lunes, 16 de octubre de 2017

293. El ministerio de las mujeres: si Dios no lo respalda, ¿por qué hay fruto para vida eterna?

Mateo 7:15-20 RVC
15 »Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Ustedes los conocerán por sus frutos, pues no se recogen uvas de los espinos, ni higos de los abrojos.
17 Del mismo modo, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 El buen árbol no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que ustedes los conocerán por sus frutos.

2 Pedro 2:12-14 RVC
12 Pero éstos hablan mal de cosas que no entienden; son como animales irracionales, que nacieron para ser presa de la destrucción. Por eso, su propia destrucción los destruirá,
13 y recibirán el castigo que merece su injusticia. Creen que el placer consiste en gozar de los deleites a plena luz del día. Son una vergüenza y una deshonra, pues mientras comen con ustedes se solazan en sus propios placeres.
14 Su mirada está cargada de adulterio, no se cansan de pecar, seducen a los pusilánimes, su corazón está habituado a la codicia; ¡son hijos de maldición!


Según puedo seguir varias discusiones en las redes, el ministerio femenino sigue siendo una piedra de tropiezo en diversas iglesias. No es raro encontrar largos escritos presentando las razones o supuestas razones bíblicas al respecto.

Bueno, por mucho escribir no necesariamente se tiene verdad, aunque es el espíritu de esta época que mientras más personas digan algo, y más fuerte lo digan, más “verdad” es. Muchos argumentos débiles no hacen un argumento fuerte.

Y ya que se trata de hombres escribiendo sobre el ministerio femenino, digamos de paso que es una cuestión “muy masculina” el hecho de “dejar sembrada la semillita” y desentenderse luego del asunto. Pues bien, hacer una afirmación teológica y “desentenderse” de las implicaciones de ella ¡es también muy propiamente masculino! Pero no es algo de lo cual deberíamos sentirnos orgullosos…

Jesús lo dijo bien claro en el pasaje de Mateo 7, el resto del Nuevo Testamento lo afirma en diversos lados y, en general, podemos seguir el mismo hilo de razonamiento en el Antiguo Testamento al afirmar que una característica distintiva de los falsos maestros, profetas, apóstoles, hermanos o lo que fuera, son sus frutos. Cuando “lo falso” no es fácil de descubrir en las palabras o no hay adecuado discernimiento, el análisis de las obras, de los hechos, no falla. La enseñanza es clara, creo que las palabras de Jesús casi no necesitan interpretación para poder entenderse adecuadamente. En esencia el Señor nos está llamando a analizar las consecuencias prácticas de una supuesta “buena doctrina” que alguien enseña. Si el maestro es falso, su vida inevitablemente lo expondrá. Hasta ahí estamos de acuerdo.

Ahora bien, si decimos que la Biblia no autoriza al ministerio femenino, entonces debemos concluir necesariamente que Dios NO VA A RESPALDAR a las mujeres que fungen como pastoras, evangelistas, profetas, apóstoles, etc. Como consecuencia de ello, dichas mujeres NO SON VERDADERAS LÍDERES ESPIRITUALES, por lo que caen en la categoría de “falsos maestros”, ya que no solamente no habrían sido llamadas a tales ministerios sino que además lo estarían ejerciendo en nombre de Dios, con lo cual añadirían a su pecado el de usar en vano Su nombre. Asunto complicado.

De lo anterior debe desprenderse NECESARIAMENTE que el Señor NO PUEDE RESPALDAR tales ministerios, por lo que no podrían estar haciendo una obra genuina. Pero si manifiestan dones y “pasan cosas”, ¿de dónde viene esa capacitación espiritual? El único lugar posible es del reino de las tinieblas. De ahí que la consecuencia necesaria de la supuesta no existencia del ministerio femenino público es que aquellas mujeres que sí lo ejercen están inspiradas directamente por Satanás, con lo cual no pueden producir fruto para el Reino de Dios sino todo lo contrario. Esto es, deberíamos esperar que de sus ministerios NO HUBIERA gente bendecida, ministrada, sanada, edificada, liberada, ni nada por el estilo.

Hermanos, quiero volver a remarcar esto: aquellos que tanto escriben en contra del ministerio femenino no son capaces de llegar hasta las últimas consecuencias de sus palabras. Hacen “bonitos razonamientos”, pero no se atreven a exponer sus implicancias prácticas. El hecho es que, si hay personas bendecidas y ministradas por ministerios femeninos públicos, si Dios se manifiesta, ENTONCES Dios los está respaldando. Los discípulos tuvieron un problema parecido:

Marcos 9:38-40 RVC
38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.»
39 Pero Jesús les dijo: «No se lo prohíban, porque nadie puede hacer un milagro en mi nombre, y luego hablar mal de mí.
40 El que no está contra nosotros, está a favor de nosotros.

El razonamiento que sigue Jesús aquí es “de atrás para adelante”: si los frutos son bueno, el árbol no puede ser mal (ya lo había dicho en Mateo 7).

Bien, más de uno dirá: “¡Pero hermano, si Dios usa a las mujeres en ministerios públicos es solamente por Su misericordia, no porque las respalde!”. Estamos de acuerdo con que dicho razonamiento, es decir, que Dios use a alguien por Su misericordia no porque lo merezca tiene bastante fundamento bíblico, aunque hay que indagar más en profundidad. Aceptemos por el momento que sea así. ¿Qué nos habilita para decir que Dios no hace lo mismo con los hombres? Finalmente, decir que Dios se manifiesta a través de ellas “por misericordia” no tiene ningún pasaje bíblico que lo respalde directamente, es un razonamiento, por lo tanto, nada me impide aplicar el mismo razonamiento a los hombres.

La realidad es que puedo dar, lamentablemente, muchos ejemplos de hombres A QUIENES DECIDIDAMENTE EL SEÑOR USA POR MISERICORDIA y nada más que por misericordia, porque sus frutos son desastrosos. Es más, si nos metemos a analizar en profundidad el tema de los frutos a lo largo de la historia de la Iglesia, son muchísimos más los hombres que han manifestado malos frutos y que lo siguen haciendo que las mujeres, por lo que habría muchas más razones para IMPEDIR el ministerio masculino que el femenino.

Por otro lado, el hecho de que Dios use a alguien “por misericordia” en realidad implica que esa persona SI HA RECIBIDO DONES.

Romanos 11:29 RVC
29 Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.

Este pasaje tiene un sentido más general que el de los dones espirituales o el llamado al ministerio, pero precisamente por eso, indica un principio del obrar de Dios. Si alguien tiene dones que lo capacitan para servir, es porque Dios se los ha dado; si Dios se manifiesta a través de alguien es porque Él decidió capacitarlo, por lo tanto, si Dios respalda ministerios femeninos es porque Dios les ha dado esos dones. Y no hay mejor ejemplo de este pasaje que Satanás mismo; ¿acaso Dios le retiró el poder y autoridad cuando cayó, sabiendo perfectamente lo que iba a hacer? No.

Volviendo al tema del ministerio femenino, es innegable que la realidad cultural y social de las mujeres en muchos lugares ponen límites prácticos que nos la voluntad de Dios pero que Él permite por la dureza del corazón de la gente:

Mateo 19:7-8 RVC
7 Le preguntaron: «Entonces, ¿por qué Moisés mandó darle a la esposa un certificado de divorcio y despedirla»?
8 Él les respondió: «Moisés les permitió hacerlo porque ustedes tienen muy duro el corazón, pero al principio no fue así.

No tengo dudas de que muchos hombres y muchas mujeres no serían capaces de recibir la ministración de una mujer ungida. Pero tengo menos dudas aún de que, después de dos mil años de cristianismo dominado casi exclusivamente por líderes hombres, no hemos hecho todo bien… por decirlo de una manera que sea poco humillante para el género…

Me gustaría poder encontrar alguno de los extensos escritos contra el ministerio femenino que ejemplifique adecuadamente como en la práctica Dios NO RESPALDA a mujeres. Hasta ahora no lo he leído.

Por supuesto que esto no quiere decir que porque sea mujer necesariamente su ministerio estará respaldado por Dios. También se aplica lo que dice 2 Pedro 2. También las mujeres necesitan buscar a Dios, también necesitan capacitarse, y no por ser ministros del Evangelio dejan de ser vasos más frágiles, es decir, menos preparadas para los rigores y luchas que implica el ministerio, por lo que necesitan el respaldo de los hombres. Pero yo quisiera que, aquellos que tanto hablan contra el ministerio femenino, sean conscientes de que pretenden limitar a las mujeres, que constituyen más del 50 % de la Iglesia, PRECISAMENTE en la última hora, cuando es más urgente que nunca en la historia completar la tarea de predicar el Evangelio.  Si están dispuestos a explicarle “cara a cara” al mismo Dios por qué en el momento en que más obreros hacen falta ellos pretenden impedir que más de la mitad del Cuerpo de Cristo ejercite sus dones, bueno, adelante pues.

Hermanos, tengamos mucho cuidado con nuestros “divertimentos teológicos” porque no son palabras inocentes.



Danilo Sorti




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