jueves, 26 de octubre de 2017

300. Vivir el ahora: clave para el reino de las tinieblas sabiendo que su fin se acerca

Isaías 22:8-13 RVC
8 Las defensas de Judá quedaron al descubierto. Ese día ustedes dirigían la mirada hacia el arsenal en la casa del bosque,
9 y vieron multiplicarse las brechas en la ciudad de David; recogieron las aguas del estanque inferior,
10 contaron las casas de Jerusalén y las derribaron para reforzar la muralla;
11 hicieron un foso entre los dos muros para el agua del estanque viejo, pero sin la menor consideración para el que lo hizo y le dio forma.
12 Ese día Dios, el Señor de los ejércitos, los convocó al llanto y al lamento, a raparse el cabello y a vestirse de cilicio;
13 pero ustedes prefirieron gozar y divertirse, matar vacas y degollar ovejas, comer carne y beber vino. Y decían: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos.»

1 Corintios 15:32-34 RVC
32 Pero ¿de qué me serviría, desde el punto de vista humano, haber luchado en Éfeso contra fieras? Si los muertos no resucitan, ¡entonces «comamos y bebamos, que mañana moriremos»!
33 No se dejen engañar: las malas compañías corrompen las buenas costumbres;
34 así que vuelvan en sí y vivan con rectitud, y no pequen, porque algunos de ustedes no conocen a Dios. Y esto lo digo para que sientan vergüenza.

Génesis 3:4-6 RVC
4 Entonces la serpiente le dijo a la mujer: «No morirán.
5 Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal.»
6 La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.

Lucas 4:5-7 RVC
5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto, y en un instante le mostró todos los reinos del mundo,
6 y le dijo: «Yo te daré poder sobre todos estos reinos y sobre sus riquezas, porque a mí han sido entregados, y yo puedo dárselos a quien yo quiera.
7 Si te arrodillas delante de mí, todos serán tuyos.»

En todos estos pasajes aparece el Tentador, a veces explícitamente, a veces encubiertamente, pero el mensaje es siempre el mismo, aunque parezcan cuatro situaciones muy distintas: vive el aquí y ahora, disfruta el hoy y no te preocupes por el mañana.

El pueblo de Israel, al verse amenazado por el ejército enemigo, preparó las defensas lo mejor que pudo, pero reconociendo su inferioridad, se dedicó a festejar y comer su “última cena” antes de ser destruidos; “sin la menor consideración para el que lo hizo y le dio forma”, es decir, Dios. No tuvieron en cuenta a su Creador, no quisieron arrepentirse, no se volvieron a Él, por lo que solo les quedaba un muy breve presente para disfrutar, y después, ¡la destrucción!

Mucho tiempo después Pablo utilizaría el mismo refrán en otro contexto, ¿por qué tantos sufrimientos, por qué tanto esfuerzo y tanto exponer la vida a la muerte? Si no hubiera resurrección, una vida eterna, una vida nueva en un mundo nuevo, ¿qué sentido tendría? Sólo valdría disfrutar el presente y nada más. Evidentemente, en aquel entonces ya algunos enseñaban eso, y dentro de la iglesia, de acuerdo a lo que dice en el versículo 34. Por demás de evidentemente hoy muchos lo siguen enseñando de la mano del evangelio de la prosperidad, que centra la vida cristiana en el presente y desdibuja o simplemente “olvida” el futuro y la vida eterna, ¡y ni que hablar del juicio!

Pero en el fondo es el mismo y viejo engaño de la serpiente: “no morirán”; y esa era una palabra en el futuro, un evento por venir; no sabemos si Adán y Eva lo entendieron así en un primer momento, es difícil que ellos no hubieran tenido una clara comprensión de qué implicaba “morir” en las palabras de Dios, si caminaban con Él todas las tardes, pero aunque así haya sido, la tentación tuvo mucho de “presente”: un deseo vivo que se encendió y que buscaba satisfacción inmediata, versus un evento futuro y, ahora, “incierto”.

El mismo patrón, cuatro mil años después, pero con resultados muy distintos. De nuevo una satisfacción en el presente: “Yo te daré poder sobre todos estos reinos y sobre sus riquezas”, ¡pero si Jesucristo YA LO TENÍA! Sólo había que pasar el proceso; doloroso y difícil, pero perfectamente delimitado, y luego recibiría la recompensa. La inmediatez de la tentación satánica no pudo ante Aquel que podía ver la eternidad. Ese mismo Espíritu fue el que luego inspiró a Pablo, y a tantos otros cristianos.

La tentación “necesita” funcionar en el presente, en lo inmediato, en el “llame ya… y le regalaremos…”. Los propósitos de Dios son muy diferentes, es cierto que Él hace milagros y señales para darse a conocer, pero dejando de lado esos eventos que tienen objetivos muy específicos, Su forma de actuar es en el tiempo, en procesos (de hecho, aún llegar a recibir un milagro es un proceso), en el futuro. La sociedad actual vive en el presente extremo, en la inmediatez, y la tentación (que viene del Tentador) de trasladar ese mismo “principio de vida” al mensaje cristiano y a la vida de iglesia es muy fuerte.

Cuando dejamos de mirar hacia el futuro, cuando dejamos de valorar adecuadamente las promesas futuras, para esta vida pero principalmente para la vida venidera, estamos entrando en territorio enemigo, sencillamente nos exponemos a recibir cualquier mensaje “inmediatista”, que seguramente no vendrá de Dios. Y así, una muy bien armada teología “del presente” nos llevará de narices hacia un futuro ardiente (el infierno), además de que tampoco nos dará en el presente lo que buscamos.

¿Pero Dios no vive en el presente? De hecho Él está en un “eterno presente” si lo miramos en relación con nuestro tiempo, que no es el Suyo. Es más, toda la Biblia es “presente”, todo el mensaje de Dios y el mandato a Sus hijos está TOTALMENTE COMPROMETIDO con el presente y exigiendo una responsabilidad muy grande por ese presente.

Lucas 22:15-16 RVC
15 Entonces les dijo: «¡Cómo he deseado comer con ustedes esta pascua, antes de que padezca!
16 Porque yo les digo que no volveré a comerla hasta su cumplimiento en el reino de Dios.»

¡Jesús no fue ajeno al presente y lo vivió e incluso lo disfrutó mientras pudo! Pero:

Hebreos 12:2 RVC
2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.

El poder de la esperanza en Dios, del futuro que Él ha preparado es mucho mayor. Necesitamos vivir en ese futuro, en el tiempo de Dios.


Danilo Sorti




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