Hebreos 12:3-4 RVC
3 Por lo tanto, consideren a aquel que sufrió
tanta contradicción de parte de los pecadores, para que no se cansen ni se
desanimen.
4 En la lucha que ustedes libran contra el
pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre;
Nos toca atravesar un tiempo cuando muchas de
las buenas expectativas sobre el futuro que podíamos tener no se están cumpliendo
y, más bien, una tremenda oscuridad avanza a pasos agigantados. Lo quisiéramos
reconocer o no, esto no es ninguna sorpresa; además de las claras palabras de
las Escrituras sobre los últimos tiempos, los profetas vienen anunciando cada
vez con más detalle lo que habría de acontecer desde hace años. Nadie que no
haya querido saber ha sido tomado por sorpresa. Pero aquellos que han
menospreciado las voces proféticas, o que sencillamente no le dedicaron tiempo
(lo cual, en el fondo, es lo mismo) se encuentran hoy expuestos a todo tipo de
tropiezos y trampas.
Hay mucho para hablar de estos “nuevos”
últimos tiempos, pero ahora conviene decir una palabra para los fieles, para
los que conocen el tremendo engaño que se cierne sobre el mundo y están muy despiertos
como para no caer en las seducciones y presiones: este es el tiempo de
RESISTIR.
Sin dudas “no está todo dicho” y hay unos
cuantos grandes reveses que el Adversario tendrá en breve, pero ahora es el
momento en que relativamente pocos seguimos sosteniendo la bandera de la verdad
y la libertad frente al avance de la esclavitud del “nuevo” sistema que viene.
Y no se supone que eso sea fácil, nunca lo fue ni lo será.
La sociedad moderna y posmoderna ha
acostumbrado a los occidentales y citadinos a la comodidad y la respuesta
inmediata, por lo que resistir se ha vuelto un concepto extraño para muchos.
Por supuesto, no todos han tenido ese “dulce pasar” y más de uno ha sido
preparado “en los márgenes del modelo” para este tiempo.
Como sea, estamos en medio de una dura lucha
espiritual, hay promesas que tienen que cumplirse todavía, y que vamos a ver,
pero, vuelvo a decir, hoy es tiempo de resistir. Pablo, escribiendo a un
público de origen hebreo, los exhorta a no dejarse llevar por la presión de su
entorno, recordándoles que “todavía no han tenido que resistir hasta derramar
su sangre”.
Vamos a ser claros: a Jesucristo el Mensaje
de la Salvación le costó la vida, y aunque sabemos que ese sacrificio era
necesario, la persecución que sufrió durante todo Su ministerio no fue una
simple “actuación”, fue muy real y dolorosa. Nunca les prometió un lecho de
rosas a Sus seguidores, al contrario, fue muy claro al decirnos que no debíamos
extrañarnos si debiéramos sufrir todo tipo de presiones e incluso el martirio.
Todo el Nuevo Testamento fue escrito en un contexto de presión social o
persecución manifiesta, y hay mucho que se le dice a la Iglesia al respecto. El
Antiguo Testamento no es muy diferente en este sentido: también sus fieles
tuvieron que pasar hostigamiento y a veces la muerte.
No debemos extrañarnos de que AHORA empecemos
a tener persecución, más bien, debemos dar gracias porque hemos tenido un
tiempo de relativa calma, algo poco frecuente para los verdaderos cristianos y
en general para todo aquel que se ha comprometido por la verdad en cualquier
tiempo de la historia.
En el texto de Hebreos Pablo nos exhorta a
recordar las hostilidades y rechazos sufridos por el mismo Cristo, si Él tuvo
que pasar por eso, ¿acaso somos mejores nosotros?
Lucas 23:31 RVC
31 Porque, si esto hacen con el árbol verde,
¡qué no harán con el árbol seco!»
El evangelio de la prosperidad, o su variante
menos dura, el evangelio “de la buena vida cristiana”, nos ha ocultado durante
varias décadas una verdad que venía siendo proclamada continuamente por la iglesia:
no somos del sistema mundo y el sistema mundo nos odia.
Hubo una buena razón para que este mensaje
fuera, en cierto sentido, “silenciado”: había contribuido a generar una iglesia
irrelevante en su cultura, incapaz de introducir ningún cambio en la sociedad,
que solo se lamentaba de lo mal que iba todo pero que seguía votando a los que
traían cada vez más daño y destrucción a las naciones. Pero la “corrección” a
eso terminó cayendo en otros excesos, quizás peores, y entre ellos, no preparó
a los cristianos para las luchas que vendrían. Como consecuencia, hoy la mayor
parte de la iglesia está desorientada, sin saber a dónde ir, o directamente
cayendo en las fauces del Enemigo (haciendo cola para vacunarse y promocionándola
desde los púlpitos incluso).
Pero la Biblia es muy clara:
1 Pedro 4:12-14 RVC
12 Amados hermanos, no se sorprendan de la
prueba de fuego a que se ven sometidos, como si les estuviera sucediendo algo
extraño.
13 Al contrario, alégrense de ser partícipes
de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando
la gloria de Cristo se revele.
14 ¡Bienaventurados ustedes, cuando sean
insultados por causa del nombre de Cristo! ¡Sobre ustedes reposa el glorioso
Espíritu de Dios!
La confrontación y la persecución es algo que
debemos esperar, y cuando ello viene, debemos resistir. Tal como dice Hebreos,
aún no ha llegado el tiempo de resistir hasta la sangre, probablemente muchos
de nosotros no tengamos que pasar por eso en nuestras naciones, no todavía,
pero una cosa es cierta: es el tiempo de resistir, de no ceder, de no dejarnos
llevar por la masa y por las presiones del sistema, y me refiero especialmente
a las presiones de nuestros hermanos en la fe, compañeros de trabajo,
familiares, amigos, o de la “sociedad” en general.
Todavía el Anti Mesías no viene a golpear
nuestra puerta, fusil en mano, para obligarnos a tomar una marca fatal, ¡no nos
rindamos ante simples amenazas! ¡Ni aún si nuestra economía, trabajo o posición
social se ve en peligro! Lamento ver a tantos que ya se están entregando al
Enemigo con que solo los haya asustado lo suficiente. Hermanos: es el tiempo de
resistir. Luego podremos charlar sobre lo que viene y cómo seguimos luchando,
pero nada de eso tiene sentido si primeramente no nos ponemos firmes en nuestra
posición; Dios no puede usar a los que se asustan ante la primera amenaza del
sistema, ¡menos aún cuando se trata de algo que ya había sido anunciado mucho
tiempo atrás!
Es tiempo de RESISTIR.
Danilo Sorti
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