lunes, 19 de agosto de 2019

712. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – y V


Isaías 46:10 DHH
10 Yo anuncio el fin desde el principio;
anuncio el futuro desde mucho antes.
Yo digo: Mis planes se realizarán;
yo haré todo lo que me propongo.


Los resultados de las PASO mostraron un panorama muy distinto al que esperábamos, pero solo en apariencia. Las buenas promesas que Dios había hecho sobre la nación parecieron quedar atrás, pero de nuevo, solo en apariencia. En esta serie de artículos intentamos mostrar algunos de los propósitos que Dios está cumpliendo, para llevar a cabo finalmente Su palabra anunciada por los profetas desde hace tiempo, y para responder la oración de Su pueblo que no ha caído en saco roto.

Isaías 46 fue escrito a un pueblo cautivo, la necedad en que habían vivido los había llevado precisamente a esa condición y acababan de darse cuenta de ello, pero parecía imposible escapar de las garras de un imperio que se veía inconmovible: las buenas promesas que Dios le había hecho seguían alimentando su fe, pero había muchas dudas. Hoy nosotros sabemos lo que pasó y cómo al final se cumplieron, ellos todavía no podían verlo. Exactamente lo mismo que hoy. Un poco más adelante Yahveh vuelve a decirles:

Isaías 46:12-13 DHH
12 Escúchenme, gente obstinada,
que piensan que la liberación está muy lejos:
13 Yo hago que se acerque mi acción liberadora;
mi salvación no se demora, no está lejos.
Yo daré a Sión la salvación,
yo daré a Israel mi honor.

Esta misma palabra la repite el Señor para Argentina hoy: Sus planes se cumplirán, Sus promesas llegarán porque no dependen de nuestra “bondad” ni de nuestro esfuerzo, sino de Su amor y Su fidelidad, y porque ha dispuesto esta nación para un rol importantísimo en los tiempos que vendrán. No solamente cumplirá Sus buenas promesas por amor a esta tierra y a Su iglesia que clama noche y día sino por amor a muchísima gente en todo el mundo que será bendecida por esta nación. Nuestra visión “ombligocéntrica” nos ha impedido entenderlo.

En las redes leí una publicación muy acertada que comparaba lo que siente el presidente y el gobierno en este momento como un bebé que está por ser abortado y no tiene ningún lugar dónde agarrarse. Sin embargo, el aborto finalmente no se aprobó y no se aprobará en Argentina, por lo que a pesar de que se le dio cierta legalidad al espíritu de aborto (para hacer abortar una nación), finalmente la perdió, y tampoco se concretará el aborto de este proyecto de país (no el de un presidente, el de Dios).

Isaías 1:25-26 RVC
25 Luego volveré mi mano contra ti, y limpiaré tu escoria hasta dejarla pura, y te quitaré toda tu impureza.
26 Haré que tus jueces sean como eran al principio, y que tus consejeros sean como eran antes. Después de eso te llamarán “Ciudad de justicia”, “Ciudad fiel”.

En la Biblia vemos que luego de una purificación hay bendición, es la forma de actuar de Dios; no puede enviar Sus propósitos hasta que el pueblo no esté lo suficientemente limpio como para llevarlos a cabo, y eso es lo que está haciendo apresuradamente en este tiempo. Pero el mismo hecho de la “limpieza”, es decir, del proceso, es lo que anticipa el cumplimiento de la promesa.

Estamos en tiempos de juicio, pero no juicio de destrucción sino de separación: de nuestra actitud, nuestra fe en Sus promesas, nuestra firmeza en creerlas y proclamarlas, de nuestro compromiso con Sus planes, dependerá nuestro futuro. Aclaremos: cuando hay un juicio luego hay una promoción, los que pasan exitosamente la prueba son elevados a un nuevo nivel de autoridad y bendición, los que no, pierden lo que tenían.

Para los hijos de Dios esto significa que de acuerdo con sus actitudes, palabras y hechos habrá en los meses por venir un tiempo de respaldo, bendición y promoción pública de parte del Señor, o el Espíritu Santo se apartará de ellos y vendrá un tiempo de esterilidad y fracaso, un tiempo para “volver al desierto”, del cual algunos podrán salir más o menos rápidamente pero otros no.

Algo parecido sucederá con el resto de las personas, instituciones y organizaciones de la nación. Nadie piense que “todo va a seguir como antes”, pero Dios mismo se encargará de que eso no ocurra: el Dios que estuvo obrando hasta ahora y que completará Su tiempo de remoción también continuará obrando luego.

Seamos, pues entendidos en los tiempos, prudentes en nuestras acciones pero comprometidos con la verdad y la justicia que vienen de lo Alto, porque el tiempo de nuestra promoción está cerca y el tiempo en que seamos llamados a reconstruir la nación ya está llegando.


Danilo Sorti


711. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – IV


Zacarías 13:9 NTV
9 A este último grupo lo pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Les diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El SEÑOR es nuestro Dios”».

Mientras cualquiera que esté mirando el proceso de afuera podría decir que las cosas están fuera de control, sabemos que es exactamente lo contrario.

A partir de los sucesos del 2018 se levantó el “movimiento celeste” en Argentina. Hay tanto para hablar al respecto de necesitaríamos libros (al menos uno ya hay escrito); en poco tiempo ocurrió muchísimo, y todo redundó para la gloria del Señor y la extensión del Reino, no de una iglesia en particular, tampoco de “las iglesias evangélicas” o católica, ¡ni siquiera de “la Iglesia” en su conjunto! Se trató del Reino de Dios hacia la sociedad, saliendo afuera de las cuatro paredes de cualquier iglesia y de los recipientes denominacionales. Se trató de un movimiento de unidad sin precedentes, muy “del pueblo”, donde los líderes eclesiásticos ocuparon un rol más bien secundario. Fue la respuesta a la vieja cuestión de cómo debían los creyentes insertarse en la cuestión social y política latinoamericana. Fue una muestra del poder y del amor de Dios. Fue la “recuperación” de la consciencia de nación frente a una teología cristiana individualista y de “arca de Noé”. Fue muchas cosas, pero no fue todo maravilloso.

Sin la estratégicamente inexplicable tozudez política del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales, el movimiento celeste no hubiera cristalizado tan rápidamente, pero lo hizo, está aquí y ya es un actor más en la arena política y social argentina. Los que buscaban imponer el aborto lograron homogeneizar un fenómeno social con el que van a tener que convivir de acá en más. Digamos que les salió el tiro por la culata.

Pero, tal como leemos en Zacarías, Dios se encarga en todo momento de purificar lo que Él va formando. Si el surgimiento del movimiento celeste fue un hecho divino en todo sentido (como dije, partiendo del inexplicable error político cometido por MM), su purificación también lo es, y los resultados de las PASO están contribuyendo a eso. ¿De qué forma?

Por un lado enfrenta al joven movimiento con tres disyuntivas: racionalidad versus fanatismo, confianza humana versus confianza en Dios, reduccionismo versus visión amplia. Así como hizo falta una fuerte presión para que gente tan diferente nos entendiéramos y uniéramos, es necesario mantener posturas racionales en la arena política, teniendo en cuenta que estamos en una sociedad con muchos actores y con realidades que no van a cambiar de un día para otro, nos guste o no. La amenaza del aborto nos asustó en 2019, pero la amenaza de una nueva Venezuela nos asusta hoy, y sólo hay dos opciones. La lista provida hizo un desempeño notable teniendo en cuenta los $ 0 con que contó para la campaña y todo el aparato mediático en contra, pero no tiene chances en las definitivas, lo cual nos deja con solo una disyuntiva. A la sazón, fue muy parecida a la que tuvimos los celestes a la hora de votar en nuestra provincia, Santa Fe.

La razonabilidad dice que lo más lógico es votar al que por lo menos habilita el diálogo, permite un funcionamiento democrático del Congreso y tomó nota del error y del reclamo del pueblo, por más de que haya “mucho verde” enquistado allí, versus la venezuelización inevitable. El problema aquí está en la convicción y las cuestiones de consciencia, que no se pueden resolver en un artículo. La respuesta es muy simple y se encuentra en la Biblia: de principio a fin Dios está eligiendo hombres para cumplir determinadas misiones, y ninguno de ellos resultó perfecto (excepto Uno) pero Dios pesa los corazones, lo bueno y lo malo, y del resultado decide si continúa o no en el cargo:

2 Crónicas 19:1-3 RVC
1 El rey Josafat de Judá volvió a su casa en Jerusalén en paz.
2 Pero le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Jananí, y le dijo al rey Josafat: «¿Así que ayudas al impío, y amas a los que odian al Señor? Pues por esto, de la presencia del Señor ha salido su ira contra ti.
3 Sin embargo, se han hallado en ti buenas acciones, pues has quitado del país las imágenes de Asera, y de corazón te has dispuesto a buscar a Dios.»

Josafat fue un buen rey pero no hizo todo bien, con todo, la balanza se inclinaba a su favor. Esto es un principio bíblico por demás de claro que el innato fanatismo argentino no puede ver. Dios no dejó de ser Dios por seguir respaldando a Josafat, Su ley no cambió, Sus demandas de santidad no se redujeron y nunca dejó de continuar exigiendo a los hombres una vida santa, simplemente tomó una decisión en base a lo que había y lo que era posible en el mundo de los hombres, ¡no en Su mundo perfecto!

¿Será el movimiento celeste una expresión más de la profunda raíz del fanatismo argentino, pero “de otro color”, o será un movimiento “con los pies sobre la tierra” mientras no deja de mantener los ojos mirando al Cielo? Dios comenzó a moldear este movimiento, y no va a dejar de hacerlo.

Y aquí es donde entra el otro dilema; ¿confianza en el hombre o confianza en Dios? Es decir, ¿las leyes contrarias a los diseños divinos serán frenadas por la intervención divina o porque coloquemos suficientes legisladores celestes? Apoyo con todas mis fuerzas la incursión política celeste, pero si sólo esa es nuestra esperanza, estamos “al horno”. Nunca las fuerzas humanas serán suficientes, y si llegaran a serlo inevitablemente se nos colarían errores peores por el costado. Mientras las iglesias avanzan social y políticamente sobre la nación, los ojos nunca deben dejar de estar puestos en la verdadera fuente de toda verdad y justicia, tal como queda plasmado en nuestra Constitución. ¿No apartará los ojos del Señor el movimiento Provida?

Y el tercer dilema es el reduccionismo versus la visión amplia. Una crítica fundamental verde hacia el movimiento celeste se basa en esto: “¡solo les interesa que no se apruebe el aborto!”. Por supuesto que el “solo” es mucho más que “solo” porque constituye el derecho fundamental sobre el que se asientan todos los derechos, cometen el calculado e hipócrita error de reducir el aborto a “un hecho más”, cuando cualitativa y cuantitativamente no lo es. Pero no deja de ser cierto que una nación tiene muchas más cuestiones, y desconocerlas es un error. Es el error en que se encuentra una parte del movimiento celeste actual: no les importa que gane un candidato que ya ha anunciado expresamente que nos transformará en Venezuela, y que además dijo que aprobará el aborto sin pasarlo por el Congreso. ¿Podrá tener una visión amplia en vez de mantenerse sólo en sus objetivos fundacionales… sin perderlos por el camino?

Dios está purificando lo que Él mismo inició, ¡bienvenidos al proceso! Es necesario que sea así. El movimiento celeste será fundamental en los tiempos que vienen, para muchas cosas más allá del aborto y la ideología de género (pero también en relación con ellas), por eso debe ser limpiado.

Nota de justicia: tristemente uso el ejemplo de nuestros hermanos venezolanos para ilustrar el resultado de mantener un gobierno populista, no pretendo humillar ni a la nación ni a sus habitantes, solo aprender de los errores. Pronto viene el día que usaremos el nombre de Venezuela para bendición y como sinónimo de crecimiento y prosperidad, y la nación misma será una bendición para muchos otros pueblos.


Danilo Sorti


710. ¿Volverá a ser tratado el aborto en el Congreso?


Al día de hoy, tal como se han venido desarrollando las cosas, el tratamiento del aborto en el Congreso parece alejarse bastante. Luego de la crisis sufrida por el gobierno, el acercamiento hacia el electorado celeste es inevitable y sumamente estratégico. Este año es imposible que vuelvan sobre el tema.

Después del susto en las PASO, CFK presa el 11 de diciembre de 2019 es casi un hecho, no pueden arriesgarse más. El malestar que eso generaría requiere sí o sí de las iglesias para controlarlo. Volver sobre el tema en 2020, además de una increíble amnesia y traición, resultaría suicida políticamente.

2021 es año electoral, imposible tratar el tema, necesitarán sumar votos con cámaras legislativas en buena parte opositoras.

2022 es un poco más crítico, pero es esperable una presencia significativa de legisladores celestes y un buen trabajo social, además de la memoria histórica de 2018 – 2019 dificultarán nuevamente su tratamiento.

2023 es año eleccionario, de nuevo muy difícil el tratamiento del tema.

No estoy diciendo que esto sea una profecía, es un análisis somero. Hay fuerzas internacionales que continuarán presionando, pero, hasta donde puedo entender, si la iglesia aprovecha estos años “tranquilos”, especialmente los próximos dos, y arma una buena base política y social, además de una intensa guerra espiritual sobre los muchos focos que ya existen, el aborto tendrá que esperar unos cuantos años más… indefinidamente de hecho…


Danilo Sorti


709. Dios está respondiendo


Desde el día de las PASO hasta esta mañana (15/08/19) había un fuerte sentimiento de opresión sobre todo el país. Puede ser difícil de entender para los que no viven aquí, pero estos eventos políticos y sociales, que son muy claramente espirituales y que siempre involucran pactos y brujería del más alto nivel, se pueden sentir muy fuertemente en la nación, todo el ambiente lo manifiesta. Esta mañana, sin embargo, el día amaneció distinto, y ya el temor y la opresión no tenían el mismo peso. Al mediodía escuchamos las declaraciones del gabinete presidencial indicando, entre otras cosas, que:

·         Iban a seguir con todas sus fuerzas en carrera electoral para octubre.
·         Reconocieron que habían descuidado la clase media.
·         Reconocieron que se concentraron en las variables macroeconómicas pero descuidaron las economías de las familias.

Por empezar, el hecho de reconocer claramente el error cometido era el mensaje que se quería transmitir en las PASO y así fue entendido. No tenemos muchos gobiernos en la historia que hayan sido capaces de esto, más bien uno veía lo contrario: reforzar las decisiones e ir a la confrontación directa.

El foco en la (difusamente definida) clase media es novedoso: siempre fue la variable de ajuste, histórica, y nunca fue priorizada por ninguno de los gobiernos de las últimas décadas, a no ser de modo marginal. “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, es cierto, pero al menos empezar por aceptar un problema histórico y proponerse solucionarlo ya es un gran avance.

Otro punto importantísimo es reconocer el descuido de las economías domésticas pensando que el “derrame” de las variables macroeconómicas se encargaría de ellas. Hasta ahora los sectores políticos más liberales de la nación nunca habían entendido eso.

Seguir en carrera electoral era la demanda velada de buena parte del electorado. El mundo se asustó con el resultado de las PASO sin entender lo que verdaderamente significaban: una encuesta, una oportunidad para expresar el descontento, no una elección definitiva. Dios los puso allí con un propósito en 2015, si en el medio se desviaron, deben volver a él y continuar.

En 2015 caminaron por los barrios de clase media, “ganándose el corazón” de la gente. Es simbólico, por supuesto, pero suponía un mensaje que todos podían entender: vamos a gobernar para ustedes. No lo hicieron y esa fue la traición que el electorado castigó. Volver a eso es, aunque todavía simbólico, volver al punto de origen. Podemos entrever un “volver al propósito original” en todo esto.

Pero el otro dato sugestivo fue la reunión en la que el candidato a vicepresidente, Pichetto, declarado abortista y antiiglesia, arengó a su tropa a salir a “seducir a los votantes de Espert y Centurión”, las dos líneas “provida” (simulada la primera y genuina la segunda). Por supuesto nadie va a creer que de repente haya entrado en razón y se transforme en un declarado provida, simplemente que “leyó” su historia negativa y que al menos una parte de la sociedad (probablemente menos de la que ellos piensan todavía) está en contra de la política que con tanta furia buscaron impulsar el último año. Por lo tanto, es esperable que, por lo menos, “dejen dormir” el tema durante un tiempo, que deberíamos aprovechar para fortalecer legisladores provida y educar a la sociedad.

Esto sería nada más que un breve análisis político si no fuera que estamos viendo a Dios obrar en medio y a través de las circunstancias políticas y sociales. Desde el domingo a la noche la iglesia en toda Argentina ha estado orando persistente y desesperadamente, y el Señor comenzó a responder mucho más pronto de lo imaginado. No es momento de bajar los brazos, el Adversario intentó un duro golpe, le costó mucho esfuerzo y tuvo un éxito aparente, que en realidad fue el principio de su derrota, no debemos dormirnos hasta que no sea completamente derrotado y expulsado ese sistema de gobierno que ha destruido nuestra nación por 70 años; nos distrajimos con otras cuestiones (importantes) y se rearmó por detrás, ahora no debemos bajar los brazos hasta que la cabeza de la serpiente sea definitivamente cortada.


Danilo Sorti


708. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – III


Romanos 9:13 DHH
13 … Así quedó confirmado el derecho que Dios tiene de escoger, de acuerdo con su propósito, a los que quiere llamar, sin tomar en cuenta lo que hayan hecho.

Desde el primer versículo de la Biblia hasta el último queda claro que Dios es quien elige: eligió un lugar en el espacio para crear la Tierra y eligió crear esta Tierra, y a partir de Adán, fue eligiendo sucesivamente a distintas personas. Cada uno de los individuos a los que el Señor confirió autoridad y una misión de los que leemos en la Biblia fue elegido por Dios. Es cierto que a veces permitió que el pueblo tomara “sus” propias decisiones, pero aún eso no escapó de la dirección divina. En el Nuevo Testamento, la enseñanza sobre los dones espirituales y los ministerios termina de completar el asunto de la elección divina: ellos tenían muy en claro que Dios elegía autoridades y profetas, ahora entendían que también al “más pequeño” de los hermanos para desarrollar una misión particular.

Siendo que resulta tan extremadamente clara e ilustrada la doctrina de la soberanía divina para elegir a quién conferir autoridad y responsabilidad, ¿por qué los cristianos seguimos comportándonos como si una elección presidencial estuviera “fuera de control”?

Porque nos dejamos asustar por las voces de los espíritus de temor, y no confiamos realmente en la soberanía y la bondad de Dios.

Cuando Dios elige está “haciendo política”. Elegir a Fulano y no a Mengano para un puesto, desde el presidente para abajo, desde el apóstol hasta el servidor más humilde (aunque en el Reino el mayor es el que sirve a todos), implica tomar una decisión política porque Fulano no va a tener exactamente la misma visión ni los mismos intereses que Mengano. Durante mucho tiempo la iglesia ha asumido una “neutralidad política” exagerada. Es cierto que ni podemos ni debemos “casarnos” con ningún partido político o poder estatal (la Iglesia Católica y las primeras Iglesias Protestantes nos dan cuenta de ese error, pero también algunas megaiglesias modernas), pero nunca la Biblia es neutral políticamente, jamás en sus páginas a Dios “le da lo mismo” uno que otro; la Palabra de Dios tiene muchísimo que decir de política y en cada momento histórico, hay determinada línea o partidos que están más cerca que otros.

Desde hace varios años el Señor ha comenzado a quitar el socialismo de Sudamérica. Permitió que gobernara durante décadas, había cosas buenas allí a pesar de todo, pero terminó corrompiéndose y su fin llegó. No se trata de un país, se trata de un fenómeno continental y nosotros no seremos la excepción. No se trata de un “hartazgo popular”, se trata de la soberanía divina.

¿Entonces por qué un resultado tan llamativo en las PASO? En los artículos anteriores expliqué varias razones, pero ahora quiero concentrarme en otra: nada saca a relucir más claramente lo que hay en el corazón de las personas como el “éxito”. Mientras estamos en adversidad, o tenemos que ganarnos la confianza, nos mantenemos humildes, “buenitos”, conciliadores. Cuando tenemos poder y creemos que nadie podrá quitárnoslo, nos damos a conocer tal cual somos. Dios ha permitido esto con el populismo argentino. Pero notemos algo: nadie ganó todavía, nadie perdió, solo se dirimieron candidatos en una elección donde siempre vota un porcentaje menor y en donde la ciudadanía sabe que tiene “libertad” para expresar su descontento sin que eso signifique algo definitivo, y además, con bastantes eventos sospechados de fraude. Con tan poco ya salieron a luz muchas cosas…

Es necesario que sea así, es necesario que la ciudadanía que todavía está entre dos aguas termine de ver cómo es el sistema que Dios está quitando de Sudamérica. Hay un dicho: “el pez por la boca muere”, y Carlos Ulanovsky editó en 1993 un libro titulado “El argentino por la boca muere”, haciendo una actualización muy certera y permanente del dicho. Nomás hay que darles un poco de “alas” y libertad para que hablen y ellos solitos declaran quiénes son y cuáles son sus propósitos.

Es tristemente necesario que la grieta termine de profundizarse (aunque debemos orar para que no haya violencia) porque así nadie va a poder engañarse respecto de sí mismo ni respecto de otro, y no podremos encarar un serio proceso de reconstrucción y “sanidad” social hasta que hayamos tenido el correcto diagnóstico de la enfermedad.

En la medicina homeopática resulta muy frecuente, cuando se empieza un tratamiento sobre una enfermedad crónica, que al principio los síntomas se vuelvan a manifestar por uno poco de tiempo exacerbados. Dios está haciendo eso, no está “tapando” ningún síntoma ni ninguna enfermedad, está permitiendo que todo salga a luz, por un breve período de tiempo, para que en el tiempo venidero nos dediquemos a curarla.

Y es que a más de la mitad de la sociedad, que no está contenta con populismos perimidos, el Espíritu está diciéndoles eso: no se olviden de lo que hay en el fondo de su país y que fue sembrado hace más de 70 años (y a lo que ya se le acabó su tiempo, los "70 años”); no lo ignoren como hicieron durante mucho tiempo y por lo cual he permitido que se manifieste ahora; es necesario que lo traten y lo extirpen.

Tristemente, en el medio quedarán unos cuantos de nuestros hermanos que no han permitido que el Espíritu penetrara el “área política” de sus almas y por lo tanto fueron presa del engaño populista (aclaremos que no es el único, y que el mismo error ocurre tanto “hacia la izquierda” como “hacia la derecha”); muchos quedarán avergonzados, dando vueltas en el desierto o mirando desde la orilla del Mar Rojo hacia Egipto con nostalgia, sabiendo que no pueden ir allá pero sin atreverse a volver al desierto. El Señor traerá a otros tantos, ¡no a la ideología de “centro” o “centro derecha”!, sino a una visión más sensata del Reino de Dios, pero otros serán quitados de la iglesia y eso es parte del doloroso proceso de separación y purificación.

Los que ahora ríen, llorarán amargamente. Y eso está escrito en la historia misma de Argentina. Es necesario este proceso, pero enfoquémonos en lo que viene.

Danilo Sorti


707. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – II


Proverbios 16:18 DHH
18 Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la altanería, la caída.

Salmos 119:71 DHH
71 Me hizo bien haber sido humillado,
pues así aprendí tus leyes.


A nadie le gusta ser humillado, pero no hay mejor forma para aprender unas cuantas lecciones muy profundas. El orgullo es una fortaleza muy fuerte en Argentina y también muy escurridiza, se manifiesta de mil formas y difícilmente ha sido confrontado, incluso desde los púlpitos. Como nosotros no lo hacemos, tiene que encargarse el Señor.

Fue muy clara la expresión de Elisa Carrió cuando dijo que perder una PASO servía para volverse más humildes. En realidad, esa frase esconde muchas duras internas y una crítica a malos consejeros que rodearon la figura presidencial, pero ese es otro tema. Haciendo un análisis, luego de la victoria de la actual gestión en la elección de medio término en 2017, “se le subieron los humos a la cabeza”, como decimos por acá, y terminó aislándose en su torre de marfil, rodeado de sus consejeros que le dibujaron un mundo ideal que no existía. No seamos tan duros con la crítica, el mismo fenómeno lo he visto en niveles de autoridad mucho más bajos, ¡es tan fácil caer en eso!

Lo que debemos rescatar aquí es que Dios sigue obrando. Si el Señor quisiera colocar a FF en el gobierno, sería tan sencillo y “tranquilo” hacerlo con resultados más parejos en las PASO, en la elección y en el ballotage… Finalmente, un 0,1 % de diferencia en la segunda vuelta basta para ganar la presidencia, ¿por qué hacer tanto “escándalo”, que alerta a toda la sociedad, altera los mercados y pone a la Iglesia a orar sin cesar? Y si fuera el caso que realmente quisiera poner a FF en el gobierno, ¿no sería esta la estrategia más “peligrosa” por la que pudiera optar, ya que alertaría a la sociedad para que elija a MM, el “mal menor”?

Yahveh, el Libertador de todos lo que le buscan, hizo lo que viene haciendo desde hace rato sobre Argentina: sacudirnos para que nos despertemos de la tibieza y tomemos todas las armas del Espíritu.

Lucas 7:35 DHH
35 Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.

La Biblia es muy “científica” al enseñarnos cómo medir algo que no alcanzamos a comprender del todo: por sus resultados, por sus evidencias. Y lo que estamos viendo es que todos los conflictos que estamos pasando desde 2018 en adelante (y en realidad desde 2015), están trayendo fruto para el Reino, están despertando a los hijos, uniendo a la Iglesia, levantándola en clamor y combate espiritual, limpiando doctrinas erradas que sostuvimos durante siglos (“los cristianos no participan en política”) y, aunque doloroso, separando “la paja del trigo”, santificando más a los hijos fieles pero dejando que se enreden más en la confusión y el pecado los que han decidido rechazarlo.

Es cierto que están pasando cosas feas, que el pecado abunda y que Satanás está teniendo un relativo éxito en sus planes, pero el Espíritu está obrando de una manera más “callada” y poderosa. Si todo lo que hemos vivido no hubiera sacado nada bueno de la Iglesia y de la sociedad, estaríamos en un serio problema, simplemente serían los planes del infierno cumpliéndose sin impedimento. Pero si podemos ver que el Señor está logrando muchas cosas buenas por medio de esas dificultades, entonces los planes del Adversario simplemente son el vehículo que Yahveh está usando para libertarnos.

No voy a enumerar aquí todo lo que se ha hecho, pero en medio de la adversidad el pueblo de Dios tiene hoy una voz y una convicción que hasta hace dos años no la tenía, hubo muchísimos cambios para los hijos fieles.

El resultado de las PASO, que como expliqué anteriormente, puede parecer una “sobreactuación” divina (porque tenía formas mucho más tranquilas para llevar a FF al poder), ha servido para que esta gestión sea humillada, pero esto es porque Dios los puso allí en 2015 (no nos olvidemos), y todavía tiene planes de bendición con ellos. Nosotros somos rápidos en juzgar, pero así como Dios nos tiene misericordia y paciencia, también la tiene con ellos, aunque ni a nosotros ni a ellos deja de “apretarnos las tuercas” cuando se nos aflojan los tornillos.

No quiero generar falsas expectativas, pero creo yo que todo esto evitará que unas cuantas leyes y decisiones contrarias a la iglesia no sean tomadas en el Congreso, o sean revertidas (no es momento para que se ponga a los cristianos en contra), se adopten decisiones que favorezcan a la enfurecida clase media (como de hecho ya se está anunciando), haya cambios en el gabinete (los malos consejeros), vuelva a armar un amplio consenso político aceptando otras voces y atendiendo otras necesidades sociales. Todo esto (y más) no pasaría tan rápido si los resultados hubieran sido más “tranquilos”.

Dios sigue estando al control, y Sus caminos no son nuestros caminos, pero por los resultados podemos conocer si es Él quien está obrando, y de hecho lo es.


Danilo Sorti


706. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – I


Lucas 7:18-23 RVC
18 Los discípulos de Juan fueron a contarle todas estas cosas. Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos,
19 y los envió a Jesús para que le preguntaran: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?»
20 Aquellos fueron a ver a Jesús, y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado para que te preguntemos si eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro.»
21 En ese mismo momento, Jesús sanó a muchos que tenían enfermedades, plagas y espíritus malignos, y a muchos ciegos les dio la vista.
22 Entonces Jesús les respondió: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncian las buenas noticias.
23 ¡Bienaventurado el que no tropieza por causa de mí!»


Es muy difícil hablar de Argentina sin vivir en Argentina y sin conocer a fondo el espíritu argentino, y mucho menos los propósitos de Dios para Argentina. Con todo, me sigue asombrando la extrema amnesia histórica de propios y extranjeros. Dios no se ha olvidado de la nación, nada está fuera de control y aunque el infierno tiene sus diseños sobre el país, que está intentando llevar a cabo, el Cielo sigue gobernando.

Hay mucho para decir, trataré de no extenderme demasiado en cada artículo por lo que decidí hacerlo por partes. La nación hoy debe desembarazarse del manto de temor que cayó sobre ella y ver el sol que está a punto de asomar por el horizonte, pero sin dormirse o distraerse en sus propios asuntos.

Lo primero que quiero recordar es la historia de Juan el Bautista. En ocasiones escribí sobre él, Jesús mismo dio testimonio de que no había profeta más importante en todo el Antiguo Pacto, un hombre santo, conocedor de las promesas y las profecías, y del tiempo en que estaban viviendo, tiempo de cumplimiento de las promesas mesiánicas. Totalmente apartado del mundo y sin ninguna preocupación ni siquiera por su propia vida, consagrado a su misión, santo si podía haberlo en ese tiempo. Con toda claridad escuchaba la voz del Espíritu Santo y obedeció una “locura”: anunciar la inminente llegada del Mesías, y lo vio, lo bautizó y testificó de Él. Pero en un momento dudó.

A pesar de todas las señales, las cosas no estaban pasando como esperaban: Roma seguía gobernando, la nación no estaba aceptando a Jesús y encima, resultó ser un pacifista que rechazaba todo tipo de intervención armada liberadora. Yahveh había dado palabras durante siglos y no parecían cumplirse. Pero 2.000 años después podemos ver que el Señor tenía planes mucho mayores, para llevar salvación a pueblos que ni existían en ese momento.

El punto central es que, a pesar de conocer tan bien las promesas divinas y de haber visto la manifestación del poder de Dios, Juan dudó, es decir, desconfió de la veracidad de Dios. Eso mismo estamos viviendo en este momento en Argentina.

Durante décadas el Espíritu ha traído promesas y palabras de bendición sobre la nación. Y por lo menos desde 2.001, cuando la iglesia se levantó en medio de un país en llamas, la oración y el clamor de los fieles no ha dejado de subir delante del Trono. El año de 2.015 fue un año de muchísima oración, y en respuesta el Señor cambió el curso de la historia permitiendo que subiera al poder MM. Marzo de 2.018 marcó un reavivamiento de la oración por el país, y los meses anteriores a las PASO, aún más. ¿Puede ser que Dios no haya escuchado? ¿Podrá ser que se haya olvidado de Sus promesas sobre la nación? Dios, que es paciente y lento para enojarse, ¿tan rápido pudo haber cambiado de opinión?

El fundamento de todo lo que existe radica en que Dios es Dios y no puede dejar de serlo. Hasta el más acérrimo ateo podría entender esa verdad. ¡No se ha olvidado de Sus promesas! Somos nosotros los que lo hicimos, los que permitimos que un manto (satánico) de temor cayera y oscureciera nuestra capacidad de pensar. El Dios que ha estado avivando a Su pueblo a la oración, ¿hará oídos sordos a ella?

No, porque Dios no cambia, Sus promesas no han cambiado y no nos espera un futuro desastroso. Juan el Bautista, a pesar de conocer tan bien las profecías, fue confundido por la condición en que se encontraba (preso). A veces, en medio de la más profunda oscuridad, solamente podemos tener una palabra, una promesa, pero eso solo, “nada más” que una promesa dada por Dios, tiene más sustento que todo el Universo:

Mateo 24:35 RVC
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

¡Y Argentina tiene muchísimas palabras proféticas de bendición!

Quizás en este momento para muchos que están leyendo solo haya una densa nube oscura con el fantasma de Venezuela en diciembre, pero si ese es el caso, las palabras del Señor tienen mucho más poder y fuerza que eso. Debemos creerlas, debemos ponerlas en acción y avanzar en esta lucha que no es humana sino espiritual.


Danilo Sorti


705. Cristo por encima de todo


Apocalipsis 17:14 RVC
14 Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y a los que están con él se les llama “elegidos” y “fieles”.»

Todo el Nuevo Testamento se esfuerza por mostrarnos a Cristo. Aunque en realidad toda la Biblia lo hace, es allí donde lo podemos ver ya claramente y sin velos. La conclusión de todo es Cristo venciendo sobre todos los poderes del mal, que hacia el final de los tiempos habrán cristalizado en el sistema del Anticristo y terminarán siendo derrotados por completo. En realidad, ya estaban derrotados desde la cruz, pero se les había permitido vivir a fin de ser usados como instrumentos involuntarios para castigar a los hijos de condenación pero más que nada, para perfeccionar a los llamados para salvación.

Y así tenemos este paradigma de conflicto espiritual, de guerra constante entre dos reinos, con un final preanunciado pero con batallas que deben ser peleadas y ganadas aquí y ahora. ¿Quién es realmente Cristo en esta, nuestra y su, guerra?

No podríamos intentar dar una imagen completa de Él a menos que escribiéramos muchos libros, y cuando hubiéramos terminado de hacerlo nos daríamos cuenta de que ¡apenas habríamos comenzado! Pero podemos hacernos una idea desde algún punto de vista, en este caso, el contexto de estas últimas batallas que estamos librando.

Filipenses 2:9-11 RVC
9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre.

No hay “problema” en aceptar a un Dios que está por encima de todo pero es “lejano”, hasta los incrédulos podrían convivir con ese pensamiento, pero por “lejano” deja de tener injerencia en este mundo dado a los hombres. El verdadero problema es el Dios Hombre, el Hijo del hombre, sentado sobre TODO lo de esta Tierra y el Universo entero.

El éxito de Satanás, cuyo poder es el engaño y la mentira, reside en hacernos creer que hay algo sobre lo cual Jesucristo no tiene poder o no tiene al menos la última palabra. Eso solo es posible porque en nuestra mente esas áreas no las hemos reconocido conscientemente como pertenecientes a Cristo. Es decir, la raíz del pecado en nosotros (bueno, una de las tantas, pero quizás una de las más fundamentales) consiste en que ese y este tema no lo hemos sometido a Cristo, o no lo hemos reconocido a Él como su Señor.

¿Es Señor de mi nación? Si en mi ser interior no lo he reconocido clara y absolutamente como tal, cuando hablen los políticos tendré miedo, o mi principal preocupación será a quién votar o para quién hacer campaña. Menos aún me dedicaré seriamente a orar por ella, ¿por qué hacerlo, si al fin y al cabo todo dependerá de las decisiones de los dirigentes humanos…?

¿Es Señor de mi vida? Si me estoy ocupando tanto con mis propias fuerzas por lograr esto o aquello, por cambiar o por alcanzar algo, o bien, si ya me he dado por vencido en esto o aquello, o en el cambio que deseo lograr, ¡realmente no lo puse a Él como Señor! Sigo siendo yo, y la verdad que resulto un “señor” muy incapaz… Por supuesto, tampoco oraré con verdadera fe y pasión.

¿Es Señor de mi familia? ¿Es Señor sobre la educación? ¿Es Señor sobre la economía? Podríamos seguir a lo largo de muchos, muchos párrafos enumerando área tras área, incluso muchas desconocidas o que ni se nos ocurriría tener en cuenta, ¿es Señor de mis compras diarias? ¿es Señor de las mesas de un bar a fin de que podamos conseguir un lugar adecuado para sentarnos? ¿es el Señor de las plantas de mi jardín, deberé preguntarle a Él qué plantar?... en definitiva, si ha sido puesto sobre TODO, ¿qué es “todo”? O, mejor dicho, ¿creemos de verdad que lo está sobre todo, a fin de que en todo confiemos en Él y lo busquemos en oración?

Génesis 1:26-27 RVC
26 Entonces dijo Dios: «¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza! ¡Que domine en toda la tierra sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y las bestias, y sobre todo animal que repta sobre la tierra!»
27 Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.

El hombre fue creado para estar “sobre todo” lo que hay en esta Tierra, y no nos cuesta entender eso porque está grabado en nuestro interior. “Podemos lograrlo” es la frase común en este siglo, aunque no deja de tener mucho de mentira…. El hecho es que el ser humano fue hecho para dominar sobre todo, por lo cual no debería resultarnos difícil entender que el Hombre Perfecto, Jesucristo, que recuperó todo lo que nosotros habíamos perdido, sea genuinamente quien tenga derecho sobre todo.

Entonces, tenemos dos ejercicios cuando nos enfrentemos a alguna situación o problema: preguntarnos si “¿el Señor es también señor sobre ESO?” Y luego, “si yo u otro ser humano afirma tener autoridad sobre tal tema, ¿no la tendrá el Hijo del Hombre?”

Mateo 28:18-20 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

El Dueño del mundo en los Cielos lo volvió a ganar en la Tierra, es lo que dijo a Sus discípulos y lo que Pablo explicó en Filipenses, aclarando cuál había sido el camino:

Filipenses 2:6-8 RVC
6 quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

El camino que había recorrido el Cristo fue el de la cruz, no el del sufrimiento por sí mismo, sino el del esfuerzo y dolor enfocado, propiamente, el costo de una batalla, el de un soldado que cumple su misión aunque ello le cueste la vida. No fue dolor sin sentido, no fue “complejo de mártir”, no fue un error de estrategia, fue el propósito de un plan diseñado desde la eternidad.

Ese camino es el que lo transformó en Señor de todo, y es el mismo camino a través del cual recibimos autoridad sobre esta Tierra. Sí, Cristo lo ganó todo y completó todo sacrificio de sangre necesario, pero hay una parte que inevitablemente nos corresponde a fin de que ese poder sea real a través nuestro, y si eso no ocurre, Su Reino no terminará de ser establecido sobre la Tierra:

Colosenses 1:24 RVC
24 Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo;

Seguramente conocemos bien lo que implica aplicar la autoridad de Cristo a través de la oración y de las declaraciones proféticas, también a través de las otras disciplinas espirituales como el ayuno, la comunión, la lectura de la Palabra y más. Pero todo ello va teñido con una cuota de sufrimiento, que se nos hace realmente muy pesado cuando no le vemos el sentido, o simplemente pensamos que es una “venganza demoníaca”. Necesitamos recordar siempre que nada de lo que pasamos carece de sentido, sino, más bien, es parte del esfuerzo necesario para completar nuestra misión particular en esta guerra. ¿Somos conscientes de ello?

De la misma manera que Jesucristo no es en la práctica Señor de absolutamente todo para nosotros, tampoco es Señor de cada circunstancia por lo que hay “partes” de sufrimiento que no tienen sentido en función de Su Reino, situaciones que aparentemente no tienen nada que ver. Es claro que si sufrimos predicando el evangelio o profetizando lo hacemos por Cristo, no es tan claro cuando sufrimos en otras circunstancias, porque no estamos viendo que todo eso, entre otras cosas, nos está llevando a un carácter transformado a la semejanza de Cristo, lo cual nos asegura que podamos hacer efectiva en esta Tierra Su suprema autoridad, es decir, traer el Reino. Ni debemos sorprendernos de la cuota de sufrimiento que se nos es dada ni debemos pensarlo como algo sin sentido: es el camino que necesitamos recorrer.

El sufrimiento en sí mismo es una poderosísima arma de guerra espiritual porque el reino del Enemigo se cimenta sobre la noción de poder, conquista y bienestar, por lo que no es causalidad que la corrupción actual del Evangelio haga tanto énfasis en los mismos principios. Satanás quiso ser grande, y Cristo lo venció siendo el más pequeño de todos:

Mateo 18:4 RVC
4 Así que, cualquiera que se humilla como este niño es el mayor en el reino de los cielos;

Lucas 22:24-27 RVC
24 Además, los discípulos tuvieron una discusión en cuanto a quién de ellos sería el mayor.
25 Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados benefactores;
26 pero entre ustedes no debe ser así, sino que el mayor entre ustedes tiene que hacerse como el menor; y el que manda tiene que actuar como el que sirve.
27 Porque, ¿quién es mayor? ¿El que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿Acaso no es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.

Pero nuestra tradición cristiana evangélica y en particular, Latinoamericana, usualmente ha desviado estas verdades al punto de transformar el cristiano en una especie de felpudo de la humanidad. De allí, de ese pensamiento “fundacional”, se derivaron las fuertes corrientes de pensamiento que dicen que el cristiano no debe participar en política o en asuntos sociales, o que debe resignarse a sufrir aún cuando tenga el poder de no hacerlo, o aceptar todo lo que haga el sistema mundo porque así, con su sufrimiento, agrada a Dios. Está claro que estos conceptos contradicen muchos pasajes de las Escrituras, y fundamentalmente, contradicen el señorío de Cristo.

Necesitamos reenfocar entonces qué tipo de sufrimiento y qué tipo de servicio es el que agrada a Dios como una ofrenda y libera un tremendo poder espiritual y cuál otro se trata de un engaño del Enemigo que nos mantiene sumidos en la desesperanza e inutilidad. Jesucristo es Señor aún sobre el dolor y el sufrimiento, y solamente Él tiene el derecho de decirnos cuándo debemos transitar ese camino y cuándo no. Y por cierto, cuando así sea, el resultado será glorioso.

No podemos traer todo el poder de Cristo sin nuestra parte en Sus sufrimientos, pero cuando lo hacemos de Su mano, como Esteban, aún las piedras son poca cosa comparadas con la gloria que se nos está revelando. Uno solo tuvo que enfrentar el más grande dolor solo, para que ninguno de nosotros debamos hacerlo.

Efesios 1:21 RVC
21 muy por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío, y por encima de todo nombre que se nombra, no sólo en este tiempo, sino también en el venidero.

A medida que los cristianos occidentales nos vamos encontrando con desafíos cada vez más grandes y con poderes espirituales cada vez más temibles, nuestra fe es puesta a prueba: ¿también sobre ESO es Señor Jesucristo? De nuevo, ¿cuánto es “TODO”? Pues… ¡¡TODO!!

El mundo espiritual que hoy se está revelando con tanta furia no era demasiado ajeno a esos primeros cristianos. No lo “leemos” en las páginas del Nuevo Testamento sencillamente porque no era necesario escribirlo, ellos lo vivían todos los días y conocían perfectamente bien a todos esos principados y dioses, que, además, se les manifestaban visiblemente. Por eso ha costado tanto traer los conceptos de guerra espiritual en nuestros contextos urbanos occidentales, y por eso los espíritus malignos han ganado tanto territorio… hasta ahora. Cuando leemos las epístolas, Efesio y Colosenses especialmente, con esto en mente, descubrimos una nueva profundidad: ellos no necesitaban saber cómo se llamaban y qué hacían cada uno de esos poderes porque lo habían aprendido desde niños, necesitaban saber dónde estaba el poder para derrocarlos.

No importa cuántos sean hoy (y de hecho, son cada vez más los que están confluyendo o siendo liberados de sus prisiones), la victoria de Cristo sigue teniendo el mismo poder. La realidad es que a medida que nuevos poderes espirituales sean soltados sobre la Tierra, nuevas dimensiones del poder y la autoridad del Señor nos serán reveladas, ¡porque sabremos sobre quiénes más ha vencido! El ejercicio es reconocer cuáles son los nuevos desafíos que aparecen para identificar una nueva dimensión del poder de Cristo.

En base al poder que ha recibido es que somos llamados a extender Su Reino. En los cuatro evangelios se repite el mandato de llevar el mensaje y discipular naciones:

Mateo 28:18-19 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

La suprema autoridad es la que lo habilita para darnos el mandato más grande y difícil de todos, pero también es la que nos garantiza el éxito final.

Marcos 16:15-18 RVC
15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
16 El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado.
17 Y estas señales acompañarán a los que crean: En mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas,
18 tomarán en sus manos serpientes, y si beben algo venenoso, no les hará daño. Además, pondrán sus manos sobre los enfermos, y éstos sanarán.»

Por ese poder es que tenemos la autoridad sobre el mundo espiritual y el natural, ha sido transferido a nosotros.

Lucas 24:48-49 RVC
48 De esto, ustedes son testigos.
49 Yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre; pero ustedes, quédense en la ciudad de Jerusalén hasta que desde lo alto sean investidos de poder.»

Una de las cosas más importantes que tenemos que comprender en la extensión del Reino es que hemos sido llamados a ser testigos, es decir que resulta necesario que VEAMOS y EXPERIMENTEMOS el poder de Dios.

Juan 20:19-23 RVC
19 La noche de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban reunidos a puerta cerrada en un lugar, por miedo a los judíos. En eso llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: «La paz sea con ustedes.»
20 Y mientras les decía esto, les mostró sus manos y su costado. Y los discípulos se regocijaron al ver al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo una vez más: «La paz sea con ustedes. Así como el Padre me envió, también yo los envío a ustedes.»
22 Y habiendo dicho esto, sopló y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo.
23 A quienes ustedes perdonen los pecados, les serán perdonados; y a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.»

Es Cristo, que demuestra las evidencias de Su poder sobre la muerte frente a Sus discípulos el que también los comisiona. El mayor poder manifestado es sobre la muerte porque eso implica el poder sobre todo el reino del Enemigo. No hay nada más que pueda detenernos que el miedo a la muerte, pero los que no temen, ¿de qué no son capaces?

¿Es Cristo Señor también sobre mis temores? Ese es el fundamento de todo el reino de Satanás sobre la Tierra, y es el ámbito de autoridad que tiene sobre nosotros. Podremos escribir libros enteros sobre la posición de Cristo por encima de cualquier poder que exista en la Creación, pero será finalmente inútil si eso no sirve para superar nuestros temores, especialmente aquellos que ni siquiera sabemos que tenemos.

Que Jesucristo sea Señor por sobre todo implica que no temeremos, y por lo tanto la principal arma del Enemigo queda inutilizada, por lo que nos volvemos guerreros extremadamente peligrosos para quienes el sufrimiento y la pérdida no es más que algo efímero que redunda en una ganancia mayor.

¿Cuánto más podemos hablar sobre el tema? Tan importante como conocer es ejercitar ese conocimiento, hacerlo “vivo”, ponerlo en acción.

Las disciplinas espirituales nos permiten vehiculizar la Palabra y el poder de Dios, los hacen vivos. Sin embargo, el Espíritu Santo trabaja de a poco con nosotros, conforme vamos siendo capaces de recibir (es decir, de entender y HACER) y también de acuerdo a lo que estamos dispuestos a escuchar. Si nuestra voluntad no desea abrirse a un tema en particular, será muy difícil para el Espíritu trabajar sobre eso. Pero cuando lo está, que es cuando está dispuesta a obedecer la guía específica del Ruah Hakodesh, entonces todo avanza mucho más rápido.

Hoy esto es necesario porque no podemos quedarnos con la revelación de poder y autoridad que hemos recibido tiempo atrás, ni mañana nos servirá la que tengamos ahora. Pero la revelación de Su autoridad no es nada diferente a la revelación de Él mismo. Concluyamos con una imagen más valiosa que muchas palabras:

Apocalipsis 1:10-18 RVC
10 En el día del Señor quedé bajo el poder del Espíritu, y detrás de mí oí una fuerte voz, parecida al sonido de una trompeta,
11 que decía: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a estas siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.»
12 Yo volví la mirada para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme vi siete candeleros de oro;
13 en medio de los siete candeleros vi a alguien, semejante al Hijo del Hombre, que vestía un ropaje que le llegaba hasta los pies, y que llevaba un cinto de oro a la altura del pecho.
14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como lana. Parecían de nieve. Sus ojos chispeaban como una llama de fuego.
15 Sus pies eran semejantes al bronce pulido, y brillaban como en un horno; su voz resonaba como el estruendo de un poderoso caudal de agua;
16 en su mano derecha llevaba siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de doble filo; su rostro era radiante, como el sol en todo su esplendor.
17 Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No temas. Yo soy el primero y el último,
18 y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre. Amén. Yo tengo las llaves de la muerte y del infierno.

Juan lo había visto en Su debilidad y humillación, en su absoluta falta de poder humano… o, mejor dicho, en la muestra de más absoluto poder de un Hijo del Hombre que pudiera haber sobre la Tierra. Ahora lo veía con el mismo poder, pero glorificado, de tal forma que toda Su autoridad de hacía visible. Hoy es el tiempo en que lo veamos así, no con un poder diferente al que exhibió en la cruz, sino con el mismo, pero de la forma en que necesitamos entenderlo como Vencedor por sobre cualquier poder o nombre que se nombre en la Tierra, en los Cielos o en los Infiernos.

Danilo Sorti