miércoles, 16 de octubre de 2019

732. ¿Hasta cuándo indefinidos en la “cuestión política”?


Efesios 4:13 DHH
13 hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo.

Este pasaje es claramente profético: indica un tiempo futuro en el que los cristianos fieles alcanzarán la “edad adulta”, τέλειος, “téleios”, algo completo, maduro, perfecto. No es más que una explicación de la parábola del trigo y la cizaña, llegando ambas plantas a su madurez perfecta en el fin de los tiempos.

Ahora bien, esta “perfección”, “completitud” o “madurez”, es obvio que debe aplicar para todas las áreas de la vida del ser humano, y digo “ser humano”, no “cristiano”, porque el inicio de la historia de la Biblia comienza con el ser humano, no propiamente con el cristiano, por más que ya desde ese momento fuera dada la profecía del advenimiento y victoria de Cristo. Lo que intento decir es que este “cristianos perfecto” que anuncia Pablo no es más que el ser humano perfeccionado en todas sus dimensiones, tal como lo planeó originalmente el Señor. De todo esto se concluye que el área política – social – nacional, o como prefiramos llamarla, no puede estar ajena al proceso.

El asunto es que el cristianismo ha tenido una historia bastante traumática al respecto. Durante los tres primeros siglos fue perseguido por el poder político, cuando se une al mismo, feliz o infelizmente, termina volviéndose opresor y cometiendo errores terribles “en nombre de Dios”. La Reforma no empezó muy bien en este sentido sino que repitió los mismos errores que criticó en el catolicismo, por lo que el movimiento pietista decide separarse lo más posible del asunto y así hasta el día de hoy. En este mismo presente, el poder político persigue a los cristianos en muchos países del mundo, y en nuestra Iberoamérica está intentando volver a hacerlo. El ejemplo de los cristianos y su vinculación política en USA tiene tantas luces como sombras, y no han escapado de ser usados por determinados poderes engañosos. La política ha sido catalogada con los peores adjetivos calificativos y durante mucho tiempo se la ha dejado como “terreno exclusivo” de Satanás, y, obviamente, él ha hecho y deshecho a sus anchas.

Pero, ¿no será hora, ya, que cerremos heridas, malentendidos y excesos del pasado, y nos cimentemos en la verdadera visión respecto de la política, las naciones y la cuestión social, según lo muestra toda la Biblia, y no recortes parcializados y tendenciosos de la Palabra, como muchos teólogos han hecho y siguen haciendo para sostener sus propios puntos de vista y simpatías doctrinarias?

Juzgar lo bueno o lo malo del pasado corresponde, en realidad, a un historiador versado en el tema, por supuesto no a los que tenemos ahora, casi todos adoctrinados en la visión atea y “progresista”. No es algo que, en todo caso, podamos hacer fácilmente los legos en la materia, a no ser que repitamos los clichés de las redes sociales, claro. Tampoco creo que seamos llamados a eso en este tiempo, no la mayoría. Pero sí podemos aprender de todo lo bueno y lo malo que ocurrió, y más que nada, volvernos a la Palabra para extraer los principios; la Biblia habla muchísimo sobre el tema.

Sobre los principios se discutirá y se construirán diversas propuestas, y está bien. Nadie piense que una vez que tengamos la visión política bíblica correcta ya se solucionó toda discusión, más bien, ¡recién empezarán muchísimas de ellas! ¡Y bienvenidas sean! Pero habremos acordado los principios que no serán violados, y todo lo que sobre ellos construyamos, con sus imperfecciones, estará encaminado en la forma en que Dios ha determinado que funcionen las cosas.

Ni podemos rehuir del tema, ni podemos meternos inocentemente en algún partido político tal como funcionan hoy, ni podemos repetir los errores del pasado. Debemos madurar políticamente desde el punto de vista de Dios, y hacerlo pronto.


Danilo Sorti


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