domingo, 19 de noviembre de 2017

320. “¡Eso nunca pasó antes, y por ello, no va a pasar ahora!”… ¿o sí pasó?

Apocalipsis 20:7-9 RVC
7 Al cabo de los mil años, Satanás fue puesto en libertad de su prisión,
8 y salió a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, y a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. ¡Su número era incontable, como la arena del mar!
9 Y subieron por todo lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero del cielo cayó fuego y los consumió.


El escenario de este suceso es realmente extraño para nosotros. Han pasado mil años ya de los terribles juicios de la tribulación, esos horrores indescriptibles quedaron en el pasado, quizás en la memoria de los que todavía sobrevivan de ese tiempo, o a lo mejor solo en los libros de textos y en el relato de los santos resucitados que estén sobre la tierra. Como sea, fue hace mucho tiempo.

Milagrosamente, de esa destrucción casi total de la vida sobre la Tierra el Señor, que a partir de ese momento se hizo materialmente presente, restauró todo a un nivel que nunca había existido antes. En medio de tanta bendición, tranquilidad y prosperidad, el ser humano comienza a pecar de nuevo; hasta donde yo entiendo no absolutamente toda la humanidad pero sí buena parte de ella. ¿Cómo es posible que, en medio de tantas evidencias del amor divino, con el mismo Señor presente en el mundo, con los santos glorificados interviniendo en la Tierra, testigos de los milenios de pecado y maldición sobre el planeta, la gente vuelva a pecar? No tengo muchas respuestas a eso, espero poder continuar el artículo de aquí a unos cientos de años, durante el milenio, y decir por qué, pero lo cierto es que eso ocurrirá, a tal grado que Satanás podrá ser suelto de su prisión, precisamente por el pecado de la gente, no habría otra forma sino.

Engaña al mundo pecador, supongo que con la misma estrategia que ha venido usando desde el Edén, en el que Adán y Eva vivían en condiciones similares a las que vivirá el mundo durante el Milenio, y los reúne para combatir contra los “abusivos” y “autoritarios” seres brillantes, que dicen ser santos de la antigüedad, pero que le impiden a la humanidad expresarse libremente y gozar realmente de la vida… el mismo discurso de siempre. Inyectada nuevamente con el veneno mortal del odio, esta turba enfurecida se dirige al campamento santo, rememorando la batalla de Armagedón.

Sin embargo, hay algo en el horizonte que les causa un poco de temor, ¿esto no estaba ya escrito? ¿No era que iba a caer fuego del cielo y consumiría a todos? Sin embargo el Adversario ya pensó en una adecuada respuesta a esa inquietud: “¡Eso nunca pasó! ¡No hay registro de que algo así haya pasado! Además, en este mundo de tranquilidad y seguridad en que vivimos, eso no puede pasar…”

Que caiga fuego del cielo y acabe con millones de personas será, al final del Milenio, algo por demás de extraño, no habrá memoria de que tal cosa haya pasado. Durante mil años el mundo vivió en una tranquilidad y protección sobrenaturales, aún cuando el hombre comenzó a pecar nuevamente, el mundo seguía siendo bendecido, o al menos, la bendición seguía estando al alcance de las personas que buscaran a Dios. El amor divino se puede respirar en el aire, ¿cómo podría caer fuego del cielo…?

Pero volvamos a nuestro tiempo, nadie se asombraría demasiado si tal cosa ocurriera. Sabemos por las profecías que de hecho ocurrirá no solo durante la tribulación, sino también en los juicios previos. En el contexto de juicio en el que estamos viviendo, ese texto no tiene nada de extraño, pero en el contexto en el que estarán viviendo las personas dentro de mil años, sí resultará extraño, y por lo tanto, será muy fácil para el Adversario negarlo.

Ahora bien, ¿no es verdad que nos pasa lo mismo con otras tantas cosas? ¿No es verdad que hoy mismo estamos diciendo que tal o cual cosa que vienen anunciando los profetas “no puede pasar”, porque “nunca pasó antes”? Hermanos, esto es una falacia del razonamiento, decir que algo no va a pasar porque antes “no pasó” no es lógico y no es necesariamente verdadero. Hay cosas que nunca pasaron y que nunca pasarán, pero hay cosas que nunca pasaron y que sí pasarán. El hecho de que algo vaya a ocurrir o no depende de que Dios así lo disponga y no de si pasó alguna vez.

Dicho esto, en realidad debemos reconocer que eso que va a ocurrir al finalizar el Milenio SÍ PASÓ, y más de una vez, solo que en un ámbito más reducido, pero lo suficiente como para que haya un testimonio de que Dios lo hizo:

Génesis 19:24-25 RVC
24 Entonces el Señor hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra,
25 y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, junto con todos los habitantes de aquellas ciudades y los productos de la tierra.

2 Reyes 1:9-12 RVC
9 Enseguida el rey mandó a un capitán con cincuenta soldados a buscar a Elías, que estaba sentado en la cumbre del monte. El capitán subió a verlo, y le dijo: «Varón de Dios, el rey te pide que bajes.»
10 Pero Elías le respondió al capitán: «Si soy un varón de Dios, que caiga fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta soldados.» Al instante cayó fuego del cielo, y consumió al capitán y a sus cincuenta soldados.
11 Entonces el rey envió a otro capitán con otros cincuenta soldados, y éste le dijo lo mismo: «Varón de Dios, el rey te pide que bajes pronto.»
12 Y Elías respondió: «Si soy un varón de Dios, que caiga fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta soldados.» Y al instante cayó fuego del cielo, y consumió al capitán y a sus cincuenta soldados.

Cuando decimos “eso nunca pasó antes” en realidad estamos demostrando nuestra propia ignorancia. Ahora bien, no sabemos todo, y no podemos saber si tal cosa ocurrió o no, o puede ocurrir o no; por ello, mientras buscamos al Señor, debemos evitar ese error de razonamiento y mantenernos abiertos a la voz del Espíritu. A veces tenemos que buscar bastante atrás, en el pasado, para encontrar las respuestas que necesitamos hoy. Los rebeldes del Milenio no serán capaces de hacerlo, aunque tendrán todo a su disposición; voluntariamente ignorarán lo que, para ese entonces, habrá sido escrito hace tres mil años. Pero no somos mucho menos rebeldes los hombres de hoy, así que seamos un poco más humildes y entendamos las palabras.


Danilo Sorti




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