domingo, 30 de julio de 2017

80. La iglesia de Apocalipsis 4

Apocalipsis 4:4 RVC
4 Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en ellos estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas y con sendas coronas de oro en la cabeza.

Tradicionalmente hemos interpretado este versículo como la iglesia gloriosa en el cielo, o bien presente o bien después del arrebatamiento. Creo que es la interpretación principal, y será un gran consuelo saber para nuestros hermanos que se conviertan durante el período de la tribulación que sus hermanos arrebatados están delante del Trono.

Sin embargo, creo que hay también un cumplimiento parcial de esta visión profética aquí y ahora. Hace un tiempo leí sobre eso y me impacto. Luego lo fui digiriendo lentamente hasta que se me hizo claro: aquellos que en las siete cartas anteriores (capítulos 2 y 3) son mencionados como los que vencen, son los que espiritualmente se encuentran sentados en lugares celestiales, esto es, en sus tronos alrededor del Trono. Hay una iglesia en la tierra hoy que está en ese lugar que vio Juan, en el espíritu; es la iglesia de los santos fieles, los que han vencido no solamente al mundo, sino a los problemas propios de la iglesia (que es de lo que tratan los capítulos 2 y 3), es decir, a los espíritu de religión que hasta ahora han terminado dominando siempre al Pueblo de Dios.

Esa iglesia que hoy está espiritualmente en la corte celestial, ¿qué hace allí? Veamos, ¿quiénes están una corte? ¡Pues los cortesanos! Ahhhh, claro… ¿y? Bueno, es que los cortesanos son los consejeros del Rey, aquellos con los que habla y planifica, los que le llevan las peticiones y necesidades, los que reciben las comisiones para ejecutar en el reino; son los que están gobernando junto con el Rey. Cuando son comisionados, actúan con la misma autoridad de su Señor. Cuando el Rey planifica algo, son los que pueden introducir cambios en esos diseños. Son los que conocen Sus anhelos profundos, se alegran con Sus alegrías y sufren con Sus tristezas; son los que tienen el acceso directo a la Máxima Autoridad, sin intermediarios (sólo el Cordero, por supuesto).

¿No resulta parecido a lo que vemos en Laodicea? El Señor golpeando la puerta para compartir una cena con sus hermanos… y quedándose afuera la mayoría de las veces. Pero si alguien abre la puerta, tiene el privilegio de sentarse a la mesa con el Amado, ¿y qué ocurre allí? Exactamente lo mismo que en la corte del Rey, tal como dijimos en el párrafo anterior. La imagen es mucho más humilde porque está ocurriendo en la tierra; la cena puede ser modesta, quizás unos fideos, un poco de pan y un vaso de agua; la charla puede ser simple y las palabras sencillas; las peticiones pueden parecer comunes… pero en el Cielo, esa misma escena es COMPLETAMENTE DISTINTA. Un encuentro humilde en la tierra, una pequeña reunión, quizás entre unos pocos cristianos perseguidos en el Medio Oriente, o unos campesinos pobres, lo que fuera, en donde está el Señor y los Cielos permanecen abiertos, es una reunión con el Rey en la Corte Celestial.

Los juicios de Apocalipsis en rigor corresponden todavía para un tiempo futuro, muy próximo pero aún futuro. Todavía es el tiempo de la Gracia, todavía los juicios (de este tiempo) pueden ser evitados, o retenidos un tiempo, o acotados en su efecto, aunque no por mucho más. Todavía hay mucho para hacer, muchísimo en muy poco tiempo. Todavía hay mucho que legislar y decretar sobre personas, ciudades y naciones; y eso todavía es responsabilidad del Cuerpo de Cristo sobre la tierra: la iglesia sentada en lugares celestiales, ¿qué lugares? ¡El Trono de la Gracia! Aún, y por poco tiempo más, la puerta de la gracia no se ha cerrado, ¡muchos deben entrar por ella!

Pronto, tal como anuncian los mensajeros del Señor, los últimos y terribles juicios de esta era, inmediatamente antes del arrebatamiento, anunciarán el fin del tiempo de la gracia, así que debemos apurarnos en terminar la obra.

¡Oh Señor, abre nuestros ojos para ver donde nos has sentado!


Danilo Sorti


79. La revelación de la intimidad espiritual

Apocalipsis 3:20 RVC
20 ¡Mira! Ya estoy a la puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa, y cenaré con él, y él cenará conmigo.


Realmente la iglesia de Laodicea es desastrosa, es más, creo que no hay otra que sea peor, no tanto por lo “mala” que se vea sino por la hipocresía que tiene. Creo que el cristiano con un poquito de discernimiento nomás se da cuenta de que es el modelo predominante hoy… y mejor no entremos a dar nombres…

Lo cierto es que lo malo que se muestra de Laodicea en Apocalipsis sumado a los (muy) malos testimonios de las “laodiceas” actuales y el enojo que ello produce en los cristianos heridos hace que nos perdamos de vista una riqueza maravillosa que tiene esta iglesia y que no se le dio a ninguna de las otras: la intimidad.

Los cristianos que nacimos en el modelo de Filadelfia, el de las iglesias fieles, con pocos recursos pero con mucha fe, paciencia y sinceridad, hemos sufrido un gran choque al “pasar” a Filadelfia; mucho nunca se recuperaron de ello. Los que nacieron en Filadelfia no tienen ese problema, pero muy lamentablemente la mayoría de ellos vive un cristianismo muy superficial, creyendo sinceramente que están muy bien así. Los que tuvieron un poco de luz probablemente estén tan enojados que rechacen todo lo que Laodicea es. Y así, unos y otros se pierden algo maravilloso: la revelación de la intimidad con el Señor.

Es fácil reconocer el modelo de Filadelfia, porque la obra cristiana tiene todavía mucho de “humano”: nos esforzamos por vivir en santidad, nos esforzamos por hacer la obra del ministerio, tenemos que esforzarnos por tener fe para recibir el milagro, leemos y estudiamos asiduamente para tratar de conocer la voluntad del Señor; en resumen, Dios está allí, pero no tan cerca. Lo fantástico de Filadelfia es que, teniéndolo relativamente distante, es fiel en mantener lo que recibió.

Sin embargo, en Laodicea la revelación es muy superior: la santidad fluye naturalmente de la comunión estrecha con el Amado, la obra del ministerio es un paseo al lado del Maestro, no hay que esforzarse en creer porque el Consejero nos dice cuáles son Sus planes; lo que va a hacer y lo que no, y no necesitamos cursar seminario tras seminario porque la voz del Espíritu es claramente audible indicándonos el camino a seguir en cada momento. ¡Eso, y mucho más, significa tener al Señor cerca! Esa es la intimidad.

El problema, y aquello que tanto rechazo produce en Laodicea, es que teniendo una revelación tan clara y cercana del Señor, se confió pensando que ya se había “comprado a Dios” y que podía vivir como quisiera total la gracia de Dios siempre iba a cubrir todo pecado… y se olvidó del Dios Santo y Justo tal como se reveló en el Antiguo Pacto. Por eso es que tal iglesia deberá pasar por los juicios de la tribulación.

Muchos de nosotros, como dije antes, tenemos muy buenas razones para rechazar al modelo de Laodicea, pero no debemos desestimar la revelación que el Espíritu le dio: si la mayoría de la iglesia la malinterpretó, es problema de ellos, ¡nada de eso cambia los propósitos de Dios!

Hermanos heridos por Laodicea: tomemos aquello que el Espíritu derramó en esta iglesia; la mayor parte de ese Vino Nuevo en realidad está tirado en el piso; no hubo vasijas santas dispuestas a contenerlo, ¿podremos recogerlo nosotros?

Es un error pretender “quedarse” en Filadelfia, porque no podremos ser efectivos con el ministerio para alcanzar a la última generación antes del Rapto; la unción de Filadelfia servía para ese tiempo, pero es muy escasa en resultados ahora. Es un error meterse descuidadamente en Laodicea porque vamos a perder toda la riqueza que hayamos llevado.

¿¡Cuál es la iglesia entonces!? Exactamente ninguna de ellas, es aquella que menciona el Señor al final de cada carta, son los que vencen en cada momento, los que logran superar las debilidades de cada modelo, aquellos que, en realidad, pertenecen a la iglesia gloriosa de Apocalipsis 4, como anticipo de lo que vendrá. ¡Allí quiero estar!

Danilo Sorti


78. Métodos, programas y proyectos…

1 Corintios 12:4-7 RVC
4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
5 Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
6 Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.
7 Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho.

Cualquier cristiano con algunos años de convertido sabe que la cuestión de los métodos y proyectos, y los “anti métodos” y “anti proyectos” ha sido un tema controversial en las iglesias, que ha generado no pocos problemas y divisiones.

No pretendo hacer un análisis de los innumerables métodos, ni criticarnos o dejar de criticarlos. Personalmente creo que los métodos “sirven cuando sirven” y siempre y cuando no transgredan los principios divinos. Es decir, cuando un método o programa aplica los principios divinos a un contexto particular, bajo la guía del Espíritu durante el tiempo adecuado, está bien. Fuera de los principios, fuera del contexto o fuera del tiempo, está mal.

A partir de cierto momento histórico fue común empezar a buscar métodos que resultaban espectaculares en tal o cual lugar, forzar su aplicación en un contexto para el cual no fueron diseñados y con personas que no estaban convencidas y obtener resultados escasos, o no, pero dejar unos cuantos hermanos heridos y apartados por el camino. Luego, el método se cambia por otro que está resultando espectacular en otra iglesia, y así sucesivamente.

Como reacción natural, muchos siervos al ver esto dejaron de buscar “él” método, pero en realidad es imposible que una iglesia “carezca” de método o programa: inevitablemente siempre habrá una forma de hacer las cosas, por acción o por omisión. Dejar a la iglesia “sin” método tampoco resulta una fórmula exitosa porque es muy probable que los hermanos terminen “boyando” de aquí para allá, o repitiendo los mismos pasos ministeriales que funcionaron hace 30 años.

Creo yo que la Biblia no prohíbe aplicar un método o programa (que esté firmemente basado en los principios de Dios, en el tiempo de Dios, en el contexto correcto y mientras el Espíritu así lo indique), pero el Señor mismo ya nos ha dejado, por así decirlo, el armazón de cualquier programa realmente exitoso para el reino: Sus principios de ordenamiento y funcionamiento de la Iglesia, la asamblea de creyentes que Él mismo estableció y de la cual es su Único Dueño.

Dentro de estos principios figura claramente la enseñanza sobre los dones espirituales, que lamentablemente fue “moda espiritual” hace algunas décadas y después “pasó de moda”. Sin embargo, la enseñanza de dones espirituales no es una moda ni un método, como podría ser, por ejemplo, Evangelismo Explosivo o Las Cuatro Leyes, o cualquier otro más actual.

La enseñanza sobre dones es un principio fundamental del funcionamiento de la iglesia. Yo diría que es el más básico (o uno de ellos) en lo que respecta a su organización terrenal para el ministerio y la extensión del Reino de Dios.

Es probable que muchos cristianos hayan sido heridos en esta área de sus ministerios, y estén cumpliendo hoy funciones que les asignaron pero para las cuales no tienen los dones necesarios, con poco éxito y mucha frustración. Es probable que otros tantos hayan renunciado ya a cualquier tipo de servicio cristiano. El Espíritu quiere que entendamos que esto que ha ocurrido EN TODO EL MUNDO y no solamente en una congregación en particular, no ha sido más que un avance del Adversario para anular a los ministros de esta última hora (minutos más que hora) para tratar de coartar la Última Gran Cosecha.

Si es tu caso, te animo a que en este momento abras tu corazón al Espíritu Santo (porque probablemente lo hayas cerrado por el dolor) y recibas la sanidad que viene de Él y solo de Él. Aunque te parezca extraño, era necesario que pasaras por este proceso para llegar precisamente a estos últimos minutos del reloj de Dios a fin de que seas un instrumento tan pulido como no hubo prácticamente otro en los 20 siglos de historia del cristianismo.

Nada se perdió, nada se murió, los dones y el llamado están ahí, ¡es hora de que vuelvas a tomar toda la armadura y todas las armas espirituales y hagas temblar al infierno con la autoridad de Cristo!


Danilo Sorti


77. Luego del fracaso más grande

Números 15:1-3 RVC
1 El Señor habló con Moisés, y le dijo:
2 «Habla con los hijos de Israel, y diles: “Cuando ustedes hayan entrado en la tierra que yo, el Señor, les estoy dando para que la habiten,
3 y me presenten ofrendas encendidas, holocaustos, o sacrificios de vacas o de ovejas, ya sea como voto especial o voluntario, o para ofrecerme en sus fiestas solemnes olor grato,

Leer este pasaje por sí solo puede no decir mucho, de hecho, probablemente sería uno de los que menos podríamos usar para escribir un mensaje o palabras de aliento… si no fuera por lo que había pasado un poco de tiempo antes.


Números 14:27-35 RVC
27 «¿Hasta cuándo oiré las murmuraciones de esta depravada multitud contra mí? ¡Ya he escuchado las protestas de los hijos de Israel, y cómo se quejan de mí!
28 Pues diles de mi parte: “Vivo yo, que voy a hacer con ustedes lo mismo que ustedes me han dicho al oído.
29 En este desierto quedarán tendidos los cadáveres de todos ustedes, los mayores de veinte años que fueron contados, los cuales han murmurado contra mí.
30 Ninguno de ustedes entrará en la tierra que, bajo juramento, prometí que les daría para que la habitaran. Sólo entrarán Caleb hijo de Yefune y Josué hijo de Nun.
31 Y a esos niños que ustedes dijeron que serían hechos prisioneros, yo los introduciré en la tierra que ustedes despreciaron, y ellos la conocerán.
32 En cuanto a ustedes, sus cuerpos quedarán tendidos en este desierto.
33 Sus hijos andarán cuarenta años sin rumbo fijo por el desierto, llevando a cuestas sus rebeldías, hasta que su cuerpo sea consumido en el desierto.
34 Cuarenta años llevarán a cuestas sus iniquidades, un año por cada día, conforme al número de los días que anduvieron explorando la tierra, y así experimentarán mi castigo.
35 Así voy a tratar a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí. Serán consumidos en este desierto, y aquí mismo serán condenados a muerte. Yo, el Señor, lo he dicho.”»

Bien, acá tenemos el peor juicio que había recibido Israel hasta entonces: luego de haber sufrido en carne propia la esclavitud de Egipto, luego de haber visto la tremenda liberación del Señor, de haber pasado por las pruebas y milagros del desierto, luego de haber recibido la ley y la revelación del YO SOY EL QUE SOY, luego de haber llegado a las puertas mismas de Canaán… terminaron siendo rechazados por su pecado e incredulidad.

Además, cuando intentaron “arrepentirse” e ir a conquistar la tierra fueron derrotados humillantemente.

Bueno, si hay algún ejemplo de un fracaso bien fracasado, ¡es este!

Creo que ahí el pueblo se dio cuenta realmente de lo que había hecho (quizás no todos), recién entonces pudieron ver su actitud horrible de rebeldía y pecado a pesar de las grandes proezas y los terribles juicios que Dios había hecho a favor de ellos. La naturaleza había sido trastocada, mucho egipcios habían muerto, y todo por liberar a un pueblo desagradecido. Dios había hecho mucho por ellos y continuaban siendo rebeldes e ingratos. ¿Tendrán algún parecido con nosotros…?

Lo cierto es que así como los juicios vinieron sobre otros, también cayeron sobre ellos, y ahora se daban cuenta de que nunca alcanzarían la promesa. Bien, todo se acabó. Ya está, no hay más sentido para seguir peregrinando. Cerramos la puerta, guardamos el ministerio bajo llave (y tiramos la llave al fondo del lago), ponemos la faja de CLAUSURADO a nuestras esperanzas y a seguir simplemente vegetando el resto de la vida que nos quede… ¿o no?

Luego de un gran fracaso, cuando se ha producido un daño irreversible y una puerta se ha cerrado definitivamente, es la tentación más común. Pero Dios estaba haciendo algo distinto. Inmediatamente después de haber dado tal terrible veredicto ¡les empieza a dar instrucciones de lo que debían hacer al llegar a la Tierra Prometida!

Pensemos un poco. No es lógico. ¿Por qué no les habló sobre cómo dejar la rebeldía? ¿Por qué no les instruyó sobre Su ley? Había muchas cosas que podía decirles, y de hecho lo hizo más adelante, pero no deja de resultar sorprendente que el primer mensaje que sigue (al menos, el primero que quedó registrado en Números) fue referido a la promesa que ellos habían rechazado y que Dios había cerrado, pero solo para esa generación.

Ellos no entrarían, pero la promesa continuaría para la próxima generación. Esa gente, que había sido en extremo rebelde y había  perdido su propósito, ahora tenía un nuevo propósito: preparar a los que alcanzarían lo que ellos no pudieron. Era necesario que esa generación no entrara para que la nueva no siguiera su mismo ejemplo de rebeldía, no es que Dios estaba tan enfurecido que de pura bronca nomás les impidió entrar: la ira de Dios, aún lo peor de Sus juicios, NUNCA es “furia descontrolada” ni mucho menos. SIEMPRE, ABSOLUTAMENTE SIEMPRE tiene un propósito que va más allá del juicio sobre pueblos o naciones (que son reales y son parte de la Justicia Divina).

La vieja generación, que muy bien podía caer en el desánimo más absoluto, ahora tenía una nueva comisión: aprender de sus errores y enseñar a la nueva generación a no cometerlos.

Creo que la aplicación es clara y maravillosa: aún después de un gran fracaso, que cerró definitivamente puertas, hay propósito para el que se arrepiente. No quiero hacer maravillosas aunque probablemente falsas promesas de que “Dios va a restaurar todo”; puede hacerlo y de hecho ocurre muchas veces, pero también puede no ocurrir (cuando en el fracaso están implicadas otras personas ya no depende todo de Dios sino también de otras voluntades, que el Señor NO MANIPULA). Y si no ocurre, habrá otros propósitos nuevos que Dios puede darnos.

Puede ser difícil de pensar esto para el que está en medio de su peor fracaso, pero allí está escrito, en unos versículos de Número que por sí solos pasarían casi desapercibidos.

¡Que el Señor bendiga tu vida!


Danilo Sorti


76. La multiplicación de los panes o la multiplicación de las excusas

Mateo 14:14-21 DHH
14 Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban.
15 Como ya se hacía de noche, los discípulos se le acercaron y le dijeron:
—Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y se compren comida.
16 Jesús les contestó:
—No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer.
17 Ellos respondieron:
—No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.
18 Jesús les dijo:
—Tráiganmelos aquí.
19 Entonces mandó a la multitud que se sentara sobre la hierba. Luego tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición y partió los panes, los dio a los discípulos y ellos los repartieron entre la gente.
20 Todos comieron hasta quedar satisfechos; recogieron los pedazos sobrantes, y con ellos llenaron doce canastas.
21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.


Creo que todas las veces que escuché predicar sobre este pasaje se enfatizó el poder milagroso del Señor y la multiplicación sobrenatural (aunque para el Señor era un hecho PERFECTAMENTE NATURAL). Sin embargo recientemente el Espíritu me hizo ver otra cosa… y de paso me exhortó.

Esta multitud estaba siguiendo a Jesús, ya desde hacía tiempo. Ahora bien, uno podría pensar: ¿acaso no sabían ya quién era Jesús? ¿No podían prever que habría milagros, sanidades y palabras de vida continuamente? ¿Por qué no llevaron alimentos o dinero suficiente, ya que si se tenían que volver enseguida se iban a perder la bendición? ¡Pero qué poco previsores!

Y si seguimos profundizando en el tema, nos daremos cuenta de que eran más bien pobres los que estaban allí. ¿Y por qué eran pobres? ¿Acaso no conocían al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, los que fueron muy ricos en su tiempo? ¿Acaso no tenían las promesas de prosperidad divina? Mmmm….

A lo mejor no habían sido fieles con sus diezmos y ofrendas; a lo mejor no dieron sus ofrendas consagradas o sus ofrendas de pacto o sus primicias o sus “ultimicias”… O no cortaron con las iniquidades generacionales de pobreza ni hicieron sanidad interior ni fueron generosos en compartir con el necesitado.

Y al fin y al cabo, ¿por qué darles un pedazo de pan que iban a comer en el momento si después sus vidas iban a seguir iguales? Más vale organizamos un curso de microemprendimientos, o los exhortamos duramente para que cambien sus conductas erradas y empiecen a aplicar los principios de la prosperidad, o les ministramos en sanidad interior…

Bueno, creo que ya quedó en claro la ironía, ¿no? Debo reconocer que si yo hubiera estado en ese lugar muy probablemente hubiera pensado todo esto y habría organizado un seminario intensivo de prosperidad, para que pudieran hacer buenos negocios en el trayecto a casa. Hermanos, todo lo anterior está bien, es necesario y muchas veces yo hablo de eso, ¡pero había una necesidad que suplir en el aquí y ahora!

Los discípulos intentaron empezar a excusarse pero Jesús no los dejó seguir; apenas vio que no tenían ni un ápice de visión espiritual, simplemente lo hizo Él.

Ahora bien, Jesús SÍ predicó sobre el dinero y las riquezas, y nos dejó principios fundamentales de la prosperidad, y nos enseñó a ser generosos y nos dio el poder espiritual para cortar con atadura y herencia. Pero cuando hubo una necesidad urgente, simplemente la atendió.

¿Cuántos de nosotros somos culpables de gastar horas y horas de excelentes y maravillosos consejos con los hermanos afligidos y necesitados y ni siquiera destinar 30 segundos a orar en nuestras casas por ellos? Debo confesar que yo no estoy muy lejos de eso ( esa fue la exhortación de la que hablé al principio), ¡pero qué bueno que el Maestro sigue teniendo paciencia con nosotros!

A veces puede ser difícil proveer para las necesidades materiales de nuestros hermanos, pero siempre es posible destinar un tiempo a la oración; y siempre Dios tendrá Sus recursos para responder. De hecho, hay muchos “cuervos” revoloteando por allí para dejar caer la provisión de alimento donde Su Creador se los indique.

Por supuesto, no estoy diciendo que esté mal aconsejar, simplemente que junto con un breve consejo, un buen tiempo en oración es mucho más efectivo y se agradecerá mucho más.


Danilo Sorti


75. Si las puertas del ministerio no se te cierran…

Apocalipsis 3:8 RVC
8 Yo sé todo lo que haces. Delante de ti he puesto una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Aunque son pocas tus fuerzas, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre.

La iglesia de Filadelfia (uno de los modelos de iglesia que existen hoy) era una iglesia perseguida, pequeña y pobre; esto queda bien expresado en la frase: “Aunque son pocas tus fuerzas”.

Esta es la misma realidad de muchas iglesias hoy (que no conocemos porque no son precisamente las más famosas) y de muchísimos creyentes fieles también: sin muchos recursos, peleando cada día por subsistir, enfrentando problemas irresolubles sino por la intervención divina, y además siendo perseguidos o al menos “dejados a un costado” de manera políticamente correcta por las estructuras de sus mismas iglesias e incluso por sus pastores, además de por las camarillas que rodean a los tales. Además, claro, de tener que enfrentar la oposición del sistema mundo, directamente a través de las personas o indirectamente a través de los muchos espíritus demoníacos que traen infinidad de problemas a los fieles. Realmente, a veces uno sabe ni de donde lo están golpeando!

Bueno, el panorama no es muy alentador. Pero hay una palabra que no fue dada a ninguna de las otras iglesias de Apocalipsis y que persisten en la actualidad: “Delante de ti he puesto una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar.” Esto se refiere principalmente, según entiendo, a una puerta de ministerio, de servicio.

Resulta paradójico, porque estos cristianos e iglesias tienen grandes dificultades para mantener sus ministerios (a comparación de los más “exitosos”); y cualquiera podría pensar que si son tan “débiles” resultaría muy fácil acabar con sus ministerios. Y de hecho lo es, si no fuera por el pequeño detalle de que Jesucristo mismo está en el asunto.

Si esta es tu realidad, si la vida cristiana más bien es para vos como estar agarrado a una tabla en medio de una tormenta en el océano, pero NUNCA se te cierran las posibilidades de ministerio, o si se cierran algunas el Señor enseguida abre otras; entonces debes tener mucho gozo en tu corazón, porque hay OTRA PROMESA un poco más adelante:

Apocalipsis 3:10 RVC
10 Por cuanto has obedecido mi mandamiento de ser perseverante, yo también te protegeré a la hora de la prueba, la cual vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a cuantos habitan en la tierra.

De nuevo hay aquí una promesa que no se hace a las otras iglesias. Estos, los que han tenido que pasar por tantas dificultades y luchas, y han perseverado en medio de ellas, no se van a quedar en LA HORA DE PRUEBA que vendrá sobre todo el mundo, y creo que sabemos a lo que se refiere. Aquellos que se mantuvieron en medio de las dificultades actuales, no serán probados porque YA HAN SIDO APROBADOS.

Pero las otras iglesias / creyentes que, teniendo más recursos  y condiciones a su favor (representadas por Tiatira, Sardis y Laodicea) no se esforzaron en mantenerse fieles tal como el Señor lo requería, necesariamente deberán ser probados para poder “aprobar”. Digamos que es lo que en la escuela llamaríamos “recuperatorio” o en la Universidad, “recursar la materia”. Pero claro, la materia que deberán recursar no se la recomiendo a nadie…

Lo bueno es que aún tenemos tiempo. Cuando se oiga la voz: “¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” no habrá tiempo para ir a buscar el aceite del Espíritu y encender de nuevo las lámparas; sólo los que hayan estado alertas podrán terminar de aprestarse para el viaje.

¡Señor, que nosotros estemos entre ellos!



Danilo Sorti


74. Mundos construidos con palabras

Salmos 12:1-4 DHH

1 Sálvanos, Señor, pues ya no hay creyentes fieles; ya no hay hombres sinceros.
2 Unos a otros se mienten; hablan con hipocresía y doble sentido.
3 Arranca, Señor, de raíz a los hipócritas y fanfarrones,
4 a los que dicen: tener boca nos basta; nuestra lengua nos defiende. ¿Quién se atreve a darnos órdenes?

Salmos 12:1-4 RVC
1 ¡Sálvanos, Señor, pues ya no hay gente piadosa! ¡Ya no hay en este mundo gente fiel!
2 Unos a otros se dicen mentiras; se hablan con labios zalameros e hipócritas.
3 Pero tú, Señor, destruirás todos esos labios; acabarás con toda lengua jactanciosa,
4 que dice: «Con nuestra lengua venceremos. Con los labios que tenemos, ¿quién puede dominarnos?»

Desde siempre la palabra ha sido una herramienta de dominación. Esto nación con la serpiente allá en el Edén, probablemente se estableció firmemente con el primer imperio (en Babel) y no dejó de perfeccionarse hasta nuestros días.

Ya llevo unos años sobre esta tierra (mis hijos dirían que muchos, pero yo no creo que sean tantos…) y me atrevería a decir que en las últimas décadas hemos visto un enorme crecimiento de la habilidad (satánica) de manipular con la palabra y de construir mundos con ella. Y si no, prestemos atención a las campañas políticas.

Pero no me sorprende tanto que los poderosos de este mundo se perfeccionen en su habilidad para engañar, ¡sino en que tienen resultado! En situaciones que pasaron hace relativamente poco tiempo en mi país, vi como gente de años, con mucha experiencia de vida y de conocimiento político, aceptaba fácilmente un mensaje que evidentemente no podía ser real. Aún muchos cristianos se metieron de lleno en esa “guerra de palabras”.

Alguno diría que estas cuestiones “políticas” finalmente no tienen mucho que ver con la vida espiritual personal del creyente, pero yo no estoy de acuerdo con esa afirmación; más bien todo lo contrario, aunque no voy a hablar de eso aquí.

2 Tesalonicenses 2:11-12 RVC
11 Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean a la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que, lejos de creer a la verdad, se deleitaron en la injusticia.

Lo cierto es que tal crecimiento exponencial de la habilidad para engañar con la palabra no es más que algo permitido por el Señor y que no va a dejar de sorprendernos a los hijos de Dios: personas que se muestran tan analíticas y críticas, tan capaces de “desmenuzar” todo argumento (que le presentemos para que crean en el Señor, claro) seguirán como hipnotizadas (embrujadas, mejor dicho) los cantos de sirena de los poderosos de turno… hasta que llegue el turno del Anticristo.

El problema es que muchos de los creyentes (o que al menos se llaman así) también fácilmente sucumben ante esa manipulación. Es más, ¡“el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer”!

Hermanos, necesitamos hoy más que nunca el discernimiento del Espíritu para no caer presa de los tremendos espíritus de manipulación a través de las palabras que se han soltado en este mundo; creo yo, como nunca antes. La buena noticia es que dicho discernimiento está perfectamente disponible para el que lo busque de corazón.

¡Señor, abre nuestros ojos y nuestros oídos para no ser engañados! ¡Señor, libera a nuestros hermanos de todo engaño!


Danilo Sorti


73. La novia perfecta

Efesios 5:25-27 RVC
25  Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26  para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra,
27  a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante.

El matrimonio es la relación más íntima entre un hombre y una mujer, y no hay en el resto de las relaciones humanas otra que alcance tal grado de cercanía. Por eso Dios la estableció como modelo de relación entre Él y Su Pueblo.

El repentino auge de “matrimonios” que no son precisamente entre un hombre y una mujer no es más que una “anti señal” profética que “nos da” el mismo Satanás de la muy próxima consumación de la unión entre Dios y Su Pueblo.

Lo cierto es que esta Esposa perfecta sigue siendo en buena parte un ideal, y cuando miramos a nuestras congregaciones y a nosotros mismos, ¡mucho más “ideal” todavía! ¿Cómo podemos conjugar lo que dice Efesios con la realidad que vemos? ¿Podemos o simplemente la expresión de Pablo serán bonitas palabras inalcanzables por las que no vale la pena luchar porque, al fin y al cabo, es imposible llegar?

Bueno, primero que no todo el que tiene el rótulo de Pueblo de Dios lo es. ¡Esforcémonos para serlo! Segundo, SÍ ES  POSIBLE, y lo será.

Recuerdo haber leído hace tiempo que el Señor cumplió en su última semana y particularmente en su último día, más profecías que en todos los 33 años restantes, y que no será diferente con la iglesia. De hecho, si vamos las profecías bíblicas son relativamente pocas las que se aplican específicamente para estos 2.000 años (muchas tienen un cumplimiento parcial, pero no definitivo en este tiempo) pero hay mucho escrito sobre el período de la tribulación y gran tribulación (sinceramente, no me interesa estar aquí para ver su cumplimiento…).

Yo creo que así será también hacia los últimos años de la época de la Iglesia: aquello que durante dos milenios sólo se vislumbró a lo lejos será finalmente alcanzado en este tiempo (por la verdadera Iglesia del Señor, repito, no por todo lo que tiene el cartelito).

Sé que podríamos discutir durante bastante tiempo esto que dije, personalmente tengo la convicción de que será así y lo será pronto. No quiero establecerlo como “doctrina oficial”, pero creo que podemos buscar la guía del Señor al respecto.

No tengo dudas de que la última Iglesia será esa Esposa Perfecta, no como muchas veces nos enseñaron, una Iglesia débil a la que más vale que el Señor se la lleve porque sino Satanás se la come de un bocado. Y aunque Satanás va a hacer su mayor esfuerzo por destruirla antes del arrebatamiento, será una iglesia gloriosa y vencedora, tan digna y justa por la Sangre del Cordero, que sería imposible que Dios desatara Sus juicios sobre la tierra si Ella estuviera.

Esta es, para mí, una de mis más fuertes esperanzas en este tiempo de tantas dificultades y luchas dentro del Pueblo de Dios. No sé cómo ni cuándo, pero sé que pronto llegaremos.

¡Gloria por siempre a nuestro Dios!

Danilo Sorti


72. Los espíritus de religión

Mateo 23:2-6 RVC
2  «Los escribas y los fariseos se apoyan en la cátedra de Moisés.
3  Así que ustedes deben obedecer y hacer todo lo que ellos les digan, pero no sigan su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra.
4  Imponen sobre la gente cargas pesadas y difíciles de llevar, pero ellos no mueven ni un dedo para levantarlas.
5  Al contrario, todo lo que hacen es para que la gente los vea. Ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos,
6  y les encanta ocupar los mejores asientos en las cenas y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas,

Por supuesto, no soy el primero en hablar sobre el tema de los espíritus de religión; y no es una enseñanza nueva; pero, me parece, no tiene el lugar que debería tener dentro del Pueblo de Dios.

La principal lucha de Jesús en esta tierra no fue contra los pecadores de su época (y había muchos), ni con las prostitutas, ni con los contadores y abogados… perdón, digo, contra los cobradores de impuesto! “Extrañamente” Su principal lucha fue contra lo mejorcito de la época, contra aquellos que más conocían la Palabra de Dios, contra aquellos que la sociedad más estimaba, y que, dicho sea de paso, estaban particularmente en contra del sistema socio político de ese momento. ¡Caramba, tenemos un problema!

Su principal lucha fue contra los “religiosos”, aquellos que habían “capturado” la Palabra de Dios y se habían arrogado el único derecho a interpretarla y aplicarla legítimamente.

EL PEOR PECADO delante de Dios es lo que más se parece a la verdad, sin serlo. Nada es más perverso, y nada es más sutil y engañoso. Pero cuidado, no estoy hablando aquí de “los religiosos” o “los hipócritas”, como es demasiado frecuente leer en Internet. La verdadera raíz está en los espíritus que llegan a engañar a algunas personas de tal manera; normalmente a quienes tienen un sincero deseo de servir al Señor pero con un carácter poco transformado. ¿Hace falta que recordemos que nuestra lucha NO ES contra “carne y sangre”?

En estos casi 2.000 años la iglesia de Cristo NO HA PODIDO luchar efectivamente contra tales espíritus. Inevitablemente TODO mover de Dios ha sucumbido tarde o temprano ante ellos. No queda mucho más tiempo de Iglesia sobre la tierra, y sabemos que la Iglesia del último tiempo será la Novia Perfecta digna del Cordero de Dios, por lo tanto, esa iglesia (no todos los que tienen el rótulo) habrá podido vencer dicho espíritu.

Peter Wagner, que partió a la presencia del Señor, habló del “Espíritu corporativo de la religión”. Bueno, no quiero entrar en un debate interminable sobre las enseñanzas de Peter Wagner, a esta altura el Espíritu Santo le puede indicar perfectamente a cada creyente qué debe tomar y qué debe desechar, y si el tal creyente no puede discernirlo, bueno, ¡el problema no es de Peter Wagner! Lo cierto es que el concepto de un espíritu maligno que impregna una estructura organizacional es, a mi entender, perfectamente válido, y esto son los más escurridizos. Podemos discernir con relativa facilidad a los que atacan individuos o incluso líderes, pero sucumbimos ante los organizacionales.

Hay mucho más para hablar, ¡pero sería demasiado largo para el Facebook! Oremos y busquemos el discernimiento de lo alto para saber cómo combatir.


Danilo Sorti


71. Hermandad o dominación

Juan 13:12-15 RVC
12  Después de lavarles los pies, Jesús tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Saben lo que he hecho con ustedes?
13  Ustedes me llaman Maestro, y Señor; y dicen bien, porque lo soy.
14  Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.
15  Porque les he puesto el ejemplo, para que lo mismo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan.

Este es uno de los tantos pasajes en los que el Señor intentó que Sus discípulos comprendieran una verdad fundamental: qué tipo de relación Él quería establecer entre Sus seguidores. Fue necesario tanto énfasis en aquel entonces como lo siguió siendo a lo largo de estos casi 2.000 años y como, mucho más aún, lo sigue siendo hoy.

Había entonces tantos ejemplos de estructuras piramidales y de dominación como los hay hoy (¿o eran menos antes…?) y muy bien Jesús hubiera podido tomar el modelo de las religiones de la época para construir su “nueva religión”; y de hecho, la estructura religiosa jerárquica de los judíos no era tan diferente (en la forma, al menos en apariencia) a muchas otras de la época.

Pero vez tras vez evitó esa tentación. Hubiera sido muy fácil, simplemente habría requerido trasladar la “estructura” religiosa secular piramidal a la nueva revelación y listo. Es decir, verter el vino nuevo en los odres viejos.

Pero, sin dejar de establecer un orden y un liderazgo, Jesús hizo mucho énfasis en que la verdadera relación entre creyentes es de HERMANOS. Primero hermanos, luego el resto.

De más está decir que el modelo dominante hoy día está muy lejos de eso: primero la jerarquía, la autoridad, que está muy cerquita en la práctica de la dominación y el abuso de poder. Es muy común encontrar siervos de Dios, que comenzaron muy bien, pero al cabo del tiempo y de un poco de “éxito” (¿?) se esfuerzan en “blandir” su títulos y conquistas (reales o supuestos).

Quiero hacer un paréntesis: los siervos humildes, que de verdad están preocupados en servir y muy poco en que les reconozcan sus títulos o autoridad, son una verdadera joya. ¡POR FAVOR, no los menospreciemos! Lamento decir que la mayoría de los cristianos estamos buscando a los “grandes y exitosos” que salen por televisión o tienen grandes iglesias. NO QUIERO criticar de ninguna manera a los que han tenido éxito visible en el ministerio, tampoco quiero decir que todo el éxito visible sea genuino éxito. No creo que me corresponda ponerme a juzgar a los ministerios visibles, pero tampoco idolatrarlos. Simplemente quiero decir que muchos de los “invisibles” tienen una riqueza espiritual muy superior a la de unos cuantos de los más visibles.

Hermanos, de verdad NO SABEMOS vivir en genuina hermandad, al menos no la mayoría de los cristianos de este tiempo. Necesitamos que el Espíritu nos guíe por este camino nuevo. No es lo común en la sociedad, mucho menos lo será a medida que pase el tiempo.

Quiero hacer un paréntesis: algunos de mis amigos me critican cuando uso la palabra “hermandad” porque es el término que utilizan las “Hermandades” que no son precisamente del Espíritu Santo. Bueno, tales Hermandades (que son bien reales) también utilizan la mayoría de las otras palabras que yo uso, ¡al menos las de habla hispana! Pero veamos el lado positivo: las que hablan otro idioma no usan casi ninguna de las mismas palabras… Bromas aparte, el hecho de que una palabra (que representa un concepto, una idea) sea utilizada o mal utilizada por otros no anula el sentido que El Creador del lenguaje le ha dado en un principio. Este es un tiempo, entre otras cosas, de “guerras de palabras”, en donde la manipulación del lenguaje ha llegado a extremos insospechados en el pasado; pero con un poco de discernimiento es muy fácil darse cuenta de esos juegos.

¡Espíritu Santo, enséñanos a ser primero y antes que nada, hermanos unos de otros, con un mismo y único Padre!


Danilo Sorti


sábado, 29 de julio de 2017

70. Delicado equilibrio

Lucas 21:34-36 RVC
34  »Pero tengan cuidado de que su corazón no se recargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente.
35  Porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra.
36  Por lo tanto, manténganse siempre atentos, y oren para que se les considere dignos de escapar de todo lo que habrá de suceder, y de presentarse ante el Hijo del Hombre.»

A veces es un poco difícil para los que sabemos que TODA LA BIBLIA es la Palabra de Dios concentrarnos en algunos temas y “ser repetitivos” con ellos, pero llegué a entender que hay ocasiones cuando el Espíritu Santo quiere eso.

Hay momentos particulares de la vida del creyente, de la historia o del plan general de Dios en que es necesario enfatizar fuertemente una verdad, y esto puede tener el efecto negativo de que las otras verdades de la Biblia quedan como relegadas en la mente de los creyentes.

No encontré ninguna fórmula mágica para solucionar esto y dudo mucho de que la haya, simplemente estar alertas.

Uno de estos temas en el tiempo presente (¿o “el” tema?) es precisamente la segunda venida de Cristo, y a medida que se hace más inminente, somos fuertemente constreñidos a mantener dos actitudes radicales que parecen antagónicas: por un lado a esperar y prepararnos para nuestra partida, por otro, seguir con nuestra vida “normal”, involucrados en traer soluciones a los innumerables problemas de la sociedad actual (¿Cuántos inconversos, en este momento, prestarían seriamente atención a un creyente que viva “fuera de la realidad”? ¡Ellos no están esperando a Cristo!).

Parte de este dilema lo podemos leer en los versículos de más arriba. Nadie podía dudar en aquel entonces, ni ahora, que Jesucristo estuvo profundamente involucrado en la realidad cotidiana y en las necesidades urgentes de las personas de Su época. Nadie puede negar sus enseñanzas totalmente prácticas. Y nadie puede negar sus palabras en relación con los tiempos futuros.

En este sentido, el versículo 34 tiene una lectura “negativa”: en contra del afán y la avaricia pecaminosas, pero también una “positiva”: ¡cuidado con estar tan preocupados por resolver las necesidades actuales (a través del Reino de Dios) que nos olvidemos de mirar hacia nuestra esperanza y prepararnos para ella!

Ese día será como una red de cazador, como una trampa de la cual no se puede escapar, y de hecho, ¡no habrá lugar en esta tierra hacia dónde escapar! Ni tampoco en el espacio. Y de acuerdo a lo que dice, no todos los que lo oían podían llegar a escapar de ese día; pero tengamos en cuenta que estas palabras estaban siendo escuchadas por creyentes, no era un discurso para inconverso (como por ejemplo sí las parábolas).

“Por lo tanto, manténganse siempre atentos, y oren” fue la recomendación del Señor. Y creo que es EL llamado para este tiempo. Atentos de las señales, sí, pero más que nada, atentos de uno mismo, para que nuestros corazones no se engrosen con la grasa de este mundo.

Queridos hermanos, ¡qué difícil que es ser rescatados de esa situación de afán y preocupación! Hermanos, ¡qué difícil que es escapar de esa pesada y diabólica red! Por favor, tengamos cuidado de nosotros y de nuestros hermanos; oremos por aquellos que han caído en eso.

Como advertencia final, la realidad de este mundo y especialmente de nuestros países es particularmente “absorbente”, es imposible no estar preocupados y ocupados por lo que está pasando, las necesidades y los motivos de oración saltan alrededor nuestro en número incontable. ¿Cómo seguir siendo sal y luz (porque el Señor no retiró ese mandamiento…) mientras nuestra prioridad está puesta en Su inminente venida? Lo único que puedo responder es: ¡que el Señor nos dé Su gracia!


Danilo Sorti


viernes, 28 de julio de 2017

69. Multitudes de demonios

Efesios 6:12 RVC
12  La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!

Es un pasaje conocido y predicado, y creo yo, todavía no totalmente entendido en su magnitud. Lo que vemos en Apocalipsis, aunque en realidad es más propio de un tiempo todavía futuro, creo que nos muestra lo que “en anticipo” está ocurriendo ahora:


Apocalipsis 9:2-5 RVC
2  El ángel abrió las profundidades del abismo, y de allí salió humo, como de un horno enorme, y ese humo hizo que el sol y el aire se oscurecieran.
3  Del humo salieron también langostas, que infestaron la tierra; y se les dio el mismo poder que tienen los escorpiones de la tierra,
4  pero con la orden de no dañar la hierba ni los árboles, ni nada que tuviera verdor, sino sólo a quienes no tuvieran en la frente el sello de Dios.
5  No se les permitió matar a nadie, sino sólo hacer sufrir a la gente durante cinco meses con el mismo dolor de una picadura de escorpión.


Propiamente se trata de malignos seres espirituales con el propósito de atormentar a las personas hasta un grado extremo, aunque no matarlas. Hoy estamos viendo, como dije, “el anticipo”: hordas infernales en número cada vez mayor atormentando a la gente. Y el resultado de eso está a la vista: violencia y pecado creciendo desenfrenadamente.

La voz de los demonios produce falta de paz, temor, odio, envidia, etc., etc., etc.; y la consecuencia de eso (que es en sí mismo pecado) son los “frutos de la carne” en toda su expresión, tal como podemos leer en el periódico de la mañana.

Bueno, pero seamos sinceros; ¡no le echemos toda la culpa a los demonios! Reciben MUCHA, pero mucha ayuda de parte de los seres humanos de este tiempo…

Lo cierto es que tenemos hoy una manifestación de legiones demoníacas como nunca antes (no hace falta tener mucho discernimiento espiritual para darse cuenta), y eso inevitablemente nos afectará directamente a nosotros. Mis queridos hermanos, ¡NOSOTROS somos el principal objetivo de ellos!

Pero el Señor ya nos ha dado las armas y Su autoridad; lo que debemos evitar es la PRINCIPAL arma del enemigo: el engaño. En la medida que nos distraiga de esta realidad espiritual demoníaca que está ocurriendo en este tiempo, estaremos más desprevenidos de los ataques que vendrán de muchas formas distintas y encubiertamente.

¡Señor, abre nuestros ojos para ver la realidad espiritual!


Danilo Sorti


jueves, 27 de julio de 2017

68. La crisis ambiental y los hijos de Dios

Deuteronomio 28:23 RVC
23  Los cielos que cubren tu cabeza serán como el bronce, y la tierra que pisas será como el hierro.

La problemática ambiental ha resultado especialmente “problemática” para los cristianos evangélicos. Casi no hablamos de ella, y la consideramos simplemente con fatalismo, como una de las cosas que inevitablemente tienen que suceder. Pero con eso nos perdemos de dos cosas fundamentales: primero, de obedecer los mandamientos de Dios respecto del cuidado de la naturaleza (que en realidad es una de las primeras cosas que Dios encarga al hombre, allá en Génesis 2, y quizás el mandamiento más olvidado de todos) y segundo, nos “perdemos” de discernir la voz del Padre a través de dichos juicios.

Deuteronomio capítulo 28 es clave, no solamente en lo que tiene que ver con la maldición y la bendición de personas y naciones, sino también en relación con el medio ambiente y todo lo que con él se relaciona (la producción de alimentos, las enfermedades y plagas, los desastres naturales, etc.). Y también es clave en darnos los principios para traer sanidad a la tierra: a través del arrepentimiento y la justicia.

Es cierto que nosotros no traeremos el reino milenial a la tierra y que vendrán terribles juicios a través de la Creación (la naturaleza), pero también es cierto que la iglesia sigue estando en esta tierra, y seguimos siendo sal y luz. En ningún momento el Señor nos “retiró” el mandato de bendecir y restaurar. Además, los juicios de la tribulación corresponden, precisamente, al período de la tribulación, no a este.

Y hay una cuestión estratégica: los no cristianos no están esperando ni que Cristo venga ni que sucedan los juicios de la tribulación (aunque se los ven venir); si nuestro testimonio implica preocuparnos por las problemáticas ambientales, y manifestar el poder de Dios trayendo protección y restauración sobre ellas, hoy día, creo yo, será una herramienta evangelística muy poderosa.

Les dejo el link de un artículo de actualidad sobre la pérdida de biodiversidad de estas últimas décadas y un artículo que escribí hace unos años en donde analizo Deuteronomio 28 mostrando más en detalle la relación con el medio ambiente.

Danilo Sorti




miércoles, 26 de julio de 2017

67. Rápidamente sanados y activados en el ministerio

Colosenses 2:2 RVC
2  para que su corazón se anime y para que permanezcan unidos en amor, hasta que alcancen todas las riquezas que provienen de la convicción y el entendimiento, para que conozcan el misterio de Dios el Padre y de Cristo,

Pablo luchaba por algo que, creo yo, no pudo ver en su tiempo. Él se esforzaba para que las iglesias alcanzaran TODAS LAS RIQUEZAS de la “convicción y el entendimiento”. Esta expresión tiene que ver directamente (al menos en parte) con lo que hoy llamamos “Sanidad Interior”, u otros nombres que en definitiva se están refiriendo al conjunto de enseñanzas y ministraciones que solemos dar a los hermanos (especialmente nuevos) a fin de tratar con todos los conflictos del alma.

Yo sé que habría mucho para hablar del tema, y que hay iglesias que no están de acuerdo con el término o con el “paquete”. No pretendo polemizar sobre eso, tampoco pretendo defender los excesos o desviaciones que existen en torno al concepto de “Sanidad Interior”. Pero creo que todos podemos estar de acuerdo en que es necesaria una ministración enfocada en las diversas áreas de la vida interior, emocional, heridas, herencias y opresiones demoníacas, ¡y pecados!, que todos los cristianos traemos cuando recién llegamos al Señor... y que muchos continúan arrastrando durante décadas después.

De lo que sí estoy convencido es de que tenemos un tema muy importante, que algunos lo trabajan mejor que otros (y algunos, en exceso!), pero que, según entiendo, es fundamental para esta época, y mucho más a medida que el fin se acerca. No es ninguna “revelación” decir que las personas que se convierten vienen cada vez más heridas y más “deshechas” tanto en su psiquis como en sus emociones, y cada vez con más ataduras y maldiciones encima. Si hace algunas décadas atrás un mensaje de exhortación desde el púlpito podía lograr cambios importantes en las vidas de las personas, la profundidad de las tinieblas que arrastran los inconversos hoy (y los cristianos carnales también) no se soluciona “así nomas”.

Y para peor los tiempos se han acortado tanto que la Venida de nuestro Señor está muy próxima; esto significa que el Evangelio debe terminar de ser predicado a cada nación y a cada persona; y que la Novia (la Iglesia) debe terminar de arreglarse, es decir, ser perfecta. ¿¡Cómo podemos hacer esto con cristianos cada vez más conflictuados y heridos!?

Bien, no podemos.

Es que, sencillamente, no lo haremos con “ellos”, no al menos como están muchos de nuestros hermanos hoy. Para eso es necesario que despleguemos TODAS las herramientas divinas de sanidad y restauración, y lo hagamos rápidamente y las apliquemos adecuadamente y sin pérdida de tiempo a cada nuevo creyente que llega.

Mis hermanos, hay mucho que se ha escrito y publicado sobre el tema. Habrá que seleccionar y filtrar, por supuesto, pero dentro de todo eso hay perlas preciosísimas. ¡Que el Señor levante poderosos ministerios de sanidad!


Danilo Sorti


martes, 25 de julio de 2017

66. La discriminación en el pueblo de Dios

Gálatas 3:27-29 RVC
27  Porque todos ustedes, los que han sido bautizados en Cristo, están revestidos de Cristo.
28  Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
29  Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abrahán y, según la promesa, herederos.

Romanos 10:12-13 RVC
12  Porque no hay diferencia entre el que es judío y el que no lo es, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan,
13  porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.

Colosenses 3:9-11 RVC
9  No se mientan los unos a los otros, pues ya ustedes se han despojado de la vieja naturaleza y de sus hechos,
10  y se han revestido de la nueva naturaleza, la naturaleza del nuevo hombre, que se va renovando a imagen del que lo creó hasta el pleno conocimiento,
11  donde ya no importa el ser griego o judío, estar circuncidado o no estarlo, ser extranjero o inculto, siervo o libre, sino que Cristo es todo, y está en todos.


Hubo un tiempo hace algunas décadas en que la discriminación y el odio entre grupos humanos en el mundo parecía estar disminuyendo, o al menos no generaba hechos demasiado violentos y “visibles”. A medida que nos acercamos al final de los tiempos y el mal aumenta exponencialmente, es lógico que esta situación hubiera de cambiar.

Y así llegamos al día de hoy, en que a medida que la economía mundial se vuelve cada vez más caótica y la crisis ambiental causa cada vez más desastres y destruye los recursos productivos, las sociedades necesitan alguien a quien echarle la culpa, como en la tristemente célebre época de Hitler, los “judíos modernos” (y, de paso, digamos que también el antisemitismo está en aumento en el mundo actual).

¿Cómo se manifiesta este mismo espíritu dentro del Pueblo de Dios? De maneras más sutiles, pero que en el fondo tienen la misma raíz: empezando a valorar una “raza” por encima de otra debido a muchas razones que no vale la pena mencionar, de las que Pablo dijo:

Filipenses 3:7-8 DHH
7  Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor.
8  Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él


Todo lo que delante de Dios es menos importante que el polvo que se junta en los pisos de nuestras casas comienza a ser revestido de dignidad y espiritualidad. Sinceramente, para los muchos cristianos que conocen muy poco la Palabra de Dios, con “amontonar” unos cuantos versículos bíblicos alrededor de un tema, gritar y llorar un poco durante algunas predicaciones y hacer un poco de show escénico; se pude armar una doctrina creíble.

Sé que puede molestar esto que estoy diciendo, no es mi intención ofender, pero si es necesario que alguien sea “sacudido” un poco con estas palabras para despertar a las realidades espirituales, no lo lamento.

La realidad es que todos los pueblos tienen historias muy oscuras y hechos muy nobles en su pasado. Y no creo que esté mal valorar lo bueno que traemos en nuestra herencia, con la suficiente humildad como para no creernos mejor que nadie porque:

Romanos 3:9-12 RVC
9  ¿Entonces, qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos demostrado que todos, judíos y no judíos, están bajo el pecado.
10  Como está escrito: «¡No hay ni uno solo que sea justo!
11  No hay quien entienda; no hay quien busque a Dios.
12  Todos se desviaron, a una se han corrompido. No hay quien haga lo bueno, ¡no hay ni siquiera uno!

Les comento algo personal: como descendiente cien por ciento de italianos, tengo “sobre mis espaldas” unas cuantas cosas nefastas: la Iglesia Romana y su historia de persecución a los protestantes y evangélicos, el juicio y crucifixión de nuestro Señor, la persecución de los primeros cristianos, la participación de Italia en la 2° Guerra Mundial junto con la Alemania Nazi… Bueno, no es para enorgullecerse.

Pero resulta que también mis antepasados fueron los que abrazaron el Evangelio cuando Israel, la nación a la que primero estaba destinado, lo rechazaba. Ellos fueron los que murieron como mártires durante varios siglos a lo largo de todo el Imperio Romano, los primeros que habrían de dar el testimonio a tantos y tantos otros hoy día que están ofreciendo sus vidas en Medio Oriente, Asia y África (muchísimos más en número que esos primeros). Fueron los romanos los que mantuvieron encendida la antorcha del Evangelio en una Europa desmembrada, durante más de 1.000 años; por cierto con muchos errores y graves pecados, ¡sin duda!, pero la mantuvieron. Y, aunque no nos guste admitirlo, un Lutero no hubiera podido surgir si no hubiera habido una estructura tal como la Iglesia Católica Romana. ¡Con esto no quiero de ninguna manera hacer una apología de la Iglesia Romana! ¡Ni tampoco de los italianos! Pero entender esto me sirvió para darme cuenta de que también mi pueblo tenía un rol muy importante en la historia.

Hermanos, es absurdo tratar de sobresalir por nuestra nacionalidad o incluso por nuestra “historia evangélica” (alguna vez estuve en una iglesia en donde más “rango” tenían los que venían de tres o cuatro generaciones de evangélicos…).

En la época de los primeros cristianos la sociedad estaba profundamente dividida, más de lo que lo está en este momento histórico, aunque es probable que más cerca del fin de los tiempos lleguemos a ese mismo nivel de “grieta” (pusimos de moda la palabra en nuestro país…), y esas divisiones “raciales” y culturales se trasladaban a la iglesia. El Espíritu exhortó fuertemente a los hermanos para que entendiera que nada de eso tenía ya valor.

Hermanos, ni participemos ni dejemos que “nos participen” en estas cuestiones. Y por sobre todo, cuidemos nuestras congregaciones para que tales espíritus no se infiltren, porque les aseguro que si no reforzamos las murallas no pasará mucho tiempo para que lo hagan.

¡Que el Señor nos dé Su gracia para construir una Novia unida, digna de su Prometido!


Danilo Sorti


lunes, 24 de julio de 2017

65. ¿Por qué se quedan mirando al cielo?

Hechos 1:10-11 RVC
10  Mientras miraban al cielo y veían cómo él se alejaba, dos varones vestidos de blanco se pusieron junto a ellos
11  y les dijeron: «Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ustedes han visto irse al cielo, vendrá de la misma manera que lo vieron desaparecer.»

A medida que la venida de Cristo se hace cada vez más cercana, esta exhortación de los ángeles cobra cada vez más valor. ¡Caramba, tenemos motivos de sobra en este tiempo para “mirar al cielo” esperando y anhelando que venga nuestro Amado!

Bueno, pero precisamente somos llamados a tener mucho cuidado de no distraernos “mirando al cielo” mientras hay MUCHÍSIMO trabajo que hacer “aquí abajo”.

Por lo pronto tengamos en cuenta que la obra de casi 2.000 años de la iglesia debe ser concluida en ESTE tiempo, y no queda mucho. Además, las crisis sociales, ambientales, económicas que vemos hoy NO SON los juicios del Apocalipsis, aunque los preanuncian. Sencillamente no podemos “dejar que el mundo se pudra” porque mientras estamos aquí seguimos siendo sal y luz. Si no intervenimos para traer bendición y solución a las crisis actuales, seremos culpables delante de Dios.

Por supuesto que nosotros no vamos a traer la solución definitiva a esos problemas, pero vamos a ser el freno para que no se agraven antes de tiempo. Mientras esperamos, hay muchos que deben todavía creer, que morirían antes de tiempo si nosotros no actuamos aquí y ahora para bendecir a la sociedad.

Hay un testimonio que debemos dejar, delante de la sociedad, involucrándonos en los gravísimos problemas actuales y demostrando que el poder de Dios no se ha acortado. Aún, y aunque falte poco tiempo, hay tremendos milagros que deben ser hechos en el ámbito social, medioambiental y económico.

Mateo 5:13a, 14a, 16 RVC
13  »Ustedes son la sal de la tierra, …
14  »Ustedes son la luz del mundo. …
16  De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.

¡Y en ninguna parte de la Biblia dice que Dios haya revocado este mandamiento!

Hoy los ángeles, que ya están comenzando a tocar las trompetas en todo el mundo, siguen diciendo: “Hermanos del siglo XXI, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ustedes han visto irse al cielo, vendrá de la misma manera que lo vieron desaparecer.”

Danilo Sorti

domingo, 23 de julio de 2017

64. Mientras tanto…

Marcos 13:34-36 RVC
34  Es como cuando alguien deja su casa y se va lejos, y delega autoridad en sus siervos y deja a cada uno una tarea, y ordena al portero mantenerse despierto.
35  Así que ustedes deben mantenerse despiertos, porque no saben cuándo vendrá el señor de la casa, si al caer la tarde, o a la medianoche, o cuando cante el gallo, o al amanecer;
36  no sea que venga cuando menos lo esperen, y los encuentre dormidos.

Suelo escribir bastante sobre los últimos tiempos y la Segunda Venida de Cristo; y no soy solamente yo, claro. A medida que el tiempo se acerca, la expectativa y el interés crece, y así debe ser.

Pero mientras nos preparamos y nos esforzamos en terminar la obra de la Iglesia, nunca debemos olvidar que el Señor NO NOS DEJÓ una fecha precisa. Si bien creo yo que cuando la venida sea inminente y falte poco tiempo lo sabremos con claridad, en el “mientras tanto” debemos tener algunas cosas en claro.

La primera es que siempre debemos estar alertas y preparados, pero la segunda es que simplemente debemos seguir “cada uno (con su) tarea”. El Señor se preocupó tanto en alertarnos para que no nos descuidemos como en exhortarnos para que no dejemos de ocuparnos de la “vida normal” y del servicio diario.

No nos toca a nosotros especular sobre el momento y las circunstancias; lo que el Espíritu nos va revelando lo recibiremos porque es lo que necesitamos saber en ese momento. Hay mucha más revelación que se nos dará en los próximos años porque la necesitaremos. Pero MIENTRAS TANTO debemos continuar con nuestro servicio y con nuestra “vida normal”.

Tengamos en cuenta una cosa: la gente del mundo NO ESTÁ ESPERANDO que Cristo venga, no esperan los juicios de la tribulación ni mucho menos el Reino Milenial. Si los cristianos nos convirtiéramos de repente en unos “loquitos” que venden todo y se van al medio del campo a esperar ser arrebatados, ¿a quién podríamos testificar?

Durante los juicios de la tribulación, creo yo, muchos creerán (al menos en parte) por el testimonio que les habrán dado los cristianos que ya no estén, y ese testimonio es el que estamos dando ahora, con nuestra vida diaria, “normal”, moviéndonos en todos los ámbitos legítimos de la sociedad y participando de todas las actividades legítimas.

Que el Señor nos ayude a vivir en esta aparente paradoja: esperar el pronto regreso de Cristo y nuestra reunión con él mientras seguimos viviendo en la “normalidad” de la vida.

Danilo Sorti


sábado, 22 de julio de 2017

63. “Ver para creer”

Marcos 15:32 RVC
32  ¡Que baje ahora de la cruz el Cristo, el Rey de Israel, para que podamos ver y creer!» Y también le hacían burla los que estaban crucificados con él.

Dios nunca se ha dejado a sí mismo sin testimonio; ni ante las personas que no creen ni ante los cristianos. Dios tampoco se queda callado ni deja de responder las oraciones. ¡El Señor no juega a las escondidas con nosotros!

El problema que tenemos es parecido al de los religiosos de la época de Jesús: ellos querían ver la señal QUE ELLOS QUERÍAN, no la que Dios estaba dispuesto a darles. Y como no vieron eso, no creyeron. Bueno, seamos sinceros, tampoco hubieran creído de la otra forma, pero supongamos por ahora que sí…

Ellos tenían en mente determinadas señales porque estaban esperando que Dios hiciera las cosas de determinada manera y, en definitiva, porque tenían su propia imagen de Dios; esto es, no creían en el Dios verdadero sino en un “ídolo” hecho a su propia imagen y semejanza.

Marcos 8:11-13 RVC
11  Los fariseos llegaron y comenzaron a discutir con él, y para ponerlo a prueba le pidieron que hiciera una señal del cielo.
12  Lanzando un profundo suspiro, Jesús dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal? De cierto les digo que ninguna señal se le concederá.»
13  Los dejó entonces, y volvió a entrar en la barca para irse a la otra orilla.

El mismo Jesús que podía quedarse durante horas sanando y haciendo milagros, tanto que sus discípulos (¡no él!) terminaban agotados, no movió ni siquiera una pestaña para mostrarles algún milagro a estos religiosos.

Muy amado del Señor, probablemente estás buscando alguna dirección, alguna respuesta, alguna palabra. No tengas dudas de que el Señor te va a hablar y muy probablemente YA te está hablando, pero ¡cuidado!, es de acuerdo a SU forma y propósitos. Quizás lo mejor que podemos hacer para escuchar la voluntad divina, más de una vez, no sea orar tanto por el asunto sino afinar el oído y limpiarnos de nuestras propias expectativas.

¡Señor, quita los velos de nuestra mente para que te podamos ver con claridad!


Danilo Sorti


viernes, 21 de julio de 2017

62. Primero el Reino de Dios, sí, pero, ¿qué?

Mateo 6:33 RVC
33  Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

Este es un pasaje clave en relación con las bendiciones materiales (y no solamente materiales), sin embargo, si lo tomamos así solito podemos cometer algunos errores, principalmente porque “el reino de Dios y su justicia” tienen un sentido muy general. Por esto último, nos queda la impresión de que estamos “habilitados” para hacer cualquier cosa que sea buena dentro del propósito general de Dios y con eso ya tenemos ganada cierta dosis de bendición.

El problema es que finalmente no funciona. Puede ser que durante un tiempo en Señor nos bendiga, pero después se “corta” esa bendición y aunque seguimos esforzándonos no vemos progresos. ¿Dios cambió de idea? ¿Ese versículo les sirve a algunos y a otros nos? Al fin y al cabo, ¿resulta que Dios es arbitrario en Su bendición?

Bueno, claramente SIEMPRE, PERO ABSOLUTAMENTE SIEMPRE que saquemos un versículo fuera de contexto, tarde o temprano (más temprano que tarde) caeremos en algún error. Y la Biblia tiene más de 31.000 versículos, así que hay que esforzarse para entender las enseñanzas de manera completa.

En la versión Dios Habla Hoy encontramos otra pista para entender bien el versículo:

Mateo 6:33 DHH
33  Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.

“pongan toda su atención”, esto no es simplemente “hacer cualquier cosa buena”; se nos pide que seamos atentos, que entendamos, que pongamos todo nuestro esfuerzo, no una parte, no “algo bueno”, sino EXACTAMENTE lo bueno que Dios ha dispuesto para cada uno en el tiempo adecuado.

Y la Traducción en Lenguaje Actual brinda aún otro enfoque:

Mateo 6:33 TLA
33  »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.

“hagan todo lo que él les pide”; aquí estamos hablando de instrucciones más específicas, más personales.

Más adelante, Pablo, guiado por el Espíritu Santo, escribiría en una de sus cartas:

Efesios 5:16-17 RVC
16  Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos.
17  No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.

Entonces, podemos decir que la promesa de Mateo 6:33 no ha perdido su valor, pero la condición es que hagamos aquello que Dios está demandando específicamente de nosotros, no lo que a nosotros se nos ocurra por más que sea bueno y justo, y aunque el Señor se lo esté pidiendo a otros. Hay una voluntad específica para cada uno, y un camino de bendición trazado en ESA Y NO OTRA voluntad.


Danilo Sorti


jueves, 20 de julio de 2017

61. Una parábola para este tiempo

Mateo 25:6-10 RVC
6  A la medianoche se oyó gritar: “¡Aquí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”
7  Todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8  Entonces las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.”
9  Pero las prudentes les respondieron: “A fin de que no nos falte a nosotras ni a ustedes, vayan a los que venden, y compren para ustedes mismas.”
10  Pero mientras ellas fueron a comprar, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta.


Quizás esta sea una de las relativamente pocas profecías para este período de tiempo específico (aunque haya muchas que tengan un cumplimiento parcial) y el mensaje que tiene es bastante claro.

Una predicación del hermano José García Tomas me hizo entender una verdad evidente de esta parábola: sabremos cuándo esté por llegar Cristo, poco tiempo antes lo sabremos. De hecho hoy y ahora la expectativa de Su regreso está creciendo, según me parece, en todos los cristianos fieles; eso no es simplemente una “sensación de este tiempo”, motivada por la crisis mundial; hay un clamor que está viniendo del Espíritu.

Cuando la venida sea inminente todos lo sabremos. El problema será si Cristo podrá “vernos” como para llevarnos. Me explico. El aceite de las lámparas representa al Espíritu Santo, como sabemos; en medio de la oscuridad de la noche, en el momento más oscuro, debían tener sus lámpara encendidas para ir a recibir al novio.

Todas se durmieron, es decir, todos pasaron por el momento de la prueba y la distracción, todos, en algún momento, se desviaron del camino; digo, ¡todos nosotros! Pero hubo una diferencia: algunos procuraron tener más del Espíritu, estuvieron más dispuestos a escuchar Su voz, a alimentarse de Su Palabra; y ellos pudieron “recomponer sus lámparas” rápidamente y hacer así que su luz brille. Pero no les sobró nada; cada uno debía tener su propio aceite.

Claramente es la realidad de la iglesia hoy y me gustaría dar alguna solución de último momento para ser llevados a las Bodas del Cordero, pero no la tengo. El mundo está entrando en la noche más oscura de su historia; si creemos que ahora está “oscuro” mucho más lo estará en el tiempo que viene. No tenemos más alternativa que mantenernos con nuestros depósitos de aceite llenos, ahora, no mañana, no pasado. El tiempo es breve pero aún tenemos un poco. ¡No desechemos la advertencia del Espíritu en Su Palabra por nuestros enredados razonamientos!

Señor, no dejes que nuestros depósitos se vacíen de Tu Aceite.


Danilo Sorti


miércoles, 19 de julio de 2017

60. Raíz de todos los males es el amor al dinero… ¿me lo dicen a mí?

1 Timoteo 6:10 RVC
10  porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual algunos, por codiciarlo, se extraviaron de la fe y acabaron por experimentar muchos dolores.

Este pasaje suele ser muy mal interpretado. Normalmente leemos en el versículo anterior: “los que quieren enriquecerse…” y terminamos aplicando esta advertencia solamente a los “ricos”.

Lo cierto es que muchísimo más común entre los “pobres” de lo que parece. Normalmente pensamos que “amar al dinero” significa “tener mucho dinero”, pero la Biblia no dice eso y no hay razón por la que deba ser necesariamente así. Amar al dinero significa, simplemente, ponerlo en un lugar más alto de lo que se debe.

Y ésa es la raíz de infinidad de problemas: crisis matrimoniales cuando no se alcanza el nivel de vida esperado, traiciones entre amigos, descuido de la propia salud (física y espiritual) por el trabajo, compromiso con negocios no del todo correctos (¡o decididamente incorrectos!) y un largo etcétera de actividades y actitudes que involucran la mayor parte de la vida de las personas. Y si algo ocupa la mayor parte de tu tiempo útil, ¡eso es TU dios!

Cuando se vive con lo justo o incluso menos, el amor al dinero se esconde muy fácilmente detrás del justo deseo de bendición y provisión para suplir las necesidades, por lo que nos resulta muy fácil autojustificarnos. Verdaderamente se necesita discernimiento espiritual y MUCHA humildad de parte nuestra para escuchar la voz del Espíritu en este aspecto.

Luego, el Amor al dinero unido a Pobreza llama a su amigo, Autocompasión; y juntos los tres forman un equipo inexpugnable. Cuando el Espíritu te dice: “Puedo bendecirte”, Pobreza dice: “No, nunca tuviste bendición y por ello nunca la tendrás”. Cuando el Espíritu dice: “Esfuérzate que voy a multiplicar tu trabajo”, Autocompasión dice: “No puedo, ¡me esfuerzo tanto cada día!, ya no tengo más fuerzas para lograr nada”. Cuando el Espíritu dice: “Siembra tiempo, dinero, esfuerzo, para que pueda aplicar la ley de la siembra y la cosecha en ti”, Amor al dinero dice: “¿estás loco? Ni siquiera tengo lo suficiente, ¿cómo voy a dar? ¡No tengo para dar!”. Y así los tres se ayudan uno al otro para mantenernos en la pobreza.

Bueno, de más está decir a esta altura que uno de los firmes propósitos para este nuevo período es que el Señor saque a luz el amor al dinero escondido en cada uno de nosotros y desarme esa trilogía satánica que nos mantiene en pobreza.

¡Espíritu Santo, abrimos nuestros corazones para que los limpies!


Danilo Sorti