lunes, 25 de abril de 2022

828. ¿Deben vivir?

 Este decididamente no es un artículo agradable, y no espero que muchos concuerden conmigo. Hay una serie de temas que no desarrollo aquí y los doy por sobreentendidos. Con todo, es una de las duras reflexiones que nos debemos en estos tiempos.

 

Ezequiel 13:19 RVC

19 ¿Y van a ofenderme entre mi pueblo a cambio de cebada y de mendrugos de pan, matando a quienes no deben morir, dejando con vida a quienes no deben vivir, y mintiéndole a mi pueblo, que cree en sus mentiras?”

 

Vivimos en los tiempos apocalípticos. Estos son los últimos tiempos, no será dentro de muchas décadas, sino que YA MISMO están siendo. Tales tiempos requieren que nos planteemos preguntas difíciles y obtengamos respuestas decisivas. Sencillamente, la vida e incluso nuestra salvación, y la de nuestras naciones, va en ello.

 

En el Antiguo Testamento la figura de los “enemigos” es extremadamente clara. En el Nuevo Testamento parece que no. Solemos pararnos en las palabras de Jesús cuando nos habla de algo tan revolucionario como el amor a nuestros enemigos y a partir de allí construimos una teología desviada. Por supuesto, “un texto fuera de contexto es un pretexto”, y no se puede hacer una doctrina a partir de un solo pasaje, pero eso mismo pasa con dicho texto.

 

Los enemigos, en los “tiempos” del Nuevo Pacto, siguen siendo enemigos, solo que se les ofrece un tiempo de misericordia explícita. El mismo Jesús claramente confrontó a ciertos religiosos de su época con un calificativo que daba a entender su irredimibilidad: “generación de víboras”, ya no pueden salvarse, solo les resta esperar la condenación, “perfectos enemigos” de los que siempre habrá que cuidarse.

 

El texto de Ezequiel 13 es muy rico en significados y muy actual. No voy a exponer todo lo que dice pero sí concentrarme en esta expresión: matar a quien no debe morir y dejar con vida a quien no debe vivir. Y más exactamente, en la última. ¿Cómo es posible que un profeta deje con vida a quien no debe vivir?

 

Primero digamos que, en un sentido, todos los hijos de Dios tienen el poder de vida en sus bocas cuando son guiados por el Espíritu, y, en cierto sentido, todos pueden fungir proféticamente. Esto es claro. En la lengua tenemos el poder de la vida y la muerte:

 

Proverbios 18:21 RVC

21 El que ama la lengua comerá de sus frutos; ella tiene poder sobre la vida y la muerte.

 

Poder de vida y muerte para nosotros y para los otros. Ahora bien, ¿no se supone que el mandato de Cristo es dar vida, y que para eso deberíamos usar nuestra lengua? ¿Cómo es que en determinado momento no deberíamos hacerlo?

 

Pues bien, no nos extrañe esto que estoy diciendo porque Lucas concluye el libro de Hechos con estas palabras:

 

Hechos 28:26-27 RVC

26 »“Ve a este pueblo, y dile: Ustedes oirán, pero no entenderán; Verán, pero no percibirán.

27 Porque su corazón se ha endurecido, Y sus oídos son incapaces de oír. Han cerrado sus ojos, para no ver ni oír, ni entender bien; para que no se conviertan y yo los sane.”

 

Y más aún, porque esta cita de Isaías se menciona en los Evangelios antes que esto:

 

Juan 12:39-40 RVC

39 Por esto no podían creer, pues Isaías también dijo:

40 «Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.»

 

Pues bien, aquí tenemos un grupo de gente que ya había sido condenada y que no debía vivir, porque su destino se había sellado. Todavía cumplirían una función en la tierra y por eso el Señor los deja, pero ya no había salvación para ellos.

 

Si no queremos ir al extremo del destino eterno de las personas, todos podemos concordar fácilmente en que Dios determina el tiempo de vida de cada uno, y que finalmente eso no está supeditado a cuántos años tenga la persona.

 

Así que, Dios como Juez, puede sellar la condenación o salvación de las personas antes de que mueran y establecer un destino para ellas, y determinar el tiempo de vida de cada uno.

 

El pasaje de Ezequiel no parece referirse al destino eterno de las personas sino al tiempo presente, y en ese sentido, estas falsas profetizas podían “cortar” antes de tiempo la vida de los justos y prolongar indebidamente la vida de los impíos. Está claro que incluso Dios permite eso por un tiempo, por más que no sea Su perfecta voluntad.

 

Hay mucho para decir acerca de cómo los hijos de Dios, por su ignorancia o incluso por ambición, han sostenido y prolongado “vidas” de personas y sistemas que no debían continuar sobre la tierra. Es más, podría decir que en un sentido, todo lo que hoy está “vivo” y siendo utilizado por el Enemigo, ha sido de alguna manera alimentado y vivificado por los hijos de Dios, pero eso será otro tema.

 

Hoy y ahora, nuestras palabras siguen teniendo poder de vida y poder de muerte, no solo en relación con el destino eterno, sino con el tiempo presente y el futuro inmediato. Y vamos al tema del momento: la inoculación (pretendidamente) contra el virus y el engaño asociado.

 

Dios no solamente nos ha dado muchas advertencias, sino que también ha mostrado a los médicos despiertos distintas herramientas de sanidad para solucionar o al menos paliar los efectos presentes y futuros de la pre marca. Es probable que esas herramientas permitan prolongar la vida a los inoculados. Ahora bien, ¿por qué?

 

Dentro de los muchos que se han inyectado, cristianos entre ellos (cuyo “Dios” no es capaz de cuidarlos de un virus…), sin dudas tenemos a unos cuantos que se están dando cuenta del engaño, y esperemos que muchos más lo hagan ahora que todavía hay tiempo, porque no tendrán mucho. Sin dudas, las puertas de la gracia siguen abiertas; se están cerrando, pero todavía siguen abiertas, así que Dios provee los instrumentos de sanidad, sin mencionar que la principal sanidad es la que fluye directamente de Él a través del poder de Vida de Su Santo Espíritu.

 

Pero dentro de los que pueden entender algo de los peligros del inóculo también están los que decididamente NO CAMBIARÁN ni se arrepentirán de haber creído y obedecido el engaño del sistema, que ya claramente no es otro más que el sistema del mismo Anticristo, esperando el momento preciso de aparecer. Ellos, que habrán recibido una “prolongación de vida”, serán los agentes del sistema del Anticristo, los que nos perseguirán a nosotros si es que estamos aquí o a nuestros hermanos que queden o se conviertan en ese tiempo.

 

No voy a detallar cómo es que llegarán a convertirse en tales; sea por convicción o, lo más probable, por engaño y control a través de lo que les están inyectando. Para ese momento ya no podremos hablar de “su” voluntad, porque la habrán cedido por completo a su amo terrenal y el sistema de control (chip + 5G + grafeno + modificación genética, y quizás algo más) se encargarán de manipularlos a voluntad.

 

Inevitablemente habrá de los tales y en el propósito de Dios está usarlos durante un tiempo para Sus fines, en definitiva para salvación de Sus escogidos. Bien, ¡pero solamente esos y no más!

 

¿Debemos dar las herramientas de sanidad a los que no deben seguir en esta tierra, para no llegar a transformarse en siervos del Anticristo y así sellar y aumentar grandemente su condenación? No, no debemos.

 

De acuerdo, ¿y quiénes son esos…?

 

La respuesta a esta pregunta no puede ser ningún protocolo de identificación; solo Dios conoce los corazones en profundidad y las decisiones últimas de todos los hombres. El hecho de que muchísimos hayan tomado el camino que los conducirá hacia las mismas garras del Anticristo no significa que sigan transitando por él. Pero cuidado, ya están en el camino, y sabemos que la tendencia es seguir.

 

Jesús nos da una primera respuesta muy conocida:

 

Mateo 7:6 RVC

6 »No den ustedes lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan contra ustedes y los despedacen.

 

Luego de haber hecho tantas veces exactamente lo que este pasaje dice que NO DEBEMOS hacer, ahora aprendí (¡era hora!) a ser más prudente. Aunque por dentro la compasión del Espíritu me pueda conmover, sé que no puedo entregar “perlas” a cualquiera en cualquier momento. Aprendí a confiar en que Dios no perderá a ninguno de los Suyos, y aunque tenga que permitir que pasen por muchos sufrimientos, en definitiva ése será el único camino posible para llevarlos a Su Reino. Así que entendí que yo no soy ninguna especie de “redentor”, solo un siervo por amor del Único Salvador, y debo obedecer Sus instrucciones precisas.

 

Así que, si hay “cerdos” del otro lado, que no están dispuestos a escuchar con atención, o solo quieren burlarse, prefiero callar. Como siempre, el Espíritu puede moverme a hablar a pesar de eso, pero en todo caso, deberá ser una instrucción muy específica de Él.

 

Pero en otros casos no es tan evidente y sólo dependeremos del susurro suave del Santo Espíritu. Cómo sea, el resumen de lo que quiero decir es que no debemos dar por sentado que tan abiertamente deberemos transmitir lo que sabemos para sanidad de los inoculados. Me gustaría decir que sí, querría publicarlo continuamente a pesar de la enorme censura de los medios, pero no es así. No voy a decir “cuándo sí y cuándo no”, eso solo le corresponde a Dios, pero sí quiero dejar en claro que “no siempre será sí”.

 

Los que han empezado el camino covidiano tienen muchas probabilidades de seguirlo. Hoy muchos de ellos ya son nuestros “enemigos”, manifiestos o no, y lamento decirlo porque allí hay muchas personas que aprecio. No nos extrañemos, es parte de la separación y gran división de los últimos tiempos. El Enemigo los está transformando a su propia imagen y semejanza, es decir, en enemigos, ¡nuestros enemigos!, adversarios de los que nos esforzamos en seguir al Señor. Confío en que llegado el tiempo preciso, podremos rescatar a muchos, tal como ha sido profetizado para la Última Cosecha, la mayor de todas las edades. Pero no debemos ser imprudentes ni alimentar aquello que redundará en estorbo y perjuicio para la obra de Dios.

 

Que el Señor nos de sabiduría para entender esto con claridad. Todavía las puertas de la gracia están abiertas y todavía hay tiempo para escapar del engaño, ¡nada es imposible para Dios! Y el mismo que creó al ser humano también puede repararlo, sin la más mínima duda.

 

 

Danilo Sorti

 

miércoles, 20 de abril de 2022

827. Un fuego siempre encendido

Levítico 6:12-13 RVC

12 El fuego del altar no deberá apagarse nunca, sino que todos los días el sacerdote le echará leña, acomodará el holocausto sobre el fuego, y quemará sobre el altar la grasa de los sacrificios de paz.

13 El fuego del altar deberá mantenerse siempre encendido; nunca deberá apagarse.

 

Tal como fue profetizado hace unos pocos años, la mentira plandémica trajo mucha frialdad dentro de buena parte del pueblo de Dios. Peor aún, muchos de ellos se sumergieron tanto que corrieron a inocularse con la pre marca, convenciéndose a sí mismos con un montón de versículos bíblicos descontextualizados, pero olvidando convenientemente que Jesús le dijo a Satanás, cuando intentó seducirlo con pasajes de la Escritura, “no tentarás al Señor tu Dios”.

 

Lo cierto es que si muchos fuegos casi se han apagado ha sido porque nunca estuvieron verdaderamente ardiendo con intensidad. En todo caso, había “apariencia de” fuego disfrazada de activismo eclesiástico.

 

Pero no ha pasado así con todos, otros han tenido por fin la libertad de una opresión religiosa y sus fuegos han podido comenzar a desarrollarse con su propia identidad. Con todo, aún estos han sufrido el aislamiento y ahora más, la desazón de ver una iglesia que, habiendo pasado este leve juicio, se encuentra desesperada tratando de encontrar nuevamente el camino a Egipto…

 

La Palabra, sin embargo, es Eterna y no cambia. El altar del Tabernáculo, y luego del Templo, debía permanecer siempre encendido, simbolismo de lo que Pablo más tarde resumiría diciendo:

 

1 Tesalonicenses 5:19 RVC

19 No apaguen el Espíritu.

 

Sí, el Espíritu puede llegar a retirarse de una persona, y eso ya es muy grave, no conozco lo suficiente como para afirmar que sea irreversible, pero probablemente. Con todo, aunque no lo haga, puede ser apagado, acallado. Esto ocurre cuando vez tras vez se lo ignora o desobedece. Llega el tiempo en que ya dejará de hablar a esa persona, sencillamente porque si lo hiciera lo único que lograría sería que acarreara más condenación por su desobediencia y más puertas abiertas al Enemigo. Por eso, por misericordia, se “apaga” a sí mismo. El fuego se apaga, o, en todo caso, solo queda una llamita muy pequeña, que en la práctica no cumple ninguna función. Solo el “piloto automático”.

 

¿Cómo se mantenía encendido el fuego? Echándole leña, esto es, un “combustible”, algo que viene “de afuera”. Las personas no podían “hacer fuego” con sus propias fuerzas, el fuego “estaba” y se mantenía con recursos externos y bien sencillos, si los comparamos con la hermosura de los otros muebles del Tabernáculo y más aún, del Templo. La puerta de entrada a la adoración, el altar del sacrificio, clara imagen del Sacrificio de Cristo, se alimentaba con algo muy simple, barato y para nada ostentoso: madera, más aún, leña.

 

La primera enseñanza es clara: el fuego no debe apagarse nunca, no lo podemos “crear” nosotros pero sí podemos alimentarlo, y no requiere nada demasiado costoso. No se trata de onerosos viajes a congresos internacionales, ni costos seminarios, ni grandes shows evangélicos. Se trata de acciones simples pero persistentes. Periódicamente debían recoger leña y todos los días debían revisar cuánta había, retirar las cenizas y poner troncos nuevos. Eso, aún en medio de las circunstancias del tiempo presente, y mucho más en el que vendrá. Sencillamente, si no hacemos eso, no sobreviviremos; caeremos presa de los próximos y más letales y sofisticados engaños, y hasta podemos perder nuestras almas por la eternidad, pero por lo menos, tendremos pérdida en este tiempo para el Reino y en nuestras recompensas eternas.

 

¿Qué “leña” nos aconseja Pablo?

 

1 Tesalonicenses 5:16-22 RVC

16 Estén siempre gozosos.

17 Oren sin cesar.

18 Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.

19 No apaguen el Espíritu.

20 No menosprecien las profecías.

21 Examínenlo todo; retengan lo bueno.

22 Absténganse de toda especie de mal.

 

Hemos sido hechos para vivir gozosos, y es uno de los Frutos principales del Espíritu. Él “siembra” Su gozo en nosotros cuando nos recuerda Su protección, Su presencia, Su amor, las recompensas que tendremos, etc., nosotros aceptamos esas palabras y naturalmente el gozo surge en nosotros, o las rechazamos y ocurre lo contrario.

 

No necesitamos arrodillarnos en un hermoso Templo para orar, es más, si se supone que debemos orar sin cesar resulta imposible de hacer si no hacemos de la comunión con Dios algo cotidiano, en todo momento, en todo lugar, ¡sin necesidad de cerrar los ojos, levantar las manos y ponernos a gritar en medio de la calle, claro!

 

Dar gracias en todo es un ejercicio no siempre fácil, eso es cierto, pero tampoco imposible. A medida que conocemos los intrincados pero maravillosos caminos de Dios, se nos hace cada vez más fácil.

 

No apagar el Espíritu es el “centro” de la recomendación, y tiene que ver con lo que dijimos al principio: escucharlo, aceptar lo que dice y obrar en consecuencia.

 

No menospreciar las profecías está en relación directa con la frase anterior. Su sentido es claro y sólo voy a decir al respecto que nunca ha habido otro momento de la historia en el que el Señor estuviera hablando por boca de tantas personas (normalmente sencillas y sin demasiados títulos eclesiásticos), y creo que tampoco nunca ha habido otro momento en que tantos cristianos hagan oídos sordos a esas palabras.

 

Examinar todo y retener lo bueno implica no meter un “fuego extraño” en el altar de nuestro espíritu, no alimentarlo con combustible contaminado. Simplemente nos dice que no debemos ser simplones. De nuevo, creo que la mayoría de los cristianos ha caído por eso: creyeron lo que les dijeron a través de los medios masivos de comunicación olvidando que la misma Biblia nos aclara una y otra vez que el sistema mundo se encuentra bajo el control del Maligno. Fueron “simples” y recibieron un daño del que todavía no se dan plena cuenta.

 

Abstenerse de toda especie de mal se relaciona con lo anterior. Hay pecados que son evidentes, y no significa que estemos completamente libres de ellos, pero podemos verlos y llamarlos como tales, arrepentirnos y pedirle al Señor que nos limpie. Hay otros que son más sutiles; si no avanzamos en el conocimiento de ellos, para crecer en nuestra santidad, estamos dejando un montón de pequeñas zorras en nuestra viña que terminarán por arruinar por completo el fruto para el Señor. De nuevo, ¡cuántos cristianos se han quedado con las definiciones básicas de pecados y se han cerrado por completo para entender los engaños más sutiles!

 

Pero cuidado, estas son las instrucciones individuales que da Pablo, en el texto anterior nos dice:

 

1 Tesalonicenses 5:12-15 RVC

12 Hermanos, les rogamos que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, y que los instruyen y dirigen en el Señor.

13 Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa de su obra. Y ustedes, vivan en paz.

14 También les rogamos, hermanos, que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos.

15 Tengan cuidado de que nadie pague a otro mal por mal; más bien, procuren siempre hacer el bien, tanto entre ustedes como con los demás.

 

No voy a desarrollar esto ahora, solo diré que aquí vemos toda la dimensión comunitaria de “no apagar” el Espíritu. Sin dudas esta ha sido la parte que más ha sufrido en estos años y en los por venir, y en buena medida será inevitable para muchos; por eso, procuremos que en los tiempos de comunión e interacción que tengamos (aunque sea virtual, mientras sea posible) cumplamos todos los mandatos que descuidamos cuando teníamos plena libertad.

 

El fuego debe arder siempre. Si por alguna razón se ha casi apagado, todavía es tiempo de volver a encenderlo. Aún la puerta permanece abierta, pero ya no por mucho más. No dejemos escapar esta oportunidad.

 

 

Danilo Sorti

 

jueves, 14 de abril de 2022

826. Un censo impío – III

Éxodo 30:11-12 RVC

11 El Señor habló también con Moisés, y le dijo:

12 «Cuando hagas un recuento del número de los hijos de Israel, una vez que los hayas contado cada uno de ellos deberá darme a mí, el Señor, el rescate de su persona. Así no habrá mortandad entre ellos.

 

La ubicación de esta sección en el libro de Éxodo es bastante extraña. En todo el contexto Dios le da las instrucciones a Moisés sobre cómo construir la Tienda de Reunión y el culto de la misma, es decir, el procedimiento que ellos tendrían que seguir para acercarse a ese Dios que recién estaban conociendo. ¿Qué tiene que ver un censo con todo eso?

 

Podemos asumir que la plata recolectada en ese primer censo que realizaron sirvió para hacer algunas cosas de todo el Tabernáculo, pero sigue siendo una ubicación un poco extraña, si es que no lo vemos desde un punto de vista espiritual.

 

Aunque no podemos asumir exactamente que la secuencia en que Dios se lo dijo a Moisés fuera esa, resulta claro que así fue inspirado por el Espíritu para que sea escrito, y por lo tanto, un mensaje nos transmite con todo eso. Pero allí necesitamos recurrir al simbolismo, en este caso, de los distintos muebles del Tabernáculo.

 

Antes de las instrucciones sobre el censo (dentro del mismo capítulo) nos encontramos con las indicaciones sobre el altar del incienso, y luego, la fuente de bronce, el aceite de la santa unción y el incienso. La secuencia de los muebles del Tabernáculo era:

 

1.      Altar de los sacrificios

2.      Lavacro de bronce

3.      Mesa de los panes

4.      Candelabro

5.      Altar de incienso

6.      Arca

7.      Propiciatorio

 

En orden, cada uno de ellos se refiere a cada uno de los siete dones redentores del Padre:

 

1.      Profeta

2.      Siervo

3.      Maestro

4.      Exhortador

5.      Dador

6.      Gobierno

7.      Misericordia

 

Así que el censo se “encuentra” entre el altar de incienso = dador, y la fuente de bronce = siervo. Un poco más allá tenemos el aceite de la santa unción, que significaba claramente la capacitación para el ministerio, y el incienso, que es la ofrenda a Dios, las oraciones puras y sinceras que llegan a Su presencia, tal como vemos en Apocalipsis.

 

Las oraciones se elevan a Dios, como Fuente de toda dádiva, Él es quien concede a una nación aumentar en número. Más adelante Salomón diría:

 

Salmos 127:3 RVC

3 Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa.

 

Mientras que en los otros ejemplos de censos que vimos en artículos anteriores, cada persona era solamente una fuente de recursos para la “nación”, expresión eufemística que solo esconde la ambición personal de sus gobernantes; aquí son vistos como un regalo, como propiedad exclusiva del Creador que son dados a una nación para su bendición, para que sean de bendición a las otras naciones y para que en todo el proceso dé la gloria a su Hacedor.

 

Por lo tanto, un censo sería motivo de agradecimiento y a su vez de consagración (el aceite de la santa unción que aparece un poco más adelante en el texto), la oportunidad para que el pueblo y sus líderes organizaran el servicio de sus habitantes, la oportunidad para elevar las oraciones de gratitud… o no…

 

Isaías 1:9 RVC

9 Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado un remanente, un poco más y seríamos como Sodoma, ¡semejantes a Gomorra!

 

En varias ocasiones Israel fue diezmado por sus enemigos, Dios los entregó a la muerte por el pecado hediondo que había en ellos. Un censo puede ser el motivo de gran tristeza y arrepentimiento para un pueblo pequeño, al menos debería serlo.

 

En medio de las naciones, Argentina es una nación con poca población, nunca ha crecido demasiado y en estos últimos tiempos, debido al espíritu de Moloc soltado por la aprobación del genocidio intrauterino, más los muchos pecados del pueblo y sus gobernantes, la tasa de natalidad está siendo la más baja de su historia, y la muerte que ya ha comenzado debido a la inoculación venenosa, que la mayoría de la sociedad (cristianos inclusive) recibieron alegremente, hará estragos sobre la población.

 

Así que, aquí y ahora, este censo no será motivo de alegría y agradecimiento, sino de profundo arrepentimiento y tristeza. Claro, para los que tienen ojos para ver, ya que buena parte de las personas han sido cegadas por las mentiras del globalismo respecto de la sobrepoblación y las “ventajas” de no tener hijos.

 

Creo que eso es algo que tendremos que hacer cuando estén los resultados de este censo.

 

El otro mueble es el lavacro de bronce, una especie de piletón de donde se obtenía el agua para lavar los sacrificios y demás. Corresponde al don de siervo, también asociado con el segundo día de la creación: la atmósfera y el aire. Es el que limpia, el que suaviza, el que trae sanidad. Luego del profeta, tan “sangriento” como el altar de los sacrificios, es necesario traer esa sanidad para que las personas puedan ser instruidas por el maestro y continuar con el proceso simbolizado por los siete muebles.

 

Viene luego del relato del censo, y creo que resulta obvio por qué, luego de lo que dijimos. El censo daría a conocer no solo “los que están” sino también “los que faltan”, los que murieron pero también los que no nacieron, los que emigraron, los que nunca llegaron. Eso mismo es lo que ocurrirá en nuestro caso, y allí está el Espíritu, el agua de vida, que limpia, que trae nueva vida. Y también está el bronce, el mismo que vemos en los pies del Hijo del Hombre, en Apocalipsis 1, el que soportó las pruebas y venció, y por lo tanto, nos hace también a nosotros vencedores.

 

En este nuevo tiempo de gracia, Dios nos ha hecho reyes y sacerdotes por medio de Su Hijo. Por más que algunas iglesias hayan establecido la figura del “sacerdote” y otras hayan elevado a los ministros o pastores por encima del resto de la gente, nada de eso se corresponde con el modelo bíblico. El que escucha y el que cree con todo el corazón y le entrega su vida a Él, recibe también la autoridad del sacerdote, es decir, del que puede interponerse entre el resto del pueblo y Dios. Si entendemos estas enseñanzas básicas que el Espíritu nos trae respecto del censo, podremos oficiar como tales para que Su justicia y Su misericordia sean traídas a esta nación.

 

Apocalipsis 1:12-16 RVC

12 Yo volví la mirada para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme vi siete candeleros de oro;

13 en medio de los siete candeleros vi a alguien, semejante al Hijo del Hombre, que vestía un ropaje que le llegaba hasta los pies, y que llevaba un cinto de oro a la altura del pecho.

14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como lana. Parecían de nieve. Sus ojos chispeaban como una llama de fuego.

15 Sus pies eran semejantes al bronce pulido, y brillaban como en un horno; su voz resonaba como el estruendo de un poderoso caudal de agua;

16 en su mano derecha llevaba siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de doble filo; su rostro era radiante, como el sol en todo su esplendor.

 

Él venció, Él atravesó por las llamas y no pudieron derrotarlo. Al momento de escribir este texto, cuando recordamos la Pascua, Su victoria es la señal de un tiempo nuevo, la que apunta hacia Pentecostés, cuando el poder bajaría sobre Sus discípulos para comenzar su misión. Y antes de eso hubo que arreglar un “pequeño censo”, pero de eso hablaremos luego.

 

 

Danilo Sorti

 

miércoles, 13 de abril de 2022

825. Un censo impío – II

 Mateo 2:16-18 RVC

16 Cuando Herodes vio que los sabios lo habían engañado, se enojó mucho y, calculando el tiempo indicado por los sabios, mandó matar a todos los niños menores de dos años que vivían en Belén y en sus alrededores.

17 Se cumplió así lo dicho por el profeta Jeremías:

18 «Se oye una voz en Ramá; gran llanto y gemido: es Raquel, que llora a sus hijos, y no quiere ser consolada, porque ya no existen.»

 

Uno diría que este episodio no tiene nada que ver con los censos, pero en el relato paralelo de Lucas leemos que algún tiempo antes había ocurrido uno ordenado por Augusto César, precisamente el motivo por el cual José y María se encontraban en Belén. De nuevo tenemos la asociación con la muerte, y muerte violenta.

 

2 Crónicas 2:17-18 RVC

17 Salomón censó a todos los extranjeros que había en Israel, después del censo que había hecho David, su padre, y se encontró que eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos hombres.

18 A setenta mil de ellos los apartó para llevar cargas; a ochenta mil los puso como canteros en la montaña, y a tres mil seiscientos los puso como capataces para hacer trabajar a la gente.

 

Los cristianos suelen ver con buenos ojos el episodio de la construcción del Templo y lo que ello significó para Israel, así como el poderío que Dios le dio a Salomón, pero “no es oro todo lo que reluce”. Los extranjeros que vivían en Israel debían ser los “misioneros” que al volver a sus tierras contaran cuán maravilloso resultaba para una nación vivir bajo las leyes de ese Dios, pero gracias a Salomón lo que transmitieron no fue exactamente eso… Supongo que la imagen que se habrán llevado es la de un Dios exigente y aprovechador.

 

Sin dudas que esos extranjeros, o sus hijos, tuvieron mucho que ver luego cuando el pueblo le pide a Roboám, hijo de Salomón, que alivianara su carga, y al no obtener una respuesta favorable, provocara la escisión de la nación.

 

Tarde o temprano, las consecuencias de este censo no fueron buenas tampoco.

 

2 Crónicas 25:5 RVC

5 Amasías reunió a los de Judá y puso jefes de millares y de centenas sobre todo Judá y Benjamín, según el orden de sus familias. Además, levantó un censo de todos los hombres mayores de veinte años, y se encontró que había trescientos mil capaces de ir a la guerra y de empuñar lanza y escudo.

 

Amasías fue un buen rey, pero no del todo. Luego de hacer este censo y, viendo que las fuerzas no le alcanzarían, pretende contratar a soldados israelitas:

 

2 Crónicas 25:6-10 RVC

6 Además, contrató a cien mil israelitas aguerridos, a los que pagaba un sueldo de tres mil trescientos kilos de plata.

7 Pero vino un hombre de parte de Dios, y le dijo: «Su Majestad, no conviene que el ejército de Israel lo acompañe, porque el Señor no está con los israelitas ni con ninguno de los efraimitas.

8 Si Su Majestad decide hacerlo así, e insiste en entrar en combate, Dios lo hará caer derrotado delante de sus enemigos, porque Dios tiene el poder de ayudar y de derrotar.»

9 Pero Amasías le dijo al hombre de Dios: «¿Y qué va a pasar con los tres mil trescientos kilos de plata que le he pagado al ejército israelita?» Y el hombre de Dios respondió: «El Señor puede dar a Su Majestad mucho más que eso.»

10 Entonces Amasías apartó a su ejército del ejército efraimita que había venido en su ayuda, y les ordenó que se fueran a sus casas. Ellos se enojaron grandemente contra Judá, y encolerizados volvieron a sus casas.

 

Afortunadamente escucho al profeta y enmendó su error, aunque perdió tres mil trescientos kilos de plata, lo cual equivaldría más o menos al salario (básico) de unos 930.000 jornaleros durante un año. ¡No es poco dinero!

 

Amasías obtuvo la victoria en la guerra, pero finalmente cayó en la idolatría y quiso luchar contra Israel, precisamente el pueblo que había quedado muy enojado por haber sido rechazados, ¡otra vez rechazados por un rey de Israel!

 

Hechos 5:35-37 RVC

35 luego dijo: «Varones israelitas, piensen bien en lo que van a hacer con estos hombres.

36 Hace ya algún tiempo, se levantó Teudas, quien se jactaba de ser alguien, y logró que se le uniera un grupo como de cuatrocientos hombres; pero lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados y exterminados.

37 Después, cuando se hizo el censo, se levantó Judas el galileo y logró que muchos del pueblo lo siguieran. Pero también lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados.

 

Tanto Teudas como Judas se levantaron contra el Imperio Romano alrededor de los días del censo, y ambos dejaron una estela de muerte y finalmente, fracaso.

 

 

Aunque no vemos muchos censos explícitamente mencionados en la Biblia, las pocas referencias que hay bastan para rodearlos de una imagen muy negativa. Sus consecuencias, cuando se realizaron fuera de la voluntad y el expreso mandato divino, nunca fueron buenas. De alguna manera trajeron problemas, opresión y muerte. En II Samuel 24 Dios quiso mostrar claramente lo terrible del hecho. Ninguno de los reyes de Israel llegó a ser como David, a pesar de sus grandes errores, por eso, Dios tenía que castigarlo de manera notoria, para que los otros no los repitieran. No tenemos registros de cuántos censos hubo efectivamente durante los tiempos bíblicos, la Palabra nos muestra solo esos, pero el mensaje que nos deja el Espíritu resulta claro.

 

En este final de los tiempos, hay un “censo” más que se menciona proféticamente, aunque no figure con tal nombre:

 

Apocalipsis 13:16-17 RVC

16 Además, hizo que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,

17 y que nadie pudiera comprar ni vender si no tenía la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

 

En las diversas visiones y sueños que he escuchado sobre el tema, normalmente vemos que se toma registro de las personas que son marcadas, por lo que aquí tenemos una especie de censo, y en realidad, tener a las personas chipeadas con un pequeño transistor es un “censo instantáneo”, no solo del número de habitantes, sino de todas y cada una de sus actividades y transacciones.

 

Así que, si alguien quiere saber cuál es el “objetivo oculto” de este censo, claramente se trata del control. Bien, no podemos decir todavía que estemos en el contexto de Apocalipsis 13, pero hacia allí pretenden ir.

 

 

Danilo Sorti

 

 

lunes, 11 de abril de 2022

824. Un censo impío – I

2 Samuel 24:10-13 RVC

10 Pero después de haber censado al pueblo, David se sintió muy apesadumbrado y fue a decirle al Señor: «He cometido un grave pecado. Te ruego, Señor, que perdones a este siervo tuyo por haber sido tan necio.»

11 Al día siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor vino a Gad, el vidente de David, y le dijo:

12 «Ve y dile de mi parte a David: “Yo, el Señor, te doy a elegir una de tres cosas. Haré lo que tú elijas.”»

13 Gad fue a ver a David y le dio el mensaje del Señor. Le dijo: «¿Quieres que haya siete años de hambre en tu tierra? ¿O prefieres huir de tus enemigos durante tres meses? ¿O prefieres que haya en tu pueblo tres días de peste? Piénsalo bien, pues debo llevar una respuesta a quien me envía.»

 

Un censo puede parecer algo muy normal y común en nuestra época, pero, evidentemente, Dios no piensa lo mismo, ¿por qué? ¿Qué hay detrás de una acción con un “simple y aparente” propósito administrativo y de adecuación de la gestión pública? ¿Han cambiado las cosas desde los tiempos bíblicos al presente? Veremos…

 

Éxodo 30:11-16 RVC

11 El Señor habló también con Moisés, y le dijo:

12 «Cuando hagas un recuento del número de los hijos de Israel, una vez que los hayas contado cada uno de ellos deberá darme a mí, el Señor, el rescate de su persona. Así no habrá mortandad entre ellos.

13 Todo aquel que sea contado deberá pagar cinco gramos de plata, que es la mitad del peso oficial del santuario. La ofrenda al Señor será de cinco gramos de plata.

14 Todo el que sea contado y que tenga más de veinte años de edad, deberá dar esta ofrenda al Señor.

15 Al dar la ofrenda al Señor para la expiación de personas, ni el rico dará más de cinco gramos de plata, ni el pobre dará menos.

16 Recibirás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo entregarás para el servicio del tabernáculo de reunión. Esto será para los hijos de Israel un memorial delante del Señor, para que se haga la expiación por ellos.»

 

Unos cuatrocientos años antes, Dios ya había dejado bien en claro que un censo exponía a la población a la muerte. Esto era muy serio, extraño para nuestra mentalidad moderna, pero evidentemente no para esa época. Se supone que David debía saberlo, pero no es la primera vez en donde lo encontramos “metiendo la pata” pero “bien metida”.

 

No vemos que se requiera de la gente ningún sacrificio de animales o algo oneroso. Aunque el valor de los metales cambia, 5 gramos de plata, al día de hoy, no resulta nada imposible de pagar para prácticamente nadie, excepto los que se encuentren en una situación de verdadera miseria. Equivalía más o menos a la mitad o un tercio de lo que sería el ciclo romano, que nos resulta tan familiar en las páginas del Nuevo Testamento, por ejemplo, y que era el salario básico de un día de trabajo.

 

Sin embargo, no tenemos que pensar en esta plata en un sentido “monetario”, es decir, dinero que se usaría para pagar sueldos o insumos. El versículo 16 indica que se debía entregar al servicio del Tabernáculo y constituiría un “memorial”. Evidentemente, se debía hacer algún tipo de artefacto en metal o usar en algo que fuera necesario, quizás algunos utensilios. De hecho, el Tabernáculo debía ser hecho con ofrendas específicas así que probablemente no podría usarse para la construcción de los muebles o estructuras, que ya estarían hechas, sino de los utensilios que se usarían siempre y terminarían desgastándose con el tiempo. Entonces, quedaría una “memoria” del censo delante de Dios y oficiando en el Tabernáculo que servía para acercar a los israelitas al Eterno.

 

¿Cuál era el objetivo de un censo? Claramente, saber con cuánto poderío contaba el reino, cuan fuertes eran y cuánta capacidad tenían, o viceversa: cuán débiles eran y cuánta capacidad no tenían. De esa manera, podían compararse con otros reinos vecinos y hacer estimaciones en caso de guerras, invasiones, economía, etc. Bueno, todo perfectamente lógico… si no fuera que esas cuestiones ellos debían dejarlas en manos de Dios y solamente obedecer Su voz y avanzar (o no) por fe.

 

Claramente, David en un momento de necedad, quiso saber con cuánta fuerza humana contaba, ¡justamente él que había visto el poder milagroso del Señor librándolo una y otra vez de situaciones totalmente imposibles! Bueno, la consecuencia, que seguimos leyendo en II Samuel 24, fue que Dios redujo la población de guerreros en Israel a través de una plaga.

 

Un censo es también un instrumento de opresión, servía, y sirve, para establecer impuestos y controles. Cuando el Faraón “contó” que los israelitas se habían multiplicado tanto, estableció una política infanticida.

 

Isaías nos muestra la relación entre los “censos” y la opresión, en este caso, babilónica (del Imperio):

 

Isaías 33:18-19 RVC

18 En tu corazón te imaginarás el espanto, y dirás: «¿Qué pasó con el escriba? ¿Y qué fue del que pesaba el tributo? ¿Y dónde quedó el que censaba las grandes torres?»

19 Ya no verás a ese pueblo arrogante, de lenguaje difícil y entrecortado, que te era tan difícil comprender.

 

El Censo no es solamente una herramienta de orgullo nacional, sino también de opresión. Y en todo caso, algo muy lejos de la fe en Dios.

 

Es claro que cumple funciones importantes, y el Señor mismo no lo prohíbe, pero debía ser hecho por indicación expresa de Él y de tal forma que toda la nación supiera de qué se trataba, cuál era el peligro que implicaba y que de ninguna manera debían confiar en sus propias fuerzas (o falta de ellas) sino en su Hacedor. Un censo fuera de tiempo o sin la forma correcta, resultaba mortal.

 

Aunque los tiempos han cambiado mucho desde hace 3.400 años a esta parte, el corazón humano y sus motivaciones no. En todo caso se han vuelto más “sofisticadas”, pero no son en esencia diferentes. Y por eso mismo, un censo no es algo que Dios simplemente “deje pasar”, porque no se trata solamente de las cuestiones y motivaciones humanas que siguen tan vigentes hoy como en ese entonces, sino que literalmente se abren portales del reino de las tinieblas sobre las naciones cuando se realizan censos fuera de la voluntad del Señor y con eso se da paso a espíritus de muerte. Es lógico: cuando las naciones piensan “enorgullecerse” en cuántos habitantes tienen, las tinieblas toman oportunidad para “recortar” ese motivo de orgullo. Un censo fuera de la voluntad de Dios trae muerte, y aunque no debemos esperar necesariamente que ocurra una plaga de proporciones como las que sufrió David, la muerte tiene más puertas abiertas para manifestarse.

 

Al momento de escribir este artículo Argentina se encamina a un censo en pocas semanas. Qué se va a hacer con dicha información es algo muy cuestionado desde distintos ámbitos sociales. Tenemos malos ejemplos de censos hechos por gobiernos socialistas que han dado oportunidad a expropiaciones o avances sobre los bienes de las personas. Además, el “censo digital” solicita datos que legalmente no pueden ser solicitados. Bueno, no me voy a explayar porque el tema está siendo suficientemente explicado por los profesionales, solo recordar que la autoridad última de una nación no corresponde al gobierno sino a los ciudadanos.

 

Si desde el punto de vista humano este censo tiene tantas dudas y tantas sospechas legítimas, ¿qué nos queda desde el punto de vista espiritual? Digamos que si hasta ahora los censos han estado fuera de la voluntad divina, o al menos, fuera del procedimiento correcto, este en particular se encuentra extremadamente lejos. Pero ahora tenemos conocimiento claro y luz suficiente como para saberlo.

 

Si en todos los anteriores se abrieron puertas a la muerte en sus diversas formas, cuanto más será en este. No quiero hacer una afirmación apresurada ni irme a un extremo, pero tengo mis serias dudas de que debamos participar en él. Bueno, y aclaremos que las famosas multas que anuncian son todas ilegales o no correspondientes.

 

Sabemos que el sacrificio perfecto por todos los pecados ya ha sido realizado, y es Cristo. Por lo tanto, no me parece descabellado que en esta oportunidad podamos realizar un acto de ofrenda a modo de simbolismo de expiación (efectiva por Cristo, claro) para que los portales de muerte que se abran durante el censo no nos afecten a nosotros ni a nuestras familias, es decir, que no haya ningún derecho legal que las tinieblas puedan esgrimir a la hora de querer molestarnos.

 

Recordemos que en el último censo murió un ex presidente, y fue notorio a todos. Más allá de la verdadera causa, fue obvio que el Señor dio una advertencia a la nación, y no se trata de un relato bíblico de hace varios milenios, sino de nuestra historia todavía fresca en las mentes de los ciudadanos. No fue casualidad.

 

 

Danilo Sorti

 

domingo, 10 de abril de 2022

823. El tiempo de maldición acortado: justos e injustos, dormidos y despiertos – III

Proverbios 10:27 RVC

27 El temor del Señor alarga la vida, pero los años del impío son acortados.

 

No vemos normalmente a los Proverbios como un libro profético, pero son los tiempos en realidad los que “iluminan” la Palabra y exponen la profecía. Todo el capítulo 10, y más, con su peculiar estilo de contraposiciones, describe la realidad de estos días, en parte tendencia todavía y en parte manifestación clara.

 

 

Proverbios 10:20 RVC

20 La lengua del justo es plata escogida; la mente impía es lo mismo que nada.

 

El contraste aquí es entre lo valioso y lo vacuo, lo vacío. Las palabras nacen del corazón, por lo que palabras valiosas solo pueden venir de corazones llenos de tesoros. Profundizando más en el simbolismo, la plata señala la redención, la salvación, y constituía la moneda más usada antiguamente. Del buen tesoro de su corazón, el hombre bueno saca lo bueno y trae vida y salvación con sus palabras.

 

Bajo este mismo punto de vista, el impío aquí no saca propiamente “lo malo”, sino que “no saca nada”. No tiene nada valioso, de sustancia, que sirva y todos sus razonamientos terminan siendo como un motor que “gira en falso”, como un auto que no tiene ningún cambio puesto, simplemente hay actividad en el motor, pero no logra nada. Digamos que “hay actividad” y de la misma forma el dormido “piensa y dice”, el asunto es que el contenido de eso es inútil, falso, vacío.

 

 

Proverbios 10:21 RVC

21 Con sus labios el justo dirige a muchos; los necios mueren por falta de cordura.

 

En relación con lo anterior, los despiertos y justos son los que se levantarán como líderes, los que finalmente serán seguidos. No es esto algo que podamos ver siempre y de hecho no ha sido lo común en el mundo hasta ahora, sino todo lo contrario, por eso es que nos encontramos en este momento con autoridades en todos los niveles de gobierno que son extremadamente incompetentes y hasta ridículas. La consecuencia de eso, tanto de ese liderazgo como de los que lo siguen, es lo que dice la segunda parte del versículo: la muerte, sus líderes los llevan como ovejas al matadero y ellos mismos van voluntariamente.

 

Viceversa, aquellos que logran despertar buscan a los justos para ser conducidos por ellos, porque se han dado cuenta del engaño de los necios.

 

 

Proverbios 10:22 RVC

22 La bendición del Señor es un tesoro; nunca viene acompañada de tristeza.

 

Aunque el contraste aquí no aparece tan explícito, es claro que la diferencia se basa entre alegría y tristeza como consecuencias de una “bendición”, es decir, de una provisión, normalmente material.

 

Esta verdad, evidente desde hace siglos, se vuelve crítica en el final de los tiempos, cuando todo el sistema del mundo se va uniendo para conformar el sistema del Anticristo y todos sus beneficios (trabajo, bienes, dinero, “prosperidad”) van tomando un precio cada vez más alto que consiste en someterse a dicho sistema. Obviamente esto genera una tristeza profunda, del espíritu, que no puede dejar de transmitirse en el alma de la persona.

 

Viceversa, la bendición que viene de moverse en el sistema económico de Dios, que se desarrolla junto con el sistema de la Bestia, trae verdadero gozo y paz interior, y es un verdadero tesoro, es decir, tiene genuino valor, no “apariencia de”.

 

 

Proverbios 10:23 RVC

23 El necio se divierte cometiendo maldades; el sabio se recrea con la sabiduría.

 

Siguiendo en el contexto del fin de esta era, el necio, a quien hoy claramente podemos identificar como aquel que se ha creído el discurso plandémico – globalista, y lo seguirá creyendo, es empujado cada vez más a la impiedad y la maldad, porque hacia allí se dirige a toda velocidad el sistema. Por lo tanto, toda la diversión que puede tener, y que en otro tiempo podíamos considerar legítima o sana, hoy ya no lo es. No solamente las conciencias quedan cauterizadas sino que incluso lo que antes se consideraba malo hoy “causa risa”. Más vale que nos apartemos de ellos…

 

El sabio, el despierto, se goza adquiriendo más conocimientos y sabiduría. Notemos esto, no se trata de que simplemente “se divierte”, o “se entretiene” jugando, por ejemplo, sino que el hecho de estudiar y aprender es lo que ha llegado a entretenerlo. Aunque no existe en el texto original, la palabra que usa la traducción, “recrea” es muy sugestiva porque indica cuál es el verdadero propósito del descanso y en definitiva la distracción o diversión, y es la “recreación”, “re-creación”, tomar nuevas fuerzas, permitir que tanto el cuerpo como el cerebro se recuperen de un esfuerzo.

 

 

Proverbios 10:24 RVC

24 El impío es víctima de sus grandes temores; los justos reciben lo que más desean.

 

La gran paradoja de este tiempo es que las personas que han caído presas del temor transmitido a través de los medios de manipulación masiva son las que se están volviendo rápidamente impías, no solo necias, sino verdaderamente malvadas, aun cuando no lo quieran, debido a las distintas razones que ya hemos explicado.

 

La solución que ofrece el sistema es justamente, la “única” posible para conjurar esos temores, pero ya estamos viendo que finalmente esos temores lo alcanzan y los acaban. ¿Cuántos inoculados (convenientemente silenciados en las estadísticas y discursos oficiales) están cayendo víctimas de graves problemas de salud? Precisamente los que fueron corriendo a buscar la pre marca por temor a la enfermedad y la muerte son los que más rápidamente están cayendo. Lo que se escribió en Proverbios hace unos tres mil años, hoy lo vemos clara y masivamente.

 

En medio de este caos progresivo y programado, Dios sigue cuidando a Sus justos y sigue proveyendo y respondiendo a sus oraciones. Si seguimos con el ejemplo anterior, ellos realmente se preocuparon por su salud y su vida (¡y su alma y destino eterno!), y gracias a eso, pudieron no solamente darse cuenta del engaño de este tiempo sino también del gran y terrible engaño de la medicina contemporánea, con lo que no solamente escaparon de la inoculación sino de todos los otros venenos que les estaban administrando silenciosamente durante décadas. Desearon verdaderamente vida, y Dios les está dando vida en abundancia, no solo física, sino también de sus almas y espíritus.

 

 

Proverbios 10:25 RVC

25 El malvado pasa como un torbellino, pero el justo permanece para siempre.

 

Este versículo refuerza la idea del versículo central que tomamos para esta serie de artículos: sencillamente es Dios mismo quien está separando la humanidad, usando, por el momento, a la misma élite, al permitir que puedan avanzar (hasta cierto punto) con sus planes.

 

El alcance profético de este versículo es enorme, porque está hablando de la vida eterna de los justos y del reinado venidero del Mesías y Sus fieles, pero me voy a centrar solo en la primera parte: el malvado pasa “como un torbellino”.

 

La palabra da idea de una actividad frenética, pero que resulta destructiva. Un torbellino tiene mucha fuerza, genera mucho polvo, es imposible no verlo desde lejos, hace ruido y deja una huella, además de toda la destrucción que conlleva, claro. Pero tiene la consistencia del viento, así que cuando las condiciones atmosféricas o del terreno cambian, simplemente, se desvanece y es imposible volver a encontrarlo. Así vemos hoy: mucha actividad que terminará en nada…

 

 

Proverbios 10:26 RVC

26 El que envía a un mensajero perezoso se echa vinagre en los dientes y humo en los ojos.

 

Ahora bien, ¿podemos tener a esta gente como empleados o socios? Claramente no.

 

¿Por qué son “perezosos”? Por un lado, todo el discurso y el control mental ejercido por el sistema provoca un “adormecimiento”, una “pereza” que es motivada por una falsa confianza en un sistema que “los cuida” adecuadamente, o bien, los sobre excita con un bombardeo informativo dirigido hacia temas específicos que termina agotándolos.

 

Por otro lado, los efectos que ya conocemos de las inoculaciones los van progresivamente “apagando”, desprendiendo la “chispa vital” de ellos e introduciendo un control progresivo, además del efecto sanguíneo que dificulta el correcto transporte de la sangre y el bozal que impide la absorción de oxígeno. Una persona así sometida decididamente no puede no ser perezosa.

 

Bueno, no en vano se los llama “los dormidos”…

 

Así que, por un lado, puede que no vea la necesidad de esforzarse, y por otro, no podrá hacerlo por más que quiera.

 

 

Proverbios 10:28 RVC

28 La esperanza de los justos es su alegría; la esperanza de los impíos se esfuma.

 

En medio de todo esto, los justos están poniendo su esperanza en el cumplimiento de los planes del Señor, y aunque saben que los años por venir serán duros, saben también que habrá un futuro glorioso más adelante, y eso los fortalece.

 

Por otro lado, la esperanza de los impíos / plandémicos / covidianos, ¿cuál es? Sinceramente, ¿qué esperan, si es que esperan algo? Hasta donde he podido observar, dudo mucho que “esperen” algo más que simplemente “escapar” de un “dios virus” impredecible al que tratan de conjurar con todos sus ritos mágicos pseudo científicos. Pero esa pobre y fútil esperanza, “no enfermarse o no morir”, ya sabemos cómo terminará.

 

 

Proverbios 10:29 RVC

29 El camino del Señor fortalece al perfecto, pero destruye a los que hacen el mal.

 

El justo es fortalecido en los caminos del Señor, transitarlos, por más difíciles que sean, renuevan e incrementan sus fuerzas, porque la Vida misma de Dios está en ellos y hay una renovación constante.

 

Por el contrario, aquellos que se han volcado al engaño de este siglo decididamente no pueden ir por ellos, y aún más, les resultan nocivos. Una traducción más literal usa la palabra “espanto”. De hecho, la palabra hebrea tiene varios significados: disolución, ruina, consternación: calamidad, debilidad, desmayo, destrucción, destruir, espanto, quebrantamiento, temor. Así que nos está mostrando algo verdaderamente difícil.

 

Tenemos un problema allí: el camino de verdad está siendo rápidamente alejado de los engañados, y además de las dificultades per se que presenta se les re-presenta cada vez más tenebroso y oscuro. ¡Qué desafío es poder traerlos a la verdad! Aunque Dios tendrá Su forma, muy drástica por cierto, pero la única capaz de que en este momento crucen un abismo que se les ha creado entremedio.

 

 

Proverbios 10:30 RVC

30 El justo jamás tendrá un tropiezo, pero los impíos no habitarán la tierra.

 

Ya hemos visto el sentido de este proverbio. Sencillamente, los que se están dejando engañar terminarán por ser quitados prematuramente de esta tierra, y sin dejar descendencia.

 

 

Proverbios 10:31-32 RVC

31 De la boca del justo mana sabiduría, pero la lengua perversa será extirpada.

32 Los labios del justo dicen palabras gratas; la boca de los impíos arroja perversidades.

 

De nuevo, tenemos aquí conceptos que ya hemos visto, y podemos relacionarlos con los discursos escuchados en los medios masivos y repetidos en las conversaciones.

 

 

 

Podríamos seguir analizando los siguientes capítulos de Proverbios y seguiríamos ampliando la descripción de los dos grupos antagónicos que se han conformado y que se están separando cada vez más. El verdadero problema no es si Dios cuidará a los Suyos, porque ciertamente lo ha hecho siempre y lo seguirá haciendo, sino ¿cómo podremos “cruzar el puente” hacia los dormidos?

 

Al separarse tanto la vida de unos y otros, se crean muros formidables. El destino de los engañados en la muerte, y lo se demorará. Habrá unos cuantos de los fieles que también tendrán que pasarla, y eso ha sido siempre, pero Dios estará con ellos hasta el último minuto y no sufrirán dolor sino que serán inmediatamente llevados a Su Reino Glorioso. El asunto es que el mandato de la Gran Comisión sigue vigente, y es necesario completarlo en estos tiempos.

 

Dios vendrá en cumplimiento de Sus Planes para la última y gran cosecha, porque Él mismo se encargará de conmover toda la tierra antes del tiempo del fin, para quebrar esas tremendas barreras que el Adversario está levantando con mucho esfuerzo, y se cumplirá el propósito del avivamiento que vendrá, naciendo desde el sur y cubriendo todo el mundo, para salvación de muchos que hoy están lejos. ¡Gloria por siempre a nuestro Redentor!

 

 

Danilo Sorti

 

miércoles, 6 de abril de 2022

822. El tiempo de maldición acortado: justos e injustos, dormidos y despiertos – II

 Proverbios 10:27 RVC

27 El temor del Señor alarga la vida, pero los años del impío son acortados.

 

Salomón escribió (o compiló) estos proverbios hace más de dos mil años. Siempre han tenido validez universal pero no los hemos visto con las “grandes luces” de la profecía. Sin embargo, una relectura nos muestra que en un sentido “extremo” toda esta sección apunta a las realidades extremas y contrapuestas de esos tiempos. Lo que fue siempre cierto, hoy lo es en una dimensión mucho mayor, y el “recurso literario” de la contraposición de opuestos, tan común en los proverbios, expone hoy la realidad de dos grupos claramente separados en la sociedad, ya no como recurso literario sino como realidad vivida.

 

 

Proverbios 10:12 RVC

12 El odio despierta rencillas; pero el amor cubre todas las faltas.

 

Los dos grupos de personas del fin de los tiempos: aquellos que se están llenando de odio y engendrando conflictos y peleas por doquier, y aquellos que han avanzado hacia el conocimiento del verdadero amor y pueden traer sanidad sobre las almas muy heridas. Hoy podemos ver ambos procesos en plena acción, y generarán esos dos grupos bien diferenciados de personas.

 

 

Proverbios 10:13 RVC

13 La sabiduría se halla en labios del prudente; la vara es para las espaldas del falto de cordura.

 

Hay consecuencias y destinos bien diferentes para ambos grupos. Los que buscan justicia tendrán vidas prudentes y cuidadosas en medio de los peligros de este tiempo, vivirán, y ya están viviendo, en sabiduría y enseñarán sabiduría.

 

Los imprudentes, los que no son cuerdos, los que no tienen los cuidados y los límites que son necesarios en este tiempo, recibirán el castigo, pero no dentro de muchos años, sino en este tiempo y no mucho más adelante.

 

 

Proverbios 10:14 RVC

14 Los sabios atesoran el conocimiento; la boca del necio es calamidad cercana.

 

Desde otro punto de vista, un sector de la población se hace más y más sabio, por lo que se convierten ellos mismos en “depósitos” de conocimiento, de verdad. A medida que ese conocimiento se retira de los ámbitos más públicos y accesibles, y se vuelve más difícil de encontrar y de discernir para los que no han tenido una formación adecuada, se va concentrando en los justos.

 

En el otro extremo, los necios, es decir, los ignorantes voluntarios, pierden el poco conocimiento que tenían, y esto es literal, lo “pierden”, lo olvidan, terminan desechándolo y lo reemplazan por la mentira. Las consecuencias no pueden ser buenas y no serán “un poco” malas, sino realmente calamitosas.

 

 

Proverbios 10:15 RVC

15 El rico se atrinchera tras sus riquezas; el pobre se refugia en su pobreza.

 

Hay dos interpretaciones interesantes aquí. Por un lado, desde el punto de vista material, vemos cómo los ricos se hacen más ricos, mientras los pobres se hacen más pobres, y algunos “apenas sobreviven”.

 

Los ricos siguen confiando en sus riquezas para hacer frente a las calamidades que vendrán, y ponen cada vez más esperanza en ellas, ¡precisamente en el tiempo cuando ellas se vuelven inseguras y extremadamente volátiles!

 

Los pobres, asumen el rol de pobres, que es tan conveniente para el sistema, y desde allí obtienen su identidad y una limosna segura de parte del estado, a cambio de los consabidos votos y apoyo político. Unos y otros son perfectamente funcionales al sistema y en realidad no son grupos distintos.

 

Pero los justos se protegen detrás de sus riquezas espirituales, y en los tiempos de escasez tienen de sobra para ellos y para repartir, ya que los tesoros celestiales, a diferencia de los naturales, mientras más se dan, más se multiplican.

 

Los pobres de espíritu, los que no ponen ninguna confianza en riquezas materiales, que son exactamente los mismos que mencioné en el párrafo anterior, se refugian en su sencillez, porque no están desesperados por bienes y pueden vivir materialmente con muy poco, porque su provisión viene directamente del Señor, incluso en los tiempos de dificultad. Con un equipaje físico muy ligero, no tienen ninguna carga pesada que arrastrar y no caen en las trampas del sistema.

 

Ambos grupos, cada vez más claramente diferenciados.

 

 

Proverbios 10:16 RVC

16 Con sus obras, el justo se gana la vida; con sus frutos, el impío se dedica a pecar.

 

Una parte de la sociedad viviendo de su trabajo honesto y decente, otra parte de la sociedad haciendo trampas y cometiendo injusticias en el trabajo, o directamente viviendo de trabajos impíos, ilegales, totalmente pecaminosos.

 

 

Proverbios 10:17 RVC

17 Acatar la corrección conduce a la vida; desechar la reprensión es perder el camino.

 

Una parte de la sociedad a la que es posible corregir y con quienes se puede razonar, gente que puede darse cuenta de sus errores y cambiar. Otra parte de la sociedad que está muy segura en su propia opinión, con quienes “no se puede hablar”.

 

Pero desechar el consejo que les encaminaría no los deja “donde están”, sino que los empuja a un camino totalmente erróneo, es decir, los aleja más de la verdad y los hace progresivamente más “sordos” y “ciegos” a la misma.

 

 

Proverbios 10:18 RVC

18 Miente quien disimula su odio; es un necio quien propaga calumnias.

 

Hoy podemos reemplazar la primera parte por “políticos” y la segunda parte por “medios de comunicación”, y estaríamos diciendo exactamente lo mismo… Por supuesto, la sociedad que les cree y los sigue se conforma a esa imagen que mira.

 

Hipocresía al extremo, la constante de la sociedad, llegando al punto de ser ya obscena, ni siquiera cuidada en la época donde cada estornudo queda registrado en veinte cámaras, por lo menos.

 

Mentiras y calumnias a la orden del día, repetidas incluso como verdades, es decir, sin el más mínimo registro interno de que son tales, o incluso que podrían llegar a serlo.

 

 

Proverbios 10:19 RVC

19 En las muchas palabras no falta el pecado; el que es prudente refrena sus labios.

 

La mentira se envuelve con muchas palabras, pero no con razonamientos tranquilos. Solo “escuchar palabras” nos llevará hoy a caer en el error. Sobran ejemplos de los mentirosos palabreros, la izquierda y el progresismo son particularmente expertos en esto, aunque no los únicos, por supuesto. Los medios de comunicación y la mentira de estos tiempos viene, de la misma forma, envuelta en muchas palabras lindas. Los que se alimentan de esto inevitablemente producen el mismo fruto. Muchas palabras y aparentes razonamientos, que en realidad constituyen un verdadero “festival” de falacias argumentales y de razonamiento, una detrás de otra.

 

Frente a esto, los prudentes están incluso hablando menos que de costumbre, tratando de presentar las evidencias de la manera más sólida y precisa posible, dejando tiempo al interlocutor para que razone, algo que no hace el discurso mentiroso, ni puede hacer porque justamente su fortaleza está en “llenar de palabras” para evitar el razonamiento.

 

 

Dejamos aquí por ahora y en un próximo artículo seguimos viendo los contrastes que se han agudizado en este último tiempo, haciendo que los Proverbios adquieran una dimensión claramente profética.

 

 

Danilo Sorti