viernes, 25 de junio de 2021

805. El tiempo de resistir II – las burlas

 Hebreos 12:1-2 RVC

1 Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.

 

Cada época de la historia en cada lugar del mundo ha sido difícil para los verdaderos hijos de Dios y para todos aquellos que se esforzaron por encontrar el camino angosto. Hay una recompensa para ellos, pero hay un tiempo de sufrimiento y esfuerzo que le antecede.

 Es interesante darse cuenta cómo el marxismo, y sus variantes más modernas, el neomarxismo y el progresismo, terminan siendo una mala copia del cristianismo. Buena parte del pensamiento original de Marx es justamente eso, un plagio de los conceptos judeocristianos, que él conocía bien. Dentro de ese plagio se encuentra este mismo concepto: un tiempo de sufrimiento presente para alcanzar un futuro “glorioso” en la tierra… Por lo que ellos también han plagiado el concepto de “resistir” y sufrir en el presente para alcanzar un mejor futuro.

 Bueno, digresiones aparte, venimos hablando de la necesidad de resistir en este tiempo, y Hebreos nos plantea una serie de pistas valiosas; ¿resistir qué y cómo?

 Jesucristo fue hasta la cruz, y siempre ha habido y seguirá habiendo cristianos fieles que tengan que sufrir la muerte por su fe. Sin embargo, muchos de nosotros no tendremos que pasar por eso pero sí habrá presiones de diverso tipo.

 En este caso vemos la palabra “oprobio”, que también puede traducirse como “vergüenza”. Ese es el primer y más extendido ataque que sufrimos hoy.

 Pero no nos confundamos, el “avergonzamiento” masivo de los cristianos y / o de los antisistema, la construcción de un sujeto social “indigno” que puede ser criticado públicamente sin caer en censura social (ni mediática ni legal) es una etapa de un largo proceso, que denota ya una base preocupante de hostilidad.

 Entendemos claramente que hay mucho dinero y operadores mediáticos trabajando para mantener y acrecentar esto, pero también hay una sociedad capaz de recibir y creer las mentiras que escucha y lee sin capacidad para cuestionarlas o al menos, analizarlas críticamente.

 Esa base se construye de a poco y, en todo caso, durante tiempos “normales” se manifiesta de manera solapada, o permanece oculta apenas por debajo de la superficie. Cuando las condiciones lo “habilitan”, emerge con fuerza.

 Un claro ejemplo es la campaña abiertamente ridiculizadora que sacó el gobierno argentino bajo el falaz nombre de “cuidadanía”. Estas acciones no son torpes ni mucho menos ingenuas, constituyen una “habilitación social” para ridiculizar y avergonzar públicamente a los que no piensan como un gobierno autoritario dice que se debe pensar.

 No fue muy distinto en el caso de Jesús, que también resultó criticado por las máximas autoridades de la nación, ni para los primeros cristianos, que pasaron lo mismo, así que no debe sorprendernos a nosotros.

 Si por un lado la “consistencia” de la burla es tan “dura” como pueden serlo las palabras por otro sabemos que no pueden subestimarse.

 

Salmos 69:20 RVC

20 Las burlas me han roto el corazón, y estoy acongojado. Esperaba compasión, y nadie me la tuvo; alguien que me consolara, y a nadie hallé.

 Salmos 123:4 RVC

4 ¡Ya estamos cansados de tantas burlas por parte de quienes todo lo tienen! ¡Cansados de que los soberbios nos menosprecien!

 Hebreos 10:32-33 RVC

32 Pero recuerden ustedes los tiempos pasados, cuando después de haber sido iluminados soportaron ustedes los sufrimientos de una gran lucha.

33 Algunas veces fueron expuestos públicamente a las burlas y las aflicciones, y otras veces llegaron a ser compañeros de los que enfrentaban una situación semejante.

 

La burla afecta en dos niveles. En lo personal, puede provocar heridas cuando uno no está lo suficientemente fortalecido en el Señor, la propia dignidad es socavada. Vivimos en un tiempo extremadamente burlón, en donde todo el aparato de la llamada izquierda / progresismo / globalismo es experto en diseñar y establecer mensajes burlones. Tanto es así que en la estructura de pensamiento de muchos, la ridiculización se vuelve una forma aceptable de razonar y argüir, siendo que resulta una falacia ad hominem.

 En otro sentido, la burla mina la honra y la aceptación social de las personas, con lo que sus posibilidades de progresar y hacer negocios resultan seriamente afectadas. Además, mina la credibilidad de ellos entre los que concuerdan con el sentido de la burla. Esto último no es necesariamente malo, triste sí, porque habría muchos que podrían beneficiarse del mensaje que proclamamos y que lo va a rechazar de plano porque simplemente “somos nosotros” los que lo decimos, personas ridículas, poco coherentes e indignas de ser tomadas en serio (según su pensamiento burlón). Sin embargo, la realidad es que ¿por qué razón querría el Señor que ellos escucharan y escaparan del castigo? Al caer en la burla, caen ellos mismos, por su propia voluntad, en el error, porque rechazan a quienes podrían indicarles un camino mejor. Es su decisión.

 Resistir la burla puede ser difícil para algunos, no voy a hablar en extenso del tema, solo decir que es el “primer” escalón de la resistencia desde el punto de vista social. Quizás no exactamente el “primero” pero al menos sí el primero que resulta significativo. Dentro de la escala de la persecución es lo más suave, no es inocente porque habilita todo el resto, pero es lo menor. Si eso no podemos resistir, ¿cómo aguantaremos el resto?

 Necesitamos ser fortalecidos en nuestro interior y afirmados por el Espíritu Santo en nuestra identidad y en nuestra cobertura. La burla “desnuda”, expone a la persona, aunque lo que se diga resulta absoluta mentira. La burla actúa sobre la vergüenza, lo cual es una de las predisposiciones innatas del corazón caído de las personas. La vergüenza provino de haber perdido la cobertura del Espíritu, con lo cual Adán y Eva entendieron que estaban “desnudos”, porque antes no lo estaban, aunque no tuvieran ropas materiales.

 

1 Juan 2:28 RVC

28 Y ahora, hijitos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste, tengamos confianza, y cuando venga no nos alejemos de él avergonzados.

 

Si fuéramos a cubrirnos por nuestras obras sería, obviamente imposible. Pero se nos ha dado la fe, que nos cubre con el lino fino de las obras de justicia HECHAS A PARTIR DE LA FE. En definitiva, no hay obra posible que podamos alcanzar a cumplir, pero la fe nos cubre con las obras de Cristo, por lo que el hecho de ser avergonzados es, en realidad, una oportunidad para crecer en la fe y por esa fe, en la firmeza en el amor y la aceptación que viene del Padre.

 Resistir la prueba, en este caso, la vergüenza, burla y humillación pública, desde sus formas más sutiles hasta las más burdas, es una oportunidad para ofrendar al Señor nuestra fe, y eso tiene recompensa en los cielos.

 

 

Danilo Sorti

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