lunes, 19 de agosto de 2019

712. ¡Hay un futuro glorioso para Argentina! (no, no voté a FF) – y V


Isaías 46:10 DHH
10 Yo anuncio el fin desde el principio;
anuncio el futuro desde mucho antes.
Yo digo: Mis planes se realizarán;
yo haré todo lo que me propongo.


Los resultados de las PASO mostraron un panorama muy distinto al que esperábamos, pero solo en apariencia. Las buenas promesas que Dios había hecho sobre la nación parecieron quedar atrás, pero de nuevo, solo en apariencia. En esta serie de artículos intentamos mostrar algunos de los propósitos que Dios está cumpliendo, para llevar a cabo finalmente Su palabra anunciada por los profetas desde hace tiempo, y para responder la oración de Su pueblo que no ha caído en saco roto.

Isaías 46 fue escrito a un pueblo cautivo, la necedad en que habían vivido los había llevado precisamente a esa condición y acababan de darse cuenta de ello, pero parecía imposible escapar de las garras de un imperio que se veía inconmovible: las buenas promesas que Dios le había hecho seguían alimentando su fe, pero había muchas dudas. Hoy nosotros sabemos lo que pasó y cómo al final se cumplieron, ellos todavía no podían verlo. Exactamente lo mismo que hoy. Un poco más adelante Yahveh vuelve a decirles:

Isaías 46:12-13 DHH
12 Escúchenme, gente obstinada,
que piensan que la liberación está muy lejos:
13 Yo hago que se acerque mi acción liberadora;
mi salvación no se demora, no está lejos.
Yo daré a Sión la salvación,
yo daré a Israel mi honor.

Esta misma palabra la repite el Señor para Argentina hoy: Sus planes se cumplirán, Sus promesas llegarán porque no dependen de nuestra “bondad” ni de nuestro esfuerzo, sino de Su amor y Su fidelidad, y porque ha dispuesto esta nación para un rol importantísimo en los tiempos que vendrán. No solamente cumplirá Sus buenas promesas por amor a esta tierra y a Su iglesia que clama noche y día sino por amor a muchísima gente en todo el mundo que será bendecida por esta nación. Nuestra visión “ombligocéntrica” nos ha impedido entenderlo.

En las redes leí una publicación muy acertada que comparaba lo que siente el presidente y el gobierno en este momento como un bebé que está por ser abortado y no tiene ningún lugar dónde agarrarse. Sin embargo, el aborto finalmente no se aprobó y no se aprobará en Argentina, por lo que a pesar de que se le dio cierta legalidad al espíritu de aborto (para hacer abortar una nación), finalmente la perdió, y tampoco se concretará el aborto de este proyecto de país (no el de un presidente, el de Dios).

Isaías 1:25-26 RVC
25 Luego volveré mi mano contra ti, y limpiaré tu escoria hasta dejarla pura, y te quitaré toda tu impureza.
26 Haré que tus jueces sean como eran al principio, y que tus consejeros sean como eran antes. Después de eso te llamarán “Ciudad de justicia”, “Ciudad fiel”.

En la Biblia vemos que luego de una purificación hay bendición, es la forma de actuar de Dios; no puede enviar Sus propósitos hasta que el pueblo no esté lo suficientemente limpio como para llevarlos a cabo, y eso es lo que está haciendo apresuradamente en este tiempo. Pero el mismo hecho de la “limpieza”, es decir, del proceso, es lo que anticipa el cumplimiento de la promesa.

Estamos en tiempos de juicio, pero no juicio de destrucción sino de separación: de nuestra actitud, nuestra fe en Sus promesas, nuestra firmeza en creerlas y proclamarlas, de nuestro compromiso con Sus planes, dependerá nuestro futuro. Aclaremos: cuando hay un juicio luego hay una promoción, los que pasan exitosamente la prueba son elevados a un nuevo nivel de autoridad y bendición, los que no, pierden lo que tenían.

Para los hijos de Dios esto significa que de acuerdo con sus actitudes, palabras y hechos habrá en los meses por venir un tiempo de respaldo, bendición y promoción pública de parte del Señor, o el Espíritu Santo se apartará de ellos y vendrá un tiempo de esterilidad y fracaso, un tiempo para “volver al desierto”, del cual algunos podrán salir más o menos rápidamente pero otros no.

Algo parecido sucederá con el resto de las personas, instituciones y organizaciones de la nación. Nadie piense que “todo va a seguir como antes”, pero Dios mismo se encargará de que eso no ocurra: el Dios que estuvo obrando hasta ahora y que completará Su tiempo de remoción también continuará obrando luego.

Seamos, pues entendidos en los tiempos, prudentes en nuestras acciones pero comprometidos con la verdad y la justicia que vienen de lo Alto, porque el tiempo de nuestra promoción está cerca y el tiempo en que seamos llamados a reconstruir la nación ya está llegando.


Danilo Sorti




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