Al día de hoy, tal como se han venido
desarrollando las cosas, el tratamiento del aborto en el Congreso parece
alejarse bastante. Luego de la crisis sufrida por el gobierno, el acercamiento
hacia el electorado celeste es inevitable y sumamente estratégico. Este año es
imposible que vuelvan sobre el tema.
Después del susto en las PASO, CFK presa el
11 de diciembre de 2019 es casi un hecho, no pueden arriesgarse más. El
malestar que eso generaría requiere sí o sí de las iglesias para controlarlo.
Volver sobre el tema en 2020, además de una increíble amnesia y traición,
resultaría suicida políticamente.
2021 es año electoral, imposible tratar el
tema, necesitarán sumar votos con cámaras legislativas en buena parte
opositoras.
2022 es un poco más crítico, pero es
esperable una presencia significativa de legisladores celestes y un buen
trabajo social, además de la memoria histórica de 2018 – 2019 dificultarán
nuevamente su tratamiento.
2023 es año eleccionario, de nuevo muy
difícil el tratamiento del tema.
No estoy diciendo que esto sea una profecía,
es un análisis somero. Hay fuerzas internacionales que continuarán presionando,
pero, hasta donde puedo entender, si la iglesia aprovecha estos años
“tranquilos”, especialmente los próximos dos, y arma una buena base política y
social, además de una intensa guerra espiritual sobre los muchos focos que ya
existen, el aborto tendrá que esperar unos cuantos años más… indefinidamente de
hecho…
Danilo Sorti
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