domingo, 11 de octubre de 2015

Babilonia en la Biblia y en la actualidad; sus características e importancia

¿Por qué preocuparnos por Babilonia?

Babilonia, el imperio que dejó una marca decisiva en la historia del pueblo de Israel y, a través de él, en el cristianismo, realmente no tuvo mucha trascendencia temporal. Si bien sus orígenes se sitúan alrededor del 1.800 a.C., el imperio que aparece en el registro bíblico es propiamente dicho el Neobabilónico, con una extensión temporal del 626 al 539 a.C., poco menos de un siglo; casi podríamos decir que, si volvió a aparecer en el mapa mundial fue solo por un propósito divino.

Pero así de breve como fue, dejó una huella indeleble, no sólo en la historia como dijimos antes, sino, especialmente, en la profecía y particularmente en la escatología. Y es que “Babilonia” no representó ya un imperio particular de un momento de la historia, sino algo más; un “sistema” de gobierno político religioso, un principado o estructura de poder satánico; un espíritu que se manifiesta de diversas formas.

Babilonia aparece como Babel en las primeras páginas de Génesis, y cae definitivamente en las últimas páginas de Apocalipsis, casi en el final del conflicto. La presencia de Babilonia, el “imperio” discurre a través de casi todas las páginas de las Escrituras y continuamente se generan conflictos en torno suyo. Siendo tan presente, no podemos dejar de tenerla en cuenta en nuestra vida actual, tanto más cuanto vemos que el desenlace final se apresura. ¿No será que, por no haber sido adecuadamente enseñados sobre su presencia y acción, estemos sufriendo muchos de sus ataques sin darnos cuenta? ¿No será que, precisamente, uno de los objetivos principales de la vida del cristiano, en su función de extender el Reino de Dios, sea la lucha contra el principado babilónico?

En lo que sigue trataremos de seguirle el rastro en la historia bíblica, desde su nacimiento hasta su final, para descubrir cuánto ha influido en la revelación de las Escrituras y, por consiguiente, cuánto deberíamos tenerlo en cuenta cuando las leemos.


¿Podemos usar el término “Babilonia” para referirnos a algo más que al imperio de la historia?

Algo ya mencionamos al respecto, pero antes de seguir, deberíamos preguntarnos si podemos llamar “Babilonia” o el principio o principado de Babilonia a algo más que al imperio de Nabucodonosor y sus descendientes más próximos. Por supuesto que podríamos usar otros nombres para mencionar lo que vamos a ver, pero probablemente no tengan toda la connotación y dimensión espiritual que tiene éste.

¿El pueblo de Dios usó el término “Babilonia” en un sentido más amplio? ¿Podemos ver algo de esto en la Biblia?

En nuestras Biblias Babilonia “aparece” con el relato de Babel, que es fundante en lo que respecta a los principios del espíritu de Babilonia; pero es interesante ver que probablemente no haya sido ese el texto que escribió Moisés, sino que pudo haber sido un relato “independiente” que fue agregado en ese lugar durante el exilio babilónico. Esto no quiere decir que no tenga la autoridad divina, simplemente que siguió otro camino hasta ser incorporado en la Palabra de Dios escrita.

Si esto es así empezamos con algo sugestivo: los judíos en el exilio ya estaban tratando de explicar lo que les pasaba con una perspectiva más amplia, el problema de Babilonia ya venía de mucho antes, y Dios ya había intervenido en ese entonces, y lo haría ahora nuevamente.


Pero, finalmente, para los que creemos que las Escrituras han sido inspiradas por el Espíritu, sea cual sea que haya sido el trayecto que el Señor usó para introducir ese texto, allí está y es inspirado por Dios, y está al principio. Esto quiere decir que el Espíritu Santo nos está llamando la atención sobre algo que deberemos tener muy presente en todo lo que sigue, es decir, ¡prácticamente toda la Biblia!

Los principios que se establecen en el relato no nacieron, propiamente, allí; sino que constituyen los brotes tempranos y vigorosos de las semillas de pecado sembradas en la caída. Dios cortó esos troncos para que no alcanzaran proporciones inimaginables, pero las raíces permanecieron y continuaron dando brotes menores a lo largo de la historia, hasta que vuelvan a reunirse en uno por un breve período de tiempo.

Babilonia aparece con toda su fuerza histórica en los relatos de II Reyes, Crónicas, Esdras y Nehemías. Desde el punto de vista profético es brevemente mencionada en Salmos, bastante en Isaías, mucho en Jeremías, menos en Ezequiel, Daniel y muy poco en Miqueas y Zacarías. En estas amplias secciones tenemos una vasta descripción, tanto de los aspectos históricos “materiales” como de las realidades espirituales que conlleva y del trato divino hacia ella.

Babilonia casi no aparece en los Evangelios, salvo en la genealogía de Jesús, al principio, lo cual puede ser muy sugestivo, tiene una sola mención histórica en hechos y otra, simbólica, en I Pedro, que nos introduce al significado de Apocalipsis, en donde se menciona 6 veces.

Babilonia tenía un significado simbólico para los cristianos, aunque según el registro bíblico aparece más tardíamente: en algún momento tuvieron que recurrir a un simbolismo para explicar algo de la realidad que estaban viviendo, y “Babilonia” resultó ser lo más indicado.

Resumiendo: Babilonia impactó fuertemente en la historia, en la mente e incluso en la religiosidad del pueblo judío, y todo esto fue apropiado y resignificado por los primeros cristianos, así que para empezar podemos decir que tenemos la “autorización” bíblica para usar la palabra más allá de su significado literal.

Ahora bien, ¿qué significado simbólico (y no tan simbólico) tiene como para que podamos rastrear su “accionar” en muchas otras secciones de las Escrituras que no se refieren directamente a ella?


¿Qué significó Babilonia para el Pueblo de Dios?

Antes de seguir un simbolismo en la Biblia, tenemos que ver cuál fue su origen, cómo nace y qué quiere decir.

Supongamos que, tal como afirman algunos teólogos, el relato de Babel en Génesis permaneció como un texto “independiente” hasta que fue incorporado posteriormente al libro; si ése fuera el caso, lo que primero impactó en el Pueblo de Dios fue la opresión del imperio Neobabilónico, y de allí tenemos los significados que luego cargará la palabra “Babilonia”, y qué, siguiendo con nuestro supuesto inicial, le permitió a los judíos “redescubrir” el texto de Génesis 11 y reconocer que Dios ya les había dado algunas señales de lo que ocurriría en el futuro.

Pero lo más evidente es el impacto que produjo Babilonia. Veamos algunos pasajes:

Habacuc 1:6-11 RVC
6 Estoy por hacer que vengan los caldeos, un pueblo cruel y tenaz que recorre toda la tierra para adueñarse de los territorios de otros pueblos.
7 Es un pueblo formidable y terrible, que por sí mismo decide lo que es justo y digno.
8 Sus caballos son más ligeros que los leopardos y más feroces que los lobos nocturnos. Sus jinetes vienen de lejos, a galope tendido; vienen raudos como águilas, dispuestos a devorar,
9 ¡y todos ellos caen sobre su presa! El terror los precede, y recogen cautivos como quien recoge arena.
10 Se ríen de los reyes, se burlan de los príncipes; hacen mofa de toda fortaleza: construyen terraplenes y conquistan ciudades.
11 Pasan con la fuerza de una tormenta, y esa fuerza la atribuyen a su dios.»


Habacuc 1:6-11 DHH
6 Voy a poner en pie de guerra a los caldeos,
que son gente cruel, que siempre están dispuestos
a recorrer el mundo de lado a lado
para adueñarse de tierras que no les pertenecen.
7 Son espantosos y terribles,
y no reconocen más ley que la suya.
8 Sus caballos son más veloces que los leopardos,
más salvajes que los lobos del desierto.
Sus jinetes galopan en gran número
y se lanzan al ataque desde lejos,
como el águila se lanza sobre su presa.
9 Todo lo destruyen a su paso;
en su avance van sembrando el terror,
y son más los prisioneros que hacen
que las arenas que hay en el mar.
10 Se burlan de los reyes
y de la gente importante.
Se ríen de las fortalezas,
pues levantan rampas ante ellas
y las toman por asalto.
11 Pasan como un huracán;
no reconocen más dios que su propia fuerza.


Fuerza insuperable, implacabilidad, crueldad, desconocimiento de toda ley o límite más allá que su propia voluntad, sin temor a nada, rapidez en su conquista, deseo de poseer todo el mundo, destrucción total, terror, esclavitud, tecnología militar superior; esa es una descripción del principado de Babilonia en su aspecto terrenal, militar. Babilonia es una potencia militar implacable, sin ningún respeto ni consideración por nada ni nadie, que avasalla todo lo que quiere.

Israel vio a Babilonia desde la perspectiva del amenazado, del débil que iba a ser conquistado, y posteriormente, del conquistado, esclavizado por el poderío militar. En la providencia de Dios, este mensaje en perspectiva se ha vuelto el mensaje de casi todos los pueblos de la tierra.

Veamos, a través de un anuncio de juicio, otras características de Babilonia:

Isaías 47:1-15 DHH
1 “Baja, joven Babilonia, todavía sin marido,
y siéntate en el polvo;
baja de tu trono, joven Caldea,
y siéntate en el suelo,
porque ya no volverán a llamarte
tierna y delicada.
2 Toma la piedra de moler
y muele la harina,
quítate el velo,
recógete las faldas,
desnúdate las piernas,
pasa a pie los ríos;
3 que se te vea el cuerpo desnudo,
, que quede tu sexo al descubierto.
Voy a vengarme,
y nadie podrá impedirlo con sus ruegos.
4 Nuestro redentor,
el Dios Santo de Israel,
cuyo nombre es Señor todopoderoso, dice:
5 “Siéntate en silencio,
joven Caldea,
métete en la oscuridad,
porque ya no volverán a llamarte
‘reina de las naciones’.
6 Cuando estuve enojado con mi pueblo,
entregué mi propia nación a la deshonra
y los dejé caer en tu poder.
Tú no tuviste compasión de ellos,
y pusiste sobre los ancianos tu pesado yugo.
7 Dijiste: ‘Seré reina siempre’;
no reflexionaste sobre estas cosas
ni pensaste cómo habrían de terminar.
8 Por eso, escucha ahora esto,
mujer amante del lujo, que estás tranquila en tu trono,
que piensas en tu interior:
`Yo y nadie más que yo;
yo no seré viuda
ni me quedaré sin hijos.’
9 De repente, en un mismo día,
te vendrán ambas desgracias:
quedarás viuda y sin hijos, a pesar de tus muchas brujerías
y de tus incontables magias.
10 Tú te sentías segura en tu maldad,
y pensaste: ‘Nadie me ve.’
Tu sabiduría y tus conocimientos te engañaron.
Pensaste en tu interior:
‘Yo y nadie más que yo.’
11 Pero va a venir la desgracia sobre ti,
y no podrás impedirlo con tu magia;
caerá sobre ti un desastre
que no podrás evitar;
una calamidad que no esperabas
vendrá de repente sobre ti.
12 Sigue con tus hechicerías
y con las muchas brujerías
que has practicado desde tu juventud,
a ver si te sirven de algo,
a ver si logras que la gente te tenga miedo.
13 Has tenido consejeros en abundancia, hasta cansarte.
¡Pues que se presenten tus astrólogos,
los que adivinan mirando las estrellas,
los que te anuncian el futuro mes por mes,
y que traten de salvarte!
14 Pero, mira, son iguales a la paja:
el fuego los devora,
no pueden salvarse de las llamas.
Porque no es un fuego de brasas,
para sentarse frente a él y calentarse.
15 En eso pararon tus hechiceros,
con los que tanto trato has tenido toda tu vida.
Cada uno por su lado siguió su falso camino
y no hay nadie que te salve.


Isaías 47:1-15 RVC
1 »¡Baja de tu trono y siéntate en el polvo, virginal ciudad de Babilonia! ¡Tu trono es ahora el suelo, destronada ciudad de los caldeos! ¡Nunca más volverán a llamarte “tierna y delicada”!
2 Ponte a moler el grano, y haz harina; quítate el velo y las sandalias; descúbrete las piernas y cruza los ríos.
3 Tu desnudez quedará al descubierto; tu deshonra quedará a la vista de todos. Yo voy a tomar venganza, y nadie saldrá bien librado.»
4 ¡El nombre de nuestro Redentor es el Señor de los ejércitos, el Santo de Israel!
5 «¡Siéntate, ciudad de los caldeos! Guarda silencio y entra en las tinieblas, porque nunca más volverán a llamarte “señora de los reinos”.
6 Yo me enojé contra mi pueblo; degradé a los que son míos, y los entregué en tus manos; pero tú no les tuviste compasión; sobre los ancianos dejaste caer el peso de tu yugo.
7 Creíste que siempre serías señora, pero no te detuviste a pensar que un día llegaría tu fin.
8 Pero escucha esto tú, libertina, que confiadamente reinas y te dices a ti misma “Yo soy yo, y fuera de mí no hay nadie más. Nunca me quedaré viuda, ni sabré lo que es la orfandad”:
9 En un mismo día te vendrán estas dos cosas, orfandad y viudez; y vendrán sobre ti con toda su fuerza, a pesar de tus muchos hechizos y encantamientos.
10 »Tú te atuviste a tu maldad, y pensaste que nadie te veía. Tu propia sabiduría y tu ciencia te engañaron al pensar para tus adentros “Yo, y nadie más”.
11 Vendrá sobre ti un mal cuyo origen desconoces; caerá sobre ti un quebrantamiento que no podrás remediar; ¡te sobrevendrá una destrucción desconocida!
12 »Pero tú sigue con tus muchos hechizos y encantamientos, a los que tanto tiempo has dedicado desde tu juventud; ¡tal vez puedas mejorarte, tal vez puedas fortalecerte!
13 Tanto tiempo has dedicado a tus muchas conspiraciones; ¡que se presenten ahora esos que contemplan los cielos, esos que observan las estrellas! ¡Que te defiendan esos que cuentan los meses! ¡Que pronostiquen ahora lo que te va a sobrevenir!
14 »¡Míralos! ¡Son como el tamo, y el fuego los quemará! ¡No librarán su vida del poder de las llamas! ¡Esas brasas no son para calentarse, ni su lumbre es para acampar a su alrededor!
15 Así te tratarán aquellos a quienes tanto te entregaste, esos que traficaron contigo desde tu juventud: cada uno se irá por su camino, y no habrá nadie que te salve.


Hay mucho para hablar en este capítulo y volveremos sobre el en otras oportunidades; por lo pronto podemos decir que hay un juicio preparado sobre Babilonia, que implicará una destrucción total y definitiva, pero veamos otras características que sirven para definir tanto al espíritu de Babilonia como a su manifestación terrenal.

Tal como en el pasaje de Habacuc, y tantos otros, Babilonia es una nación, un país, más precisamente, un imperio, una potencia mundial. En este artículo vamos a hablar mucho sobre su dimensión espiritual y su faceta “inmaterial”, pero nunca hay que olvidar que esas características aparecen en la Biblia indisolublemente unidas a su aspecto terrenal; social, político, económico y militar. Podemos en algún momento “espiritualizar” el principado babilónico, pero NUNCA debemos olvidarnos de su realidad material, precisamente uno de los muchos engaños de babilonia es desviar el significado bíblico hacia su aspecto “espiritual” o “idealizado” y borrar su dimensión material. Muchos cristianos están en este engaño.

Esta característica nos muestra que Babilonia, propiamente hablando, no puede ser varias naciones, por más que el espíritu babilónico sí pueda manifestarse parcialmente en varias naciones (bueno, de hecho, ¡en todas diría yo!), ni pueden ser varios sistemas religiosos, aunque también en varios de ellos se manifieste (¿en todos?). Es única, es la máxima herramienta de dominación satánica sobre esta tierra, su gobierno “central”.

No puede haber confusión aquí, en un momento de la historia determinado es por demás de evidente para todos en qué nación reposa el espíritu babilónico, y todas las doctrinas, enseñanzas y mensajes, tanto “espirituales” como seculares que se construyan para cambiar el foco de atención vienen, por supuesto, de una estrategia de ocultamiento.

Babilonia es presentada también como una nación joven; ya vimos que el imperio que llevó cautiva a Judá tenía pocas décadas de establecido, y perduró también pocas décadas más.

Es la “reina” de las naciones, la “señora”, la nación más importante en su momento. Y está totalmente convencida de que esa situación durará para siempre, que siempre será la única y de que nunca será seriamente amenazada ni destruida. Esto nos muestra la actitud de la nación, su absoluta soberbia y descaro, su total falta de humildad. Junto con eso va su inmisericordia: “no les tuviste compasión”; ninguna compasión viene de ese sistema.

También vemos su sentido de impunidad: “Nadie me ve”, es decir, se maneja en lo oculto, realiza numerosas trampas y piensa que nadie lo notará.

Y es que Babilonia se maneja con lo oculto; el texto habla de sus “muchas brujerías” e “incontables magias”, “muchos hechizos y encantamientos”, adivinación, astrología, agoreros… y esto fue así desde su mismo inicio como nación.

También es una nación de muchos conocimientos y sabiduría, de muchas estrategias y planes, que significa la aplicación de esos conocimientos para lograr sus propios objetivos.

Tierra de enorme poderío militar, la nación más importante, soberbia e impune, vinculada con los poderes ocultos y con el engaño y manipulación, además de tierra de gran conocimiento y sabiduría, y esto fue así desde sus orígenes, que no están muy lejos en el tiempo porque es una nación joven. Babilonia es el imperio, el principado babilónico es el poder espiritual que se establece en este imperio humano y el espíritu babilónico es el que anima a sus habitantes y seduce o atemoriza al resto del mundo.

Hay muchos más que podríamos leer en la Biblia para describir a Babilonia, pero creo que con esto es suficiente para entender el centro de lo que venimos diciendo: Babilonia es el gran imperio que domina la tierra en un momento histórico determinado, es único, tiene un supremo poderío militar, político, científico, tecnológico, económico; se maneja con lo oculto, seduce y engaña, y, por consiguiente, crea falsas religiones y falsas doctrinas dentro del Pueblo de Dios. Es el opresor de todo el mundo.

Con esto en mente, ¿en donde más aparece este principado babilónico en la Palabra de Dios y cuánto de ella fue escrita teniéndolo como trasfondo?

Babilonia: el imperio opresor en el Antiguo Testamento

La pregunta con la que empezamos este artículo es si realmente debíamos preocuparnos por esta cuestión de Babilonia, si es que tiene una significativa presencia en la Palabra de Dios como para que debamos prestarle especial atención; más adelante podremos ver qué implica para nosotros hoy y profundizar sobre ella, pero primero debemos establecer si es que vale la pena dedicar tiempo a eso.

Por lo pronto, la Babilonia “original”, el imperio que llevó ese nombre, abarca una parte de los libros históricos, hacia el final de la historia registrada en el Antiguo Testamento y buena parte de los libros proféticos, y algunos salmos. Ahí ya tenemos bastante, pero hay más.

Si consideramos que Babilonia representa el espíritu del imperio dominador no podemos menos que pensar en Egipto, el primero en la Biblia que aparece con todas esas características y con quién Israel tuvo también una relación de subyugación. Egipto aparece temprano en la historia bíblica, ya en Génesis, y se muestra terrible en Éxodo; pero no se termina su influencia una vez que el pueblo de Israel salió de allí; en realidad, buena parte de la historia y de las leyes del Pentateuco tuvieron que ver con “sacar” a Egipto de la mente, corazones y espíritus de la joven nación de Israel. Además no nos olvidemos de la influencia cultural y legal del viejo imperio babilónico que seguía presente en todo el mundo antiguo.

Por otro lado, Génesis fue escrito por Moisés en el contexto de la salida de Egipto; él recopiló las historias antiguas que el pueblo necesitaba recordar en ese momento para constituirse como la nación de Dios; por lo tanto también Génesis tiene una “influencia” indirecta de Egipto, es decir, fue escrito en "contraposición" con la realidad y el pensamiento egipcios.

En definitiva, los 5 primeros libros de la Biblia o tienen que ver directamente con Egipto o están influidos de manera más o menos indirecta por el.

Egipto siguió presente en la historia de Israel, como un imperio lejano que a veces entraba en conflicto o que se constituía en lugar de paso o de influencia espiritual o económica.

También en relación con Egipto tenemos algunos salmos.

Entremedio tenemos a Sodoma, que aparece brevemente en la historia bíblica pero que también tiene que ver con el espíritu del imperio. La relación la vemos más claramente en el último libro:

Apocalipsis 11:8 DHH
8 Sus cadáveres quedarán tendidos en las calles de la gran ciudad donde fue crucificado su Señor, la cual en lenguaje figurado se llama Sodoma, y también Egipto.

Algo de Sodoma “contribuyó” a la definición del espíritu babilónico.

Cuando salimos del Pentateuco tenemos la historia de Josué, Jueces, Rut y Samuel. Allí no encontramos la figura del gran imperio mundial que amenaza al Pueblo de Dios, lo que vemos son los “pequeños imperios” de la región en conflicto con Israel. Durante esta etapa el “espíritu del imperio” permanece “dormido” en la historia bíblica, porque sus “pequeños emisarios” se podían encargar adecuadamente de mantener al desobediente Pueblo de Dios bajo control.

Avanzando un poco más en la historia tenemos un breve período en el que el Pueblo de Dios no se encuentra oprimido ni seriamente amenazado por ningún “imperio babilónico”, durante el reinado de David y de Salomón, y al principio del reino dividido; pero ahí pasa algo particular que hablaremos un poco más adelante.

Más tarde aparece Asiria en escena, que con su dominio del hierro alcanza una supremacía tecnológica que le permite erigirse como un gran imperio durante varios siglos (hasta que los otros pueblos también adquieren dicha tecnología).

2 Reyes 17:4-7 DHH
4 Pero descubrió Salmanasar que Oseas estaba conspirando contra él, y que había enviado unos agentes a So, rey de Egipto, además de que ya no le pagaba el tributo anual. Ordenó entonces Salmanasar que arrestaran a Oseas y lo pusieran en prisión;
5 luego invadió el país entero y atacó a Samaria, manteniendo el ataque durante tres años.
6 Finalmente, en el año nueve del reinado de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y a los israelitas los llevó cautivos a Asiria y los estableció en Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.
7 Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los hizo salir de Egipto y los libró del dominio del faraón, rey de Egipto, pues adoraron a otros dioses

Asiria fue para el reino de Israel como Babilonia sería luego para el de Judá; el imperio cruel y sanguinario.

Isaías 10:5-14 DHH
5 “¡El rey de Asiria!
Él es el palo con que yo en mi ira castigo,
la vara que uso cuando me enojo.
6 Lo mando a atacar a un pueblo impío,
a una nación que me ofende,
para que la robe y le quite sus riquezas,
para que la pisotee como al barro de las calles.
7 Pero el rey de Asiria no piensa así,
ni es eso lo que él se propone.
No piensa más que en destruir
y en acabar con muchas naciones.
8 Dice: los reyes son jefes a mis órdenes.
9 Para mí son iguales las ciudades de Calnó y de Carquemis,
Hamat igual que Arpad,
Samaria lo mismo que Damasco.
10 Me he encontrado naciones con muchos dioses,
con más ídolos que los de Jerusalén y Samaria.
11 Pues bien, lo que hice con Samaria y sus dioses,
¿no seré capaz de hacerlo con Jerusalén y sus ídolos?
12 Cuando el Señor haya hecho todo lo que tiene que hacer
en el monte Sión y en Jerusalén,
castigará al rey de Asiria
por esta obra de su orgullo,
y por su altanería y arrogancia.
13 El rey de Asiria ha dicho:
“Yo lo he hecho con mi propia fuerza;
yo soy inteligente, y he hecho los planes.
Yo he cambiado las fronteras de las naciones,
me he apoderado de sus riquezas,
y, como un valiente, he derribado a los reyes.
14 He puesto mi mano en las riquezas de los pueblos,
me he apoderado de toda la tierra
como quien toma de un nido unos huevos abandonados,
y no hubo nadie que moviera las alas,
nadie que abriera el pico y chillara.


De nuevo nos encontramos con una potencia conquistadora, también avasallante, cruel y sanguinaria.

Podemos ver algunas características más:

Isaías 36:5, 10, 18 DHH
5 ¿Piensas acaso que las palabras bonitas valen lo mismo que la táctica y la fuerza para hacer la guerra? ¿En quién confías para rebelarte contra mí?
10 Además, ¿crees que yo he venido a atacar y destruir este país sin contar con el Señor? ¡Él fue quien me ordenó atacarlo y destruirlo!
18 Si Ezequías les dice que el Señor los va a salvar, no se dejen engañar por él. ¿Acaso alguno de los dioses de los otros pueblos pudo salvar a su país del poder del rey de Asiria?


Soberbia, amenaza, generar temor con las palabras; la actitud del imperio, que no solo es el más fuerte en armamento y ejército sino también el más fuerte en la "guerra psicológica".

Asiria ocupa una parte de los libros históricos y proféticos, antes de que aparezca Babilonia en escena.

Luego tenemos a Babilonia y ya hablamos de eso, pero podríamos hacer un paréntesis y volver hacia atrás un momento. Retomando lo que dijimos al principio, si es verdad que el relato de Babel permaneció como un texto independiente de Génesis (que Moisés no incluyó), el trauma del exilio hizo ver a los israelitas que debían buscar algunas respuestas profundas, y allí aparece este texto, explicando el origen espiritual, y material, del imperio. Como sea, el Espíritu guió su inclusión para decirnos algo:

Génesis 11:1-9 DHH
1 En aquel tiempo todo el mundo hablaba el mismo idioma.
2 Cuando salieron de la región oriental, encontraron una llanura en la región de Sinar y allí se quedaron a vivir.
3 Un día se dijeron unos a otros: a hacer ladrillos y a cocerlos en el fuego. Así, usaron ladrillos en lugar de piedras y asfalto natural en lugar de mezcla.
4 Después dijeron: vamos a construir una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo. De este modo nos haremos famosos y no tendremos que dispersarnos por toda la tierra.
5 Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo,
6 y pensó: son un solo pueblo y hablan un solo idioma; por eso han comenzado este trabajo, y ahora por nada del mundo van a dejar de hacerlo.
7 Es mejor que bajemos a confundir su idioma, para que no se entiendan entre ellos.
8 Así fue como el Señor los dispersó por toda la tierra, y ellos dejaron de construir la ciudad.
9 En ese lugar el Señor confundió el idioma de todos los habitantes de la tierra, y de allí los dispersó por todo el mundo. Por eso la ciudad se llamó Babel.

El centro del relato tiene que ver no tanto con la confusión de idiomas sino con el principio de rebeldía contra Dios, que se manifiesta en la construcción de un imperio y un poder centralizado, con sus estructuras arquitectónicas y simbólicas relacionadas. El programa de Dios consistía en llenar la tierra con un pueblo bendito, que lo conocía y que llevaría sus palabras y su poder a todo el mundo, pero su rebelión consistió en formar un imperio centralizado, expresamente en contra de la voluntad divina.

Tan fuerte era su decisión y el espíritu que se estaba manifestando allí que, para no volver a destruir toda esa tierra (tal como en el diluvio), tuvo que confundir su lenguaje.

Un poco más atrás en el texto nos encontramos con un personaje llamativo:

Génesis 10:6-12 DHH
6 Los hijos de Cam fueron Cus, Misraim, Fut y Canaán.
7 Los hijos de Cus fueron Sebá, Havilá, Sabtá, Raamá y Sabtecá. Los hijos de Raamá fueron Sebá y Dedán.
8 Cus fue el padre de Nimrod, el primer hombre poderoso de la tierra.
9 Nimrod, por la voluntad del Señor, fue un gran cazador. De ahí viene el dicho: a Nimrod, que por la voluntad del Señor fue un gran cazador.
10 Las principales ciudades de su reino fueron Babel, Érec, Acad y Calné, en la región de Sinar.
11 De esta región salió Asur, que construyó las ciudades de Nínive, Rehobot-ir, Quélah
12 y la gran ciudad de Resen, que está entre Nínive y Quélah.

Miqueas 5:6a DHH
6 Ellos gobernarán Asiria,
el país de Nimrod, a filo de espada,

Nimrod aparece fundando varias ciudades de un reino bastante extenso, entre ellas, Babel, que es Babilonia, y Nínive, capital de Asiria. Entonces, este personaje que poco se menciona en el texto bíblico ocupa un lugar evidentemente importante en los orígenes del espíritu Babilónico, el espíritu del Imperio, porque fue el primero, en el registro bíblico, en establecer un imperio.

No nos interesa aquí empezar a contar fechas y ver cuáles fueron los imperios más viejos en la historia de la humanidad, ni cuales fueron las primeras estructuras de dominación (que en realidad, empiezan con el pecado del hombre), el espíritu del Imperio, que permaneció en la tierra desde esos días y llegó hasta hoy, afectando a todo el mundo (que es más del mundo conocido de entonces), nació allí.

Se ha escrito bastante sobre Nimrod en los últimos años en el ambiente evangélico, fundándose muchas veces en leyendas y creencias paganas. Creo que eso tiene cierta utilidad, pero lo que necesitamos sí o sí para entender el conflicto de los siglos es lo que el Espíritu nos dejó registrado en la Biblia. Y lo que vemos es que Nimrod estableció el primer imperio, él trajo el “espíritu del imperio” a la tierra. Como cazador era también necesariamente hábil en el arte de la guerra y particularmente violento, con lo que podemos suponer unas cuantas cosas más. Algunas interpretaciones le adjudican haber sido un gran esclavista, “cazador de hombres”. Puede ser, de hecho todo imperio se fundamenta en la esclavización manifiesta o sutil, material y simbólica, política y económica de los seres humanos. Es sugestiva la expresión “por la voluntad del Señor”, puede ser que Dios así lo quiso o que lo permitió, probablemente con determinados propósitos, de bendición o de juicio, pero veremos eso más adelante.

Nimrod, entonces sembró la semilla de estos imperios, y él mismo venía de la descendencia que había sido maldita, Cam.

Volvamos al tiempo neobabilónico. Eso que estaban viviendo los judíos en el exilio tenía raíces muy viejas, y tendría ramas que llegarían muy lejos:

Daniel 2:36-44 DHH
36 “Este es el sueño. Y ahora voy a explicar a Su Majestad lo que el sueño significa.
37 Su Majestad es el más grande de todos los reyes, porque el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza, el honor
38 y el dominio sobre todos los lugares habitados por hombres, animales y aves; él lo ha puesto todo bajo el poder de Su Majestad, que es la cabeza de oro.
39 Después del reino de Su Majestad habrá otro reino inferior al suyo, y luego un tercer reino de bronce, que dominará sobre toda la tierra.
40 Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro; y así como el hierro lo destroza todo y lo destruye, así ese reino destrozará y destruirá a todos los otros reinos.
41 “Su Majestad vio también que una parte de los pies y de los dedos era de barro, y la otra, de hierro; esto quiere decir que será un reino dividido, aunque con algo de la fortaleza del hierro, pues Su Majestad vio que el hierro estaba mezclado con el barro.
42 Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro, y eso significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo.
43 Y así como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro, así los gobernantes de este reino se unirán por medio de alianzas matrimoniales; pero no podrán formar un solo cuerpo entre sí, como tampoco puede el hierro mezclarse con el barro.
44 Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni dominado por ninguna otra nación, sino que acabará por completo con todos los demás reinos, y durará para siempre.

Una imagen parecida vuelve a repetirse más adelante en el libro de Daniel con la sucesión de bestias, pero aquí se ve claramente que estos distintos imperios que vendrían eran parte de un mismo principado, un mismo espíritu que los avivaba a todos y que se manifestaría de formas distintas. El reino de Dios llegaría en medio de esa serie, y destruiría definitivamente al principado.

Hasta aquí podemos ver que prácticamente todo el Antiguo Testamento fue escrito bajo la influencia directa o indirecta, política o simbólica, del “espíritu babilónico”, el espíritu del imperio. Aparentemente hay una excepción importante, el período de Salomón cuando no hubo ningún imperio que amenazara a Israel, al contrario, la nación misma se constituyó en un imperio y llegó a subyugar a otras. Pero Babilonia no estuvo ajena…

1 Reyes 4:20-26 DHH
20 Judá e Israel tenían una población incontable, como la arena que hay a la orilla del mar. Había abundancia de comida y bebida, y reinaba la alegría.
21 Salomón era soberano de todos los reinos comprendidos desde el río Éufrates hasta el país filisteo y hasta la frontera de Egipto, los cuales pagaron tributo y estuvieron sometidos a Salomón mientras él vivió.
22 La provisión diaria para Salomón era de seis mil seiscientos litros de flor de harina, trece mil doscientos litros de harina,
23 diez toros de los más gordos, veinte toros criados con hierba, y cien ovejas, sin contar ciervos, gacelas, gamos y aves bien gordas,
24 pues Salomón dominaba en toda la región al oeste del Éufrates, desde Tífsah hasta Gaza, y sobre todos los reyes de esta región, y había pacificado todo el territorio de alrededor.
25 Mientras Salomón vivió, los habitantes de Judá e Israel, desde Dan hasta Beerseba, vivieron tranquilos, cada cual debajo de su parra y de su higuera.
26 Salomón tenía además cuatro mil caballerizas para los caballos de sus carros, y doce mil soldados de caballería.

En este momento de la historia empezamos a ver sobre Israel lo que vimos en los otros imperios: dominación sobre otros reinos, riquezas que llegan, abundancia y ostentación, paz interior (no hay amenazas externas), gran poderío militar.

1 Reyes 4:29-30 DHH
29 Dios concedió a Salomón mucha sabiduría e inteligencia, y una comprensión tan abundante como la arena que está a la orilla del mar,
30 hasta el punto de que la sabiduría de Salomón sobrepasó a la de los egipcios y los orientales.

Conocimiento y sabiduría tal como vimos en Babilonia.

1 Reyes 5:4-5 DHH
4 Pero ahora el Señor mi Dios nos ha dado calma en todas partes, pues no tenemos enemigos ni calamidades.
5 Por lo tanto he decidido construir un templo al Señor mi Dios, conforme a la promesa que él le hizo a David, mi padre, cuando le dijo que su hijo, a quien él haría reinar en su lugar, sería quien construiría un templo en su honor.

Grandes construcciones.

1 Reyes 5:13-16 DHH
13 Entonces el rey Salomón decretó una leva de trabajo obligatorio en todo Israel, y en la leva se reunió a treinta mil hombres,
14 los cuales fueron enviados al Líbano por turnos mensuales de diez mil hombres cada vez. De esa manera, estos hombres estaban un mes en el Líbano y dos meses en sus casas. El encargado del trabajo obligatorio era Adoniram.
15 Salomón tenía además setenta mil cargadores y ochenta mil canteros en la montaña,
16 sin contar los tres mil trescientos capataces que tenía en las obras para dirigir a los trabajadores.

Aquí empezamos a ver el manejo de gente tipo imperio; de hecho llegó a ser algo realmente opresivo, ya que al hijo que lo sucedió en el trono le reclamaron:

1 Reyes 12:4 DHH
4 —Tu padre fue muy duro con nosotros; ahora alivia tú la dura servidumbre y el pesado yugo que él nos impuso, y te serviremos.

Aunque en otra parte el texto trata de suavizar el tema:

1 Reyes 9:22 DHH
22 Pero no obligó a ningún israelita a servir como esclavo, sino como soldados, oficiales, jefes, capitanes y comandantes de los carros de combate y de la caballería.

También vemos la riqueza obtenida por el comercio con tierras lejanas:

1 Reyes 9:26-28 DHH
26 El rey Salomón construyó también barcos en Esión-guéber, que está junto a Elat, a orillas del Mar Rojo, en el territorio de Edom.
27 Hiram envió en los barcos a sus oficiales, marinos expertos y conocedores del mar, junto con los oficiales de Salomón,
28 y llegaron a Ofir, de donde tomaron casi catorce mil kilos de oro y se los llevaron al rey Salomón.

Y la riqueza en general del reino:

1 Reyes 10:14-15 DHH
14 El oro que Salomón recibía cada año llegaba a unos veintidós mil kilos,
15 sin contar el tributo que le pagaban los comerciantes, los negociantes y todos los reyes de Arabia y gobernadores del país.

Pero como todo imperio, también tejió muchas alianzas políticas, que se sellaban con matrimonios, que arrastraron rápidamente al rey a la idolatría y confusión religiosa, todas características propias del imperio:

1 Reyes 11:1-8 DHH
1 Además de la hija del faraón, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas;
2 es decir, mujeres de las naciones con las que el Señor había prohibido a los israelitas establecer relaciones matrimoniales porque seguramente harían que sus corazones se desviaran hacia sus dioses. Pero Salomón, enamorado, se unió con ellas.
3 Tuvo setecientas esposas de rango real y trescientas concubinas, las cuales desviaron su corazón.
4 Cuando Salomón ya era anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses, pues no se había entregado por completo al Señor su Dios, como lo había hecho David, su padre.
5 Salomón rindió culto a Astarté, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo repugnante de los amonitas.
6 Así pues, los hechos de Salomón fueron malos a los ojos del Señor, pues no siguió fielmente al Señor, como lo había hecho David, su padre.
7 Por aquel tiempo, Salomón construyó, en el monte que está al oriente de Jerusalén, un santuario a Quemós, ídolo repugnante de Moab, y a Moloc, ídolo repugnante de los amonitas.
8 Lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales ofrecían incienso y sacrificios a sus dioses.

El libro de Eclesiastés da cuenta de del “espíritu” de aquellos días en el pueblo de Israel: de muchas sabiduría práctica, sí, pero casi sin visión espiritual; de sensualidad y mundanalidad. Podemos ver el “eco” de la voz de Babilonia diciendo “Yo y nadie más que yo” cuando leemos:

Eclesiastés 1:9 DHH
9 Nada habrá que antes no haya habido;
nada se hará que antes no se haya hecho.
¡Nada hay nuevo en este mundo!

Eclesiastés 2:12 DHH
12 Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho?

Cuando el imperio está tan satisfecho consigo mismo, piensa que “ya llegó” y que no hay nada más que lo que ya alcanzó, que es “lo máximo” que podrá existir sobre la tierra.

Pues bien, durante el breve período de la historia israelita cuando la nación no fue seriamente amenazada por ninguna “Babilonia”, ni grande ni pequeña, ¡ellos mismos se constituyeron en una!

Para concluir esta sección, repasemos lo que vimos: casi toda la historia o bien discurre en “Babilonia” o bajo su yugo o amenaza, o bien está más o menos influenciada por ella. Lo mismo podemos decir de los libros proféticos. Job escapa un poco a esta lógica, un buen porcentaje de los Salmos también, pero por su temática bien pueden aplicarse a los que viven bajo una opresión babilónica, Proverbios es escrito en parte bajo la “Babilonia israelita”, Eclesiastés también y Cantares, un maravilloso poema que explica la relación entre Jesucristo y su Novia, no podía haber sido escrito si no hubiera habido un ambiente de paz y abundancia propios de un imperio. Así, el espíritu de Babilonia que aparece muy pronto en la historia bíblica, se encuentra presente en la mayor parte del Antiguo Testamento.


El regreso de Babilonia: el Imperio Romano y más allá

La profecía de Daniel (aunque en realidad es originalmente de Nabucodonosor!) ya anunciaba la continuación del principado babilónico hasta los días de Jesús, cuando el reino sería establecido. Todo el Nuevo Testamento discurre con el trasfondo del Imperio Romano, por lo que no hay texto allí que no pueda interpretarse, al menos en parte, en función del efecto del imperio sobre las personas.

La palabra aparece pocas veces, y más de la mitad en Apocalipsis. En Mateo se relaciona con la genealogía de Jesús; constituye un “paréntesis” en su desarrollo.

Mateo 1:17 DHH
17 De modo que hubo catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de los israelitas en Babilonia, y otras catorce desde la cautividad hasta el Mesías.

Luego la menciona Esteban en su discurso y la siguiente referencia, antes de Apocalipsis, nos vincula claramente el simbolismo de Babilonia con el Imperio Romano:

1 Pedro 5:13 DHH
13 La iglesia que está en Babilonia, la cual Dios ha escogido lo mismo que a ustedes, les manda saludos, y también mi hijo Marcos.

Hasta aquí nos movimos en “terreno conocido”: es un hecho que “el imperio” estuvo siempre presente, y que el Pueblo de Dios siempre fue perseguido y oprimido por él. Hemos desarrollado mucha teología y creencias prácticas en torno a ello. Sabemos que Jesús trajo otro modelo de reino y que el resto del Nuevo Testamento pretendía formar una sociedad, la iglesia, sobre valores distintos. Pero hasta ahora pocas veces, si acaso, hemos considerado que el reino que traía el Señor podría desafiar seriamente al reino de Babilonia. Y cuando así se hizo se fundamentó más bien en un cristianismo humanista, que podía tener mucha buena voluntad, pero carecía de la base firme de la Palabra y del poder de lo Alto como para vencer el mal, además de faltarle una visión unificadora y estratégica.

Si no tuviéramos nada más para decir, ya con esto sería suficiente como para que prestáramos mucha más atención a esta cuestión. Babilonia debería ocupar un lugar central en nuestras predicaciones y análisis teológicos; y las referencias bíblicas no nos dan permiso para espiritualizar demasiado, se trata de un imperio material, físico, que ejerce una influencia espiritual innegable (y que es sustentado por ella) pero que no deja de ser humano. Pero sí hay más, y muy importante.

Más de la mitad de las referencias a Babilonia que encontramos en el Nuevo Testamento están en Apocalipsis, y allí muestran el desenlace del conflicto de los siglos. Ocupa un lugar central en la segunda mitad del libro. Dos veces se preanuncia su caída:

Apocalipsis 14:8 DHH
8 Lo siguió un segundo ángel, que decía: cayó, ya cayó la gran Babilonia, la que emborrachó a todas las naciones con el vino de su prostitución!


Apocalipsis 16:19 DHH
19 La gran ciudad se partió en tres, y las ciudades del mundo se derrumbaron; y Dios se acordó de la gran ciudad de Babilonia, para hacerla beber el vino de su ira terrible.

A partir del versículo 12 del capítulo 16 se prepara el escenario para la guerra contra la Babilonia del fin de los tiempos, y el tema ocupa hasta el capítulo 19.

En Apocalipsis se nos da una descripción espiritual de esta potencia terrenal:

Apocalipsis 17:1-6, 15 DHH
1 Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y me dijo: te voy a mostrar el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre las aguas.
2 Los reyes del mundo se han entregado a la prostitución con ella, y los habitantes de la tierra se han emborrachado con el vino de su prostitución.
3 Luego, en la visión que me hizo ver el Espíritu, el ángel me llevó al desierto.
Allí vi una mujer montada en un monstruo rojo, el cual estaba cubierto de nombres ofensivos para Dios y tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 Aquella mujer iba vestida con ropa de colores púrpura y rojo, y estaba adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas odiosas y de la impureza de su prostitución;
5 y llevaba escrito en la frente un nombre misterioso: gran Babilonia, madre de las prostitutas y de todo lo que hay de odioso en el mundo.
6 Luego me di cuenta de que la mujer estaba borracha de la sangre del pueblo santo y de los que habían sido muertos por ser testigos de Jesús.
Al verla, me quedé muy asombrado.

15 El ángel me dijo también: aguas que viste, sobre las cuales está sentada la prostituta, son pueblos, gentes, lenguas y naciones.

De nuevo el imperio, pero visto desde el cielo no desde la tierra. Y luego tenemos el capítulo 18, en el que hay una extensa caracterización de Babilonia, que ya vimos en el Antiguo Testamento:

Apocalipsis 18:1-24 DHH
1 Después de esto, vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía mucha autoridad, y la tierra quedó iluminada con su resplandor.
2 Con fuerte voz gritaba:
cayó, ya cayó la gran Babilonia!
¡Se ha vuelto vivienda de demonios,
guarida de toda clase de espíritus impuros,
nido de toda clase de aves impuras
y de fieras impuras y odiosas!
3 Pues todas las naciones se emborracharon
con el vino de su prostitución;
los reyes del mundo
se prostituyeron con ella,
y los comerciantes del mundo
se hicieron ricos con su exagerado derroche.
4 Oí otra voz del cielo, que decía:
de esa ciudad, ustedes que son mi pueblo,
para que no participen en sus pecados
ni los alcancen sus calamidades;
5 pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo,
y Dios ha tenido presentes sus maldades.
6 Denle lo mismo que ella ha dado a otros;
páguenle el doble de lo que ha hecho;
mézclenle una bebida dos veces más fuerte
que la que ella mezcló para otros;
7 denle tormento y sufrimiento
en la medida en que se entregó al orgullo y al derroche.
Pues dice en su corazón:
estoy sentada como una reina.
No soy viuda, ni sufriré.
8 Por eso, en un solo día le vendrán sus calamidades:
muerte, aflicción y hambre,
y será quemada en el fuego;
porque poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado.
9 Los reyes del mundo que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio.
10 Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán:
ay de ti, la gran ciudad,
Babilonia, la ciudad poderosa!
Porque en un instante llegó tu castigo.
11 Los comerciantes del mundo también llorarán y harán lamentación por esa ciudad, porque ya no habrá quien les compre sus cargamentos:
12 cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino fino y de seda, de color púrpura y rojo; toda clase de maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol;
13 cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, perfumes y resinas; vino, aceite, harina fina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, que son vidas humanas.
14 Y dirán a la ciudad:
no tienes las ricas frutas
que tanto te gustaban;
para siempre has perdido
todos tus lujos y riquezas!
15 Los que negociaban con esas cosas y se hicieron ricos a costa de la ciudad, se quedarán lejos por miedo a su castigo, llorando y lamentándose,
16 y dirán:
ay de la gran ciudad!
Vestida de lino fino,
con ropas de color púrpura y rojo,
adornada con oro, perlas y piedras preciosas.
17 ¡Y en un instante se ha acabado tanta riqueza!
Todos los capitanes de barco y los que navegan por la costa, los marineros y todos los que se ganan la vida en el mar, se quedaron lejos
18 y, al ver el humo del incendio de la ciudad, gritaron: otra ciudad podía compararse a esta gran ciudad?
19 Y se echaron polvo en la cabeza, llorando y lamentándose, y gritaron:
ay de la gran ciudad!
Con su riqueza se hicieron ricos
todos los que tenían barcos en el mar.
¡Y en un instante ha quedado destruida!
20 Tú, oh cielo, alégrate
por causa de esa ciudad;
y alégrense ustedes, los del pueblo santo,
y los apóstoles y los profetas,
porque Dios, al condenarla,
les ha hecho justicia a ustedes.
21 Entonces un ángel poderoso levantó una piedra, que era como una gran piedra de molino, y lanzándola al mar dijo:
serás tú echada abajo,
Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más te volverán a ver.
22 Nunca más se oirá en tus calles
música de arpas, flautas y trompetas,
ni habrá en ti trabajadores de ningún oficio,
ni se oirá en ti el ruido de la piedra del molino.
23 Nunca más brillará en ti la luz de una lámpara,
ni se oirá en ti el bullicio de las fiestas de bodas.
Porque tus comerciantes eran los poderosos del mundo
y engañaste a todas las naciones con tus brujerías.
24 Pues en esa ciudad se ha encontrado la sangre de los profetas y del pueblo santo, y de todos los que han sido asesinados en el mundo.


Aquí se refuerza el concepto de comercio, vuelve a aparecer el tema de la brujería y claramente la persecución a los santos. Es una ciudad madre del comercio mundial. Este imperio fue para los primeros cristianos el Imperio Romano, especialmente durante los días de persecución de los primeros siglos. Algunos intérpretes de hecho circunscriben prácticamente todo el significado profético del libro a esos tiempos.

Pero si vamos a ser más precisos, la descripción de esta "Babilonia" no es exactamente la Roma imperial, ni el Papado en sus tiempos de mayor poder y corrupción; aquí hay algo más. Y si vamos a ser honestos con la historia, el "principio del imperio" no se terminó con Roma, ¡sigue tan vivito y coleando como antes!, solo que más modernizado...

 Apocalipsis 18 nos muestra el terrible y definitivo juicio sobre Babilonia, es decir, sobre el principado babilónico que en ese momento reposará sobre una nació en particular que será la máxima expresión que habrá alcanzado. Como dijimos más arriba, se refuerzan las características del "imperio".

Es una prostituta, que en lenguaje bíblico se relaciona con comercio (realizado no de forma honesta) e idolatría, en este caso podríamos decir que es una nación de comercio mundial, que enriqueció a algunos, los que traficaban con ella. Es una nación de ostentación, de derroche exagerado. Es una nación de tal cantidad de pecado que éstos llegan ya hasta el cielo.

Es una nación que "mezcló bebidas" para otras, es decir, que oprimió a otras. Se considera la reina de las naciones, la más importante, y cree que su condición de imperio nunca pasará. La descripción de las mercaderías es extensa, enfatizando la abundancia de su comercio y de los bienes que allí se podían encontrar, y esta descripción incluye a las vidas humanas, la esclavitud (pensemos hoy en la trata de personas, y si vemos los flujos mundiales de trata de personas nos daremos cuenta qué nación es la principal "consumidora").

Es una nación de lujos, de moda y vestimenta. Es una nación de puertos, de música, de mucho trabajo, de fiestas bulliciosas, en donde dominan los poderes económicos, es una nación de ocultismo. Y también es una nación responsable de guerras y atentados, de sembrar muerte en todas partes.

Sin duda vemos las características del Imperio, muy parecido a la Babilonia del Antiguo Testamento, aunque con algunas diferencias importantes: si bien no desestima el aspecto militar, enfatiza aquí el aspecto económico, el comercio (más que la producción, aunque también está); este imperio de los últimos días será muy parecido a los otros pero tendrá sus características distintivas. ¿Hay algún país que hoy cumpla con esa descripción...?
Sigamos con el texto bíblico. Notemos que esta es una de las últimas escenas del drama de los siglos, lo que viene luego es la derrota del Anticristo y de Satanás mismo. La revelación bíblica casi se termina con eso, es más, la última escena, que tiene que ver con la Nueva Jerusalén, se erige como contraposición a la corrupta Babilonia. Cuán importante será el tema de Babilonia que la Biblia prácticamente cierra con ella.

Las escenas finales del drama de los siglos tienen que ver con el juicio sobre el Anticristo y sobre Satanás mismo; la historia "no se termina" con Babilonia, hay un poco más. Podríamos aventurarnos a decir que Babilonia ha sido la máscara del Anticristo, y cuándo ésta sea finalmente descubierta y derrotada, no le va a quedar más remedio que presentarse él mismo, para ser derrotado también, con lo cual Satanás jugará su última carta: salir a escena... para ser definitivamente derrotado.

Y aquí un paréntesis: cuando hacemos una lectura rápida del Nuevo Testamento parece que Dios "se olvida" de las naciones y pasa a centrarse en los individuos y en la salvación individual, porque esa es uno de los enfoques que más resaltan allí. Y sí, es verdad que el Espíritu se concentra en los individuos y en la comunidad de los creyentes, pero eso no significa que "se olvide" de la dimensión nacional, tal como aparece en el Antiguo Testamento; simplemente está completando la revelación anterior al enfocar en un aspecto que no había sido tan desarrollado. Jesús mismo anunció juicio sobre ciudades, que implicaban una destrucción material; Apocalipsis "retoma" el asunto del trato de Dios con las naciones.

Ocurre que los cristianos pueden concentrarse demasiado en el enfoque neotestamentario y pierdan de vista
Podemos afirmar que la “cuestión de Babilonia” es un eje central en toda la Palabra de Dios, tiene que ver profundamente con la historia y el presente de los hijos de Dios y cualquier ocultamiento de esta verdad, sutil o manifiestos, es una tergiversación grave del mensaje de la Biblia.

¿Por qué se suele hablar tan poco del tema, especialmente de la faceta material y concreta? ¿Qué es lo que necesitamos saber para librarnos del yugo babilónico? ¿Cómo será la batalla del fin de los tiempos contra Babilonia, es sus aspectos espiritual y material?

Nada de lo que dijimos en este artículo es novedoso, el tema se conoce desde hace siglos. Pero creo que en este tiempo el Espíritu nos está llamando a tomar muy en serio el asunto y a entender que todos nuestros esfuerzos por librarnos del pecado, por extender el reino, por construir la iglesia del Señor, por ganar a nuestras familias y ciudades y naciones, serán infructíferos hasta que no libremos todos estos territorios de la influencia babilónica.

Babilonia se erige hoy como el “centro de mandos” de Satanás en la tierra; no importa cuán grande haya sido la derrota que sufra en algún lugar, siempre podrá rearmar sus fuerzas desde su central y enviar nuevas tropas. Además, cuenta con la ignorancia de casi todo el Pueblo de Dios, por lo que los cristianos mantienen muchos canales abiertos directamente hacia Babilonia, a través de los cuales manda fácilmente Satanás a sus emisarios para recuperar el territorio perdido.

Éste es el tiempo en que el Espíritu llama a Su pueblo a la guerra contra Babilonia, ésta es la guerra del fin de los tiempos, el desenlace de la historia bíblica. Esta batalla tendrá una faceta humana, material, militar muy dramática, pero su verdadero trasfondo es espiritual y hoy comienza con algo simple pero fundamental: reconocer que Babilonia existe y es el centro de nuestros enemigos espirituales; reconocerla en sus múltiples manifestaciones, cómo ha penetrado dentro de la iglesia y cómo nosotros mismos nos dejamos seducir o asustar por ella, y comenzar a liberar nuestro territorio cercano.

Sobre estos temas hablaremos más adelante, hay estrategias de guerra que el Espíritu todavía no nos ha revelado, pero que lo hará en breve. Por lo pronto, ya tenemos con qué empezar. Y de paso, podemos ayudar a que otros cristianos se despierten.


Danilo Sorti
Octubre de 2015
Rosario, Argentina


11 comentarios:

  1. Creo que hay que referirse a los EEUU como la babilonia de estos tiempos y que cumple con todos los requisitos ,además de tener la población de Judíos mas grande del mundo y el Sr. Jesucristo les esta advirtiendo que salgan de allí pa no ser coparticipes de lo que le vendrá a esa nación

    ResponderEliminar
  2. Si claro todo apunta a los estados unidos

    ResponderEliminar
  3. Si, El presidente Trump dijo hace como un Mes, tenemos de todo,, y no necesitamos nada. !

    ResponderEliminar
  4. La gran Babilonia la ramera que abla la biblia con ella fornican los reyes de la tierra y ella se biste de purpura esta ablando de roma la mujer comparada con la Iglesia en lo espiritual Apocalipsis 17:2

    ResponderEliminar
  5. Babilonia es un imperio espiritual, muchos teólogos afirman que al no aparecer USA en las ultimas profecías quiere decir que será destruida y mas aún siendo la nación mas poderosa que defiende a Israel ante el mundo, pero aún durante la gran tribulación permanece la Babilonia teniendo en cuenta que USA ya no está en escena u ocupa un plano no determinante; ahora esta Babilonia espiritual siempre que se relaciona en las sagradas escrituras en términos de ubicación geográfica se menciona literalmente el territorio de Irak en medio oriente nunca cambia la ubicación y la biblia no miente, lo que algunos escatologos afirman es que la bestia de 10 cabezas del apocalipsis que es el mismo imperio de 10 dedos de hierro(Roma) mezclado con barro(naciones musulmanas); es una alianza imperial de 10 gobiernos entre europeos y árabes, lo cual facilitara el sincretismo del catolicismo con el Islam teniendo como eje el anticristo bíblico que es el mismo califa que esperan los musulmanes, y cabe anotar que al tecnología, las telecomunicaciones, la red y todo el sistema del mundo serán catalizadores y desde luego que esta babilonia espiritual, política, ideológica y económica ya esta operando, y esta nueva generación ya está sujeta a aceptarle como algo bueno y natural.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me llamó la atención esta reflexión. Yo también estuve pidiendo a Dios revelación y estoy atando cabos. Gracias.

      Eliminar
    2. Hola hermano! Fijate en lo que dice en este video, me parece muy acertada su forma de analizar, muy "científica" si se quiere: https://www.youtube.com/watch?v=Oz9Uf6Ra5PE&ab_channel=alasdelviento

      Eliminar
  6. babilonia es el espiritu que que satanas utilizo para que Jesus se postrara y adorara... son los espinos que ahogan la semilla y la hace infructuosa en la parabola que nuestro Señor hablo... es esa influencia que queria hacer rey de este mundo a Jesus y el se escapo(el ya tenia identidad, no nesecitaba una terrena) y aun sus dicipulos estaban influenciados... es el sistema que se mueve por medio de las redes sociales desfiguramdo la imagen y semejansa de Dios e sus hijos recien nacidos y tomando el caracter del mundo... el vino y la camida del rey.. que mas decir... el vino y la sidra que perjudica los asareatos... ya que la palavra dice sed llenos del Espiritu y no embragueis lon vino. bueno el que lee entienda. mis bendiciones hermanos

    ResponderEliminar
  7. super interesante recopilacion de todos los libros que hablan y afirman lo que nos muestra el libro de apocalipsis sobre babilonia y que esta a ojos vistos de quien y donde es que se encuentra babilonia ; y en si , el mundo entero partisipa en las religiones siendo babilonia la madre de todas ellas pues fornican con ella y todas entre si se enbriagan con ella . Dios esta revelando con entendimiento a todo aquel que busca a Dios en espiritu y en verdad para esclareser lo que ya esta dicho por DIOS.

    ResponderEliminar