domingo, 22 de diciembre de 2019

743. ¿Argentina debe pedir perdón a Israel?


Génesis 12:3 RVC
3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan; y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.»

Los sucesos recientes en Bolivia mostraron con toda crudeza una realidad: cómo los medios de comunicación, afines a los poderes de turno, y un amplio sector político y social, relacionado con la “izquierda”, mienten descaradamente sobre las situaciones internacionales. Y tengamos en cuenta que no se trata de un problema en Zimbawe, sino en un país limítrofe, con el que nos une una gran historia en común, el mismo idioma, y, según datos del censo de 2010, la segunda colectividad extranjera más grande del país. Como anécdota podemos decir que al momento de escribir este artículo hay periodistas argentinos refugiados en  la embajada en Bolivia porque hicieron montajes con sus fotos para mostrar como los manifestantes afines a Evo eran “golpeados” por la policía.

Más allá de la increíble necedad de los “incomunicadores” sociales de no saber que estamos en la era de la comunicación y que cualquier teléfono celular se transforma en una cámara hacia el mundo, lo que evidencia esto es la mentira respecto de los hechos internacionales aún cuando saben que resulta tan fácil de descubrir. El paradigma subyacente en la mentalidad progresista que alienta a todos estos medios es que la gente, especialmente los cristianos, son “una manda dominada y dominable”, que se deja llevar por “lo que le dicen”, y así caen presos de su propia trampa. Como dijo cierto hermano boliviano en las redes: “Si usted no vive en Bolivia, usted no sabe lo que pasamos durante 14 años

Bueno, de acuerdo, ¿y qué tiene que ver esto con el título del artículo? ¡Muchísimo! Si pretenden mentirnos tan descaradamente respecto de una realidad de un país limítrofe con el que nos unen tantos lazos sociales y culturales, ¿qué nos queda para un país que está a casi 13.000 kilómetros de distancia?

Las iglesias argentinas, en general, tienen una actitud indiferente hacia Israel. Desde hace años hemos tenido movimientos para restaurar el rol de Israel y han dado su fruto, en general ya no predomina una actitud contraria, como tiempo atrás.

Dada nuestra particularidad cultural, nos resulta muy chocante ver cuando Israel dispara misiles contra los palestinos… porque los medios nocivos de incomunicación NO NOS muestran cuando ocurre lo contrario. No vivimos en Israel, pero nos llenamos la boca hablando de ellos, en base a la información tergiversada por la izquierda que durante años hemos recibido.

No voy a hablar sobre la realidad de Israel porque hay mucha información para el que quiera buscar, hoy es una nación mayormente secular, a la cual Dios ama por sus padres y por las promesas y la que tiene un destino glorioso… luego de que sea purificada… como el resto de las naciones.

Como paréntesis, la nefasta “teología del reemplazo” ha servido para sacar a Israel de la mente de los cristianos. Sencillamente, “los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables” y Dios no desecha lo que Él creó, ¡si así fuera hace rato que la especie Homo sapiens habría desaparecido de la faz de la Tierra! Purifica lo que se corrompió, lo limpia y lo restaura, para eso vino Cristo.

Argentina tiene una relación dual con la Casa de Israel, aquí se encuentra la comunidad judía más grande de Iberoamérica y la séptima a nivel mundial. Desde hace tiempo se encuentran perfectamente integrados en la sociedad y son raras las actitudes de discriminación, aunque las hay.

Sin embargo, hay hechos de nuestra historia reciente que han traído maldición sobre la nación y en general, la Iglesia no ha tomado cuenta de ellos ni se ha arrepentido en nombre de la nación, por lo que hay principios de maldición subyacentes que no han sido erradicados y por ello siguen manteniendo puertas de legalidad abiertas al enemigo. En lo que sigue, tomo una lista que me fue enviada aunque no conozco su autoría:

1) “El 13 de marzo de 1938 Hitler proclamó oficialmente el “Anschluss” o anexión de Austria al Reich Alemán. Días después, ante la indiferente reacción internacional, Hitler, con la intención de buscar apoyo, lanzó un plebiscito para el 10 de abril. El mismo no sólo se llevó a cabo en Alemania y la recientemente anexada Austria, sino que se instó a votar a los austríacos y alemanes de ultramar.

“La Argentina se convertiría, en ese marco, en un importante protagonista. El 20 de febrero de 1938 había asumido la presidencia Roberto M. Ortiz y una de las situaciones heredadas del gobierno de Justo fue la creciente infiltración nazi en el país. Luego de conocida la anexión, el júbilo se hizo manifiesto en los círculos nazis porteños.

“La embajada alemana pese a que no pudo realizar el plebiscito como ordenó Hitler -Ortiz tomó en cuenta las denuncias de los diarios como La Prensaque hablaba de “las pretensiones alemanas de extraterritorialidad”- organizó para el 10 de abril un gran acto en el Luna Park por el Día de la Unidad.

“El mitín fue permitido por el Gobierno bajo un amplio operativo de seguridad. En las calles, el clima era marcadamente antinazi y pese a la prohibición oficial, la Federación Universitaria Argentina y grupos socialistas aliadófilos convocaron, para ese mismo día, a una contramarcha en las cercanías de la Plaza San Martín.

“Según la crónica de La Prensa, aquel domingo 10 de abril de 1938, las columnas al estadio Luna Park comenzaron a llegar pasadas las 9 de la mañana. “Era un público numeroso y entusiasta”. Las delegaciones austríacas y alemanas arribaron portando sus banderas e indumentarias nazis.

“Ya dentro del Luna se pudo apreciar el escenario adornado con banderas alemanas con la cruz esvástica y argentinas, destacándose en la parte posterior del telón de fondo en rojo la inscripción “Heil Führer” y otra (en alemán) que decía “Un pueblo, una nación, un conductor”.”

“Luego de las palabras de Meynen se ejecutó el Himno Argentino, el público se puso de pie y la mayor parte realizó el saludo nazi con el brazo en alto. Otros oradores hicieron uso de la palabra y en el final, el estadio volvió a pararse y, brazo en alto, se juró fidelidad a la “Patria común” y a Hitler.”


El entonces presidente de facto, Ortiz, tuvo luego que morigerar su fervor nazi debido a las protestas sociales, por lo que la actitud de la nación estuvo dividida y el apoyo no fue unánime, pero el gobierno les abrió las puertas.

2) Más significativa, sin embargo, fue la vinculación de Perón, quien luego cumpliría un rol clave en la nación, con el nazismo.

“Un dato no menor es el viaje de Perón a Italia, en abril de 1939, a meses de que Adolf Hitler declarara la Segunda Guerra Mundial, su estrecho vínculo con el dictador y demagogo Benito Mussolini, cuando Perón se jactó de que ya había leído Mi lucha en español y que compartía esa lectura en italiano con Il Duce.

“Lo interesante en las propias palabras de Perón es que él pidió ser enviado a una Europa en guerra no porque le interesara, como militar, ver las estrategias bélicas o las formaciones militares, sino que lo que le importaba era ser testigo directo de cómo se manipulaba a las masas por parte de estos dos dictadores, nos referimos a Mussolini y Hitler, para influir sobre el conjunto populachero, término que acuña Hannah Arendt y su análisis del concepto totalitarismo.”

“Argentina fue el epicentro de toda una red de espionaje nazi a través de la Embajada alemana, con adhesión de Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay en menor escala.”

“En 1943, se habló de poner campos de concentración y exterminio para judíos en Ezeiza y Morón. A lo que Perón acotó: "¿Cómo vamos a matar la gallina que pone los huevos de oro?", lo que deja ver que toda ideología segregativa no está por fuera de los intereses económicos, aquí como en cualquier lugar del mundo. Igualmente hubo desmanes en los negocios del barrio del Once, matanzas de judíos en las calles, pintadas con esvásticas en los frentes de las casas de judíos y un decreto de prohibición de los diarios escritos en idish. Esta orden debió suspenderse gracias a una carta fechada el 14 de octubre de 1943 con una enérgica protesta enviada por el presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, en cuanto a semejantes métodos antisemitas y de "repugnante doctrina nazi".”

“En cuanto a Eichmann, entró a la Argentina en 1950, y en relación con su captura por el Mosad, sus colegas nazis en este país, apañados en su ingreso por Perón, colaboraron con Klaus, el hijo del secuestrado, sugiriendo que se debería colocar una bomba en la Embajada de Israel, idea premonitoria que, si bien no se concretó en 1960, tuvieron que pasar otros 32 años para que dicho acto criminal fuera llevado a cabo bajo el silencio y la anuencia de otro presidente peronista.

“Mientras tanto, a los pobres judíos sobrevivientes del holocausto y la barbarie nazi Perón no les da cabida en este país, salvo aquellos que lograban entrar de forma clandestina o con papeles falsos acreditando ser católicos y no judíos.”

“Tengamos en cuenta las palabras del 3 de mayo de 1943 que Perón escribe en el manifiesto del Grupo de Oficiales Unidos: "La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de guía". Que este no sea nuestro legado como país, como nación y como conducción política e ideológica.”


No hace falta agregar mucho a esto y hay demasiada información disponible para ampliar. El hecho es que el movimiento fundado por Perón, quién llegara ilegítimamente al poder y quién fuera responsable directo o indirecto de golpes de estado y terrorismo, ha logrado cooptar la mente en el ideario popular de buena parte de la población argentina, muchísimos cristianos entre ellos, con lo cual asumen sobre sí esta (y otras tantas) iniquidades.

De nuevo, no toda la nación estuvo de acuerdo, pero sí un porcentaje importante.

Argentina se convirtió en refugio nazi durante mucho tiempo y solo en épocas recientes esa situación comenzó a revertirse con las extradiciones. No me refiero a los soldados (por ejemplo, los que llegaron con el Graf Spee) que en cualquier guerra son los menos responsables de todos y los que siempre tienen que poner sus vidas por las causas de otros, sino a los jerarcas, que saben bien lo que hacen.

3) Voladura de la embajada de Israel y atentado a la AMIA, en donde, vale decir, murieron ARGENTINOS, porque, les recuerdo, nosotros no hacemos distinciones por religión o etnicidad, quien nace en Argentina, es argentino. Todo estuvo tapado por gobiernos peronistas, Carlos Saúl Menem en su momento.

4) Muerte de un fiscal nacional, Alberto Nisman, tapada por un vergonzoso memorándum con Irán a mano de CFK, quien es literalmente adorada todavía por un porcentaje de los argentinos, ¡muchos cristianos entre ellos!

5) El gobierno de Mauricio Macri se abstiene de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.

6) Buena parte de la Iglesia abraza la “teología del reemplazo”: la iglesia ha “reemplazado” a Israel en todo lo que representa, y ya no cuenta para nada en los diseños de Dios, no al menos en este tiempo.


Si los sucesos mencionados en los puntos del 1 al 4 se refirieran a cualquier nación YA DE POR SÍ constituirían un motivo de arrepentimiento necesario. Cuánto más cuando se refieren al pueblo que Dios eligió para Sus propósitos, del cual nos vino la Palabra (les recuerdo que todos o casi todos los escritores del Nuevo Testamento fueron judíos o prosélitos), el conocimiento del verdadero Dios y el Mesías, además de los líderes de la primera iglesia, sin los cuales no hubiera habido iglesia en absoluto.

Entre paréntesis, se ha puesto hoy de moda usar la palabra “facho” (que viene de Fascismo) para referirse a alguien supuestamente de derecha. Eso demuestra la extrema ignorancia histórica del progresismo: Hitler era socialista (¿acaso un partido de derecha se llamaría a sí mismo “nacionalsocialismo”?), y Perón, y el movimiento resultante, tampoco son propiamente de “derecha” (por más que el “movimiento” peronista albergue opciones que van desde la izquierda guerrillera hasta el centro o centro derecha moderada). Claro que no eran comunistas, pero el hecho de no identificarse con una izquierda radical no los hace de “derecha”.

Pero aquí no se trata de “derecha” o “izquierda” porque sabemos que ambos extremos son nada más que dos brazos de la misma serpiente. Hoy en Sudamérica tenemos el principal problema con la izquierda, pero eso no debe llevarnos hacia la “derecha” sino hacia un gobierno basado en los principios de Dios (si se quiere, de “centro”).

Tan simple como que hace 4.000 años Dios dio una promesa que nunca revocó, y que no está sujeta a los tratos posteriores de Dios con Israel es que toda nación que la incumpla cae bajo maldición, y Argentina lo está, al menos en parte.

Buena parte de la Iglesia ha permanecido ciega o indiferente a esto, y no tenemos mucho registro de actos de arrepentimiento a nivel apostólico profético, pero los genuinos representantes de la nación argentina somos… ¡los argentinos! Y dentro de ellos, los que conocemos a Dios y tenemos Su Espíritu somos los que tenemos autoridad en los ámbitos espirituales, para revocar maldiciones.

A medida que el fantasma de la izquierda amenaza nuestro país nuevamente, antes que pretender atar y desatar, arreglemos las cuentas con el Dueño de toda alma. Hermanos, el verdadero problema no está en los políticos corruptos y hasta ridículos que nos han gobernado o pretenden hacerlo, el problema está en nuestra relación con Dios, si primero arreglamos eso, lo segundo es humo que se desvanece.


Danilo Sorti




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