domingo, 7 de marzo de 2010

Cómo obtener revelación espiritual 3º

CONOCIMIENTO

Repitiendo lo que se dijo más arriba, el conocimiento (de la Palabra y el “secular”) suele servir como un cimiento para que la revelación pueda establecerse y crecer mucho más rápidamente. Además, mientras más conozcamos de la Palabra, más tendrá el Espíritu para sacar y avivar en los momentos de revelación.

Los ojos con los que la comunidad cristiana ha mirado al tema del “conocer” han cambiado a lo largo del tiempo, e incluso son distintos según donde nos paremos hoy. Es cierto que el conocimiento por sí solo no puede hacer nada para cambiar la situación del espíritu del hombre:

32 Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Romanos 1:32

19 Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios, 20 porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.
Romanos 3:19,20

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí, 22 pues según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Romanos 7:21-23

La Ley mosaica debía dar conocimiento sobre lo bueno y lo malo, pero quedó claro que ese sólo conocimiento no podía servir para que el hombre hiciera lo bueno. Por otro lado, el hombre natural, aunque no conociera la Ley, también tenía una revelación interior sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero tampoco podía cumplirla. El conocimiento intelectual por sí solo no puede cambiar vidas, es cierto, pero,

“… por medio de la ley es el conocimiento del pecado”
Romanos 3:20

Y sin este conocimiento de pecado no habría personas dispuestas a decir:

“…
– Hermanos, ¿qué debemos hacer?”
Hechos 2: 37

No podía llegar la revelación de Cristo si no había convicción de pecado, y el Espíritu difícilmente podría trabajar trayendo revelación a los corazones de los oyentes si sus mentes no tenían los conocimientos básicos sobre el pecado, el juicio, la necesidad de salvación.

Este es el punto de partida de la vida del cristiano: sin un conocimiento intelectual difícilmente venga la revelación de salvación. Y así sigue.

Ahora bien, según entiendo, en realidad, no ocurre primero el conocimiento intelectual y luego la aceptación de la verdad de Dios porque el espíritu del hombre puede percibir lo que viene de Dios por más que la mente lo niegue, y es en el interior donde se acepta o no a esa voz. Luego la mente es iluminada. Pero todo este proceso suele ser inconciente para la mayoría, y mucho del trabajo de Dios con nosotros tiene que ver con modificar nuestra forma de pensar, que es en parte conciente:

2 No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
Romanos 12:2

Y aquí necesariamente tiene que trabajar con lo conciente (y, de paso, llevar allí mucho de lo que todavía se encuentra en el inconciente) y esto tiene que ver con el conocimiento. Y mientras más conocimiento verdadero haya en la mente, mejor.

A lo largo de la Biblia el Espíritu habla mucho respecto a la necesidad de conocer, y aunque este “conocer” generalmente tiene connotaciones revelacionales, también implica el entendimiento intelectual. Como ejemplo:

10 Señor,
los que te conocen, confían en ti,
pues nunca abandonas a quienes te buscan.
Salmo 9:10

10 La sabiduría comienza por honrar al Señor;
conocer al Santísimo es tener inteligencia.
Proverbios 9:10

3 El buey reconoce a su dueño
y el asno el establo de su amo;
pero Israel, mi propio pueblo,
no reconoce ni tiene entendimiento.”
4 ¡Ay, gente pecadora,
pueblo cargado de maldad,
descendencia de malhechores,
hijos pervertidos!
Se han alejado del Señor,
se han apartado del Dios Santo de Israel,
lo han abandonado.
Isaías 1:3,4

15 Les daré los gobernantes que a mí me agradan, y ellos los gobernarán a ustedes con sabiduría y entendimiento.
Jeremías 3:15

6 Mi pueblo no tiene conocimiento,
por eso ha sido destruido.
Y a ti, sacerdote, que rechazaste el conocimiento,
yo te rechazo de mi sacerdocio.
Puesto que tú olvidas las enseñanzas de tu Dios,
yo me olvidaré de tus descendientes.
Oseas 4:6

6 También lo demostramos por nuestra pureza de vida, por nuestro conocimiento de la verdad, por nuestra tolerancia y bondad, por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, por nuestro amor sincero,
II Corintios 6:6

17 Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente.
Efesios 1:17

9 Pido en mi oración que su amor siga creciendo más y más todavía, y que Dios les dé sabiduría y entendimiento, 10 para que sepan escoger siempre lo mejor. Así podrán vivir una vida limpia, y avanzar sin tropiezos hasta el día en que Cristo vuelva;
Filipenses 1:9,10

8 Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él 9 y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. 10 Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, 11 espero llegar a la resurrección de los muertos.
Filipenses 3:8-11

El énfasis está puesto, sin duda, en el conocimiento de Dios. Se ve cuan importante es conocerlo y cuan terrible es no conocerlo. Como dije más arriba, este conocimiento implica necesariamente una parte de conocimiento intelectual, como “auxiliar” del espíritu, como “herramienta”.

El conocimiento secular no tiene aparentemente nada que ver con esto, pero, de la experiencia, vemos que también puede ser una gran ayuda para que el Espíritu pueda traer revelación. Antes que nada, hay que tener en cuenta que, en realidad, no existe tal cosa como “conocimiento espiritual” y “conocimiento secular” propiamente dichos. Todo conocimiento verdadero viene de Dios, y si viene de él, entonces nos muestra algo de lo que él es, y por lo tanto, nos sirve para conocerlo un poquito más. Recordemos que en la base de la llamada “teología natural” está el conocimiento “intuitivo” que puede tener el hombre de Dios a través de la naturaleza:

19 Lo que de Dios se puede conocer, ellos lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado; 20 pues lo invisible de Dios se puede llegar a conocer, si se reflexiona en lo que él ha hecho. En efecto, desde que el mundo fue creado, claramente se ha podido ver que él es Dios y que su poder nunca tendrá fin. Por eso los malvados no tienen disculpa.
Romanos 1:19,20

Todo el avance de la ciencia en este último siglo no hace sino potenciar esta verdad: Dios puede ser conocido a través de la creación.

Además, el ejercicio del conocimiento intelectual brinda una capacidad intelectual y agilidad para comprender que, en los corazones dispuestos, acelera el desarrollo de la revelación.

Entonces, en los espíritus dispuestos, el conocimiento intelectual es una ayuda formidable para que la revelación pueda fluir con rapidez. No es casualidad que muchas de las personas que recibieron las grandes revelaciones que escribieron la Biblia hayan sido intelectualmente capacitadas.

Moisés y Pablo, por ejemplo, tuvieron un rol fundamental en el establecimiento del reino de Dios en la tierra en distintas épocas, y ambos fueron “intelectuales” en su época. Mateo, por sus funciones laborales, no pudo haber sido muy ignorante tampoco, Marcos provenía de una familia con ciertos recursos y por lo menos debió haber tenido un cierto grado de educación, lo mismo que Juan, Lucas era un profesional de la época, y de Pablo ya hablamos. Pedro no tuvo tanto estudio, y si bien tuvo un papel fundamental en la iglesia de aquel entonces, es poco lo que escribió directamente (lo hizo a través de “secretarios”). Santiago y Judas, seguramente hermanos del Señor, son menos conocidos y participan menos en extensión en el canon. En lo que respecta al Antiguo Testamento, hay muchos escritores que no son los protagonistas principales de muchos de los libros (especialmente los históricos) y cuyos nombres han permanecido en el anonimato, pero por las características de sus obras podemos suponer que debieron ser personas humanamente preparadas. Dentro de los profetas, podemos mencionar a Isaías, Jeremías y Ezequiel como integrantes de familias sacerdotales que, por lo menos, nacieron en un ámbito de mayor nivel intelectual. Daniel se educó con toda la sabiduría de la sociedad de su época, además de venir de una familia acomodada de Judá.

Entonces, mientras más conozcamos de la Palabra, más tendrá el Espíritu para sacar y avivar en los momentos de revelación. Mientras más conozcamos de la Palabra, más fácil será discernir entre revelación verdadera y “voces extrañas” (¡y ninguno de nosotros estamos exentos de ellas!). Mientras más conozcamos de la Palabra, más rápido, más lejos y más profundo puede avanzar el Espíritu con la revelación.

Pero lo bueno es que, a su vez, la revelación misma siempre aumentará grandemente nuestro conocimiento sobre la Palabra y la realidad en general. Entonces, se produce aquí un “círculo virtuoso”: más nos preocupamos por conocer y estudiar (con un corazón abierto y deseoso de Dios, claro está), más el Espíritu nos da, más tenemos, más deseamos buscar, más podemos recibir.

Este “círculo virtuoso” rompe en “círculo vicioso” de la ignorancia, que como una plaga se extiende por todo el mundo sumiendo a miles de millones en miserias y sufrimientos, y que ha afectado y sigue afectando grandemente a muchos de nuestros amados hermanos. Dios tiene una buena noticia:

26 Hermanos, deben darse cuenta de que Dios los ha llamado a pesar de que pocos de ustedes son sabios según los criterios humanos, y pocos de ustedes son gente con autoridad o pertenecientes a familias importantes. 27 Y es que, para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes, ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. 28 Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. 29 Así nadie podrá presumir delante de Dios.
1 Corintios 1:26-29

Pero el versículo siguiente dice:

30 Pero Dios mismo los ha unido a ustedes con Cristo Jesús, y ha hecho también que Cristo sea nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra liberación.
1 Corintios 1:30 DHH

30 Dios los ha unido a ustedes con Cristo, y gracias a esa unión ahora son sabios; Dios los ha aceptado como parte del pueblo de Dios, y han recibido la vida eterna.
I Corintios 1:30 BLS

Y Santiago dice:

5 Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia sin echárselo en cara.
Santiago 1:5

Entonces, si bien es cierto que la mayoría de los que se acercan a Cristo no tienen un nivel muy alto de sabiduría, según los criterios humanos (porque el hecho de haber aceptado a Cristo es una sabiduría muy superior a la humana), no deben quedarse en ese estado ni hacer un “culto a la ignorancia”, como en ocasiones ha ocurrido. Deben empezar a crecer en conocimiento y revelación, y aquellos que hemos recibido la gracia de haber podido estudiar más, debemos ayudarles, para qué, aplicando lo que una vez se dijo en relación a lo económico, también aquí:

13 No se trata de que por ayudar a otros ustedes pasen necesidad; se trata más bien de que haya igualdad. 14 Ahora ustedes tienen lo que a ellos les falta; en otra ocasión ellos tendrán lo que les falte a ustedes, y de esta manera habrá igualdad. 15 Como dice la Escritura: “Ni le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que había recogido poco.”
II Corintios 8:13-15


AMBIENTE ESPIRITUAL

Lo que le ocurrió a Daniel es conocido, pero creo que normalmente no le damos la relevancia que tiene:

1 Durante el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel, llamado también Beltsasar, tuvo una revelación verdadera, pero de significado muy difícil de entender. Sin embargo, Daniel puso toda su atención en ello y pudo comprender el sentido de la revelación.
2 “En aquellos días, yo, Daniel, estuve muy triste durante tres semanas.

12 Entonces me dijo: ‘No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer día en que trataste de comprender las cosas difíciles y decidiste humillarte ante tu Dios, él escuchó tus oraciones. Por eso he venido yo. 13 El ángel príncipe del reino de Persia se me ha opuesto durante veintiún días; pero Miguel, uno de los ángeles príncipes más altos, vino en mi ayuda, pues yo me había quedado solo junto a los reyes de Persia. 14 Así que he venido a explicarte lo que va a pasarle a tu pueblo en el futuro, porque la visión que has tenido se refiere a ese tiempo.’
Daniel 10:1,2,12-14

Daniel estaba buscando una revelación muy importante para el futuro de su pueblo, y no solamente el suyo, sino también el de todos los que creeríamos en Cristo en los siglos posteriores. Era “lógico” que Satanás enviara lo más fuerte que tuviera para evitarla. No pudo, pero hubo que guerrear duro y hubo que esperar un tiempo. Había poderosos principados estorbando. ¿Qué hubiera pasado si Daniel se hubiera desanimado antes de que viniera la revelación?

Todo el desarrollo que ha ocurrido en las últimas décadas respecto de la Guerra y Cartografía Espiritual, que a esta altura ya ha sido asimilado por la mayor parte del Pueblo de Dios al menos en sus conceptos básicos, nos devolvió la dimensión espiritual del conflicto en el que estamos. Y, creo yo, el principal objetivo de ataque de Satanás es la llegada de revelación fresca de parte del Espíritu a los cristianos.

El espíritu de religiosidad, y principalmente lo que P. Wagner llama el Espíritu Corporativo de la Religión, se ha establecido fuertemente en el mover cristianos que comenzara hace algunas décadas, de tal forma que hoy sea necesaria otra renovación. Y son esos espíritus los que tienen como misión principal evitar que llegue revelación fresca y nueva al pueblo de Dios, para que no pueda adaptarse a los nuevos tiempos y termine apartándose del río del Espíritu.

Esos espíritus que suelen estar sobre las iglesias, más toda la sarta de espíritus territoriales que estén todavía dominando en cada lugar específico, más algunos nuevos de estos tiempos, más las iniquidades que todavía conservemos como cristianos individuales y como comunidades, actúan como una “nube negra” que dificultará el flujo de revelación.

Mucho de esto tiene que ver con lo personal, pero mucho más tiene que ver con lo comunitario y con lo histórico, es decir, están fuera del control del individuo, o, por lo menos, requieren un esfuerzo “extra” para poder ser superados.

Lo contrario también es válido. Cuando los aires están “limpios”, la revelación puede fluir mucho más libremente. Entonces, un cristianos realmente santo y consagrado, en un ambiente espiritual hostil, puede recibir revelación con mucha más dificultad que otro, no tan santo ni tan consagrado, en un ambiente “limpio”. Por eso, difícilmente podemos juzgar la “consagración” de una persona por cuánta revelación reciba.

Veamos algunos textos:

38 Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. 39 Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos. 40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41 yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado.
Levítico 26:38-41

Y si lo comparamos con Oseas 4:6,

6 Mi pueblo no tiene conocimiento,
por eso ha sido destruido.
Y a ti, sacerdote, que rechazaste el conocimiento,
yo te rechazo de mi sacerdocio.
Puesto que tú olvidas las enseñanzas de tu Dios,
yo me olvidaré de tus descendientes.

Y ya vimos que el conocimiento tiene que ver con la revelación. La iniquidad acarrea el juicio divino, y una de las dimensiones de ese juicio implica que Dios retire su revelación:

28 “Ese día me llamarán, pero no responderé;
me buscarán, pero no me encontrarán;
29 pues desprecian la sabiduría
y no quieren honrar al Señor.
Proverbios 1:28,29

El accionar de los sacerdotes de Satanás tiene que ver, entre otras cosas, con tomar control sobre las mentes de las personas, es decir, obstaculizar la revelación:

18 y diles: ‘Esto dice el Señor: ¡Ay de ustedes, que andan a caza de la gente; que cosen vendas mágicas para que todo el mundo se las ponga como pulseras, y hacen velos para que todos se los pongan en la cabeza! ¿Creen que pueden disponer de la vida y de la muerte de mi pueblo, según les convenga?
Ezequiel 13:18

Los demonios mismos pretenden susurrar su propia revelación:

1 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. 2 Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones. 3 Esta gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman, dándole gracias. 4 Pues todo lo que Dios ha creado es bueno; y nada debe ser rechazado si lo aceptamos dando gracias a Dios, 5 porque la palabra de Dios y la oración lo hacen puro.
I Timoteo 4:1-5

El espíritu del mundo pretende dominar a la sociedad en función de sus propios intereses, sin ir más lejos, prestemos atención a los avisos publicitarios que se ven cada día: cada uno de ellos constituyen una muestra de sutileza en el intento de manipular a los telespectadores inconscientemente, ¿y eso no es espiritual? Los valores y motivaciones que transmiten están en función de intereses económicos, pero influyen en el pensamiento y la acción de las personas, por lo que también moldean de alguna forma sus creencias, ¿y no va a generar eso conductas y voluntades contrarias a las de Dios?

Que los aires estén limpios sobre mí y sobre mi comunidad es fundamental para que la revelación fluya con más intensidad. Por ello, todo lo que tiene que ver con la guerra espiritual, y con discernir las estratagemas del Diablo son fundamentales también para que baje la revelación. Tratar con la iniquidad es otro de los puntos clave.

Aquí también se establece un círculo virtuoso: cuando comenzamos a tratar con lo que estorba, Dios puede enviarnos más revelación, que nos dará más herramientas y poder para tratar con lo espiritual, que a su vez limpiará más los aires sobre nosotros y nuestras comunidades.

 

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