lunes, 19 de agosto de 2019

711. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – IV


Zacarías 13:9 NTV
9 A este último grupo lo pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Les diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El SEÑOR es nuestro Dios”».

Mientras cualquiera que esté mirando el proceso de afuera podría decir que las cosas están fuera de control, sabemos que es exactamente lo contrario.

A partir de los sucesos del 2018 se levantó el “movimiento celeste” en Argentina. Hay tanto para hablar al respecto de necesitaríamos libros (al menos uno ya hay escrito); en poco tiempo ocurrió muchísimo, y todo redundó para la gloria del Señor y la extensión del Reino, no de una iglesia en particular, tampoco de “las iglesias evangélicas” o católica, ¡ni siquiera de “la Iglesia” en su conjunto! Se trató del Reino de Dios hacia la sociedad, saliendo afuera de las cuatro paredes de cualquier iglesia y de los recipientes denominacionales. Se trató de un movimiento de unidad sin precedentes, muy “del pueblo”, donde los líderes eclesiásticos ocuparon un rol más bien secundario. Fue la respuesta a la vieja cuestión de cómo debían los creyentes insertarse en la cuestión social y política latinoamericana. Fue una muestra del poder y del amor de Dios. Fue la “recuperación” de la consciencia de nación frente a una teología cristiana individualista y de “arca de Noé”. Fue muchas cosas, pero no fue todo maravilloso.

Sin la estratégicamente inexplicable tozudez política del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales, el movimiento celeste no hubiera cristalizado tan rápidamente, pero lo hizo, está aquí y ya es un actor más en la arena política y social argentina. Los que buscaban imponer el aborto lograron homogeneizar un fenómeno social con el que van a tener que convivir de acá en más. Digamos que les salió el tiro por la culata.

Pero, tal como leemos en Zacarías, Dios se encarga en todo momento de purificar lo que Él va formando. Si el surgimiento del movimiento celeste fue un hecho divino en todo sentido (como dije, partiendo del inexplicable error político cometido por MM), su purificación también lo es, y los resultados de las PASO están contribuyendo a eso. ¿De qué forma?

Por un lado enfrenta al joven movimiento con tres disyuntivas: racionalidad versus fanatismo, confianza humana versus confianza en Dios, reduccionismo versus visión amplia. Así como hizo falta una fuerte presión para que gente tan diferente nos entendiéramos y uniéramos, es necesario mantener posturas racionales en la arena política, teniendo en cuenta que estamos en una sociedad con muchos actores y con realidades que no van a cambiar de un día para otro, nos guste o no. La amenaza del aborto nos asustó en 2019, pero la amenaza de una nueva Venezuela nos asusta hoy, y sólo hay dos opciones. La lista provida hizo un desempeño notable teniendo en cuenta los $ 0 con que contó para la campaña y todo el aparato mediático en contra, pero no tiene chances en las definitivas, lo cual nos deja con solo una disyuntiva. A la sazón, fue muy parecida a la que tuvimos los celestes a la hora de votar en nuestra provincia, Santa Fe.

La razonabilidad dice que lo más lógico es votar al que por lo menos habilita el diálogo, permite un funcionamiento democrático del Congreso y tomó nota del error y del reclamo del pueblo, por más de que haya “mucho verde” enquistado allí, versus la venezuelización inevitable. El problema aquí está en la convicción y las cuestiones de consciencia, que no se pueden resolver en un artículo. La respuesta es muy simple y se encuentra en la Biblia: de principio a fin Dios está eligiendo hombres para cumplir determinadas misiones, y ninguno de ellos resultó perfecto (excepto Uno) pero Dios pesa los corazones, lo bueno y lo malo, y del resultado decide si continúa o no en el cargo:

2 Crónicas 19:1-3 RVC
1 El rey Josafat de Judá volvió a su casa en Jerusalén en paz.
2 Pero le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Jananí, y le dijo al rey Josafat: «¿Así que ayudas al impío, y amas a los que odian al Señor? Pues por esto, de la presencia del Señor ha salido su ira contra ti.
3 Sin embargo, se han hallado en ti buenas acciones, pues has quitado del país las imágenes de Asera, y de corazón te has dispuesto a buscar a Dios.»

Josafat fue un buen rey pero no hizo todo bien, con todo, la balanza se inclinaba a su favor. Esto es un principio bíblico por demás de claro que el innato fanatismo argentino no puede ver. Dios no dejó de ser Dios por seguir respaldando a Josafat, Su ley no cambió, Sus demandas de santidad no se redujeron y nunca dejó de continuar exigiendo a los hombres una vida santa, simplemente tomó una decisión en base a lo que había y lo que era posible en el mundo de los hombres, ¡no en Su mundo perfecto!

¿Será el movimiento celeste una expresión más de la profunda raíz del fanatismo argentino, pero “de otro color”, o será un movimiento “con los pies sobre la tierra” mientras no deja de mantener los ojos mirando al Cielo? Dios comenzó a moldear este movimiento, y no va a dejar de hacerlo.

Y aquí es donde entra el otro dilema; ¿confianza en el hombre o confianza en Dios? Es decir, ¿las leyes contrarias a los diseños divinos serán frenadas por la intervención divina o porque coloquemos suficientes legisladores celestes? Apoyo con todas mis fuerzas la incursión política celeste, pero si sólo esa es nuestra esperanza, estamos “al horno”. Nunca las fuerzas humanas serán suficientes, y si llegaran a serlo inevitablemente se nos colarían errores peores por el costado. Mientras las iglesias avanzan social y políticamente sobre la nación, los ojos nunca deben dejar de estar puestos en la verdadera fuente de toda verdad y justicia, tal como queda plasmado en nuestra Constitución. ¿No apartará los ojos del Señor el movimiento Provida?

Y el tercer dilema es el reduccionismo versus la visión amplia. Una crítica fundamental verde hacia el movimiento celeste se basa en esto: “¡solo les interesa que no se apruebe el aborto!”. Por supuesto que el “solo” es mucho más que “solo” porque constituye el derecho fundamental sobre el que se asientan todos los derechos, cometen el calculado e hipócrita error de reducir el aborto a “un hecho más”, cuando cualitativa y cuantitativamente no lo es. Pero no deja de ser cierto que una nación tiene muchas más cuestiones, y desconocerlas es un error. Es el error en que se encuentra una parte del movimiento celeste actual: no les importa que gane un candidato que ya ha anunciado expresamente que nos transformará en Venezuela, y que además dijo que aprobará el aborto sin pasarlo por el Congreso. ¿Podrá tener una visión amplia en vez de mantenerse sólo en sus objetivos fundacionales… sin perderlos por el camino?

Dios está purificando lo que Él mismo inició, ¡bienvenidos al proceso! Es necesario que sea así. El movimiento celeste será fundamental en los tiempos que vienen, para muchas cosas más allá del aborto y la ideología de género (pero también en relación con ellas), por eso debe ser limpiado.

Nota de justicia: tristemente uso el ejemplo de nuestros hermanos venezolanos para ilustrar el resultado de mantener un gobierno populista, no pretendo humillar ni a la nación ni a sus habitantes, solo aprender de los errores. Pronto viene el día que usaremos el nombre de Venezuela para bendición y como sinónimo de crecimiento y prosperidad, y la nación misma será una bendición para muchos otros pueblos.


Danilo Sorti




Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprime aquí para enviarnos tu ofrenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario