Mateo 7:15-20 RVC
15 »Cuídense de los falsos profetas, que
vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Ustedes los conocerán por sus frutos, pues
no se recogen uvas de los espinos, ni higos de los abrojos.
17 Del mismo modo, todo buen árbol da buenos
frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 El buen árbol no puede dar frutos malos,
ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es
cortado y echado en el fuego.
20 Así que ustedes los conocerán por sus
frutos.
2 Pedro 2:12-14 RVC
12 Pero éstos hablan mal de cosas que no
entienden; son como animales irracionales, que nacieron para ser presa de la
destrucción. Por eso, su propia destrucción los destruirá,
13 y recibirán el castigo que merece su
injusticia. Creen que el placer consiste en gozar de los deleites a plena luz
del día. Son una vergüenza y una deshonra, pues mientras comen con ustedes se
solazan en sus propios placeres.
14 Su mirada está cargada de adulterio, no se
cansan de pecar, seducen a los pusilánimes, su corazón está habituado a la
codicia; ¡son hijos de maldición!
Según puedo seguir varias discusiones en las
redes, el ministerio femenino sigue siendo una piedra de tropiezo en diversas
iglesias. No es raro encontrar largos escritos presentando las razones o
supuestas razones bíblicas al respecto.
Bueno, por mucho escribir no necesariamente
se tiene verdad, aunque es el espíritu de esta época que mientras más personas
digan algo, y más fuerte lo digan, más “verdad” es. Muchos argumentos débiles
no hacen un argumento fuerte.
Y ya que se trata de hombres escribiendo
sobre el ministerio femenino, digamos de paso que es una cuestión “muy
masculina” el hecho de “dejar sembrada la semillita” y desentenderse luego del
asunto. Pues bien, hacer una afirmación teológica y “desentenderse” de las
implicaciones de ella ¡es también muy propiamente masculino! Pero no es algo de
lo cual deberíamos sentirnos orgullosos…
Jesús lo dijo bien claro en el pasaje de
Mateo 7, el resto del Nuevo Testamento lo afirma en diversos lados y, en
general, podemos seguir el mismo hilo de razonamiento en el Antiguo Testamento
al afirmar que una característica distintiva de los falsos maestros, profetas,
apóstoles, hermanos o lo que fuera, son sus frutos. Cuando “lo falso” no es
fácil de descubrir en las palabras o no hay adecuado discernimiento, el
análisis de las obras, de los hechos, no falla. La enseñanza es clara, creo que
las palabras de Jesús casi no necesitan interpretación para poder entenderse
adecuadamente. En esencia el Señor nos está llamando a analizar las
consecuencias prácticas de una supuesta “buena doctrina” que alguien enseña. Si
el maestro es falso, su vida inevitablemente lo expondrá. Hasta ahí estamos de
acuerdo.
Ahora bien, si decimos que la Biblia no
autoriza al ministerio femenino, entonces debemos concluir necesariamente que
Dios NO VA A RESPALDAR a las mujeres que fungen como pastoras, evangelistas,
profetas, apóstoles, etc. Como consecuencia de ello, dichas mujeres NO SON
VERDADERAS LÍDERES ESPIRITUALES, por lo que caen en la categoría de “falsos
maestros”, ya que no solamente no habrían sido llamadas a tales ministerios
sino que además lo estarían ejerciendo en nombre de Dios, con lo cual añadirían
a su pecado el de usar en vano Su nombre. Asunto complicado.
De lo anterior debe desprenderse
NECESARIAMENTE que el Señor NO PUEDE RESPALDAR tales ministerios, por lo que no
podrían estar haciendo una obra genuina. Pero si manifiestan dones y “pasan cosas”,
¿de dónde viene esa capacitación espiritual? El único lugar posible es del
reino de las tinieblas. De ahí que la consecuencia necesaria de la supuesta no
existencia del ministerio femenino público es que aquellas mujeres que sí lo
ejercen están inspiradas directamente por Satanás, con lo cual no pueden
producir fruto para el Reino de Dios sino todo lo contrario. Esto es,
deberíamos esperar que de sus ministerios NO HUBIERA gente bendecida,
ministrada, sanada, edificada, liberada, ni nada por el estilo.
Hermanos, quiero volver a remarcar esto:
aquellos que tanto escriben en contra del ministerio femenino no son capaces de
llegar hasta las últimas consecuencias de sus palabras. Hacen “bonitos
razonamientos”, pero no se atreven a exponer sus implicancias prácticas. El
hecho es que, si hay personas bendecidas y ministradas por ministerios
femeninos públicos, si Dios se manifiesta, ENTONCES Dios los está respaldando.
Los discípulos tuvieron un problema parecido:
Marcos 9:38-40 RVC
38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno
que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los
nuestros.»
39 Pero Jesús les dijo: «No se lo prohíban,
porque nadie puede hacer un milagro en mi nombre, y luego hablar mal de mí.
40 El que no está contra nosotros, está a
favor de nosotros.
El razonamiento que sigue Jesús aquí es “de
atrás para adelante”: si los frutos son bueno, el árbol no puede ser mal (ya lo
había dicho en Mateo 7).
Bien, más de uno dirá: “¡Pero hermano, si
Dios usa a las mujeres en ministerios públicos es solamente por Su
misericordia, no porque las respalde!”. Estamos de acuerdo con que dicho
razonamiento, es decir, que Dios use a alguien por Su misericordia no porque lo
merezca tiene bastante fundamento bíblico, aunque hay que indagar más en
profundidad. Aceptemos por el momento que sea así. ¿Qué nos habilita para decir
que Dios no hace lo mismo con los hombres? Finalmente, decir que Dios se
manifiesta a través de ellas “por misericordia” no tiene ningún pasaje bíblico
que lo respalde directamente, es un razonamiento, por lo tanto, nada me impide
aplicar el mismo razonamiento a los hombres.
La realidad es que puedo dar,
lamentablemente, muchos ejemplos de hombres A QUIENES DECIDIDAMENTE EL SEÑOR
USA POR MISERICORDIA y nada más que por misericordia, porque sus frutos son
desastrosos. Es más, si nos metemos a analizar en profundidad el tema de los
frutos a lo largo de la historia de la Iglesia, son muchísimos más los hombres
que han manifestado malos frutos y que lo siguen haciendo que las mujeres, por
lo que habría muchas más razones para IMPEDIR el ministerio masculino que el
femenino.
Por otro lado, el hecho de que Dios use a
alguien “por misericordia” en realidad implica que esa persona SI HA RECIBIDO
DONES.
Romanos 11:29 RVC
29 Porque los dones y el llamamiento de Dios
son irrevocables.
Este pasaje tiene un sentido más general que
el de los dones espirituales o el llamado al ministerio, pero precisamente por
eso, indica un principio del obrar de Dios. Si alguien tiene dones que lo
capacitan para servir, es porque Dios se los ha dado; si Dios se manifiesta a
través de alguien es porque Él decidió capacitarlo, por lo tanto, si Dios
respalda ministerios femeninos es porque Dios les ha dado esos dones. Y no hay
mejor ejemplo de este pasaje que Satanás mismo; ¿acaso Dios le retiró el poder
y autoridad cuando cayó, sabiendo perfectamente lo que iba a hacer? No.
Volviendo al tema del ministerio femenino, es
innegable que la realidad cultural y social de las mujeres en muchos lugares
ponen límites prácticos que nos la voluntad de Dios pero que Él permite por la
dureza del corazón de la gente:
Mateo 19:7-8 RVC
7 Le preguntaron: «Entonces, ¿por qué Moisés
mandó darle a la esposa un certificado de divorcio y despedirla»?
8 Él les respondió: «Moisés les permitió
hacerlo porque ustedes tienen muy duro el corazón, pero al principio no fue
así.
No tengo dudas de que muchos hombres y muchas
mujeres no serían capaces de recibir la ministración de una mujer ungida. Pero
tengo menos dudas aún de que, después de dos mil años de cristianismo dominado
casi exclusivamente por líderes hombres, no hemos hecho todo bien… por decirlo
de una manera que sea poco humillante para el género…
Me gustaría poder encontrar alguno de los
extensos escritos contra el ministerio femenino que ejemplifique adecuadamente
como en la práctica Dios NO RESPALDA a mujeres. Hasta ahora no lo he leído.
Por supuesto que esto no quiere decir que
porque sea mujer necesariamente su ministerio estará respaldado por Dios.
También se aplica lo que dice 2 Pedro 2. También las mujeres necesitan buscar a
Dios, también necesitan capacitarse, y no por ser ministros del Evangelio dejan
de ser vasos más frágiles, es decir, menos preparadas para los rigores y luchas
que implica el ministerio, por lo que necesitan el respaldo de los hombres.
Pero yo quisiera que, aquellos que tanto hablan contra el ministerio femenino,
sean conscientes de que pretenden limitar a las mujeres, que constituyen más
del 50 % de la Iglesia, PRECISAMENTE en la última hora, cuando es más urgente
que nunca en la historia completar la tarea de predicar el Evangelio. Si están dispuestos a explicarle “cara a
cara” al mismo Dios por qué en el momento en que más obreros hacen falta ellos
pretenden impedir que más de la mitad del Cuerpo de Cristo ejercite sus dones,
bueno, adelante pues.
Hermanos, tengamos mucho cuidado con nuestros
“divertimentos teológicos” porque no son palabras inocentes.
Danilo Sorti
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