Proverbios 14:15 RV95
15 El ingenuo todo lo cree; el prudente mide
bien sus pasos.
Proverbios 14:15 DHH
15 El imprudente cree todo lo que le dicen; el
prudente se fija por dónde anda.
Proverbios 22:3 RV95
3 El prudente ve el mal y se esconde, pero
los ingenuos pasan y reciben el daño.
Proverbios 22:3 DHH
3 El prudente ve el peligro y lo evita; el
imprudente sigue adelante y sufre el daño.
Proverbios 27:12 RV95
12 El prudente ve el mal y se esconde, pero
los incautos pasan y se llevan el daño.
Proverbios 27:12 DHH
12 El prudente ve el peligro y lo evita; el
imprudente sigue adelante y sufre el daño.
Si bien toda la Biblia es extremadamente
práctica (más de lo que a muchos líderes y teólogos les gustaría admitir…),
Proverbios es el principal compendio de sabiduría práctica que tiene. La
primera pregunta que a uno se le ocurre es: si el Espíritu nos dejó “ese”
libro, ¿será que tendremos que prestarle atención…?
Dentro del cristianismo veo con bastante
espanto la tendencia que tenemos a “espiritualizar” todo y alejarnos de los
hechos concretos y prácticos. No me asombra porque no es muy diferente a lo que
pasa en la sociedad, “versión secular”: la gente se deja guiar por discursos,
relatos y “palabras”, pero demuestra incapacidad y hasta rechazo hacia el
análisis de los hechos concretos.
En estos tiempos cuando el cuarto sello
claramente se está abriendo por completo, nos encontramos en Sudamérica
“rodeados” por “serpientes y escorpiones”. La imagen de la serpiente nos remite
a varias cosas, entre ellas, a una pitón que se enrosca lentamente sobre la
víctima hasta que la asfixia, propiamente los efectos del v***s actual y las
sucesivas cepas que van largando. El escorpión es el que “inyecta veneno”,
claramente, la llamada “v****a”.
Proféticamente el Señor habló de estos
tiempos cuando dijo:
Lucas 10:19 RVC
19 Miren que yo les he dado a ustedes poder
para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer a todo el poder del
enemigo, sin que nada los dañe.
Ahora bien, no deja de sorprenderme la
necedad de tantas personas, cristianos incluidos, que no pueden ver los hechos
más básicos que rodean toda la manipulación entorno a la v****a y lo
extremadamente insegura que es. Y eso sin hablar de las muchas profecías que el
Señor viene trayendo desde mitad del año pasado advirtiendo seriamente sobre
ella. Y sin hablar de los informes científicos que muestran claramente lo
peligrosa y nociva que resulta.
¿Cómo es posible?
No quiero ser un “psicoanalista de bolsillo”,
pero dado que el complejo de inferioridad entró en el hombre a raíz del veneno
de la serpiente en el Huerto (“ustedes ‘no son’ como Dios…”) creo que es una
herramienta válida para analizar mucho (¿todo?) de lo que nos pasa.
Entonces, uno puede “adquirir valor” como
persona de una manera genuina: aprendiendo, esforzándose (por supuesto, aceptando
la gracia de Dios en Cristo, que es lo que nos devuelve todo nuestro valor
original), en este caso, leyendo, estudiando un poco, investigando. O bien
puede tomar uno de tantos y tantos “atajos” que hay, en este caso, ubicándose
en una posición de “superioridad moral”, estrategia remanida del progresismo /
modernismo / neomarxismo, usada por el sistema de propaganda gubernamental para
lograr cambios de conducta.
Así que, frente a los que ven “todo malo y
extremadamente peligroso”, lo cual resulta, convengamos, profundamente
perturbador y extremadamente molesto, porque nos obliga a salir de nuestra zona
de comodidad, ponernos a estudiar y tratar de comprender textos y terminología
que nos resulta extraña, y, llegado el caso, nos exigiría cambiar de posición y
enfrentarnos con aquellos que eran nuestros amigos y, peor aún, con el sistema
gubernamental; la alternativa más cómoda y “humana” es: ¿no habrá por ahí un
argumento lo suficientemente convincente como para no tener que meterme en
semejante lío…?
¡Y por supuesto que lo hay! “Como ellos (los
conspiranoicos) dicen muchas cosas negativas y terribles, ENTONCES son gente
negativa que siempre ve todo mal Y el mundo no es así, POR LO TANTO, lo que
dicen es una exageración fruto de sus propios problemas psicológicos, ENTONCES
es falso y no hay que prestarle demasiada atención. EN CONTRAPOSICIÓN, vos que
no tenés esas dudas enfermizas, SOS una persona sensata e inteligente.”
Bueno, dejando de lado que hay un
razonamiento circular aquí (obviamente no válido), una falacia ad hominem, y
una aplicación de pre-juicios, todo lo cual invalida el argumento, resulta un
razonamiento sencillo para mentes que no quieren complicarse con las
consecuencias necesarias de aceptar las evidencias de que hay “algo raro”. Un
razonamiento sencillo para mentes sencillas… Houston, tenemos un problema…
Proverbios es extremadamente claro al hablar
de los “sencillo”, “ingenuos”, “imprudentes”, “simples”. No se trata de ninguna
virtud, todo lo contrario. Ahora bien, no es una cuestión “espiritual” o que
tenga que ver con la salvación del alma, es una cuestión muy práctica que tiene
que ver con cómo transitamos esta vida, que resulta extremadamente importante
para Dios. También a nivel social, la “simpleza” suele mostrarse como una
virtud en contraposición de la “complejidad” de los “complicados y jodidos”.
El cristianismo ha hecho de la simpleza una
virtud, cometiendo un leve error semántico pero un abismal error conceptual. La
simpleza de deseos e intenciones, la claridad y transparencia en el ser, son
virtudes maravillosas para Dios. La simpleza de no querer saber ni aprender ni
analizar en profundidad, es en realidad, necedad; está fundamentada en el
orgullo y no tiene nada de valioso.
En Proverbios 14:15 la palabra es פְּתִי; “petí”, tonto, seducible, engaño,
ignorante, sencillo, simple, simpleza. La misma palabra aparece en 22:3 y
27:12.
Podemos decir mucho de esta “simpleza”, pero
lo fundamental en este caso, creo yo, es que estas personas, además de la
pereza (no en vano considerada como pecado capital por los antiguos),
sencillamente "no pueden creer” que el mundo sea tan malo, que haya gente
tan perversa.
Desde el punto de vista secular, diría que
muy pronto se han olvidado de la historia cercana y lejana. Podemos tomar como
paradigma a Hitler y la Alemania Nacionalsocialista (sí, “socialista”, no era
de derecha…), y a tantos otros dictadores, y ni que hablar de la historia un
poco más lejana, con su interminable lista de imperios, guerras, persecuciones
y matanzas…
Hace rato se viene hablando que la tercera
guerra mundial no sería “convencional”, algo que resulta muy destructivo, sino
que se llevaría a cabo usando armas biológicas, mucho más silenciosa y no
destructivas de la infraestructura.
Desde el punto de vista cristiano, diría que
han olvidado una recomendación fundamentalísima del apóstol:
2 Corintios 2:11 RV95
11 para que Satanás no saque ventaja alguna
sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones.
Maquinaciones: νόημα, nóema; percepción, i.e.
propósito, o (por implicación) intelecto, disposición, en sí mismo:
pensamiento, sentido, entendimiento, maquinación.
Los cristianos son culpables de subestimar
grandemente a su Adversario. Al hacerlo, subestiman también la obra del Mesías.
Al ignorar los planes que se vienen armando desde hace décadas, y que se han
dado a conocer (Satanás sabe que no corre mucho peligro con eso porque la gente
sencillamente, no los cree), “simplemente” caminan derecho hacia la trampa.
¿Dios puede rescatarlos? Sí, pero si Él viene
avisando de todas las formas posibles, ¿por qué habría de hacerlo? ¿Se agradará
Él de un pueblo necio, que desoye Su voz y vive en una falsa confianza?
Mateo 4:5-7 RVC
5 Entonces el diablo lo llevó a la santa
ciudad, lo puso sobre la parte más alta del templo,
6 y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate
hacia abajo; porque escrito está: »“A sus ángeles mandará alrededor de ti”, y
también: “En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con piedra
alguna.”»
7 Jesús le dijo: «También está escrito: “No
tentarás al Señor tu Dios”.»
Dado que no han querido escuchar ni
esforzarse en analizar la realidad sino que prefirieron aceptar un argumento
simple para mentes simples, han caído en el pecado de tentar a Dios. No
perderán sus almas, pero ellos mismos sufrirán grandes pérdidas totalmente
innecesarias. ¡Que el Señor tenga misericordia de nosotros!
Danilo Sorti
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