Mucho tiempo hemos pensado que el interés de Dios era
edificar una comunidad santa mientras dejaba que el Adversario hiciera lo que
quisiera con el mundo, pero creo que hoy la cristiandad ha entendido que la
iglesia, que es la Novia del Cordero, debe ser en realidad el medio para
restaurar a TODA la creación.
Hay un pasaje muy interesante en este sentido:
Hechos 3:19-21 RVC
19 Por lo tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,
para que sus pecados les sean perdonados20 y Dios haga venir sobre ustedes tiempos de alivio y les envíe a Cristo Jesús, que ya les fue anunciado.
21 Es necesario que el cielo reciba a Jesús hasta el momento en que todas las cosas sean restauradas, lo cual Dios ya ha anunciado desde los tiempos antiguos por medio de sus santos profetas.
Hechos 3:21 DHH
21 Aunque por ahora
Jesucristo debe permanecer en el cielo hasta que Dios ponga en orden todas las cosas, como
dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos
antiguos.
Es interesante ver que en estas palabras Pedro muestra el
propósito general del Padre a través de toda la historia antigua de la nación:
llegar al momento en que todo sea puesto en orden, sea restaurado. No algo, no
solo la salvación individual, no solo una iglesia santa; sino TODAS las cosas,
todo lo que existe.
Desde la perspectiva del TODO, la vida del cristiano debería
ser considerada no sólo como la “vida
de iglesia” sino como la vida integral del hombre según Dios, en todos los
aspectos.
Y uno de los aspectos, que está mencionado en estos
versículos, tiene que ve con los “tiempos de alivio”,
la bendición de Dios, su “Shalom”, el ámbito en el que estamos preparados para
movernos y que nunca debió perderse.
Génesis 1:31 DHH
31 y Dios vio que todo
lo que había hecho estaba muy bien.
De este modo se completó el sexto día.
Génesis 1:31 RVC
31 Y vio Dios todo lo
que había hecho, y todo ello era bueno
en gran manera. Cayó la tarde, y llegó la mañana. Ése fue el día
sexto.
Génesis 1:28 DHH
28 y les dio su
bendición:muchos, muchos hijos;
llenen el mundo y gobiérnenlo;
dominen a los peces y a las aves,
y a todos los animales que se arrastran.
Génesis 2:8-9 DHH
8 Después Dios el
Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al
hombre que había formado.9 Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Génesis 2:18 DHH
18 Luego, Dios el Señor
dijo: es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para
él.
Todo el contexto en donde el hombre iba a vivir y trabajar
estaba rodeado de bendición: la creación era buena y se sujetaba al ser humano,
el ámbito del jardín era bueno y agradable, el hombre contaba con la bendición
divina y había una relación armónica no solo con Dios sino con el otro ser
humano. Este era el diseño original del Padre.
Pero conocemos el resto de la
historia:
Génesis 3:16-19, 23 DHH
16 A la mujer le
dijo:—Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.
17 Al hombre le dijo:
—Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida.
18 La tierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres.
19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.
23 Por eso Dios el
Señor sacó al hombre del jardín de
Edén, y lo puso a trabajar la tierra de la cual había sido
formado.
La bendición diseñada se transforma en maldición en todo
sentido: en lo físico, en lo emocional, en lo relacional, en lo laboral, y llega
a afectar a toda la creación, que había sido diseñada originalmente
buena.
No hace falta que ilustremos mucho más lo que queremos
decir porque el resto de la Biblia está repleta de ejemplos (y nuestro mundo
actual también) de cuán penetrante, terrible y extendida resultó la semilla de
maldición que la raza humana sembró en sus orígenes. De hecho, creo que ninguno
de nosotros tiene hoy la verdadera dimensión de la maldición que se ha desatado
sobre la tierra, ni mucho menos sería capaz de soportar siquiera su
descripción.
Pero Dios ya estaba preparando la
solución:
Génesis 3:15 DHH
15 Haré que tú y la
mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza,
y tú le morderás el talón.
La bendición prometida (aunque parcial si la vemos desde la
perspectiva cristiana) es un tema recurrente en todo el Antiguo Testamento,
especialmente en los cinco primeros libros. Conocida es la promesa hecha a
Abram:
Génesis 12:2-3 DHH
2 Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para
otros.3 Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.
El perdón de pecados, la salvación del alma, la vida eterna
no son temas que aparezcan tan claramente en estas primeras etapas de la
revelación, habrá que esperar unos cuantos siglos más para eso, pero la promesa
de la restauración de la bendición terrenal, del ámbito físico donde está el
cuidado de Dios, es un hilo conductor de la historia a partir de
aquí.
Pero, tal como pasó en el Jardín, la bendición “física”
estaba condicionada a la obediencia y, en definitiva, al amor a Dios. Y tal como
en el principio, la maldición “física” debía servir (¡y sirve!) para que las
personas, en su miseria, reconozcan su pecado, se vuelvan a su Creador y
reciban, finalmente, su bendición. En el fondo, no existe maldición en sentido
absoluto sobre esta tierra (sí en el infierno), siempre pretende ser un llamado
de atención para generar arrepentimiento y luego
bendición.
Deuteronomio 28:2 DHH
2 Además, todas
estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al
Señor tu Dios.
Deuteronomio 28:15 DHH
15 “Pero si no obedeces
al Señor tu Dios, ni pones en práctica todos sus mandamientos y leyes que yo te
he ordenado hoy, vendrán sobre ti y te
alcanzarán todas estas maldiciones:
Deuteronomio 30:1-3 DHH
1 “Cuando les sobrevenga a
ustedes todo lo que les he anunciado, la bendición y la maldición que les he
dado a elegir, y reflexionen sobre ellas en las naciones donde el Señor su Dios
los arroje,2 si se vuelven al Señor y lo obedecen de todo corazón y con toda su alma, ustedes y los hijos de ustedes, como yo se lo ordeno ahora,
3 entonces el Señor su Dios cambiará la suerte de ustedes y les tendrá compasión. Los reunirá otra vez de entre los países donde antes los arrojó,
La Tierra Prometida era, para Israel, el ámbito físico de
la bendición, una figura del Jardín perdido y un anticipo del ámbito de
bendición que vendría en el futuro.
Números 14:7-8 DHH
7 y dijeron a todos los israelitas:—¡La tierra que fuimos a explorar es excelente!
8 Si el Señor nos favorece, nos ayudará a entrar a esa tierra y nos la dará. Es un país donde la leche y la miel corren como el agua.
Hebreos 4:8-9 DHH
8 Porque si Josué les hubiera dado reposo a los israelitas,
Dios no habría hablado de otro día.9 De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios;
La promesa de Dios fue de bendición, el ámbito físico al
que los llevaba expresaba esa bendición. Pero, de nuevo tal como pasó en el
Edén, la decisión entre la obediencia y la desobediencia tenía que ver con
confiar en que Dios quería y podía proveerles de la bendición, y aceptar sus
caminos, o desconfiar de él y buscar los propios caminos de “bendición”. O
aceptamos la bendición de Dios o procuramos construir nuestra propia
“bendición”, conforme a nuestros criterios según los recibimos el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
Lot se manejó así:
Génesis 13:11-13 DHH
11 Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán, y
se fue al oriente del lugar donde estaban. De esta manera, Abram y Lot se
separaron.12 Abram se quedó en Canaán, y Lot se fue a vivir a las ciudades del valle, cerca de la ciudad de Sodoma,
13 donde toda la gente era muy mala y cometía horribles pecados contra el Señor.
Escogió por sus ojos, y conocemos el resto de la historia.
Abram escogió por la promesa, ¡y conocemos el resto de la
historia!
Números 14:39-42 DHH
39 Cuando Moisés contó
a los israelitas lo que el Señor había dicho, todos ellos se pusieron muy
tristes.40 A la mañana siguiente se levantaron temprano, subieron a la parte alta de la región montañosa y dijeron:
—¡Ya estamos aquí! Vayamos al lugar que el Señor nos ha prometido, pues en verdad hemos pecado.
41 Pero Moisés les dijo:
—¿Por qué desobedecen las órdenes del Señor? ¡Ese intento va a fracasar!
42 No sigan adelante, porque el Señor no está con ustedes. Sus enemigos los van a derrotar.
No avanzaron cuando el Señor se los mandó y luego quisieron
ir cuando expresamente les había dicho que no: no aceptaron el momento de la
bendición y procuraron obtenerla por sus propias fuerzas. El resultado fue
desastroso.
La historia narrada en Jueces ilustra muy bien las idas y
vueltas de este período:
Jueces 2:11-19 DHH
11 Pero los hechos de
los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, pues empezaron a adorar a las diferentes
representaciones de Baal.12 Dejaron al Señor, el Dios de sus antepasados que los había sacado de Egipto, y se entregaron a adorar a los dioses de la gente que vivía alrededor, provocando así el enojo del Señor.
13 Dejaron al Señor por adorar a Baal y a las diferentes representaciones de Astarté,
14 y por eso el Señor se enojó contra Israel e hizo que los ladrones los despojaran de lo que tenían, y que sus enemigos de los alrededores los derrotaran sin que ellos pudieran hacerles frente.
15 Cada vez que ellos marchaban a la batalla, el Señor se ponía en su contra y les iba mal, según él mismo se lo había anunciado.
Sin embargo, aunque el Señor puso a los israelitas en aprietos,
16 también hizo surgir caudillos que los libraran de quienes los despojaban.
17 Pero los israelitas no hicieron caso a estos caudillos, sino que fueron infieles al Señor y adoraron a otros dioses. Sus antepasados habían obedecido los mandamientos del Señor; pero ellos no siguieron su ejemplo.
18 Cada vez que el Señor hacía surgir un caudillo, también lo ayudaba, y durante la vida del caudillo libraba a los israelitas del poder de sus enemigos, pues sentía compasión de ellos al oírlos gemir por causa de la opresión que sufrían.
19 Pero cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse, y llegaban a ser peores que sus padres, sirviendo y adorando a otros dioses. No abandonaban sus malas prácticas, ni su terca conducta.
¿Cómo se relaciona esto con la búsqueda de la bendición,
que dijimos es algo innato en todo ser humano?
Pues porque en las creencias de los pueblos de la región
Baal era el dios de la lluvia y la fertilidad, y Astarté era la “madre
naturaleza”, la diosa de la vida, la fertilidad, el amor y los placeres
carnales. Desde el momento en que dejaban de buscar (y por consiguiente,
recibir) la bendición de Dios (lo cual requería vivir en santidad), necesitaban
buscar (y “recibir”) la bendición de otro lado.
Para ellos, y durante varios siglos hasta el exilio
babilónico, existió un duro conflicto entre buscar a Dios (y las bendiciones que
vienen de él) o buscar a los dioses de la tierra (y las “bendiciones” que vienen
de ellos).
Este conflicto entre buscar a Dios y la bendición que viene
de él o caer en la idolatría para obtener los “favores” de otros dioses aparece
en prácticamente todas las páginas de la historia y la poesía escrita antes del
exilio, así como el reiterado llamado del Padre:
2
Crónicas 15:2-3 RVC
2 y éste salió al encuentro de Asa y le dijo: «Escúchenme
ustedes, Asa y todo Judá y Benjamín: El
Señor estará con ustedes, si ustedes están con él. Si lo buscan, lo hallarán;
pero si lo dejan, también él los dejará.3 Israel pasó mucho tiempo sin un Dios verdadero y sin un sacerdote que los instruyera, y sin ley;
Job
35:9-12 DHH
9 Bajo el peso de la opresión, los hombres
gritany buscan quien los salve de los poderosos;
10 pero no buscan al Dios que los creó,
al que da fuerzas en las horas más oscuras,
11 al que nos instruye y nos enseña
por medio de los animales y las aves.
12 Gritan, pero Dios no les contesta,
porque son hombres malos y orgullosos.
Salmos 5:11 DHH
11 Alégrense los que buscan tu
protección;canten siempre de alegría
porque tú los proteges.
Los que te aman, se alegran por causa tuya,
Salmos 34:10 DHH
10 Los ricos se vuelven
pobres, y sufren hambre,pero a los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien.
Salmos 119:2 DHH
2 Felices los que
atienden a sus mandatosy lo buscan de todo corazón,
¡Cuidado! Si pensamos que este problema con la idolatría y
el “buscar la bendición” en otros dioses fue un problema de la antigüedad (o de
los pueblos politeístas de hoy día) no nos olvidemos de lo que mucho tiempo
después diría Pablo:
Efesios 5:5 DHH
5 Pues tengan por cierto que quien comete inmoralidades
sexuales, o hace cosas impuras, o se
deja llevar por la avaricia (que es una especie de idolatría), no puede
tener parte en el reino de Cristo y de Dios.
En nuestro mundo sofisticado y “racional” de hoy, la
idolatría toma formas mucho más sutiles, pero sigue
existiendo.
Pero el problema no estaba solo en lo “sobrenatural” sino
que también en lo “natural” el pueblo de Dios muchas veces no buscó la
protección del Señor:
Isaías 31:1 DHH
1 ¡Ay de los que van a Egipto a buscar
ayuda,de los que confían en los caballos,
de los que ponen su confianza en que tienen muchos carros
y en que es muy numerosa su caballería,
y no vuelven la vista al Dios Santo de Israel,
no buscan al Señor!
Ha sido (y continúa siéndolo) muy frecuente pensar que
mientras la revelación del Antiguo Testamento se ocupaba de “lo material”, la
del Nuevo se ocupa de “lo espiritual” y hasta “desprecia” lo material. Hoy
sabemos que esto no es más que la influencia de ciertas corrientes filosóficas
que se gestaron ya en la antigua Grecia. Jesús nunca desestimó las necesidades
materiales de los hijos de Dios ni la importancia de buscar la provisión de su
Padre:
Mateo 7:7-11 DHH
7 “Pidan, y Dios les
dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les
abrirá.8 Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
9 alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan?
10 ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado?
11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!
Mateo 6:7-11 DHH
7 al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen
los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará
Dios.8 No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan.
9 Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra,
así como se hace en el cielo.
11 Danos hoy el pan que necesitamos.
Démonos cuenta que estas palabras están al principio de la
predicación del Señor, por lo que él lo dejó en claro de entrada: Dios se
preocupa de las necesidades materiales de Su pueblo y está dispuesto a
suplirlas. Y no hacía falta decir mucho más, ¡eso soluciona uno de los
principales conflictos de todos los seres humanos de todos las
épocas!
En realidad, si nos vamos más atrás, directamente al
principio de la predicación pública de Jesús, nos encontramos con estas
palabras:
Lucas 4:17-21 DHH
17 Le dieron a leer el
libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:
18 Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
19 a anunciar el año favorable del Señor.
20 Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él.
21 Él comenzó a hablar, diciendo:
—Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oir.
Podemos “sobreespiritualizar”
este pasaje, y es cierto que tiene una profunda raíz espiritual, pero cuando
Jesús lo dijo y en la sinagoga lo escucharon, el sentido era profundamente
“terrenal”.
Los milagros del Señor (y posteriormente de Su iglesia)
demostraron una y otra vez que nunca dejó de preocuparse por las necesidades
materiales de la gente.
Sin embargo, Jesús pretendía llevar a sus discípulos “un
escalón más arriba” de la simple búsqueda de la bendición terrenal: había algo
más profundo, más importante y más trascendente; una bendición mucho mayor, de
la cual partían las bendiciones materiales pero que en función de ella podían
relegarse: la bendición de la comunión con el Padre, de la salvación de las
almas, de llevar esta salvación a otros.
Jesús no negó la bendición material, pero llevó a sus
seguidores a ver más arriba.
Juan
6:26-27 DHH
26 Jesús les
dijo:—Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas.
27 No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
Mateo 6:31-33 DHH
31 Así que no se preocupen, preguntándose:
‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué
vamos a beber?’ o ‘¿Con qué vamos a vestirnos?’ 32 Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan.
33 Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.
Jesús descubría los corazones al mostrar que esta búsqueda
de bendición fuera de Dios puede tomar formas muy sutiles, aún dentro del mismo
pueblo de Dios y en relación con lo santo:
Juan
5:44-46 DHH
44 ¿Cómo pueden creer
ustedes, si reciben gloria los unos de
los otros y no buscan la gloria que viene del Dios
único?45 No crean que yo los voy a acusar delante de mi Padre; el que los acusa es Moisés mismo, en quien ustedes han puesto su confianza.
46 Porque si ustedes le creyeran a Moisés, también me creerían a mí, porque Moisés escribió acerca de mí.
Lucas 20:46-47 DHH
46 “Cuídense
de los maestros de la ley, pues les gusta andar con
ropas largas, y quieren que los saluden
con todo respeto en las plazas. Buscan los asientos de honor en las sinagogas y
los mejores lugares en las comidas;47 y les quitan sus casas a las viudas, y para disimularlo hacen largas oraciones. Ellos recibirán mayor castigo.
Otra forma sutil de idolatría dentro del mismo pueblo del
Señor: en vez de buscar a Dios,
centrarse en los hombres de Dios del
pasado o incluso del presente, o buscar la “bendición” a través de los hijos de
Dios (es decir, expoliarlos de sus bienes, ¿algún parecido con la realidad
actual…?).
Pero Jesús fue mucho más allá todavía al mostrarles a los
discípulos que ni siquiera tenían que poner los ojos en el Jesús terrenal que
ellos habían conocido:
Lucas 24:5-7 DHH
5 Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo; pero
aquellos hombres les dijeron:—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo?
6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea:
7 que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores, que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría.
Parece que en las Epístolas del Nuevo Testamento la
bendición material “desaparece”, pero esta opinión se genera cuando nos
“perdemos” el enganche con los Evangelios.
1
Corintios 10:11 DHH
11 Todo esto les sucedió a nuestros
antepasados como un ejemplo para nosotros, y fue puesto en las Escrituras
como una advertencia para los que vivimos en estos tiempos
últimos.
En este pasaje Pablo está “validando” todo lo que vimos del
Antiguo Pacto: nada de eso perdió valor, simplemente ahora el interés central es
cómo acercarse al Dios de TODA bendición.
Tiempo antes, Jesús puso en perspectiva las aspiraciones
materiales:
Hechos 1:6-8 DHH
6 Los que estaban reunidos con Jesús, le
preguntaron:—Señor, ¿vas a restablecer en este momento el reino de Israel?
7 Jesús les contestó:
—No les corresponde a ustedes conocer el día o el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad;
8 pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra.
Jesús no estaba negando sus aspiraciones terrenales, les
estaba dando un enfoque superador y estratégicamente más
urgente.
¿Cuál es la fuente de la bendición material? En el mundo de
hoy muchos la buscan en el avance de los conocimientos científicos, mientras que
otros tantos siguen buscando a un súper líder o poderoso milagrero; Pablo ya
había hablado de ello:
1
Corintios 1:22-25 DHH
22 Los judíos quieren ver señales milagrosas,
y los griegos buscan sabiduría;23 pero nosotros anunciamos a un Mesías crucificado. Esto les resulta ofensivo a los judíos, y a los no judíos les parece una tontería;
24 pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o griegos, este Mesías es el poder y la sabiduría de Dios.
25 Pues lo que en Dios puede parecer una tontería, es mucho más sabio que toda sabiduría humana; y lo que en Dios puede parecer debilidad, es más fuerte que toda fuerza humana.
La fuente de toda bendición, que es el ámbito en el que el
hombre debe estar y procura (con sus propias fuerzas) alcanzar, sigue estando en
Dios, a través del único camino abierto: Jesucristo.
También somos advertidos contra la sutileza de muchos líderes cristianos de pretender “buscar” la bendición a costa de los hermanos:
Filipenses 2:20-21 DHH
20 Porque no tengo a
ningún otro que comparta tanto mis propios sentimientos y que de veras se
preocupe por el bien de ustedes;21 todos buscan su propio interés, y no el interés de Jesucristo.
Judas 1:16 DHH
16 De todo se quejan,
todo lo critican y solo buscan
satisfacer sus propios deseos. Hablan con jactancia, y adulan a los demás
para aprovecharse de ellos.
La fe en Jesucristo (¡no la fe en la fe!) es establecida
como la “puerta de entrada”
Hebreos 11:6 DHH
6 Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque
para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que
lo buscan.
Y se nos advierte que la bendición material no siempre es
señal de la más alta bendición divina:
Hebreos 11:33-40 DHH
33 Por la fe
conquistaron países, impartieron justicia, recibieron lo que Dios había
prometido, cerraron la boca de los leones,34 apagaron fuegos violentos, escaparon de ser muertos a filo de espada, sacaron fuerzas de flaqueza y llegaron a ser poderosos en la guerra, venciendo a los ejércitos enemigos.
35 Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus familiares muertos.
Otros murieron en el tormento, sin aceptar ser liberados, a fin de resucitar a una vida mejor.
36 Otros sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles.
37 Y otros fueron muertos a pedradas, aserrados por la mitad o muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro vestidos solo de piel de oveja y de cabra; pobres, afligidos y maltratados.
38 Estos hombres, que el mundo ni siquiera merecía, anduvieron sin rumbo fijo por los desiertos, y por los montes, y por las cuevas y las cavernas de la tierra.
39 Sin embargo, ninguno de ellos recibió lo que Dios había prometido, aunque fueron aprobados por la fe que tenían;
40 porque Dios, teniéndonos en cuenta a nosotros, había dispuesto algo mejor, para que solamente en unión con nosotros fueran ellos hechos perfectos.
Pero lo cierto es que el perfecto ámbito de bendición, tal
como Dios lo diseñó al principio, aún no está disponible para ninguno de
nosotros en este tiempo. Todavía estamos en peregrinaje, sabiendo que podremos
alcanzar muchas bendiciones de Dios, materiales y, más importante, espirituales;
o sabiendo que podremos ser llamados a renunciar a bendiciones materiales en
función de una mucho mayor bendición espiritual. Mientras tanto, una promesa
simple y poderosa nos ayuda cuando la provisión que necesitamos parece
tardar:
Filipenses 4:6 DHH
6 No se aflijan por
nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias
también.
Filipenses 4:6 RVC
6 No se preocupen
por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias,
El “final” de la historia no empieza, precisamente, con
mucha bendición que digamos…. ¡Más bien todo lo contrario!
Apocalipsis nos advierte en contra de pensar que en esta
época Dios se ha olvidado de lo “terrenal”.
Apocalipsis 6:15-17 DHH
15 Y los reyes del
mundo se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas, junto con
los grandes, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos los esclavos
y los hombres libres;16 y decían a las montañas y a las rocas: sobre nosotros y escóndannos de la presencia del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero!
17 Porque ha llegado ya el gran día del castigo, ¿y quién podrá resistir?
Apocalipsis 6:16-17 RVC
16 y decían a los
montes y a las peñas: «¡Caigan sobre nosotros! ¡No
dejen que nos mire el que está sentado sobre el trono! ¡Escóndannos de la ira
del Cordero!17 El gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá mantenerse en pie?»
Ya hemos visto que el castigo de Dios, sobre esta tierra,
tiene el propósito de llamar a los hombres a la conversión, a volver al Único
que puede darles la verdadera bendición y dejar de buscarla por caminos errados.
¿Cuál habría de ser la respuesta de los hombres?
Apocalipsis 9:20 RVC
20 El resto de la
gente, los que no murieron por estas plagas, ni aun así se arrepintieron de su
maldad, ni dejaron de adorar a los demonios ni a las imágenes de oro, plata,
bronce, piedra y madera, las cuales no pueden ver ni oír ni
caminar.
Apocalipsis 16:11 RVC
11 y por causa de sus
dolores y sus úlceras blasfemaron contra el Dios del cielo, pero no se arrepintieron de sus
obras.
Sin embargo, en medio del castigo también habrá algunos que
podrán entender:
Apocalipsis 11:13 RVC
13 En ese momento hubo
un gran terremoto, y a causa del terremoto se derrumbó la décima parte de la
ciudad y murieron siete mil personas. Los demás se llenaron de terror y dieron
gloria al Dios del cielo.
Al final de todo el proceso:
Apocalipsis 21:3-5 DHH
3 Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: está
el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus
pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.4 Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.
5 El que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas.” Y también dijo: “Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.”
Apocalipsis 22:3 DHH
3 Ya no habrá allí
nada puesto bajo maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la
ciudad, y sus siervos lo adorarán.
Toda bendición será restaurada, y la maldición (su opuesto)
ya no será necesaria, porque entonces todos conocerán a Dios y le
servirán.
Una de las facetas de la vida del hombre, tal como Dios la
planeó en un principio, consiste en vivir en bendición; esto incluye todo lo
legítimo que el hombre pueda desear: bienes materiales, paz, relaciones
interpersonales armónicas, desarrollo personal, salud,
etc.
La revelación neotestamentaria
nunca negó este hecho, pero lo puso en perspectiva de una bendición mayor, y que
en última instancia es la raíz de toda bendición material. Buscando aquella, y
procurando que otros la encuentran, somos llamados muchas veces a dejar de
procurar las bendiciones materiales, pero no porque las neguemos, sino porque
queremos algo mayor.
El error de todas las épocas ha sido buscar la “bendición”
(es decir, prosperidad, paz, salud, etc.) de otra fuente que no sea Dios. Aún
entre los cristianos esto puede tomar formas muy sutiles.
Recuperar la bendición, a partir de la Verdadera Fuente, es
un proceso que empieza en esta tierra, y que debe servir para llamar la atención
de los hombres (tal como sirven los milagros), pero no se completará en este
tiempo. Mientras tanto, debemos estar alertas contra los sutiles peligros que
nos acechan.
¡El Señor sea glorificado en Su Iglesia y en toda la
Tierra!
Danilo Sorti
Agosto de 2015Rosario, Argentina