jueves, 24 de junio de 2021

804. El tiempo de resistir

 

Hebreos 12:3-4 RVC

3 Por lo tanto, consideren a aquel que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores, para que no se cansen ni se desanimen.

4 En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre;

 

Nos toca atravesar un tiempo cuando muchas de las buenas expectativas sobre el futuro que podíamos tener no se están cumpliendo y, más bien, una tremenda oscuridad avanza a pasos agigantados. Lo quisiéramos reconocer o no, esto no es ninguna sorpresa; además de las claras palabras de las Escrituras sobre los últimos tiempos, los profetas vienen anunciando cada vez con más detalle lo que habría de acontecer desde hace años. Nadie que no haya querido saber ha sido tomado por sorpresa. Pero aquellos que han menospreciado las voces proféticas, o que sencillamente no le dedicaron tiempo (lo cual, en el fondo, es lo mismo) se encuentran hoy expuestos a todo tipo de tropiezos y trampas.

 

Hay mucho para hablar de estos “nuevos” últimos tiempos, pero ahora conviene decir una palabra para los fieles, para los que conocen el tremendo engaño que se cierne sobre el mundo y están muy despiertos como para no caer en las seducciones y presiones: este es el tiempo de RESISTIR.

 

Sin dudas “no está todo dicho” y hay unos cuantos grandes reveses que el Adversario tendrá en breve, pero ahora es el momento en que relativamente pocos seguimos sosteniendo la bandera de la verdad y la libertad frente al avance de la esclavitud del “nuevo” sistema que viene. Y no se supone que eso sea fácil, nunca lo fue ni lo será.

 

La sociedad moderna y posmoderna ha acostumbrado a los occidentales y citadinos a la comodidad y la respuesta inmediata, por lo que resistir se ha vuelto un concepto extraño para muchos. Por supuesto, no todos han tenido ese “dulce pasar” y más de uno ha sido preparado “en los márgenes del modelo” para este tiempo.

 

Como sea, estamos en medio de una dura lucha espiritual, hay promesas que tienen que cumplirse todavía, y que vamos a ver, pero, vuelvo a decir, hoy es tiempo de resistir. Pablo, escribiendo a un público de origen hebreo, los exhorta a no dejarse llevar por la presión de su entorno, recordándoles que “todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre”.

 

Vamos a ser claros: a Jesucristo el Mensaje de la Salvación le costó la vida, y aunque sabemos que ese sacrificio era necesario, la persecución que sufrió durante todo Su ministerio no fue una simple “actuación”, fue muy real y dolorosa. Nunca les prometió un lecho de rosas a Sus seguidores, al contrario, fue muy claro al decirnos que no debíamos extrañarnos si debiéramos sufrir todo tipo de presiones e incluso el martirio. Todo el Nuevo Testamento fue escrito en un contexto de presión social o persecución manifiesta, y hay mucho que se le dice a la Iglesia al respecto. El Antiguo Testamento no es muy diferente en este sentido: también sus fieles tuvieron que pasar hostigamiento y a veces la muerte.

 

No debemos extrañarnos de que AHORA empecemos a tener persecución, más bien, debemos dar gracias porque hemos tenido un tiempo de relativa calma, algo poco frecuente para los verdaderos cristianos y en general para todo aquel que se ha comprometido por la verdad en cualquier tiempo de la historia.

 

En el texto de Hebreos Pablo nos exhorta a recordar las hostilidades y rechazos sufridos por el mismo Cristo, si Él tuvo que pasar por eso, ¿acaso somos mejores nosotros?

 

Lucas 23:31 RVC

31 Porque, si esto hacen con el árbol verde, ¡qué no harán con el árbol seco!»

 

El evangelio de la prosperidad, o su variante menos dura, el evangelio “de la buena vida cristiana”, nos ha ocultado durante varias décadas una verdad que venía siendo proclamada continuamente por la iglesia: no somos del sistema mundo y el sistema mundo nos odia.

 

Hubo una buena razón para que este mensaje fuera, en cierto sentido, “silenciado”: había contribuido a generar una iglesia irrelevante en su cultura, incapaz de introducir ningún cambio en la sociedad, que solo se lamentaba de lo mal que iba todo pero que seguía votando a los que traían cada vez más daño y destrucción a las naciones. Pero la “corrección” a eso terminó cayendo en otros excesos, quizás peores, y entre ellos, no preparó a los cristianos para las luchas que vendrían. Como consecuencia, hoy la mayor parte de la iglesia está desorientada, sin saber a dónde ir, o directamente cayendo en las fauces del Enemigo (haciendo cola para vacunarse y promocionándola desde los púlpitos incluso).

 

Pero la Biblia es muy clara:

 

1 Pedro 4:12-14 RVC

12 Amados hermanos, no se sorprendan de la prueba de fuego a que se ven sometidos, como si les estuviera sucediendo algo extraño.

13 Al contrario, alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele.

14 ¡Bienaventurados ustedes, cuando sean insultados por causa del nombre de Cristo! ¡Sobre ustedes reposa el glorioso Espíritu de Dios!

 

La confrontación y la persecución es algo que debemos esperar, y cuando ello viene, debemos resistir. Tal como dice Hebreos, aún no ha llegado el tiempo de resistir hasta la sangre, probablemente muchos de nosotros no tengamos que pasar por eso en nuestras naciones, no todavía, pero una cosa es cierta: es el tiempo de resistir, de no ceder, de no dejarnos llevar por la masa y por las presiones del sistema, y me refiero especialmente a las presiones de nuestros hermanos en la fe, compañeros de trabajo, familiares, amigos, o de la “sociedad” en general.

 

Todavía el Anti Mesías no viene a golpear nuestra puerta, fusil en mano, para obligarnos a tomar una marca fatal, ¡no nos rindamos ante simples amenazas! ¡Ni aún si nuestra economía, trabajo o posición social se ve en peligro! Lamento ver a tantos que ya se están entregando al Enemigo con que solo los haya asustado lo suficiente. Hermanos: es el tiempo de resistir. Luego podremos charlar sobre lo que viene y cómo seguimos luchando, pero nada de eso tiene sentido si primeramente no nos ponemos firmes en nuestra posición; Dios no puede usar a los que se asustan ante la primera amenaza del sistema, ¡menos aún cuando se trata de algo que ya había sido anunciado mucho tiempo atrás!

 

Es tiempo de RESISTIR.

 

 

Danilo Sorti

 

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