La idea original de este artículo se la debo a una
predicación del pastor José García Tomas, Iglesia Cristiana Samaria. Me llamó
poderosamente la atención su interpretación del pasaje de las diez vírgenes y
decidí investigar un poco más. Aquí expongo lo que pude ver.
LAS ENSEÑANZAS SOBRE LA VENIDA DE CRISTO EN EL
FINAL DE LOS TIEMPOS
Las enseñanzas sobre la venida de Cristo ocupan cada vez más
espacio en los ámbitos cristianos evangélicos; y es lógico que así sea. De la
misma forma se propagan errores doctrinales sobre el tema, ¡y también es lógico
que así sea!
2 Pedro 3:3-7 RVC
3 Pero antes deben saber que en los días finales
vendrá gente blasfema, que andará según sus propios malos deseos
4 y que dirá: «¿Qué pasó con la promesa de su
venida? Desde el día en que nuestros padres murieron, todas las cosas siguen
tal y como eran desde el principio de la creación.»
5 Pero con toda intención se olvidan de que,
desde la antigüedad, fueron creados los cielos por la palabra de Dios, lo mismo
que la tierra, la cual proviene del agua y subsiste por medio del agua.
6 Por eso el mundo de entonces fue destruido por
una inundación.
7 Pero esa misma palabra ha reservado los cielos
y la tierra que ahora existen; los ha guardado para el fuego en el día del
juicio y de la destrucción de los hombres perversos.
Una de las señales del fin de los tiempos es, precisamente,
el engaño satánico de negar Su venida. ¿Obvio, no? Desde el Edén, una
estrategia principal de Satanás ha sido simplemente negar lo que Dios dijo, así
nomás, sin rodeos. ¿Parece demasiado simple como para ser cierto? No lo es; al
negar la verdad de Dios lo que está ocurriendo en realidad es que se pone a la
persona en una lucha de “autoridades”: o le cree a Dios o le cree a Satanás; es
lo que dijo uno o lo que dijo el otro. Si la persona decide creerle al
Adversario lo que ha ocurrido realmente es que en su espíritu lo aceptó como
autoridad. Tiene mucho para ganar con estar estrategia “sencilla”; y si fracasa
lo volverá a intentar.
Negar una verdad bíblica es, por lo tanto, una estrategia
que utiliza el reino de las tinieblas.
Desde hace tiempo atrás se ha hablado mucho sobre las
señales, aunque a mi entender se suelen presentar las señales que corresponden
a los juicios del tiempo de la tribulación como si fueran de este tiempo, y eso
lleva a confusión. Creo firmemente, eso sí, que hoy estamos viendo el
cumplimiento parcial de la mayoría de las señales tribulacionales, pero debemos
entenderlo en ese sentido: parcial, no absoluto.
De todas formas, ningún cristiano con un mínimo de
discernimiento espiritual dudaría hoy de que vivimos en el “anticipo” de la
tribulación. Es más, casi ni hace falta ser cristiano como para darse cuenta de
eso.
Resulta cada vez más claro que la venida de Cristo es
inminente y ya no necesitamos (entre los cristianos espirituales) tratar de
demostrarlo con señales. El asunto queda resumido en cómo terminamos de
prepararnos para ese momento. Y una de las cuestiones es el cuándo. Hay todos
repiten: “como ladrón en la noche, nadie lo sabrá”. Bueno, vamos a ver si eso
es exactamente así y quiénes son los que no lo sabrán. A priori nos suena medio
raro que Sus hijos, nosotros, no estemos al tanto de un acontecimiento tan
trascendente. Sabemos que está por venir, ¿sabremos cuando falten pocos días u
horas? Y, al fin y al cabo, ¿para qué querríamos saber si es que sabremos
cuando esté por llegar el momento? Está bien, parece un trabalenguas, pero hay
unas cuantas cosas interesantes ahí y también algunas aplicaciones prácticas
para el aquí y ahora.
¿ES EL RAPTO PRECISAMENTE EL TEMA?
Los cristianos nos hemos enfocado mucho en el asunto del
rapto, ¡por supuesto! ¿Quién en su sano juicio querría quedarse en medio de los
juicios de la tribulación? (Aunque tenemos tanta gente cuyo juicio no es
precisamente sano…).
Pero ahí tenemos un problema, porque no encontramos la
abundancia de referencias que necesitaríamos para justificar nuestro énfasis, y
eso le da una enorme puerta abierta a los demonios de error doctrinal para
negar el rapto y con él, el tiempo de la tribulación y por extensión, la
naturaleza perfectamente justa de Dios. ¿No será que nos estamos enfocando mal?
El propósito de la Biblia es hablar a la raza humana sobre
esta tierra en todo lo que necesita saber para hacer la voluntad de Dios,
alcanzar la salvación y traer el Reino de los Cielos. Por supuesto que es la
Palabra Eterna y como tal trasciende todo tiempo, pero en su mensaje inmediato
tiene un claro enfoque. Muy poco nos habla del tiempo antes de Adán, poco nos
habla del cielo y también muy poco nos habla del tiempo posterior al Milenio:
su mensaje está circunscripto en estos 7.000 años de historia, de los cuales
6.000 están por cumplirse; su interés es el ser humano en la tierra, en su
lucha por aceptar la autoridad de Dios y permitir que se establezca Su Reino.
Y para ese ser humano en la tierra, para la gran masa de
gente, el rapto es un evento de poco o ningún significado: dejar de ver un
familiar o un amigo, encontrarse con un par de empleados menos en la fábrica,
algunas oficinas vacías, autos abandonados en la calle, en definitiva, con la
necesidad de puestos de trabajo que hay hoy y que seguirá habiendo para ese
entonces, el rapto será visto por muchos como “una bendición” (no de Dios,
claro, será de los OVNIs o algo por el estilo): van a quedar unos cuantos
puestos vacantes que llenar y habrá menos bocas para alimentar en el mundo. Bueno,
está bien, puede ser un poco traumático, pero nada que una buena propaganda
mundial adecuadamente coordinada no pueda solucionar en pocos meses…
EL tema de los temas para la humanidad (que no se va a ir
con Cristo) será lo que vendrá después: la Tribulación y la Gran Tribulación;
ese será el tiempo del trato de Dios con una raza en extremo rebelde; será el
mayor juicio a la rebeldía humana, del cual saldrá una nueva humanidad
purificada, aunque no perfecta, que permitirá el establecimiento del Reino
Milenial. Será el trato de Dios contra la rebeldía humana que estamos viendo crecer
desenfrenadamente alrededor nuestro y en todo el mundo.
Y ese período de tiempo sí está abundantemente registrado,
no solo en Apocalipsis, sino en los profetas del Antiguo Testamento y aún en
las palabras de Jesús. De hecho, hay muchas profecías y predicciones de tiempos
y sucesos para ese breve período de siete años, mientras que hay muy pocas
profecías que exactamente correspondan a este larguísimo período de 2.000 años.
Ese tiempo de juicio ocupa un lugar muy importante en la agenda divina y el principal
enfoque de la Biblia es, por consiguiente, ese y no el rapto.
Ahora bien, si estamos hablando de un juicio tan terrible,
deberíamos poder encontrar paralelos en la Biblia que nos den pistas respecto
del tema.
Una aclaración: el “revuelo doctrinal” es característico de
estos tiempos, y en parte se debe a una definición inexistente de qué es
doctrina. ¿Cuál es mi posición? De hecho no es mía, simplemente la adopté
porque me pareció lógica: para asumir algo como doctrina debe tener por lo
menos tres fundamentos bíblicos: en el Antiguo Testamente, en los Evangelios y
en el resto del Nuevo Testamento, además de no estar en contradicción con las
otras doctrinas importantes de la Biblia. Obviamente que un par de versículos
NO pueden definir una doctrina, ni siquiera unos cuantos pasajes que
correspondan únicamente a una sección de la Biblia. No sé si podemos decir que
esa es la “posición bíblica” en relación con la doctrina, pero creo que es el
principio más seguro que tenemos, y he visto demasiados malos frutos de las
doctrinas basadas en un par de versículos sueltos como para aceptar ese otro “principio”.
Entonces, si aplicamos este principio y tratamos de seguir
el rapto a lo largo de la Biblia tenemos un problema. Si no podemos seguir un
tema, deberíamos por consiguiente ubicarlo dentro de un tema mayor, que nos de
las enseñanzas que se aplican al tema que nos interesa; y ese tema mayor es,
justamente, el de los juicios divinos. Y de ese tema mayor, el rapto se deriva
como una consecuencia necesaria, pero más bien “secundaria” (¡¡no para
nosotros!!) al tema central que tiene que ver con los tratos de Dios para con
el hombre en la tierra.
COMO EN LOS DÍAS DE NOÉ…
Lucas 21:22 RVC
22 Porque
esos días serán de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están
escritas.
Antes de analizar los paralelos bíblicos, tengamos en cuenta
que el marco general de todo este tema tiene que ver con la justicia de Dios,
que, una vez agotada Su paciencia, debe castigar a los pecadores; aunque aún en
el peor juicio que habrá conocido la humanidad, no dejará de manifestarse Su
misericordia:
Mateo 24:21-22 RVC
21 porque
entonces habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio
del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás.
22 Si aquellos
días no fueran acortados, nadie sería salvo, pero serán acortados por causa de
los escogidos.
Vayamos a los paralelos bíblicos:
Lucas 17:26-29 RVC
26 Tal y como sucedió en los días de Noé, así
también sucederá en los días del Hijo del Hombre.
27 La gente comía y bebía, y se casaba y se daba
en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el
diluvio y los destruyó a todos.
28 Lo mismo sucedió en los días de Lot: la gente
comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y edificaba casas;
29 pero cuando Lot salió de Sodoma, llovió del
cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Noé y Lot nos dan la pista de los acontecimientos futuros.
Algunos pueden opinar que este pasaje se aplica más bien para el tiempo
inmediatamente antes de que Cristo se asiente sobre el Monte de los Olivos,
pero por lo que dice y por lo que estará ocurriendo en ese momento, no parece
tan probable; de todas formas podemos ver otra referencia:
2 Pedro 2:4-9 RVC
4 Es un hecho que Dios no perdonó a los ángeles
que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los lanzó a oscuras prisiones,
donde se les vigila para llevarlos a juicio.
5 Y tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que
protegió a Noé, quien proclamó la justicia, y a otras siete personas, y luego
envió el diluvio sobre el mundo de los impíos.
6 Dios también condenó a la destrucción a las
ciudades de Sodoma y de Gomorra, y las redujo a cenizas, para que sirvieran de
escarmiento a los futuros impíos,
7 pero puso a salvo al justo Lot, que vivía
abrumado por la desenfrenada conducta de los malvados.
8 (Porque para este hombre justo, que vivía entre
ellos, cada día era un tormento al ver y oír lo que esos malvados hacían.)
9 El Señor sabe librar de la tentación a los
piadosos, y sabe también reservar a los injustos para que sean castigados en el
día del juicio,
Pedro vuelve a citar las palabras de Jesús, expandiendo un
poco la enseñanza. En el caso de Noé y de Lot tenemos un juicio terrible sobre
el pecado, y en ambos, Dios está librando milagrosamente a Sus fieles. Aquí
tenemos la “referencia faltante” en relación al rapto: el Señor siempre ha
prometido proteger a sus hijos fieles, y siempre lo ha hecho. Pero cuidado,
esto no se está refiriendo específicamente a los tiempos de persecución o
incluso a tener que entregar la vida por Cristo; sino que se refiere al momento
de desatar un juicio masivo sobre una región.
En el caso de Noé era relativamente fácil: construir una
barca y esperar a que pase la inundación. Con Lot fue mucho más sencillo,
aunque no tanto; les dio bastante trabajo a los ángeles sacarlo de Sodoma. En
ambos casos, los justos fueron quitados antes del juicio. Aclaremos: aunque
parece que Dios salvó “individuos” en ambos casos lo cierto es que estaba
salvando pueblos y generaciones (que vendrían a través de ellos).
Podemos agregar el ejemplo de Israel en Egipto; como ellos
vivían en una región aparte dentro del país, su tierra se vio libre de los
juicios que estaban cayendo sobre el territorio propiamente egipcio. E incluso
si nos vamos al futuro, encontramos al Señor llamando a Su pueblo a salir de
Babilonia para no recibir el castigo que estaba por caer sobre ella.
Es decir, Dios protege a Su pueblo quitándolo de los juicios
que se desatan sobre una región. Es más, tiene paciencia hasta que Su pueblo
esté preparado:
1 Pedro 3:20 RVC
20 a los que en otro tiempo desobedecieron, en
los días de Noé, cuando Dios esperaba con paciencia mientras se preparaba el
arca, en la que unas cuantas personas, ocho en total, fueron salvadas por medio
del agua.
Hay un obrar de Dios que es parecido pero que no se refiere
exactamente a lo mismo:
Ezequiel 9:4-6 RVC
4 y le dijo: «Pasa ahora por en medio de la
ciudad de Jerusalén, y pon una señal en la frente de quienes gimen y claman a causa
de todas las cosas repugnantes que se cometen en ella.»
5 También escuché que a los otros les dijo:
«Vayan tras él. Recorran juntos toda la ciudad, y maten a todos sin
misericordia. No perdonen a nadie.
6 Comiencen por mi santuario y maten a los viejos,
a los jóvenes y a las doncellas, a los niños y a las mujeres, hasta que nadie
quede vivo. Pero no se acerquen a nadie que tenga la señal.» Ellos comenzaron
por matar a los ancianos que estaban delante del templo.
Ese principio lo vemos vez tras vez en las noticias de
catástrofes cuando el Señor protege milagrosamente a los suyos EN MEDIO del
juicio.
Y esto puede dar lugar a confusión, pensando que será lo
mismo en el tiempo por venir… y lo será para algunos de los que se conviertan
después, claro. Pero eso no anula el principio anterior: Dios quita a su pueblo
de un juicio catastrófico que viene sobre una región, llevándolo a otro lugar.
Pero bien, si en este caso el juicio viene sobre TODA la tierra, ¿adónde los va
a llevar? Pues AFUERA de ella.
En el caso de Noé podían salvarse con una barca, Lot podía
ser sacado fuera de la ciudad, Israel vivía en una región separada del resto de
Egipto; pero un juicio que venga sobre todo el mundo requiere necesariamente
que los fieles sean quitados de ese mundo. El Dios justo no va a permitir que
Sus hijos fieles sufran un castigo inmerecido. La justicia divina no puede
aceptar que Su pueblo pase por la tribulación.
El rapto será, entonces, la forma en que Dios protegerá a
sus fieles de los juicios que vendrán; y esto está en perfecta armonía con el
obrar divino a lo largo de la revelación bíblica.
Y, de paso, el rapto será la forma en que Dios “dará
testimonio” a los que se queden: aquellos que vez tras vez no quisieron
escuchar, que se burlaron continuamente de los mensajeros, ahora no los
encontrarán más. Eso, en sí mismo, ES un mensaje poderosísimo.
DE ACUERDO, NOS VAMOS, ¿Y CUÁN IMPORTANTE ES
SABER ESO?
La doctrina de la segunda venida, de los acontecimientos que
ocurrirán ahí y del rapto ocupa un lugar importante en el llamado a una vida
santa. La escatología puede parecer a muchos casi como una curiosidad
intelectual ajena al caminar diario del cristiano, pero veremos que no es para
nada así:
Mateo 24:42-51 RVC
42 Por tanto, estén atentos, porque no saben a
qué hora va a venir su Señor.
43 Pero sepan esto, que si el dueño de la casa
supiera a qué hora va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que
robaran su casa.
44 Por tanto, también ustedes estén preparados,
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperen.
45 »¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual
su señor deja encargado de los de su casa para que los alimente a su tiempo?
46 Bien por el siervo que, cuando su señor venga,
lo encuentre haciendo así.
47 De cierto les digo que lo pondrá a cargo de
todos sus bienes.
48 Pero si aquel siervo malo dice en su corazón:
“Mi señor tarda en venir”,
49 y comienza a golpear a sus consiervos, y aun a
comer y a beber con los borrachos,
50 el señor de aquel siervo vendrá en el día
menos pensado, y a una hora que nadie sabe,
51 y lo castigará duramente, y le hará correr la
misma suerte de los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Aquí se juega la recompensa eterna y hasta podríamos decir
que la salvación, o quedarse durante la tribulación como podría sugerir también
el versículo 51.
Lucas 12:35-46 RVC
35 »Manténganse listos, con la ropa puesta y con
su lámpara encendida.
36 Sean como los siervos que están pendientes de
que su señor regrese de una fiesta de bodas: en cuanto su señor llega y llama,
ellos le abren enseguida.
37 ¡Dichosos los siervos a los que su señor
encuentra pendientes de su regreso! De cierto les digo que se ajustará la ropa,
los hará sentarse a la mesa, y él mismo vendrá a servirles.
38 Dichosos los siervos a los que su señor
encuentre así, aunque llegue a la medianoche o en la madrugada.
39 Pero esto deben saber: si el dueño de la casa
supiera a qué hora va a llegar el ladrón, estaría pendiente y no permitiría que
robaran su casa.
40 También ustedes deben estar preparados, porque
el Hijo del Hombre vendrá cuando ustedes menos lo esperen.»
41 Entonces Pedro le dijo: «Señor, ¿esta parábola
es para nosotros, o para todos?»
42 El Señor le respondió: «¿Quién es el mayordomo
fiel y prudente, al cual su señor deja a cargo de los de su casa para que los
alimente a su debido tiempo?
43 Dichoso el siervo al que, cuando su señor
venga, lo encuentre haciendo así.
44 De cierto les digo que lo pondrá a cargo de
todos sus bienes.
45 Pero si aquel siervo cree que su señor va a
tardar, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y
embriagarse,
46 el señor de aquel siervo vendrá cuando éste
menos lo espere, y a una hora que no sabe, y lo castigará duramente, y lo
echará con los incrédulos.
Aquí tenemos el pasaje paralelo, con algunas variantes. De
nuevo se habla de santidad (la ropa), presencia del Espíritu (la lámpara);
evitar un daño, un robo (la recompensa, un lugar en las Bodas), ganar una
recompensa, evitar quedarse en medio del juicio.
En la carta a los tesalonicenses encontramos un extenso
pasaje sobre la venida de Cristo:
1 Tesalonicenses 4:13-5:5 RVC
13 Hermanos, no queremos que ustedes se queden
sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes,
como los que no tienen esperanza.
14 Así como creemos que Jesús murió y resucitó,
así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él.
15 Les decimos esto como una enseñanza del Señor:
Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga,
no nos adelantaremos a los que murieron,
16 sino que el Señor mismo descenderá del cielo
con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en
Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en
el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.
18 Por lo tanto, anímense unos a otros con estas
palabras.
1 En cuanto a los tiempos y las ocasiones, no
hace falta, hermanos míos, que yo les escriba.
2 Ustedes saben perfectamente que el día del
Señor llegará como ladrón en la noche;
3 De repente, cuando la gente diga: «Paz y
seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta
los dolores, y no escaparán.
4 Pero ustedes, hermanos, no viven en tinieblas,
como para que ese día los sorprenda como un ladrón,
5 sino que todos ustedes son hijos de la luz e
hijos del día. No somos de la noche ni de la oscuridad,
Que se encuentra inserto en una sección más amplia que trata
sobre la vida en santidad:
1 Tesalonicenses 4:1-12 RVC
1 Por lo demás, hermanos, les rogamos y animamos
en el Señor Jesús a que cada día su comportamiento sea más y más agradable a
Dios, que es como debe ser, de acuerdo con lo que han aprendido de nosotros.
2 Ustedes ya conocen las instrucciones que les
dimos de parte del Señor Jesús.
3 La voluntad de Dios es que ustedes sean
santificados, que se aparten de toda inmoralidad sexual,
4 que cada uno de ustedes sepa tener su propio
cuerpo en santidad y honor,
5 y no en pasiones desordenadas, como la gente
que no conoce a Dios.
6 Ninguno debe agraviar ni engañar en nada a su
hermano; porque el Señor toma en cuenta todo esto, como ya les hemos dicho y
declarado.
7 Pues Dios no nos ha llamado a vivir en la
inmundicia, sino a vivir en santidad.
8 El que desecha esto, no desecha a un hombre,
sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
9 En cuanto al amor fraternal, no es necesario
que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado que ustedes deben amarse los
unos a los otros,
10 y eso es lo que ustedes hacen con todos los
hermanos que viven por toda Macedonia. Sin embargo, hermanos, les rogamos que
su amor abunde más y más,
11 y que procuren vivir en paz, y ocuparse de sus
negocios y trabajar con sus propias manos, tal y como les hemos ordenado,
12 a fin de que se conduzcan honradamente con los
de afuera, y no tengan necesidad de nada.
1 Tesalonicenses 5:6-24 RVC
6 así que no durmamos como los demás, sino
mantengámonos atentos y sobrios.
7 Los que duermen, de noche duermen; los que se
embriagan, de noche se embriagan;
8 pero nosotros, los que somos del día, debemos
ser sobrios, ya que nos hemos revestido de la coraza de la fe y del amor, y
tenemos como casco la esperanza de la salvación.
9 Dios no nos ha puesto para sufrir el castigo,
sino para alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,
10 quien murió por nosotros para que, despiertos
o dormidos, vivamos unidos a él.
11 Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a
otros, como en efecto ya lo hacen.
12 Hermanos, les rogamos que sean considerados
con los que trabajan entre ustedes, y que los instruyen y dirigen en el Señor.
13 Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa
de su obra. Y ustedes, vivan en paz.
14 También les rogamos, hermanos, que les llamen
la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los
débiles, y que sean pacientes con todos.
15 Tengan cuidado de que nadie pague a otro mal
por mal; más bien, procuren siempre hacer el bien, tanto entre ustedes como con
los demás.
16 Estén siempre gozosos.
17 Oren sin cesar.
18 Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su
voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
19 No apaguen el Espíritu.
20 No menosprecien las profecías.
21 Examínenlo todo; retengan lo bueno.
22 Absténganse de toda especie de mal.
23 Que el mismo Dios de paz los santifique por
completo; y que guarde irreprensible todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, para
la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Aquel que los llama es fiel, y cumplirá todo
esto.
Y algo parecido en II Pedro:
2 Pedro 3:10-14 RVC
10 Pero el día del Señor llegará como un ladrón
en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y
los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en
ella se ha hecho será quemado.
11 Puesto que todo será deshecho, ustedes deben
vivir una vida santa y dedicada a Dios,
12 y esperar con ansias la venida del día de
Dios. Ese día los cielos serán deshechos por el fuego, y los elementos se
fundirán por el calor de las llamas.
13 Pero, según sus promesas, nosotros esperamos
un cielo nuevo y una tierra nueva, donde reinará la justicia.
14 Por eso, amados hermanos, mientras esperan que
esto suceda, hagan todo lo posible para que Dios los encuentre en paz,
intachables e irreprensibles.
Podríamos hablar bastante sobre este tema, pero simplemente
quiero que nos quedemos con un concepto: las enseñanzas sobre la segunda venida
de Cristo se relacionan DIRECTAMENTE con la vida en santidad del creyente. No
es un asunto teológico indiferente, es más, enseñar escatología SIN vincularla
con la vida aquí y ahora termina siendo algo parecido a una herejía.
Si todo lo relacionado con la venida de Cristo y los sucesos
posteriores tiene que ver con la vida en santidad, por supuesto que un detalle
“menor” como puede ser saber o no cuando esté inmediatamente por ocurrir
también tendrá que ver con nuestro caminar en santidad.
Bueno, de acuerdo hasta aquí, pero, ¿lo sabremos?
ELLOS LO SUPIERON, Y NOSOTROS TAMBIÉN
Si estuvimos comparando varios sucesos del Antiguo Pacto con
la tribulación y el arrebatamiento, ¿podemos extraer algunos principios de
ellos?
Génesis 6:13-14 RVC
13 Entonces Dios le dijo a Noé: «He decidido
acabar con todo ser, pues por causa de ellos la tierra está llena de violencia.
¡Yo los destruiré, junto con la tierra!
14 Hazte un arca de madera de gofer, con
aposentos en ella, y recúbrela con brea por dentro y por fuera.
Primera advertencia: va a venir un juicio sobre toda la
raza, debía prepararse para escapar. Todavía estaba en un tiempo futuro, quizás
no tuviera muy en claro cuándo ocurriría, pero vendría.
Génesis 7:1-5 RVC
1 Después el Señor le dijo a Noé: «Entra en el
arca, tú y toda tu casa, porque en esta generación he visto que tú eres justo
delante de mí.
2 De todo animal limpio tomarás siete parejas,
cada macho con su hembra; pero de los animales que no son limpios sólo una
pareja, un macho con su hembra.
3 También de las aves de los cielos tomarás siete
parejas, macho y hembra, para conservar viva su especie sobre la faz de la
tierra.
4 Porque dentro de siete días yo haré llover
sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la faz de la
tierra a todos los seres vivos que hice.»
5 Noé hizo todo en conformidad con lo que le
mandó el Señor.
La preparación fue por fe. Una vez que la fe dio su fruto
pleno: el arca terminada, vino la definición precisa. Siete días antes Dios le
da las últimas instrucciones. Quizás Noé haya pasado muchos años construyendo
el arca, algunos opinan que fueron los 120 que se mencionan en Génesis 6:3;
pero de todas formas no pudo haber sido poco tiempo. El patrón que tenemos es:
el anuncio de un juicio que vendrá y el llamado a prepararse; un tiempo largo
de preparación y, probablemente, “silencio” (que prueba la fe), y el último
aviso pocos días antes.
Luego tenemos el caso de Sodoma:
Génesis 18:16-22 RVC
16 Aquellos varones se fueron de allí, y miraron
en dirección a Sodoma. Abrahán los acompañaba.
17 Entonces el Señor dijo: «¿Acaso voy a
ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer?
18 ¡Si Abrahán va a ser una nación grande y
fuerte, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra!
19 Yo sé que él ordenará a sus hijos y a sus
descendientes que sigan el camino del Señor, y que sean justos y rectos, para
que el Señor cumpla en Abrahán su promesa.»
20 Entonces el Señor le dijo: «Puesto que el
clamor contra Sodoma y Gomorra va en aumento, y su pecado se ha agravado
demasiado,
21 voy ahora a descender allá, para ver si lo que
han hecho corresponde a las quejas que han llegado hasta mí. Si no es así, lo
sabré.»
22 Y aquellos varones se apartaron de allí, y
fueron hacia Sodoma; pero Abrahán seguía estando delante del Señor.
Abraham, que fue llamado amigo de Dios, supo poco tiempo
antes cuándo iba a ocurrir el juicio (o potencialmente podría ocurrir, ya que
el intercedió para que fuera evitado); precisamente por su relación tan cercana
con el Señor y por su rol dentro del plan divino, fue advertido.
Amós 3:7 RVC
7 Lo cierto es que nada hace el Señor sin antes
revelarlo a sus siervos los profetas.
¡Y la iglesia de los últimos días es una comunidad de
profetas!
No vemos aquí un largo tiempo de preparación previa, pero sí
el aviso previo a la destrucción.
Génesis 19:12-16 RVC
12 Y los varones le dijeron a Lot: «¿Todavía hay
alguien más contigo? ¿Yernos, hijos, hijas? Todo lo que tengas en la ciudad,
¡sácalo de aquí!
13 Porque nosotros vamos a destruir este lugar.
¡Son ya demasiadas las quejas contra ellos, que han llegado a oídos del Señor!
Por eso el Señor nos ha enviado a destruirlo.»
14 Entonces Lot salió y habló con sus yernos, es
decir, los que habían tomado a sus hijas, y les dijo: «¡Levántense, salgan de
esta ciudad, que el Señor va a destruirla!» Pero a sus yernos les pareció que
Lot estaba bromeando.
15 Al rayar el alba, los ángeles apuraban a Lot y
le decían: «Levántate, y llévate a tu mujer y a tus dos hijas que tienes aquí,
para que no mueras cuando la ciudad sea castigada.»
16 Pero como él se tardaba, los varones lo
tomaron de la mano y, junto con su mujer y sus dos hijas, lo sacaron de la
ciudad y lo pusieron fuera de ella, conforme a la misericordia que el Señor
tuvo de él.
De nuevo, hubo un tiempo suficiente como para poner a salvo
a Lot, algunas horas, un tiempo de paciencia. No hubo mucha fe que digamos,
pero por misericordia el Señor le dio un tiempo para prepararse.
En estos dos casos, que Jesús menciona en relación directa
con Su venida, hubo por lo menos un aviso poco tiempo antes del comienzo del
juicio.
Podemos tomar otro ejemplo parecido que es el de las plagas
de Egipto. Y lo considero válido como “prototipo” de la tribulación y
especialmente de la gran tribulación porque dichos castigos tenían como
propósito lograr un cambio de actitud en Egipto y dar a conocer el poder de
Dios por encima de todos los otros “dioses”; parecido a los propósitos de los
juicios tribulacionales; además de que hay similitudes entre ambos.
En este caso, desde que Moisés vuelve a Egipto hasta la
liberación efectiva pasa un tiempo, probablemente varios meses, algunos
plantean que el período fue de un año, me da la impresión de que no fue tanto,
pero lo cierto es que duró el tiempo suficiente como para que Faraón pudiera
arrepentirse de su entre plaga y plaga. Lo cierto es que podemos imaginarnos a
los israelitas en expectativa, desde de llegada de Moisés hasta el desenlace,
con las idas y venidas y las tensiones que debieron haber vivido, hasta el
anuncio de la última plaga y el establecimiento de la Pascua y la subsiguiente
liberación.
El patrón aquí es: un anuncio de liberación futura, que se
prolonga en el tiempo (aunque en realidad, el anuncio de liberación propiamente
dicho venía desde la época de Abraham) hasta el momento en que se da la noticia
definitiva que se cumpliría en pocos días (Éxodo 12, la preparación para la
Pascua y la salida).
No son los únicos juicios que vemos en el Antiguo
Testamento, pero son los que implicaron una directa manifestación divina, sin
intermediarios humanos (como fue, por ejemplo, la conquista de Jerusalén por
Nabucodonosor), es decir, Dios Padre obrando a través de la creación.
Ya en los Evangelios encontramos algunas instrucciones
interesantes de Jesús:
Mateo 25:6-12 RVC
6 A la medianoche se oyó gritar: “¡Aquí viene el
novio! ¡Salgan a recibirlo!”
7 Todas aquellas vírgenes se levantaron, y
arreglaron sus lámparas.
8 Entonces las insensatas dijeron a las
prudentes: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están
apagando.”
9 Pero las prudentes les respondieron: “A fin de
que no nos falte a nosotras ni a ustedes, vayan a los que venden, y compren
para ustedes mismas.”
10 Pero mientras ellas fueron a comprar, llegó el
novio, y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la
puerta.
11 Después llegaron también las otras vírgenes, y
decían: “¡Señor, señor, ábrenos!”
12 Pero él les respondió: “De cierto les digo,
que no las conozco.”
Antes de la llegada del novio hubo un anuncio, y entre el
anuncio y el inicio de la fiesta de bodas hubo un lapso de tiempo, breve por
cierto; lo suficiente como para que las que tenían aceite arreglaran sus
lámparas; pero no tan largo como para que las que no habían guardado aceite
pudieran ir a conseguirlo. El novio NO despertó a las vírgenes, sino un
mensajero, para el momento de su llegada ya estaban advertidas y preparadas.
Ahora bien, por supuesto que Jesús se encargó de dejar bien
en claro este otro asunto:
Mateo 25:13 RVC
13 Estén atentos, porque ustedes no saben el día
ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá.
Lucas 12:40 RVC
40 También ustedes deben estar preparados, porque
el Hijo del Hombre vendrá cuando ustedes menos lo esperen.»
A medida que las señales de los tiempos apuntan cada vez más
a Su venida, no debemos descuidar esta advertencia. Finalmente, NO SABEMOS
cuándo será el momento exacto, aunque hoy tengamos mucha más precisión que el
resto de los cristianos a lo largo de los siglos.
Quizás la principal confusión esté en que habría que
entender el “no saber” en un sentido general. Por cierto que los cristianos
nunca han sabido cuándo vendrá y todos los que pusieron fechas pasadas han
fracasado; ¡realmente no sabían! Pero también debemos ser cuidadosos en
contextualizar esta enseñanza con las muchas otras referentes al rapto y la
tribulación.
Noé sabía que vendría un diluvio, pero “no sabía” exactamente
cuándo hasta que faltaron solo 7 días. Probablemente Abraham supiera que
vendría un juicio sobre Sodoma, pero no supo el momento hasta que faltó poco
más de un día. Los israelitas sabían, desde los tiempos de Abraham, que vendría
juicio sobre la nación que los cautivaría, pero no supieron cuando hasta que
llegó Moisés y comenzaron las plagas.
Creo que el principal objetivo de que el día no fuera
revelado es para que no nos preocupemos por eso ni “hagamos la plancha
espiritual” hasta que falten un par de semanas. Él es nuestro Señor, Él es el
Amado, con Él queremos estar si es que le conocimos de verdad y eso nos lleva a
desear ardientemente que venga, no mañana, no pasado mañana, ¡sino ahora mismo!
La demora en Su venida no es ninguna bendición para los
hijos fieles, es señal de paciencia, para que todos puedan arrepentirse antes
de que sea demasiado tarde, pero:
Romanos 8:19-23 RVC
19 Porque la creación aguarda con gran
impaciencia la manifestación de los hijos de Dios.
20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no
por su propia voluntad, sino porque así lo dispuso Dios, pero todavía tiene
esperanza,
21 pues también la creación misma será liberada
de la esclavitud de corrupción, para así alcanzar la libertad gloriosa de los
hijos de Dios.
22 Porque sabemos que toda la creación hasta
ahora gime a una, y sufre como si tuviera dolores de parto.
23 Y no sólo ella, sino también nosotros, que
tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos mientras
esperamos la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
Si nos preocupa que el Señor vaya a venir “demasiado”
pronto, realmente mis queridos hermanos, NO HEMOS ENTENDIDO NADA, PERO DE
VERDAD NADA.
Hasta donde yo comprendo, de acuerdo a diversos testimonios
y profecías que he escuchado, no creo que falte mucho más de dos décadas para
que venga el Señor (desde el momento de escribir este artículo) pero jamás
enseñaría eso como doctrina; tengo fundamentos para decirlo pero de ningún modo
es una “revelación bíblica”. Simplemente es una señal de advertencia que me
recuerda, cada día, que no debo perder tiempo ni distraerme. Venga cuando venga
el Señor o que termine mi vida en esta tierra, simplemente espero que me
encuentre cumpliendo fielmente su voluntad y es eso lo que me preocupa.
El otro tema que debemos diferenciar es quiénes son los que
realmente no sabrán cuándo vendrá el Hijo del Hombre.
Lucas 17:26-29 RVC
26 Tal y como sucedió en los días de Noé, así
también sucederá en los días del Hijo del Hombre.
27 La gente comía y bebía, y se casaba y se daba
en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el
diluvio y los destruyó a todos.
28 Lo mismo sucedió en los días de Lot: la gente
comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y edificaba casas;
29 pero cuando Lot salió de Sodoma, llovió del
cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Aquí queda por demás de claro que aquellos QUE NO SUPIERON
no fueron precisamente Noé y su familia y (hasta cierto punto…) Lot; quienes no
supieron fueron los incrédulos. Entendamos bien: no tenían ni la más mínima
idea de lo que iba a pasar, eso es lo que está diciendo.
1 Tesalonicenses 5:3 RVC
3 De repente, cuando la gente diga: «Paz y
seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta
los dolores, y no escaparán.
Aquí se refiere a los juicios tribulacionales. Y de nuevo,
se trata de “la gente”, los incrédulos. Obviamente, ellos no tienen
discernimiento espiritual y aún más, se encontrarán profundamente enceguecidos
por la manifestación satánica del fin de los tiempos por lo que tampoco tendrán
mucho discernimiento natural.
Mis amados hermanos, si alguno de ustedes piensa que va a
estar la situación de los que “no saben” yo le sugeriría que deje
inmediatamente de leer y se ponga a orar unas cuantas horas…
Por otro lado, uno es el mensaje que Jesús daba a sus
discípulos mientras caminaban por esta tierra, otro el que les dio en la última
cena y otro el que habló el Espíritu luego de Su ascensión. Con esto quiero
decir que no deberíamos pensar que las palabras de Jesús en los Evangelios
reflejen siempre el grado más profundo de intimidad y revelación; más de una
vez está hablando a la “masa” de discípulos, “escondiendo” más que revelando la
verdad (como era el caso de las parábolas).
Bueno, no quiero ser dogmático con esto ni agregar
demasiadas especulaciones; veamos otros pasajes y que el Espíritu nos de
entendimiento.
Jesús hace una advertencia del juicio que vendría a
Jerusalén, no directamente desde el cielo pero sí por intermedio humano. Hubo un
anuncio general:
Lucas 13:34-35 RVC
34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los
profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a
tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no
quisiste!
35 Pues bien, la casa de ustedes va a quedar
desolada; y les digo que ustedes no volverán a verme hasta el día en que digan:
“¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”»
Y luego una señal específica:
Mateo 24:15-18 RVC
15 »Por tanto, cuando en el lugar santo vean la
abominación desoladora, de la que habló el profeta Daniel (el que lee, que
entienda),
16 los que estén en Judea, huyan a los montes;
17 El que esté en la azotea, no baje para
llevarse algo de su casa;
18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a
tomar su capa.
De nuevo: ellos no sabían cuándo ocurriría esto, pero un
breve tiempo antes de que comenzara la destrucción tendrían una señal lo
suficientemente clara. Gracias a esa señal, los cristianos judíos que se
encontraban en la ciudad hacia el momento de su conquista, pudieron escapar y
salvar su vida.
Sorprendentemente nos encontramos con otra escena de juicio
parecida en el futuro:
Apocalipsis 18:4-5 RVC
4 Oí entonces otra voz del cielo, que decía:
«Ustedes, los de mi pueblo, salgan de esa ciudad para que no participen de sus
pecados ni reciban parte de sus plagas;
5 pues son tantos sus pecados que llegan hasta el
cielo, y Dios ha tomado en cuenta sus injusticias.
Aquí no se da una señal, aunque probablemente los creyentes
de ese momento sí la reconozcan (la destrucción de “Babilonia” está
extensamente anunciada en los profetas), pero se da una advertencia similar, de
escapar. En algún momento este mensaje deberá hacerse claro para los cristianos
que vivan allí y deberán cumplir este mandato. El juicio sobre tal lugar ha
sido anunciado desde que Juan escribió el Apocalipsis (más si lo rastreamos en
las profecías del Antiguo Testamento) pero en un momento dado se oirá la señal.
En realidad, si nos metiéramos con las profecías del tiempo
de la tribulación encontraríamos definiciones precisas de tiempos y días que no
se nos dieron a nosotros.
Una observación más:
Mateo 24:42-44 RVC
42 Por tanto, estén atentos, porque no saben a
qué hora va a venir su Señor.
43 Pero sepan esto, que si el dueño de la casa
supiera a qué hora va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que
robaran su casa.
44 Por tanto, también ustedes estén preparados,
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperen.
Aquí solemos poner el énfasis sobre el desconocimiento de la
hora, pero precisamente el Señor dice lo contrario: debido a que no saben la
hora, estén atentos para que se den cuenta cuándo está por llegar. Cuando “no
se lo espere” es decir, cuando las circunstancias no hagan suponer que vendrá,
ése será el momento. ¿Acaso no es esta una señal muy precisa? Cualquiera que
permanezca despierto y atento sabrá cuándo la gente (¿y los cristianos tibios?)
“no espera” que venga Cristo y ahí tendrá que correr a prepararse. Hermanos,
¡nos está diciendo cuándo vendrá! Lo sabremos en ese momento, no ahora, pero
cuando el contexto social se configure, lo sabremos.
Además, el dueño de casa que está atento, se queda despierto
mirando la ventana, y de lejos ve venir al ladrón. Es decir, no puede predecir
exactamente a qué hora, pero cuando está viniendo, lo ve.
¡Cuidado! ¿Quiénes son los que “no lo esperan”? No pueden
ser los creyentes fieles porque estos sí lo esperan y están al tanto de los
acontecimientos. La “hora que menos lo esperen” sólo toma por sorpresa a los
que “no esperan”, es decir, los que no tienen esperanza, ¡pero nosotros sí
tenemos esperanza! Aquí no puede estar hablando de los hijos fieles, por lo que
debemos “mirar el contexto”, alrededor, para determinar este momento.
Tito 2:11-13 RVC
11 Porque
la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los hombres,
12 y nos
enseña que debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivir en
esta época de manera sobria, justa y piadosa,
13
mientras aguardamos la bendita esperanza y la gloriosa manifestación de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
1 Pedro 1:13 RVC
13 Por lo
tanto, preparen su mente para la acción, estén atentos y pongan toda su
esperanza en la gracia que recibirán cuando Jesucristo sea manifestado.
Creo que podríamos resumir esta sección diciendo que si bien
es cierto que no podemos predecir el día ni la hora, a medida que se acerque el
tiempo y la venida sea inminente, un poco de tiempo antes lo sabremos con
precisión, lo suficiente como para terminar de prepararnos.
LAS SEÑALES DE TRÁNSITO NO ESTÁN HECHAS PARA
QUE SE VEAN A 10 KM DE DISTANCIA…
Hasta ahora casi no hablamos de las señales de los últimos
tiempos. Creo que en las últimas décadas se ha abusado y mal usado de ellas, en
muchos casos para lograr vender libros o conseguir aplausos en auditorios
aterrados; en otros tantos quizás por ignorancia.
El efecto final es que nos hemos “acostumbrado” a escuchar
discursos alarmistas y falsos en parte, y como Cristo no vino cuando se nos
dijo que iba a venir porque empezaba a verse tal o cual señal, concluimos que
vaya uno a saber cuándo vendrá realmente. Como consecuencia, las señales que el
Señor puso en Su Palabra ya no “señalizan” nada.
Siempre es necesario recordar que el mal uso de una verdad
bíblica no anula la verdad en sí; que el tema de las señales haya sido muy
marketinero años atrás no significa que estas sean falsas. Que se hayan
confundido los significados de dichas señales tampoco.
Dejando de lado intereses espurios, un problema en la
interpretación de las “señales” bíblicas es saber ubicar a qué tiempo
pertenecen. Está claro que Apocalipsis nos brinda muchos acontecimientos que
tienen un fuerte correlato con el presente, pero que NO SON el presente. Y
otras tantas del resto de la Biblia tampoco se refieren exactamente a este
tiempo.
No quiero profundizar en el tema, simplemente recordar que
la noción de “señal” es, precisamente, algo puesto en un lugar para indicar una
situación futura para el que la percibe. Las señales indican algo que va a
venir en un futuro, normalmente cercano porque sino no cumplirían su función de
señales, o mejor dicho, no podríamos llamarlas así. Puede ser que una señal no
muestre un tiempo exacto, pero sí muestra la cercanía e inminencia de algo.
Y aquí vale la comparación con las señales de tránsito. Creo
que todos conocemos de lo que estoy hablando, y también todos sabemos que hay
una distancia a partir de la cual pueden verse. Desde lejos uno ve un rectángulo
verde, o un rombo amarillo o un círculo naranja y puede más o menos suponer de
qué se trata, pero nada más. Recién cuando se está más cerca puede leerse lo
que dice; la misma señal transmite “un mensaje” desde lejos y “otro mensaje”,
más preciso y detallado, de cerca. Dicho de otra forma, la señal no puede
percibirse claramente hasta que no se está lo suficientemente cerca.
Cuando hay algún problema en la carretera o el automovilista
debe estar especialmente alerta por algo, normalmente vemos una seguidilla de
señales: “calzada reducida a 1 km”, “calzada reducida a 500 m”, “calzada
reducida a 100”, “calzada reducida”, y, por las dudas, un operario todo vestido
de naranja agitando una bandera. Ahora bien, a nadie se le ocurriría desestimar
la primera señal porque todavía falten 1.000 metros y porque haya otras
similares más adelante, ¿no?
Quizás esta comparación explique por qué hemos tenido tal
“revoltijo de señales” en décadas pasadas, y aún hoy. Creo que, sinceramente,
deberíamos de una vez por toda dejar de pretender tener la verdad absoluta y
reconocer que LA Verdad es Cristo, que está en Él y que nosotros sólo podemos
ver una parte(cita) de ella, y lo que enseñamos es nada más que eso y como tal
debemos transmitirlo. Con un poco de humildad podemos admitir que tenemos una
idea más o menos definida sobre algo pero que no lo sabemos todavía con el
suficiente detalle, y eso está bien. Si los que nos escuchan esperan encontrar
al “más sabio de los sabios” que sea capaz de revelarles hasta el último detalle
de la Biblia, deberemos cortésmente decirles que se equivocaron feo, pero muy
feo.
Con esto quiero decir que las señales están apuntando a
tiempos y momentos específicos, que nos alertarán cuando las cosas estén por
ocurrir, pero que no necesariamente las podremos entender claramente antes de
ese tiempo.
No voy a hablar sobre las señales de los últimos tiempos
porque no es el propósito de este artículo y hay mucho escrito, pero sí quiero
mencionar un pasaje que para mí es fundamental en este tema:
Lucas 21:29-31 RVC
29 También les contó una parábola: «Fíjense en la higuera y
en todos los árboles.
30 Cuando ustedes ven que brotan sus hojas, pueden saber que
ya se acerca el verano.
31 De la misma manera, cuando ustedes vean que todo esto
sucede, podrán saber que ya se acerca el reino de Dios.
El versículo anterior dice algo parecido, aunque referido
más bien al final de la gran tribulación:
Lucas 21:28 RVC
28 Cuando esto comience a suceder, anímense y
levanten la cabeza, porque su redención estará cerca.»
En ambos contextos hay señales que están mostrando la
inminencia de un suceso; no indican una fecha precisa (como por sí por ejemplo
Daniel 12:11,12; Apocalipsis 11:3; 12:6) pero tampoco un período
indefinidamente largo. En la parábola de la higuera, desde que brotaba hasta el
verano no podían pasar más que unos pocos meses.
Las señales de estos tiempos están apuntando hacia la
cercanía de un evento, probablemente no indican la fecha exacta, o al menos eso
todavía está en parte velado, pero dan un rango de tiempo estrecho. Si a veces
hemos interpretado mal las señales, no es culpa de ellas, y sino, ¡trate de
convencer a un inspector de tránsito de que la señal de 40 Km/h estaba mal
puesta y que en realidad quería decir 60! Después de pagar una interesante
multa aprenderemos que no podemos contradecir o ignorar las señales… Y si a
alguno de los lectores que maneja no le pasó algo parecido, que tire la primera
piedra…
El Señor nos alertó sobre las señales para que no seamos
ignorantes; si Su propósito hubiera sido “esconder” el momento de Su venida,
¿para qué escribir tanto en la Biblia sobre el tema?
Hay otro pasaje interesante:
Lucas 21:9 RVC
9 Y cuando
oigan hablar de guerras y de levantamientos, no se alarmen, porque es necesario
que esto suceda primero, pero el fin no llegará de manera repentina.»
Lo interesante aquí es el sentido de “no llegará de manera
repentina”, esto es: al instante, en seguida, inmediatamente, pronto. Esto
quiere decir que habrá tiempo suficiente como para ver las señales que anuncian
el fin y prepararse para ese fin. No se nos da la precisión de una fecha
determinada, no se nos dice cuánto tiempo pasará, pero se nos da un “margen”
temporal, más o menos definido, o al menos se nos dice que no será un suceso “sorpresivo”
en relación con las señales de las que se está hablando en el pasaje (esto es,
para los que están atentos a esas señales).
UN EVENTO ESPIRITUAL PARA ESPIRITUALES
Hasta aquí estuvimos hablando de cuestiones entendibles
intelectualmente. Sin embargo el Reino de Dios es mucho más que enseñanza
intelectual, es realidad espiritual, y los que estamos aprendiendo a vivir en
el Espíritu también percibimos las realidades espirituales.
Aquí cabe una reflexión muy sencilla: si muchas veces
podemos percibir en nuestro espíritu cuando algo está ocurriendo en los aires,
cuando hay conflicto espiritual, presencia demoníaca, cuando la unción de Dios
se aproxima a nosotros, etc., etc., ¿acaso nuestra sensibilidad espiritual se
va a desconectar antes del rapto? Es absurdo.
Y más absurdo si consideramos que la Novia del Cordero va a
estar ya adecuadamente dispuesta y ataviada para ese momento, es decir,
perfeccionada en todo, y eso incluye su sensibilidad espiritual.
¿Un evento tal como el rapto va a pasar desapercibido en el
plano espiritual? Imposible.
No sé cómo será, pero de alguna manera nuestros espíritus
van a estar especialmente alertas y emocionados antes de que eso ocurra; sin
duda lo sabremos, lo percibiremos muy claramente.
Pero claro, estoy hablando del plano espiritual. Los cristianos
que se mueven solo en el plano intelectual y emocional no sé si alcanzarán a
notarlo. Más vale empezamos desde ahora a meternos en el río del Espíritu, ¿no?
¿POR QUÉ LO SABREMOS?
El rapto no es el principal foco de los acontecimientos del
último tiempo, pero es perfectamente lógico y justo cuando los ubicamos en
contexto. Todo el camino hacia él está señalizado y, al igual que en una
autopista, las señales se van haciendo cada vez más frecuentes a medida que nos
acercamos a un punto crítico. De los diversos relatos bíblicos podemos ver que
poco tiempo antes lo sabremos y la lógica espiritual nos dice que un
acontecimiento tal es imposible que pase desapercibido.
Ahora bien, ¿por qué?
Hay cierto sustrato doctrinal que presenta a Dios de una
manera más o menos arbitraria. Muchas enseñanzas, en el fondo, al enfatizar la
soberanía de Dios lo llevan al punto de la “arbitrariedad”, es decir, hace lo
que hace porque sí, y los eventos escatológicos muchas veces se presentan así.
¿Cómo es eso? Fácil, al narrar una sucesión de hechos ciertos pero sin conexión
con las verdades eternas y los principios divinos, termina siendo un relato
“arbitrario”, una “puesta en escena” muy dramática pero sin razones claras.
Eso es un error terrible. Todos los acontecimientos finales
tienen que ver con la misericordia y la justicia de Dios, todos son
perfectamente “necesarios”; aunque no podamos darnos cuenta fácilmente de por
qué. Tanto como se enfatiza en la soberanía divina es necesario enfatizar en su
justicia y coherencia; todo tiene una razón y un propósito, esa es la
naturaleza divina.
Vimos en una sección anterior que la enseñanza sobre la
segunda venida es una parte fundamental de nuestra esperanza, pero lo cierto es
que hoy muy poco nos han enseñado a esperar algo del futuro, todo el mensaje es
“instantáneo”. Bien, quizás eso sea el principio de la señal de “la hora que
menos lo esperen”.
NUNCA seremos lo que hemos sido llamados a ser en este mundo
actual, en este sistema de cosas. NUNCA traeremos nosotros por nuestro propio
esfuerzo el Reino de Dios a esta tierra, ¿acaso las noticias de la mañana no
son suficiente como para darnos cuenta? NUNCA recibiremos perfecta justicia en
este mundo. NUNCA el Reino de Dios podrá establecerse en este sistema actual.
¿Acaso tanto nos hemos acostumbrado a este mundo torcido y retorcido que ya no
esperamos nada mejor que pasar una vida relativamente tranquila y encontrarnos
con Cristo luego de morir? Temo que sí.
Esta esperanza, este anhelo de justicia (en el sentido
bíblico de justicia) y también el hecho de saber que tendremos que rendir
cuentas, de que hay una recompensa que implica participar en la construcción de
ese mundo mejor que siempre hemos soñado pero nunca visto hasta ahora (a eso se
refieren los “tronos” y las “coronas” del cielo) y si estamos medio flojos, el
temor de saber que podemos ser “dejados atrás” son todos alicientes para una
vida en santidad.
¿Y de qué nos sirve saber que sabremos cuando esté por
venir?
Primero, para entender que el Señor no es arbitrario ni está
“jugando” con nuestra esperanza. Él no juega a las escondidas, se revela
claramente a los que lo buscan, aunque se oculta de los que no se interesan por
Él; ¡no nos confundamos de grupo!
En todo lo que hacemos, y especialmente en los
acontecimientos finales, Él quiere que sepamos claramente en qué tiempos
estamos, y que nos preparemos adecuadamente. El último y claro aviso será la
última llamada para prepararnos, aunque solo a los que ya estemos casi listos.
Y por otro lado, la verdad es que nuestra principal
preocupación hoy y ahora es traer el Reino de Dios a la tierra. Aunque unos
párrafos más arriba dije que no lograremos establecer todo lo que implica el
Reino de Dios en el tiempo presente, seguimos siendo “sal y luz”, y lo
seguiremos siendo mientras estemos aquí: hay muchos que necesitan ser salvos
todavía, hay muchos que necesitan ver y escuchar nuestro testimonio pero que
serán salvos luego, hay muchos males que necesitan ser frenados, la iglesia se
encuentra en un estado todavía bastante deplorable y hace falta urgentemente
restaurarla, y, dicho sea de paso, nosotros todavía necesitamos unos cuantos
“ajustes”… Con eso tenemos más que de sobra como para pasar todo el tiempo calculando
fechas y acontecimientos.
Simplemente sabremos el compás de los tiempos y cuando esté por sonar el
timbre, como cuando íbamos a la escuela, guardaremos nuestros cuadernos,
cerraremos la mochila, acomodaremos los bancos, y ¡riiiinnn! ¡NOS VAMOS PARA
CASA! ¡ALELUYA! ¡GLORIA POR SIEMPRE AL SEÑOR!
Hermanos, tengamos fe y confianza en el Señor, vivamos cada
día más como a Él le agrada; sabiendo que no seremos sorprendidos sino que
entenderemos Sus tiempos y Sus planes. Él nos ama y quiere que estemos preparados,
habiendo cumplido la misión encomendada.
¡Gloria por siempre al Altísimo!
Danilo Sorti
En la casa de Rubén (Argentina), en la ciudad de lo alto de
la montaña (Rosario), al décimo mes del año romano de 2016; “16” el número del
amor divino.