miércoles, 8 de noviembre de 2017

311. Jeremías 31: y mi sueño fue agradable….

Jeremías 31:26 RVC
26 De pronto desperté, abrí los ojos, ¡y me encantó lo que había soñado!


No hay libro en toda la Biblia en donde se hable de la rebeldía del Pueblo de Dios y del juicio que vendría y vino en consecuencia más en extenso como en Jeremías. Creo que no tenemos registrado ministerio profético más “desesperanzado” que ese: predicando durante décadas a una nación que ni siquiera luego de haber pasado los terribles juicios que les fueron anunciados, y haber visto que Jeremías era un profeta genuino, quería creer sino que se volvía obstinadamente a su idolatría. Entre paréntesis digamos que, al ver esta generación, Jeremías ya se ha “consolado” de ese pueblo rebelde: ¡apenas eran unos “niños de pecho” comparados con la gente de hoy día!

Bueno, el hecho es que todo el contexto de la predicación profética, que duró décadas, fue muy difícil y desesperanzador. Aunque siempre existía la promesa futura de restauración, nada en el presente era motivo de alegría: prácticamente todos estaban tan sumergidos en el pecado que ya no había posibilidad de arrepentimiento, los mensajes proféticos anunciaban juicio tras juicio, nada bueno iba a pasar en el porvenir, por más de que un enjambre de falsos profetas así lo dijera. Tal como hoy.

¿Cómo sobrevivir espiritualmente a esa situación? La desesperanza conduce al cinismo, a la apatía, o, por lo menos, a un mensaje carente del verdadero fuego del Espíritu y pasión; en todo caso insuflado de enojo y resentimiento, pero no de amor ardiente y deseo de justicia.

Jeremías DEBÍA estar inmerso en ese contexto y ese mensaje, él “era” la Palabra que Dios quería decir a esa sociedad, pero no debía ser abatido por ella, y los pocos que creían al mensaje profético y mantenían la esperanza también debían ser alimentados espiritualmente.

Isaías 57:16 DHH
16 No estaré siempre acusando a mi pueblo,
ni estaré enojado todo el tiempo;
pues haría que los hombres que he creado
perdieran el ánimo ante mí.

Nosotros no podemos resistir toda la dimensión de la ira de Dios, ni siquiera un tiempo prolongado de ella. Por eso, en los capítulos 30 y 31 hay un mensaje de esperanza, que se continúa con la acción profética del capítulo 32 (aunque puede no haber sido secuencial en el tiempo).

No vemos que Dios se comunique frecuentemente en sueños con Jeremías, pero en este caso sí. Probablemente era la única forma en que podía transmitirle un mensaje de ese tipo.

A medida que avanzamos ya en el período de los juicios previos a la tribulación, y que el Espíritu Santo nos urge a advertir de lo que viene, necesitamos que se nos recuerden las promesas para el futuro. Por otro lado, muchos de nuestros hermanos en diversas partes del mundo enfrentan persecuciones y dificultades muy severas, y no es fácil mantenerse firmes, aunque probablemente ellos mantengan una esperanza mucho más fuerte que muchos de nosotros que vivimos en un contexto mucho más tranquilo.

Hoy tenemos una ventaja sobre Jeremías, porque hemos recibido las promesas de la vida eterna y una clara revelación de lo por venir; no podemos “menospreciarlas”, es decir, debemos recordarlas activamente, tenerlas presentes, saber que en realidad esa es la esperanza que tendremos para el futuro. ¿Para qué todo este trabajo aquí?

Mateo 13:43 DHH
43 Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. Los que tienen oídos, oigan.

Daniel 12:3 DHH
3 Los hombres sabios,
los que guiaron a muchos por el camino recto,
brillarán como la bóveda celeste;
¡brillarán por siempre, como las estrellas!

Por supuesto que “brillar” quiere decir mucho más que simplemente tener un foco de luz interno; está dando idea del lugar que ocuparán los santos fieles en la eternidad, algo que no se nos ha revelado en toda su dimensión, pero que podemos al menos entrever.

Y si me permiten “soñar” a mí también, de acuerdo a lo que he leído y escuchado, y el entendimiento que le Señor me dio, creo que tendremos un Universo para llenar con la Vida que el Señor ha creado, sin pecado, sin maldición. Me estoy refiriendo a este Universo material, no al Cielo de Dios, que es otro ámbito glorioso. Creo que Dios cumplirá Su propósito original, porque es imposible que Sus planes no se cumplan, que es llenar primero la Tierra con una humanidad restaurada y limpia de pecado, y luego, el resto de la creación. Y Sus santos, aquellos que hayamos sido fieles, seguiremos siendo lo que aquí somos: Sus testigos, pero ya no ante un mundo incrédulo y una humanidad pecadora, sino testigos para que no se olvide, por la eternidad, cuán grande y sin medida es la gracia de nuestro Dios, y cuál fue el precio de la redención que pagó Jesucristo. En cierto sentido, ese es el mensaje que dará el Templo y el sistema de sacrificios restaurado durante el Milenio, en una Tierra repleta de bendición y con Satanás atado, será necesario recordar cuál fue el costo de todo eso.

Hermanos, ¡necesitamos mantener viva la esperanza del futuro! Hay muchísimo por delante, mucho más de lo que puedas llegar a imaginar en lo que nos resta de vida en esta Tierra, por más esfuerzo que uno haga. Todo lo que hemos pasado aquí, todo lo que nuestros hermanos han sufrido, todo lo que la humanidad ha pasado, puede parecer hoy un sinsentido, pero a la luz de la eternidad, y de lo que vendrá no solo en el Cielo, no solo en la presencia del Santo por siempre, sino aún en esta creación, estará completamente justificado, será todo comprensible y cada lágrima del menor de los santos redundará en gloria eterna en una magnitud que no podemos comprender. ¡Gloria por toda la eternidad al Santo y Bendito!



Danilo Sorti




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