lunes, 27 de agosto de 2018

564. El tiempo para un avivamiento


Hechos 6:7 RVC
7 Conforme crecía el conocimiento de la palabra del Señor, se multiplicaba también el número de los discípulos en Jerusalén, y aun muchos de los sacerdotes llegaron a creer.

Hechos 17:32-34 RVC
32 Cuando los allí presentes oyeron hablar de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: «Ya te oiremos hablar de esto en otra ocasión.»
33 Entonces Pablo se retiró de en medio de ellos;
34 pero algunos le creyeron y se unieron a él. Entre ellos estaba Dionisio, que era miembro del areópago, una mujer llamada Dámaris, y otros más.

Dos lugares diferentes y dos respuestas muy diferentes. Aquella Jerusalén que había visto a Cristo crucificado estaba lista para recibir el Evangelio y multitudes estaban viniendo a los pies del Señor (aunque eso no duraría para siempre); esta Atenas, sofisticada y en apariencia culta, estaba muy poco interesada. El mensaje fue predicado de todas formas, y ambos lugares hubo gente que creyó, pero el avivamiento no sucedió en Atenas.

A lo largo del libro de Hechos podemos ver varios sitios en donde estalló un avivamiento, con grandes señales y multitudinarias conversiones, y también podemos ver otros sitios en los cuales el Evangelio llegó de manera más tranquila, modesta o incluso fue rechazado. La historia del cristianismo, a lo largo de estos dos milenios, nos habla de mucha más modestia y esfuerzo “infructífero” que de avivamientos.

Ambos momentos están en los tiempos de Dios, ambos corresponden al compás de Su música y el Reino se ha extendido tal como la levadura que fermenta la masa: ignorado por los centros de poder y comunicación, invisible, pero irresistible.

Sin embargo, de tanto en tanto ocurre lo que llamamos un avivamiento. La mayoría de los cristianos hoy no tiene una cabal idea de qué es eso porque no hemos tenido muchos en las últimas décadas, algunos despertares, pero no propiamente un avivamiento. ¿Cómo se reconoce? No solamente por las conversiones y señales que lo acompañan, sino por sus efectos sociales; es decir, la manifestación del poder de Dios llega a ser tan grande que la sociedad secular resulta, en cierto sentido, “purificada”: las leyes son cambiadas, los centros de pecado y las costumbres pecaminosas disminuyen visiblemente. ¡Cuidado! El objetivo de un avivamiento NO ES cambiar a la sociedad, aunque eso ocurre, sino salvar a las almas.

Todos los mensajes proféticos y las señales de los tiempos están confluyendo hacia el fin, y con eso también las promesas del último gran avivamiento. No sé si va a haber mucho tiempo para “cambiar la sociedad” una vez que empiece a ocurrir, pero sí el suficiente para que muchos sean salvos.

¿Cuáles son las condiciones para un avivamiento? Generalmente leemos las biografías de los grandes líderes y pensamos que ellos “son” la condición, pero en realidad son uno de los factores: hay mucho más en el contexto que determina cuándo puede ocurrir o no.

En la década del ’90 la Junta de Misiones de la Convención Bautista del Sur publicó un librito en el que sintetizaba la información obtenida de los movimientos de plantación de iglesias que estaban ocurriendo en varias partes del mundo. Supongo que ese material pasó desapercibido para la mayor parte del mundo cristiano, pero allí sintetiza de manera clara los factores que conducen y mantienen un avivamiento, si no todos, al menos la mayoría de ellos. Hablan de “10 elementos universales”, que ellos encontraron en todos los movimientos:

·         Oración
·         Siembra abundante del Evangelio
·         Plantación intencional de iglesias
·         Autoridad de las Sagradas Escrituras
·         Liderazgo local
·         Liderazgo laico
·         Iglesias celulares o iglesias en casas
·         Iglesias plantando iglesias
·         Reproducción rápida
·         Iglesias espiritualmente sanas

Un rápido vistazo nos muestra que nuestras iglesias latinoamericanas hoy no encajan bien en todas estas características, y que unos cuantos de los métodos de iglecrecimiento tampoco. Pero por otro lado vemos que la multiplicación de iglesias y el avivamiento NO ES nada aparte de la salud espiritual de la iglesia y de los miembros individuales: miembros sanos y llenos del Espíritu inevitablemente darán origen a iglesias sanas y llenas del Espíritu, que inevitablemente crecerán y se reproducirán.

“Oración” hoy sabemos que incluye más que solo peticiones; hay allí una verdadera guerra espiritual. Muchos postulan que un avivamiento ocurre cuando los espíritus regentes de un país o región son derrotados, y podemos buscar evidencia de ello. Viceversa, cuando se fortalecen el avivamiento se detiene.

El mismo librito menciona otras 10 características que observaron en la mayoría de los movimientos:

·         Adoración en lengua materna
·         Evangelismo con implicaciones comunales (a través de redes sociales y familiares)
·         La incorporación rápida de los nuevos creyentes en la vida y ministerio de la iglesia
·         Pasión y falta de miedo
·         Ser cristiano conlleva un costo
·         Crisis en el liderazgo o vacío espiritual en la sociedad
·         El entrenamiento práctico (con las manos en el arado) para el liderazgo de la iglesia
·         Autoridad no centralizada
·         Los líderes principales mantienen un “perfil bajo”
·         Los líderes principales sufren

Cada una de estas características nos da para hablar mucho, no lo voy a hacer aquí.

Es evidente que cada movimiento de avivamiento a lo largo del tiempo ha sido diferente, pero a lo anterior quiero agregar algo que vemos en la historia: a partir del momento en que Lutero clavó las 95 tesis no pasaron 100 años que la mitad de Europa se volvía protestante y los países católicos atravesaban a su vez por una profunda reforma en su espiritualidad. Aunque hoy podamos señalar unos cuantos errores en ese movimiento, tenemos un avivamiento que de una u otra forma sacudió toda Europa en menos de un siglo.

Hubo condiciones del contexto similares a las que describimos más arriba: profunda insatisfacción social, una crisis enorme en la iglesia de entonces. Hubo líderes que se levantaron en la hora justa, pero el movimiento los trascendía rápidamente. Pero a todo eso se sumó otro factor, controvertido; la nueva iglesia iba de la mano de un renovado nacionalismo, por eso los países que rápidamente se volvieron protestantes fueron los más alejados de la cultura latina y romana. Ser cristiano en la nueva fe fue, para mucha gente en ese entonces, una forma genuina de ser alemán, holandés, inglés, suizo. Yo creo que un avivamiento radical no puede ocurrir si el cristianismo no es visto, también, como algo genuinamente nacional frente a una imposición externa. Es claro que esto puede implicar una mezcla de fe y nacionalismo, hay que ser muy prudentes allí porque origina excesos, pero no se supone que un nacionalismo sano sea incorrecto.

Christian Schwarz profundiza en las características de una iglesia saludable, que es uno de los factores para el crecimiento y consiguiente avivamiento, algunas son similares a las descritas más arriba:

·         Liderazgo capacitador
·         Ministerio según dones
·         Espiritualidad contagiosa
·         Estructuras funcionales
·         Culto inspirador
·         Células integrales
·         Evangelismo según necesidades
·         Relaciones afectivas

Y a esto agrega 6 principios de funcionamiento:

·         Interdependencia
·         Multiplicación
·         Transformación de la energía
·         Efectos múltiples
·         Simbiosis
·         Funcionalidad

Luego avanza sobre un enfoque teológico macro presentando dos extremos, “tecnocrático” y “espiritualista”, que resultan dañinos para el Evangelio y por consiguiente, para el crecimiento y multiplicación. En trabajos posteriores analiza las implicaciones de la doctrina de la Trinidad, a través de la cual enmarca adecuadamente todo lo que es la vida y la fe de la iglesia.

¿Esto es una “fórmula para un avivamiento”? Bueno, sería demasiado pretencioso, pero es lo más cercano que conozco. ¿Por qué pensar en eso? Porque es el tiempo. Como dije más arriba, no creo que estemos muy lejos de ese último y gran avivamiento. Los eventos relacionados con el tratamiento del aborto en el Congreso Argentino precipitaron un fenómeno que se venía gestando durante décadas, ¿es ese el inicio? No lo sé, pero si no lo es, tampoco está muy lejos. Personalmente creo que ha dado comienzo un movimiento que no se detendrá hasta el arrebatamiento, y ese movimiento NO ES para cambiar leyes o frenar la degradación moral de la sociedad, por más que son cosas que en cierto sentido ocurrirán, ese movimiento es PRIMERO Y ANTES QUE NADA por la salvación de las personas que hoy están en profundísimas tinieblas, y es algo que trascenderá nuestros países.

Si llamarlo avivamiento puede sonar demasiado pretencioso para algunos, no importa, ¡podemos llamarlo Juan, Pedro o María! Pero el Espíritu ha comenzado a hacer cosas que no se detendrán y ya sentimos a lo lejos el rumor de ese último gran mover. Por lo tanto, es necesario acomodarnos como iglesias y cristianos individuales para contener los millones que vendrán.


Danilo Sorti




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