Efesios 1:4-6 RVC
4 En él, Dios nos escogió antes de la
fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables. Por
amor
5 nos predestinó para que por medio de
Jesucristo fuéramos adoptados como hijos suyos, según el beneplácito de su
voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado.
La imagen de la adopción resultaba muy
importante en aquella época, implicaba pasar a formar parte de una nueva
familia, asumir una NUEVA IDENTIDAD. Precisamente este concepto de “identidad”
es uno de los conceptos claves subyacentes a lo largo de toda la Biblia; quizás
no haya episodio bíblico en el cual la noción de “identidad” de los sujetos
involucrados no sea puesta en juego, porque en realidad nuestra propia
identidad es, de alguna manera, activada o confrontada, en cada momento, con
cada acción o incluso pensamiento.
Hoy en día este tema ha cobrado relevancia a
partir de los engendros ideológicos del neomarxismo cultural: la negación de
una identidad natural, de la misma biología, negación de las construcciones
identitarias occidentales de mano del cristianismo, confusión de roles y,
fundamentalmente, una extrema confusión de identidad. El panorama resultante,
el fruto de tal adoctrinamiento ejercido sobre nuestros jóvenes y niños,
resulta desolador a menos que podamos ver algo que ellos, en su necedad y
ceguera, no pueden: al cuestionar y pretender desmontar las identidades
asumidas por las personas tradicionalmente en nuestra sociedad occidental
cristiana, han puesto “sobre el tapete” la cuestión de “la” identidad. Algo que
normalmente la gente no se pregunta y sobre lo cual no indaga, probablemente a
lo largo de toda su vida, o a lo sumo en determinados momentos críticos, al ser
cuestionado y pretender ser “desmontado” es, antes que nada, VISIBILIZADO y
luego se conceptualiza como POSIBLE su “deconstrucción” y posterior
“construcción”.
Eso es lo que hizo la serpiente: poner la
identidad del hombre en duda y luego inyectarle una “nueva” identidad. Por eso
se ha vuelto la principal batalla de Dios para con las personas, especialmente
en lo que hoy llamamos discipulado o proceso de santificación: habiendo sido
salvos y recibido en el espíritu una nueva identidad, debe hacerse real en
nuestras vidas, ¡y eso lleva TODA la vida!
Aunque el neomarxismo, como brazo fundamental
del NOM, se esfuerza en destruir la identidad dada por Dios y tendrá un éxito
parcial sobre los hijos de condenación, está logrando implantar en toda la
sociedad la posibilidad e incluso necesidad de un cambio tan profundo como es
el de la identidad, precisamente el concepto clave para alcanzar la salvación:
ser convertidos de hijos de ira condenados al fuego eterno a hijos del Rey
destinados a la gloria y al reinado, ¡no hay cambio de identidad más grande que
ese!
Al ahondar tan profundo para el mal, han
dejado un camino abierto donde fácilmente se puede ahondar para el bien, quizás
más fácil y rápidamente que en épocas pasadas. Será cuestión de que sepamos
aprovechar lo que el Espíritu está haciendo A TRAVÉS de Sus enemigos.
Como dijimos, prácticamente toda la Biblia
puede entenderse desde la óptica de la “identidad”, el pasaje de Efesios está
utilizando una institución de la antigüedad, la adopción, conocida por todos,
como ejemplo dramático de lo que significaba haber sido adoptados por Dios, y
no es casualidad que se trate de los primeros versículos de una carta donde se
instruye a la iglesia respecto de lo que tiene que ser y cómo tiene que vivir:
todas las recomendaciones y exhortaciones se basarían en esta nueva identidad.
Hay muchísimos ejemplos en la Palabra;
Génesis 18:17-19 RVC
17 Entonces el Señor dijo: «¿Acaso voy a
ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer?
18 ¡Si Abrahán va a ser una nación grande y
fuerte, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra!
19 Yo sé que él ordenará a sus hijos y a sus
descendientes que sigan el camino del Señor, y que sean justos y rectos, para
que el Señor cumpla en Abrahán su promesa.»
Notemos la expresión “va a ser”; el Señor
trabajó durante mucho tiempo con la identidad de Abraham hasta que llegara a
ser el “padre de la fe”, esto es porque debía a su vez dejar un fundamento bien
sólido para la nación que saldría de sus lomos.
Deuteronomio 1:31 RVC
31 Además, ustedes son testigos de que, en el
desierto, y por todo el camino que han recorrido, el Señor su Dios los ha
traído como un padre que lleva a su hijo de la mano, hasta llegar a este
lugar.”
“Ustedes son”, una expresión repetida a lo
largo del desierto y especialmente en el Deuteronomio; ya “no son” esclavos,
ahora son, entre otras cosas, testigos, y por lo tanto tienen la
responsabilidad de dar un informe correcto de las grandes obras del Señor. La
identidad de “testigos” es una de las más fuertes a lo largo de toda la Biblia.
Es parte de la “identidad fundacional” de la Iglesia también:
Hechos 1:8 RVC
8 Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu
Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria,
y hasta lo último de la tierra.»
Pero a veces esa identidad llegó a
corromperse totalmente por lo que vino el juicio.
Jeremías 16:12-13 RVC
12 ”Y los hechos de ustedes son peores que
los de sus padres, porque cada uno sigue los dictados de su malvado corazón, y
a mí no me obedecen.
13 Por eso voy a expulsarlos de esta tierra.
Voy a lanzarlos a un país que ni ustedes ni sus padres conocieron. Allí
servirán a dioses ajenos de día y de noche, porque yo no voy a tenerles
compasión.”
Sin embargo, desde el principio el Señor
pretendió restaurar en Su pueblo una identidad santa y gloriosa.
Éxodo 19:5-6 RVC
5 Si ahora ustedes prestan oído a mi voz, y
cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial por encima de todos los pueblos,
porque toda la tierra me pertenece.
6 Ustedes serán para mí un reino de
sacerdotes y un pueblo santo. Estas mismas palabras les dirás a los hijos de
Israel.”»
1 Pedro 2:9-10 RVC
9 Pero ustedes son linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los
hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
10 Antes, ustedes no eran un pueblo; ¡pero
ahora son el pueblo de Dios!; antes no habían sido compadecidos, pero ahora ya
han sido compadecidos.
El centro del problema que tuvo Jesucristo
con los líderes judíos residía precisamente en Su identidad:
Juan 5:18 RVC
18 Por esto los judíos con más ganas
procuraban matarlo, porque no sólo quebrantaba el día de reposo sino que,
además, decía que Dios mismo era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios.
Y porque además exponía cuál era la identidad
de ellos:
Juan 8:44 RVC
44 Ustedes son de su padre el diablo, y
quieren cumplir con los deseos de su padre, quien desde el principio ha sido un
homicida. No se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la
mentira.
La gran novedad del cristianismo fue que el
Padre de Jesús también se transformó, en una relación tan cercana y amorosa, en
el padre de Sus discípulos.
Juan 20:17 RVC
17 Jesús le dijo: «No me toques, porque aún
no he subido a donde está mi Padre; pero ve a donde están mis hermanos, y diles
de mi parte que subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de
ustedes.»
El padre es quien da la identidad, por eso la
figura paterna y masculina en general resulta tan atacada hoy, pero en el fondo
lo que están logrando es dejar a toda una generación ávida de identidad.
Por esto es también que la idolatría resulta
tan perniciosa, porque el idólatra asume la identidad de su ídolo, y sabemos
que “ídolo” es mucho más que una simple estatua de yeso, se trata de todo
aquello que ocupa el lugar de Dios.
Entre paréntesis, aquí tenemos una de las
razones del avance con el “inclusivés 3.0”; no solo pretenden desdibujar la
identidad natural dada por Dios sino también la identidad de nuestro
maravilloso idioma castellano, con el que podemos diferenciar, por ejemplo,
“ser” de “estar” muy fácilmente, algo que no existe en inglés o chino, los dos
idiomas más hablados del mundo.
Para concluir, luego de haber dejado muchas
inquietudes y caminos inconclusos para seguir explorando; es evidente que
asistimos hoy a un ataque frontal contra lo más básico de la identidad humana,
y como siempre, está teniendo un primer éxito relativo dada la novedad del tema
y el ímpetu que se consigue con la viejísima y siempre “rezombificada” promesa
de: “¡vamos a luchar contra los que nos oprimieron durante siglos!”. Pero el
pequeño problemilla es que la identidad constituye algo muy profundo puesto por
Dios en el interior de cada ser humano y este avance no es lo mismo que un cambio
de ideas políticas o filosóficas: la verdadera (y ahora, desconocida) identidad
clama desde lo más profundo de la persona, y lo está haciendo muy fuerte, con
lo cual las manifestaciones externas de traumas, conflictos o deseos de
suicidio, se acrecientan enormemente. Las falsas identidades que se están
imponiendo a la fuerza dejan una sociedad vacía de identidad pero consciente de
que necesita asumir una: si logramos presentar al Dador de la identidad genuina
de una manera adecuada, estos nuevos hijos de Luz que vendrán al Camino tendrán
un potencial para la consagración y en enfoque en la tarea del Reino como
ninguna de las generaciones de cristianos anteriores lo ha tenido.
Danilo Sorti
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