Muchos
siervos de Dios tuvieron esa sensación
Moisés:
sintió que Dios llegó tarde
Hechos 7:23-35
DHH
23 "A la edad de
cuarenta años, Moisés decidió visitar a los israelitas, que eran su propio
pueblo. 24 Pero al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, Moisés salió en
su defensa, y lo vengó matando al egipcio. 25 Y es que Moisés pensaba que sus
hermanos los israelitas sedarían cuenta de que por medio de él Dios iba a
libertarlos; pero ellos no se dieron cuenta. 26 Al día siguiente, Moisés
encontró a dos israelitas que se estaban peleando y, queriendo ponerlos en paz,
les dijo: 'Ustedes son hermanos; ¿por qué se maltratan el uno al otro?' 27
Entonces el que maltrataba a su compañero empujó a Moisés, y le dijo: '¿Quién te
ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? 28 ¿Acaso quieres matarme, como
mataste ayer al egipcio?' 29 Al oír esto, Moisés huyó y se fue a la tierra de
Madián. Allí vivió como extranjero, y tuvo dos hijos.
30 "Cuarenta años
después, en el desierto, cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció en el
fuego de una zarza que estaba ardiendo. 31 Moisés se asombró de aquella visión,
y cuando se acercó para ver mejor, oyó la voz del Señor, que decía: 32 'Yo soy
el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.' Moisés
comenzó a temblar de miedo, y no se atrevía a mirar. 33 Entonces el Señor le
dijo: 'Descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado. 34 Claramente he
visto cómo sufre mi pueblo, que está en Egipto. Los he oído quejarse y he bajado
para librarlos. Por lo tanto, ven, que te voy a enviar a
Egipto.'
35 "Aunque ellos habían
rechazado a Moisés y le habían dicho:'¿Quién te nombró jefe y juez?', Dios lo
envió como jefe y libertador, por medio del ángel que se le apareció en la
zarza.
Éxodo 3:11-13
DHH
11 Entonces Moisés le
dijo a Dios:
— ¿Y quién soy yo para
presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los
israelitas?
12 Y Dios le contestó:
— Yo estaré contigo, y
esta es la señal de que yo mismo te envío: cuando hayas sacado de Egipto a mi
pueblo, todos ustedes me adorarán en este monte.
13
Pero Moisés le
respondió:
— El problema es que si
yo voy y les digo a los israelitas: 'El Dios de sus antepasados me ha enviado a
ustedes,' ellos me van a preguntar: '¿Cómo se llama?' Y entonces, ¿qué les voy a
decir?
Abraham:
sintió que Dios se estaba "burlando" de él
Génesis 15:1-2
DHH
1 Después de esto, el
Señor le habló a Abram en una visión y le dijo:
— No tengas miedo,
Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy
grande.
2 Pero Abram le
contestó:
— Señor y Dios, ¿de qué
me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me
has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de
Damasco, uno de mis criados.
Gedeón:
sintió que Dios había abandonado a su pueblo
Jueces 6:1-17
NVI
1 Los israelitas
hicieron lo que ofende al Señor, y él los entregó en manos de los madianitas
durante siete años. 2 Era tal la tiranía de los madianitas que los israelitas se
hicieron escondites en las montañas y en las cuevas, y en otros lugares donde
pudieran defenderse. 3 Siempre que los israelitas sembraban, los madianitas,
amalecitas y otros pueblos del oriente venían y los atacaban. 4 Acampaban y
arruinaban las cosechas por todo el territorio, hasta la región de Gaza. No
dejaban en Israel nada con vida: ni ovejas, ni bueyes ni asnos. 5 Llegaban con
su ganado y con sus carpas como plaga de langostas. Tanto ellos como sus
camellos eran incontables, e invadían el país para devastarlo. 6 Era tal la
miseria de los israelitas por causa de los madianitas, que clamaron al Señor
pidiendo ayuda.
7 Cuando los israelitas
clamaron al Señor a causa de los madianitas,
8 el Señor les envió un
profeta que dijo: "Así dice el Señor, Dios de Israel: Yo los saqué de Egipto,
tierra de esclavitud, 9 y los libré de su poder. También los libré del poder de
todos sus opresores, a quienes expulsé de la presencia de ustedes para
entregarles su tierra. 10 Les dije: Yo soy el Señor su Dios; no adoren a los
dioses de los amorreos, en cuya tierra viven. Pero ustedes no me
obedecieron."
11 El ángel del Señor
vino y se sentó bajo la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás,
del clan de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba trillando trigo en un lagar, para
protegerlo de los madianitas.
12 Cuando el ángel del
Señor se le apareció a Gedeón, le dijo: ¡El Señor está contigo, guerrero
valiente! 13 Pero, señor replicó Gedeón, si el Señor está con nosotros, ¿cómo es
que nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas las maravillas que nos contaban
nuestros padres, cuando decían: ¡El Señor nos sacó de Egipto!? ¡La verdad es que
el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de
Madián!
14 El Señor lo encaró y
le dijo: Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián.
Yo soy quien te envía. 15 Pero, Señor objetó Gedeón, ¿cómo voy a salvar a
Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más
insignificante de mi familia. 16 El Señor respondió:
Tú derrotarás a los
madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré
contigo.
17 Si me he ganado tu
favor, dame una señal de que en realidad eres tú quien habla conmigo respondió
Gedeón.
David:
sintió que Dios lo había abandonado
Salmos 22:1-31
NVI
1 Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
Lejos estás para salvarme,
lejos de mis palabras de
lamento.
2 Dios mío, clamo de día
y no me respondes;
clamo de noche y no hallo
reposo.
3 Pero tú eres santo, tú
eres rey,
¡tú eres la alabanza de
Israel!
4 En ti confiaron
nuestros padres;
confiaron, y tú los
libraste;
5 a ti clamaron, y tú
los salvaste;
se apoyaron en ti, y no los
defraudaste.
6 Pero yo, gusano soy y
no hombre;
la gente se burla de mí,
el pueblo me desprecia.
7 Cuantos me ven, se
ríen de mí;
lanzan insultos, meneando la
cabeza:
8 "Éste confía en el
Señor,
¡pues que el Señor lo ponga a salvo!
Ya que en él se deleita,
¡que sea él quien lo
libre!"
9 Pero tú me sacaste del
vientre materno;
me hiciste reposar confiado
en el regazo de mi
madre.
10 Fui puesto a tu
cuidado
desde antes de nacer;
desde el vientre de mi madre
mi Dios eres tú.
11 No te alejes de mí,
porque la angustia está cerca
y no hay nadie que me
ayude.
12 Muchos toros me
rodean;
fuertes toros de Basán me
cercan.
13 Contra mí abren sus
fauces
leones que rugen y desgarran a su
presa.
14 Como agua he sido
derramado;
dislocados están todos mis huesos.
Mi corazón se ha vuelto como cera,
y se derrite en mis
entrañas.
15 Se ha secado mi vigor
como una teja;
la lengua se me pega al paladar.
¡Me has hundido en el polvo de la
muerte!
16 Como perros de presa,
me han rodeado;
me ha cercado una banda de malvados;
me han traspasado las manos y los
pies.
17 Puedo contar todos
mis huesos;
con satisfacción perversa
la gente se detiene a
mirarme.
18 Se reparten entre
ellos mis vestidos
y sobre mi ropa echan
suertes.
19 Pero tú, Señor, no te
alejes;
fuerza mía, ven pronto en mi
auxilio.
20 Libra mi vida de la
espada,
mi preciosa vida del poder de esos
perros.
21 Rescátame de la boca
de los leones;
sálvame de los cuernos de los
toros.
22 Proclamaré tu nombre
a mis hermanos;
en medio de la congregación te
alabaré.
23 ¡Alaben al Señor los
que le temen!
¡Hónrenlo, descendientes de Jacob!
¡Venérenlo, descendientes de
Israel!
24 Porque él no
desprecia ni tiene en poco
el sufrimiento del pobre;
no esconde de él su rostro,
sino que lo escucha cuando a él
clama.
25 Tú inspiras mi
alabanza en la gran asamblea;
ante los que te temen cumpliré mis
promesas.
26 Comerán los pobres y
se saciarán;
alabarán al Señor quienes lo buscan;
¡que su corazón viva para
siempre!
27 Se acordarán del
Señor y se volverán a él
todos los confines de la tierra;
ante él se postrarán
todas las familias de las
naciones,
28 porque del Señor es
el reino;
él gobierna sobre las
naciones.
29 Festejarán y adorarán
todos los ricos de la tierra;
ante él se postrarán todos los que bajan al
polvo,
los que no pueden conservar su
vida.
30 La posteridad le
servirá;
del Señor se hablará a las generaciones
futuras.
31 A un pueblo que aún
no ha nacido
se le dirá que Dios hizo
justicia.
Jesucristo:
quién fue, efectivamente, abandonado por el Padre en la
cruz
Mateo 27:44-46
DHH
44 Y hasta los bandidos
que estaban crucificados con él, lo insultaban.
45 Desde el mediodía y
hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en oscuridad. 46 A esa misma
hora, Jesús gritó con fuerza: "Elí, Elí, ¿lemá sabactani?" (es decir: "Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?")
¿Por
qué el sufrimiento "injusto"?
Por
la entrada del mal en el mundo y la herencia
adámica
Génesis 3:14-19
DHH
14 Entonces Dios el
Señor dijo a la serpiente:
— Por esto que has
hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante
caminarás arrastrándote y comerás tierra. 15 Haré que tú y la mujer sean
enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te
aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.
16 A la mujer le
dijo:
— Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y
con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá
autoridad sobre ti.
17 Al hombre le dijo:
— Como le hiciste caso a
tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la
tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás
producir tu alimento durante toda tu vida. 18 La tierra te dará espinos y
cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. 19 Te ganarás el pan con el
sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste
formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.
Romanos 5:12-21
NVI
12 Por medio de un solo
hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue
así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron. 13 Antes de
promulgarse la ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no
se toma en cuenta cuando no hay ley; 14 sin embargo, desde Adán hasta Moisés la
muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo
hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir.
15 Pero la trasgresión
de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues si por la trasgresión de
un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un
solo hombre, Jesucristo, abundó para todos! 16 Tampoco se puede comparar la
dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a
la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la
justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones. 17 Pues si por
la trasgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que
reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por
medio de un solo hombre, Jesucristo.
18 Por tanto, así como
una sola trasgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de
justicia produjo la justificación que da vida a todos. 19 Porque así como por la
desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la
obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.
20 En lo que atañe a la
ley, ésta intervino para que aumentara la trasgresión. Pero allí donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia, 21 a fin de que, así como reinó el pecado en la
muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por
medio de Jesucristo nuestro Señor.
No
entendemos todo lo que Dios permite o hace
Job 42:1-6
NVI
1 Job respondió entonces
al Señor. Le dijo:
2 "Yo sé bien que tú lo
puedes todo,
que no es posible frustrar ninguno de tus
planes.
3 ¿Quién es éste has
preguntado,
que sin conocimiento oscurece mi consejo?
que no alcanzo a comprender,
de cosas demasiado maravillosas
que me son desconocidas.
4 "Ahora escúchame, que
voy a hablar dijiste;
yo te cuestionaré, y tú me
responderás.
5 De oídas había oído
hablar de ti,
pero ahora te veo con mis propios
ojos.
6 Por tanto, me retracto
de lo que he dicho,
y me arrepiento en polvo y
ceniza."
Pero
podemos confiar en que él restaurará todo lo malo
Job 42:10-17
NVI
10 Después de haber
orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces
más de lo que antes tenía. 11 Todos sus hermanos y hermanas, y todos los que
antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Lo
animaron y lo consolaron por todas las calamidades que el Señor le había
enviado, y cada uno de ellos le dio una moneda de plata y un anillo de
oro.
12 El Señor bendijo más
los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas,
seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13 Tuvo también catorce
hijos y tres hijas. 14 A la primera de ellas le puso por nombre Paloma, a la
segunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda. 15 No había en todo el país
mujeres tan bellas como las hijas de Job. Su padre les dejó una herencia, lo
mismo que a sus hermanos.
16 Después de estos
sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos
de sus hijos, hasta la cuarta generación. 17 Disfrutó de una larga vida y murió
en plena ancianidad.
Y
utilizará nuestros sufrimientos para prepararnos para su
servicio
2 Corintios 1:1-11
DHH
1 Pablo, apóstol de
Cristo Jesús por la voluntad de Dios, saluda, junto con el hermano Timoteo, a la
iglesia de Dios que está en la ciudad de Corinto y a los demás hermanos de toda
la región de Acaya. 2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su
gracia y su paz sobre ustedes.
3 Alabado sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y
el Dios que siempre nos consuela. 4 Él nos consuela en todos nuestros
sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren,
dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros. 5 Porque así como los
sufrimientos de Cristo se desbordan sobre nosotros y nosotros sufrimos con él,
así también por medio de Cristo se desborda nuestro consuelo. 6 Pues si nosotros
sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si Dios nos
consuela, también es para que ustedes tengan consuelo y puedan soportar con
fortaleza los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. 7 Tenemos una
esperanza firme en cuanto a ustedes, porque nos consta que, así como tienen
parte en los sufrimientos, también tienen parte en el
consuelo.
8 Hermanos, queremos que
sepan cuántas dificultades tuvimos en la provincia de Asia. Fue una prueba tan
dura que ya no podíamos resistir más, y hasta perdimos la esperanza de salir con
vida. 9 Nos sentíamos como condenados a muerte. Pero esto sirvió para enseñarnos
a no confiar en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 10 Y
Dios nos libró y nos librará de tan gran peligro de muerte. Confiamos en que
seguirá librándonos, 11 si ustedes nos ayudan orando por nosotros. Si muchos
oran por nosotros, muchos también darán gracias a Dios por las bendiciones que
de él recibimos.
Tenemos
la seguridad de que ningún ataque o sufrimiento podrá impedir que cumplamos el
propósito de Dios
2 Corintios 11:23-33
RV95
23 ¿Son ministros de
Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos, más abundante; en
azotes, sin número; en cárceles, más; en peligros de muerte, muchas veces. 24 De
los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he
sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una
noche y un día he sido náufrago en alta mar; 26 en caminos, muchas veces; en
peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros
de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el
mar, peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos,
en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y desnudez.
28 Y además de otras
cosas, lo que sobre mí se añade cada día: la preocupación por todas las
iglesias. 29 ¿Quién enferma y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar y yo
no me indigno? 30 Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi
debilidad. 31 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por
los siglos, sabe que no miento. 32 En Damasco, el gobernador de la provincia del
rey Aretas puso guardias en la ciudad de los damascenos para apresarme; 33 y fui
descolgado en un canasto desde una ventana del muro, y escapé de sus
manos.
Y
todo nos traerá una recompensa mayor en el cielo
2 Corintios 4:13-18
RV95
13 Pero teniendo el
mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: "Creí, por lo cual hablé",
nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. 14 Y sabemos que el que
resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos
presentará juntamente con vosotros. 15 Todas estas cosas padecemos por amor a
vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias
sobreabunde para gloria de Dios.
16 Por tanto, no
desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día, 17 pues esta leve tribulación
momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de
gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven,
pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas.
2 Corintios 4:17-18
DHH
17 Lo que sufrimos en
esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una
gloria eterna mucho más grande y abundante. 18 Porque no nos fijamos en lo que
se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero
las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:17-18
BLS
17 Las dificultades que
tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos
llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa. 18
Porque nosotros no nos preocupamos por lo que nos pasa en esta vida, que pronto
acabará. Al contrario, nos preocupamos por lo que nos pasará en la vida que
tendremos en el cielo. Ahora no sabemos cómo será esa vida. Lo que sí sabemos es
que será eterna.
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