más aún cuando la leemos después de Hebreos, que es prácticamente toda doctrina. Pero esto se entiende si pensamos que Santiago consideraba que sus lectores ya tenían bastante de doctrina, pero graves problemas prácticos.

El ambiente de la carta es a primera vista, de raíces hebreas, y eso nos “conecta” con Hebreos, aunque sus autores y destinatarios fueran diferentes. Sin embargo, la epístola está escrita en un griego pulido y evidencia un autor que conocía la forma de pensar griega y romana. Además de eso, la carta es claramente cristiana. Hay mucho debate sobre si el autor es Santiago, el hermano carnal de Jesús, o no, quiénes fueron los destinatarios y cuándo se escribió. Pero vayamos a una visión general del texto.

Si no se preocupa por explicar doctrina es porque sus lectores ya la sabían. La epístola está muy relacionada con las palabras de Jesús, especialmente el Sermón del Monte, pero no únicamente. También toma las enseñanzas paulinas. Y precisamente pretende traer un equilibrio: la fe, podemos suponer, había sido exagerada por esa comunidad y se había vuelto muerta, sin obras. Precisamente como la carta pretende hacer un fuerte énfasis en la necesidad de obras es que no se preocupa demasiado en hacer una “teología de las obras”; simplemente, ¡hagámoslas!

Me hace acordar (por lo opuesto) a la característica de muchos libros sobre educación: son tan abstractos y entreverados que lo menos que hacen es comunicar con claridad, lo que se supone que debe hacer un educador.

Fue “por casualidad” que terminó después de Hebreos, pero algunos de nosotros no creemos en esas casualidades, sino más bien que el Espíritu Santo participó no solamente en la redacción de los libros de la Biblia, sino en su ordenamiento posterior. Y allí se hace evidente que a un libro con tan fuerte énfasis en la fe, y tan “teórico”, le sigue otro con tanto énfasis en la práctica de esa fe, ambos fundamentados en el cristianismo de raíces hebreas.

Santiago no niega la doctrina de la salvación por fe, simplemente corrige una desviación. Y al hacerlo, nos confronta seriamente con nuestra conducta. No es fácil leer Santiago, ni tampoco escribir sobre él, porque al hacerlo se nos aplica automáticamente la advertencia del capítulo 3:

Santiago 3:1 RVC
1 Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor.

Tan solemne advertencia es especialmente necesaria cuando pretendemos hablar de algo que es muy práctico y muy serio delante de Dios: el trato hacia los pobres, un tema que “parecía” descuidado en el resto de las epístolas.

Y digo esto porque creo que uno de los hilos conductores de toda la carta es precisamente ese: el trato hacia los pobres y la discriminación dentro de la iglesia y, en un sentido más general, la relación entre pobreza y riqueza desde el enfoque terrenal y espiritual.

¿Cuál es la estructura de la carta? También aquí los teólogos tienen discrepancias, parece ser en realidad una colección de exhortaciones en relación con la vida práctica en la comunidad, especialmente en función de la justicia hacia los pobres. Pero, como dije en el párrafo anterior, si enfocamos bien veremos que el enfoque pobreza / riqueza – terrenal / espiritual bien puede ser aplicado en todos los capítulos. No sé si esa fue la estructura original que pensó el autor al momento de escribirla, pero al menos sí es una forma de interpretarla válida que nos deja el Espíritu.

Toda la carta nos confronta, primero, en cuáles son nuestras verdaderas riquezas:

Mateo 6:20 RVC
20 Por el contrario, acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde los ladrones no minan ni hurtan.

¿Qué pasa con las riquezas materiales? ¿Cómo se comportan los ricos? Y más que eso, ¿cómo se comporta la iglesia en relación con ambos grupos? ¿Tiene verdaderas riquezas espirituales? Con estas preguntas en mente podemos releer todo Santiago y recibir sus duras exhortaciones y sus palabras de ánimo.


Danilo Sorti



621. La importancia del varón


Efesios 5:22-33 RVC
22 Ustedes, las casadas, honren a sus propios esposos, como honran al Señor;
23 porque el esposo es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24 Así como la iglesia honra a Cristo, así también las casadas deben honrar a sus esposos en todo.
25 Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante.
28 Así también los esposos deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo.
29 Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia,
30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser.
32 Grande es este misterio; pero yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33 Por lo demás, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo; y ustedes, las esposas, honren a sus esposos.


Hace un buen tiempo ya que dejó de ser popular en las iglesias hablar de la autoridad del hombre, debido a ese espacio vacante que dejamos en el mundo espiritual es que la enfermedad de las desviaciones de identidad ha podido avanzar. No tengo propósitos machistas en escribir lo que sigue, es más, tengo varios artículos escritos en donde defiendo el rol de las mujeres en la iglesia y en el ministerio, aunque no como “hombres con polleras” sino como verdaderas mujeres, con una función propia y diferente a la que nosotros podemos cumplir, de hecho, ¡que no podemos cumplir de ninguna forma!

Ahora bien, como nos han entrenado desde hace un siglo para sentir culpa de nuestro “machismo”, nos hemos callado y retraído de nuestra verdadera función, propósito del plan masónico de dominación de la humanidad, quitándole a Dios en primer lugar, al amor a la patria, la historia, la familia y la identidad, y para esto último lo fundamental es anular al hombre, ya que es quien da la identidad y mantiene el liderazgo.

No voy a excusarme aquí de todas las desviaciones machistas que ha habido a lo largo de la historia, primero, porque creo que ese tema ya ha quedado claro, y segundo, porque los eventos que todos hemos visto en las manifestaciones “feministas” nos dejan suficientemente en claro que la dominación y el abuso es algo bien propio de la naturaleza humana, y que cualquier persona puede ejercer si le dan la oportunidad y quiere hacerlo. Es más, quizás deberíamos agradecerles a esas exaltadas “feministas” (uso las comillas para no ofender a tantas mujeres sensatas que han luchado por el respeto y la igualdad social).

Aunque el Nuevo Testamento nos deja bien en claro que las barreras sociales que durante siglos han separado a hombres de mujeres no tienen sentido y no tienen nada que ver con el diseño original, también vemos que sí hay diferencias. Veamos un poco de ese tema en función de este pasaje de Efesios.

La maldición de Dios a causa del pecado tuvo que ver con los ámbitos de autoridad propios de cada uno. Para la mujer significó maldición en relación con sus hijos (no solamente el parto) y su relación familiar. Pero para el hombre la maldición no fue solamente en el trabajo, sino también hacia toda la Tierra, porque el grado de responsabilidad de cada uno, y por ende de autoridad, no era el mismo. El varón fue puesto con una autoridad por sobre el mundo, ya que en el propósito original debía oír la voz del Creador y establecer Sus diseños sobre la Tierra. En eso consiste el liderazgo original, nada que ver con la perversión del liderazgo que ocurrió a lo largo de la historia. Y si alguno todavía tiene dudas acerca de qué significa ser líder y cuál es el rol como líder del hombre, veamos al Líder máximo:

Mateo 28:18 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

Bien, pero ¿cómo alcanzó tal autoridad? Por medio del más grande sacrificio de todos.

23 porque el esposo es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

No es por casualidad que Pablo compara en este pasaje el rol del hombre (en este caso en la familia) con Cristo. La verdad es que nos pone en una situación por demás de incómoda, ¿no podía haber buscado algún ejemplo un poco más “chico”…?

¿Qué quiere decir honra? Implica respetar, reconocer los méritos, estimar, mantener una buena opinión de alguien debido a la fama adquirida por sus virtudes y méritos. Es claro que para honrar a alguien, ese alguien debe ser digno de honra. Desde el momento en que los hombres nos hemos “corrido” del rol de ejemplo, de líderes, de esfuerzo, de sacrificio, hemos dejado de merecer honra, nos hemos “Homerizado”, para utilizar un neologismo fácil de entender en este tiempo.

El varón ha sido creado con la mayor capacidad de sacrificio por una causa, por su familia, por Dios. No se trata de que la mujer sea inferior en esto, simplemente, Dios no se lo pide en la misma dimensión, a ella le pide otra cosa distinta más bien.

Honrar significa reconocer, esto es, “hacer caso”, y esto es posible cuando el varón ocupa su rol como líder. Pero, ¿quién está realmente preparado para ser líder, y además en este mundo cada vez más caótico? Nadie, precisamente porque no se supone que el varón sea líder por sí mismo, no podría serlo y cuando lo intenta termina cayendo en todos los abusos que conocemos de sobra. El hombre es líder cuando permanece unido a su cabeza, que es Cristo.

En ese rol de liderazgo, el sacrificio se vuelve la honra y el placer del varón. No me refiero necesariamente a entregar la vida por la familia o por la nación, me refiero a VIVIR por ellos, es decir, a renunciar a tantas cosas por aquellos que han sido puestos a nuestro cuidado: renunciar a sueños, proyectos, dinero, fama, aún “ministerios”. Me refiero a cuidar, educar y proteger con paciencia.

Creo que ninguno de nosotros hoy podría levantar la mano cuando hacemos esta comparación. Además, el mundo se ha vuelto progresivamente un lugar difícil para los hombres. Tradicionalmente se suponía que el varón debía ser el sustento del hogar, pero hoy eso no siempre puede ocurrir, y el orgullo herido del hombre lo lleva muchas veces a abandonar su familia, en una actitud cobarde. Lo cierto es que la Biblia no nos dice exactamente que el hombre deba ser el “macho proveedor”, al menos no necesariamente (por ejemplo, tenemos Proverbios 31 en donde se exalta la laboriosidad de la mujer); nos dice que debe ser el líder y podemos entender que esto tiene una connotación espiritual.

Podrá traer todo el dinero o no, pero Dios lo puso como líder y es a quién le va a transmitir los diseños que deben establecerse en su familia, en su nación, en la Tierra. La mujer es “compañera idónea” no en el sentido de que ocupa un segundo lugar sino en el sentido de que ninguno de esos diseños podrá establecerse firmemente si ella no les da vida, los multiplica y los nutre como una madre. Así,

1 Corintios 11:11 RVC
11 Pero en el Señor, ni el hombre existe sin la mujer, ni la mujer existe sin el hombre;

Por eso es que la mujer puede y debe ocupar todos los roles sociales y ministeriales, pero no “reemplazando” al hombre, ni menos aún pretendiendo “imitarlo”, sino siendo verdaderamente mujer, de acuerdo a su naturaleza.

Dios nos llamó a los hombres a establecer Sus diseños, a dar identidad, por eso somos líderes, porque Él nos muestra por donde ir y porque nos ha dado la capacidad de cuidar a los liderados aún a costa de nuestro propio bienestar y nuestra propia vida. Y si esto suena “machista” pues ¡bienvenido ese machismo! Es el ejemplo de Cristo.

Como dije, hoy puede ser difícil que el hombre sea el “macho proveedor”, pero nada le quita su autoridad espiritual para defender a los suyos, y dado que la lucha espiritual arrecia cada vez más, es cada vez más indispensable que ocupe su lugar.

Cuando el varón asume su rol de líder suceden cosas en el ámbito espiritual. No debería esperar que todos se “sometan a sus pies”, más bien lo contrario, especialmente en este tiempo donde unos cuantos hombres astutos han manipulado a las masas para que rechacen todo liderazgo masculino… excepto el de ellos, claro… Debería esperar una dura confrontación, pero precisamente esa confrontación es la señal de que está haciendo las cosas bien, porque de otra forma el reino de las tinieblas no se alteraría tanto.

Debemos superar la barrera de la vergüenza debido a las veces en que hemos fallado y pararnos en el lugar que se nos ha reservado. Nuestras familias lo necesitan, nuestros países lo necesitan, la Tierra entera lo necesita. No será fácil, pero una cosa es segura: cuando hacemos lo que Dios nos ha mandado, podemos esperar Su protección en todo momento.


Danilo Sorti


620. “No en nuestro nombre”: ¿la eterna queja evangélica, una voz profética o aprenderemos alguna vez los evangélicos que Jesucristo tiene todo el poder?


Juan 7:24 RVC
24 Sean justos en sus juicios, y no juzguen según las apariencias.»

Al momento de escribir este artículo el video “No en nuestro nombre”, publicado hace pocos días atrás, lleva ya más de 8.000 reproducciones y cerca de 300 veces compartido. En esencia, es una protesta desde la “izquierda” cristiana hacia el surgimiento de candidatos de “derecha” apoyados por los evangélicos. Mi primer sensación fue de hartazgo: ¡otra vez las mismas voces en defensa de un sistema manifiestamente anticristiana y fracasado desde hace décadas! Pero luego me di cuenta de que allí había, entremedio del reclamo político, una voz profética que no deberíamos desconocer. Y finalmente reflexioné: ¿entendemos que estamos en los últimos tiempos y qué es lo que podemos esperar hoy? A lo largo del proceso, hay unas cuantas enseñanzas que vale la pena refrescar.

La exhortación de Jesús en Juan 7: 24 fue dada en medio de una controversia sobre Su persona y Su ministerio. El Señor llama a Sus oyentes a analizar los hechos, que corroboraban Sus palabras, con ello se garantizarían un justo juicio, tema que recorre la Biblia de principio a fin, pero que resulta muy olvidado por los cristianos. Si algo falta en estas discusiones políticas entremezcladas con cristianismo es, precisamente, “juicios justos”, es decir, análisis completos. Cualquiera puede darse cuenta de que los que defienden a ultranza a uno enfocan en las cosas malas del otro pero ignoran las malas del propio, y al revés con las cosas buenas. Me resulta muy difícil entender esa postura, a no ser debido a profundas heridas emocionales no sanadas aún. Que eso pase entre los no creyentes, bueno, es comprensible, que pase entre los cristianos, es terrible. ¿Es posible tener una posición moderada, cristiana, y aún así apoyar a determinado candidato, elegir lo más adecuado para un momento dado y no dejar de ser la voz profética que hemos sido llamados a ser? Sí, lo es.

El video en cuestión, en su presentación, repite las críticas “de manual” de la “izquierda” hacia la “derecha” (suponiendo que tales cosas sean realmente tan diferentes como dicen, y usando palabras que inventó el mismo Adversario para hablar de política…). Uno se pregunta seriamente si esa postura conoce la historia reciente, y se asombra de cuánto esfuerzo ha debido hacer para ignorar la opresión, persecución, adoctrinamiento, violencia y muerte de tantas “izquierdas” presentes y del pasado cercano. De todas formas, cumple con el requisito de hipocresía que inauguró Marx: acusar al adversario de lo que él planea hacer en secreto. En definitiva, es el principio de la Serpiente en el Huerto.

Desconoce el amargo reclamo del pueblo contra tal mentira, pobreza, explotación, y el horror ante el avance de la ideología de género y el maltrato feministas. Temas, por supuesto, que el video absolutamente ignora. ¿Juicio justo, imparcial, equitativo? Sigue con una “profecía” de lo que ocurrirá con una tremenda seguridad en lo que afirma. Concluye con la victimización del cristiano, el eterno “perdedor”, el “oprimido” de siempre, otra idealización que, sin tener mucho de cierto, ya hemos dejado hace rato.

Podría escribir más en este análisis pero no es el propósito porque ya hay mucho escrito y publicado en las redes sobre esta cuestión política. No es el objetivo principal aquí.

¿La eterna queja de los teólogos académicos, influidos por una doctrina socialista que se ha colado en el Evangelio hace rato ya y que funciona maravillosamente bien en los papeles pero “extrañamente” mal en todas las realidades? ¿Dado que ya no pueden defender ninguna opción de “izquierda” porque todas se han manifestado abiertamente contra los valores cristianos (siempre lo estuvieron) y contra la iglesia, no les queda más remedio que criticar a la “derecha”?

No quiero hacer una defensa de los organismos internacionales financieros, porque todos están bajo el control del Anticristo e implementan su agenda. Lo mismo de todos los gobiernos mundiales, cuál más, cuál menos. Sencillamente, cuando leemos la Biblia es absurdo hablar de un sistema político de acuerdo a la voluntad de Dios, en todo caso, el capitalismo (no lo que hoy se llama capitalismo), tiene más principios bíblicos incorporados que el socialismo, que al hacer una revisión histórica sólo ha dejado muerte y pobreza en el mundo, pero siempre revive de mano de los académicos.

Hace un tiempo escribí unos artículos sobre el principio del Imperio, otra de las líneas conductoras de toda la Biblia. En esos artículos desarrollo algunos conceptos fundamentales que se aplican a esa estructura de gobierno que muy bien podríamos aplicar al “misterio de la iniquidad” que menciona  Pablo en II Tesalonicenses, y que ha estado obrando desde el principio, tratando de esclavizar a los hombres, pero que solo podrá consumarse cuando la Iglesia sea quitada.

Ahora bien, si hacemos un análisis tan duro de la “izquierda” (que en realidad no es más que otra manifestación del mismo “espíritu del Imperio”), tampoco deberíamos entusiasmarnos con la “derecha” (mano derecha, mano izquierda… pero un mismo cuerpo…). Y es en se aspecto donde la advertencia profética del video cobra relevancia: los cristianos evangélicos terminamos siendo un grupo más de la sociedad, al que se lo estudia en profundidad para hablarle de tal forma que se consiga su voto. ¡Eso es cierto! Ellos tienen equipos de gente analizando el “voto evangélico” (bueno, el gobierno argentino actualmente no, por lo visto…) y diseñando discursos adecuados. Hemos sido “usados” para llevar candidatos al poder. Entonces, ¿deberíamos quedarnos en la crítica eterna de muchos intelectuales cristianos, la que por omisión permite que los peores lleguen al poder? Claro que no. Pero, ¿cómo podemos apoyar a un candidato que finalmente no estará muy lejos del NOM? Bueno, leyendo la Biblia, ¿qué otra cosa sino?

Suelo hablar con frecuencia de la cuestión política en mis artículos. No soy analista político, simplemente trato de hacer un enganche con los principios bíblicos. La fe de un pueblo estuvo inseparablemente unida al gobierno de ese pueblo a lo largo de la historia. Es sólo en tiempos recientes, a partir de la segunda ola de la Reforma, en que se empieza a hablar de la separación entre iglesia y estado desde ámbitos protestantes. Satanás luego tomó esa bandera y la presentó como propia, pero lo cierto es que no tiene ABSOLUTAMENTE NADA que le sea propio, sino que todo lo que de su reino no son más que principios que Dios mismo estableció, muchos de ellos a través de Su iglesia y que luego los cristianos abandonaron. El asunto fundamental para muchos cristianos, que conocen los altos estándares morales y éticos que presenta la Biblia es si pueden apoyar o incluso participar en alguna opción política que, obviamente, va a estar muy lejos de ellos, y si, por esa misma razón, hay alguna “mejor que otra”, o todas pueden ser “redimidas” por igual… o si definitivamente ninguna podrá serlo, o incluso si vale la pena intentarlo.

Pues bien, haciendo un rápido pantallazo bíblico debemos concluir que las Escrituras que leyeron los primeros cristianos, los apóstoles y Jesús en tierra son el Viejo Testamento. Aquello que ya no regía más quedó aclarado en las páginas del Nuevo. Aquello que debía ser reinterpretado, ampliado o profundizado, también. Pero el resto sigue vigente tal cual. Los evangélicos nos solemos perder mucho del Antiguo Testamento debido a esta ignorancia, incluso muchos teólogos cuyo enfoque doctrinal claramente olvida principios veterotestamentarios que NO FUERON ABOLIDOS en ninguna parte del Nuevo. Bueno, toda la introducción para decir que en sus páginas nos encontramos con:

·         José
·         Abdías, mayordomo de Acab
·         Isaías
·         Daniel
·         Ananías, Misael y Azarías
·         Nehemías
·         Ester
·         David
·         Josafat
·         Ezequías
·         Joacaz

Y podríamos nombrar más. Algunos de ellos fueron reyes otros estuvieron en importantes funciones de gobierno… ¡al lado de reyes impíos! Ninguno de ellos cumpliría con los cánones de perfección que muchos cristianos pretenden hoy, en los últimos tiempos, de algún candidato político. Tampoco cumplieron con los más perfectos cánones de santidad de su época, todos fueron imperfectos, algunos se mandaron sus buenas macanas, aunque no las tengamos registradas (excepto de David). Todos ellos, a pesar de sus errores, fueron gente santa y consagrada a Dios, tanto como para que Él los haya puesto en esos lugares y hayan cumplido un rol fundamental en la historia bíblica. ¡Pero nosotros todavía seguimos buscando al “candidato perfecto” y nos quedamos en la eterna queja!

Cuando Dios desechó a Saúl y escogió a David claramente tomó partido por uno, pero claramente ese “uno” tuvo muchos errores. Sin embargo, David fue la persona más indicada para cumplir los propósitos de Dios para ese momento. Lo mismo podríamos decir de Salomón, aunque al final se desvió. Y así de unos cuantos más. Cuando Dios comisionó a Ciro no lo hizo porque fuera santo, ni siquiera del Pueblo de Dios, ni menos aún porque respetara los Derechos Humanos… lo hizo porque era la persona que en ese momento podía cumplir el objetivo principal de Dios: reconstruir el Templo.

Realidad versus “idealidad”. Lo posible versus lo “perfecto”. Se ha dicho que la política es “el arte de lo posible”, y es así. Claro que “lo posible” en estos tiempos está muy lejos de “lo ideal”, pero aquí entra otro problema escatológico: los cristianos que están tan desesperados por el candidato casi perfecto (y solo lo encuentran cuando cierran un ojo y el otro lo abren un 10 %...) no tienen una clara visión escatológica del fin de los tiempos. Hablé sobre eso y hay mucho escrito y profetizado, no lo voy a repetir aquí. Lo posible hoy es tener políticos (al menos en los niveles más altos de gobierno) que frenen el avance arrollador de la corrupción, y que traigan algo de alivio al pueblo. No lo digo por pesimista, creo que se pueden hacer muchas cosas buenas e impedir muchas otras malas, pero cualquiera sea la opción estará muy lejos de lo que solo ocurrirá cuando Jesucristo venga. Si no tenemos esa esperanza en nosotros, es que nos convertimos a otro Evangelio.

Sí, hay un candidato en un momento que es preferido por Dios, pero entendamos que solamente porque puede establecer Sus diseños de misericordia, pero también de juicio. Ningún país del mundo merece un buen gobierno hoy, todos se han vuelto extremadamente pecadores, y la mayoría de los cristianos también. No esperemos un candidato excelente porque Dios mismo no lo va a permitir: ninguna nación lo merece. Pero si el pueblo del Señor se humilla y se vuelve a Él Dios puede cambiar las realidades de manera tremenda.

Y esto me lleva a otra reflexión sobre el video: ¿adónde quedó el poder de Dios? “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.” Dijo el Señor, pero los cristianos que están tan desesperados por la política (aún apoyando el candidato que en un momento Dios haya elegido) realmente se olvidaron de esta verdad. Sí es cierto que hay un candidato favorito de Dios en un momento, que va a hacer unas cuantas cosas buenas y otras muchas “malas” que están dentro de los propósitos de juicio de Dios. Pero el Señor sigue teniendo poder por encima de todo ello, y se activa no con nuestra queja eterna, sino con nuestras oraciones y nuestra fe.

¿El Evangelio es el mensaje de los pobres, de los eternos perdedores? Sí y no. Es el mensaje para todos, nada más inclusivo que él. Al hacerlo el mensaje de los “más pobres y oprimidos” lo quitamos a los que, suponemos, “ricos y opresores”. De nuevo, exclusivismo. No, es el mensaje para todos, y por supuesto que implica justicia para le necesitado, pero es una ofensa a Dios “quitarlo” de los (supuestamente) acomodados.

La sabiduría práctica nos enseña, para resumir, que hay en determinado momento una propuesta política mejor que otra, y que hoy puede ser lo que algunos llaman “derecha”. Ahora bien, si alguien está esperando que el tal candidato traiga la solución definitiva se equivoca. Primero, nada ocurrirá sin una fuerte guerra espiritual por parte de la Iglesia. Segundo, no hay más que un alivio momentáneo porque el tiempo de juicio sobre toda la Tierra ya ha comenzado, y nadie lo evitará.

¿Podemos apoyar una opción política? Sí, por supuesto. ¿Podemos apasionarnos por ella? Tengo mis dudas. No debemos dejar de ser la voz profética, pero no profética para lamentarnos por un “socialismo cristiano” que nunca existió ni puede existir, sino profética en un sentido de verdadera justicia, como leímos al principio. Por ello, necesitamos una actitud moderada, pero comprometida. La queja eterna es lo peor que podemos hacer. La adhesión absoluta a una propuesta partidaria también. El apoyo consciente, sin “cheques en blanco”, es lo más lógico. La oración perseverante y la guerra espiritual es el centro de lo que nos corresponde como iglesia.


Danilo Sorti


619. ¡Ay de ellos!


Mateo 18:6 RVC
6 »A cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo hundieran en el fondo del mar.

Marcos 9:42 RVC
42 »A cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar.

Lucas 17:2 RVC
2 Más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeñitos.


Con algunas variantes, la misma idea se repite en los tres Evangelios sinópticos. Podríamos copiar el contexto y veríamos que también es similar. El Espíritu ha querido dejar unas cuantas cosas claramente grabadas en la mente de los creyentes, repitiéndolas varias veces. Verdades sencillas de entender pero fundamentales.

Esta es una de ellas: ¡ay de aquellos que hagan pecar a los pequeños, que desvíen a los niños! Nunca más claro que ahora vemos en nuestras tierras como muchos docentes, políticos, funcionarios públicos y ONGs se han lanzado en una acelerada campaña para implantar todo tipo de perversiones disfrazadas (aunque ya no mucho) de “educación sexual”. Como corresponde a todo buen argentino, no ha habido un encuentro para charlar y llegar a acuerdos, simplemente una guerra para destruir al “enemigo”: la moral cristiana.

Si fueran otras las circunstancias podríamos uno podría llegar a acuerdos que evitaran estériles confrontaciones, sin embargo, no puedo evitar recordar una recomendación que parecería muy alejada para nuestro tiempo:

Deuteronomio 20:10-13 RVC
10 »Cuando te dispongas a atacar una ciudad, envíale primero un mensaje de paz.
11 Si su respuesta es también de paz, y te abre las puertas, entonces todo el pueblo que esté en ella te pagará tributo y te servirá.
12 Pero si no hace la paz contigo, y te declara la guerra, entonces sitiarás la ciudad
13 y cuando el Señor tu Dios te la haya entregado herirás a filo de espada a todos sus hombres.

Si lo llevamos al plano de la guerra espiritual podría darnos algunas indicaciones interesantes, pero lo cierto es que esto solo se aplicaba cuando la ciudad en cuestión estaba lejos, no dentro del territorio asignado. Esto quiere decir que cuando tenemos al enemigo directamente atacándonos no podemos sentarnos a negociar con él. Eso, por lo visto, lo entendieron muy bien.

Deberíamos ponernos contentos con este brote furioso de interés por difundir su corrupta educación sexual: eso está demostrando que con un poco de acción nomás de la iglesia las potestades satánicas se sintieron muy afectadas, sino no gastarían tanto esfuerzo en eso. No debemos dejar de luchar espiritualmente y en todos los ámbitos sociales, la reacción del enemigo nos da la pista de cuánto estamos afectando. Hay que tener paciencia y perseverancia, y Dios actuará por misericordia hacia Sus hijos.

Ahora bien, hay que entender que los que tan perversamente se vuelven contra los niños y jóvenes no son “gente confundida” (al menos no los líderes o los principales propagadores), porque se trata de algo muy delicado, tanto que el “ay” que proclama el Señor para ellos no lo volvemos a encontrar en otra parte. Nunca Jesús utiliza esta expresión en otro pasaje, por lo tanto, es muy serio, extremadamente serio.

Para empezar debería exhortarnos a nosotros, ¿cómo tratamos a los niños? Mejor dicho, como iglesias, ¿qué importancia le damos a los ministerios de niños? Normalmente se destina alguna persona con buena voluntad y poca capacitación (tampoco se la prepara) a la escuelita dominical, o no tiene un liderazgo adecuado, o se la cambia de lugar y programa según convenga, o no se le destinan recursos… en definitiva, no se la considera “importante”. Pues bien, cuando hacemos esto estamos muy cerca de caer en el “ay” del Señor. Lo mismo se aplica a los padres cristianos cuando descuidamos a nuestros niños, o cuando no consideramos demasiado en serio los motivos de oración por los niños y jóvenes de los distintos países o en situaciones difíciles.

Es clarísimo que Satanás se ha levantado con gran furia hacia los jóvenes, niños y bebés en gestación, y ya tenemos pasajes bíblicos que nos explican eso. Dios tiene especial cuidado por los pequeños y nosotros deberíamos saberlo. No se trata de “sentimentalismo” o “golpes bajos” cuando enfocamos en los niños, se trata de lo que Dios tiene en Su corazón. Lamentablemente, como tenemos muchos hombres con visión empresarial al frente de nuestras iglesias, esas necesidades suelen quedar relegadas (no ofrendan, no diezman, causan problemas y poco útil pueden hacer para edificar el “ministerio”, y ni que hablar si están en otros países o provincias…).

Ahora bien, habiéndonos limpiado de esos pecados, que en definitiva son los que le han dado la autoridad legal a Satanás para traer toda la inmundicia que está trayendo en nuestros países, queda el camino libre para el “ay” del Señor: ¡ay de ellos!

Hermanos, no creo que debamos tener oraciones muy suaves hacia ellos, por lo que están haciendo ya demuestran que han renegado completamente del Señor. Puede ser que alguno tenga la posibilidad de arrepentirse, pero otros ya no, y no nos olvidemos que Satanás tiene también a unos cuantos de sus demonios metidos en cuerpos de personas (personas que murieron pero fueron tomadas por demonios) con lo que no todos los que parecen “gente” lo son en realidad. Y sino, volvamos a mirar las manifestaciones “feministas” del congreso de mujeres pasado…

¡Ay de ellos! Dijo el Señor, y nosotros debemos aplicar ese “ay” a ellos: para muchos de ellos no es ya tiempo de misericordia y no debemos orar ya por ella, debemos orar por juicio, para que sean quitados de sus lugares (algunos serán cortados por el Señor, otros recibirán otro juicio) y reemplazados por gente santa. No es momento para llegar a un acuerdo, el poder del Señor debe ser manifestado sobre los impíos para que tema. Repito, el poder del Señor, no de “la iglesia”, es decir, no de las personas (aunque debemos actuar fuertemente en el plano humano también). Debe quedar claro ante los ojos de todos que hay un Dios que juzga, eso es lo principal.


Danilo Sorti