domingo, 19 de noviembre de 2017

317. Errores de razonamiento entre los cristianos: relación causa – efecto aparente

Mateo 12:24 RVC
24 Los fariseos, al oírlo, decían: «Éste expulsa los demonios por el poder de Beelzebú, príncipe de los demonios.»

Una de las palabras más “difíciles de digerir” que decía Jesús era lo referido a los fariseos, porque ellos eran apreciados en la sociedad, tanto que Jesús pudo decir de ellos:

Mateo 23:1-3 RVC
1 Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos:
2 «Los escribas y los fariseos se apoyan en la cátedra de Moisés.
3 Así que ustedes deben obedecer y hacer todo lo que ellos les digan, pero no sigan su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra.

Claro que esto es una ironía, pero eso no quita el Señor esté reconociendo el hecho de que fariseos y escribas estudiaban y conocían (al menos intelectualmente) la ley de Moisés. No debemos olvidar que el apóstol Pablo, aquel de quién más se habla en el Nuevo Testamento después de Jesús, era fariseo. Además, habían cumplido un rol importante en mantener la espiritualidad de la nación cuando el sacerdocio se corrompía de mano del poder político. Si no tuvieran “buenos antecedentes” y por lo menos una apariencia creíble de piedad, no tendría sentido que el Señor hablara tan vehementemente sobre su hipocresía.

El hecho es que algo que dijeran los fariseos era tenido en cuenta, con muchas probabilidades de ser verdad, si es que no aceptado como tal. El conocimiento de las Escrituras y de las tradiciones les daba un buen trasfondo para razonar con fundamentos. Sin embargo, en este versículo, aquellos que estaban “muy bien” entrenados para analizar en base a los principios bíblicos profieren una conclusión que, si bien les servía para “salir del paso” y confrontar a Jesús, contenía un error doblemente terrible.

Terrible primero porque era un absurdo en sí misma:

Mateo 12:25-30 RVC
25 Pero Jesús, que sabía lo que ellos pensaban, les dijo: «Todo reino dividido internamente acaba en la ruina. No hay casa o ciudad que permanezca, si internamente está dividida.
26 Así que, si Satanás expulsa a Satanás, se estará dividiendo a sí mismo; y así, ¿cómo podrá permanecer su reino?
27 Si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿por el poder de quién los expulsan los hijos de ustedes? Por lo tanto, ellos serán los jueces de ustedes.
28 Pero si yo expulso a los demonios por el poder del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
29 Porque ¿cómo va a entrar alguien en la casa de un hombre fuerte, y cómo va a saquear sus bienes, si antes no lo ata? Sólo así podrá saquear su casa.
30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Terrible segundo porque  estaba ofendiendo al Bendito Espíritu, el Único que nos puede llevar al arrepentimiento; rechazándolo a Él, ¿qué más nos queda? Solo la expectativa segura del infierno.

Mateo 12:31-30 RVC
31 Por tanto, les digo: A ustedes se les perdonará todo pecado y blasfemia, excepto la blasfemia contra el Espíritu.
32 Cualquiera que hable mal del Hijo del Hombre, será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este tiempo ni en el venidero.
33 Si el árbol es bueno, también su fruto es bueno; pero si el árbol es malo, también su fruto es malo. Al árbol se le conoce por sus frutos.
34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo pueden decir cosas buenas, si son malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35 El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro de su corazón; el hombre malo saca cosas malas de su mal tesoro.
36 Pero yo les digo que, en el día del juicio, cada uno de ustedes dará cuenta de cada palabra ociosa que haya pronunciado.
37 Porque por tus palabras serás reivindicado, y por tus palabras serás condenado.»

Aunque ellos no estuvieran del todo seguros de que el Espíritu Santo guiara a Jesús, el primer razonamiento debía haber bastado como para que tuvieran un poco de prudencia. Años después, otro fariseo, que tampoco estaba convencido de que ese nuevo movimiento realmente fuera de Dios, razonó en base a la prudencia:

Hechos 5:34-39 RVC
34 Entonces Gamaliel, un fariseo que era doctor de la ley y a quien todo el pueblo respetaba, se levantó ante el concilio y ordenó que sacaran por un momento a los apóstoles;
35 luego dijo: «Varones israelitas, piensen bien en lo que van a hacer con estos hombres.
36 Hace ya algún tiempo, se levantó Teudas, quien se jactaba de ser alguien, y logró que se le uniera un grupo como de cuatrocientos hombres; pero lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados y exterminados.
37 Después, cuando se hizo el censo, se levantó Judas el galileo y logró que muchos del pueblo lo siguieran. Pero también lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados.
38 Por eso les digo ahora: Olvídense de estos hombres. Déjenlos. Porque si esto que hacen es de carácter humano, se desvanecerá;
39 pero si es de Dios, no lo podrán destruir. ¡No vaya a ser que ustedes se encuentren luchando contra Dios!» Todos estuvieron de acuerdo con él,

No sabemos si Gamaliel creyó, pero al menos usó un juicio prudente.

Ahora bien, los razonamientos apresurados y erróneos, muchas veces en medio de contextos “verdaderos”, no son patrimonio exclusivo de nuestro tiempo ni mucho menos, pero creo que hoy los vemos surgir en todo su “esplendor”, aunque generalmente no en contextos aceptablemente “verdaderos”.

Las campañas políticas, que tanto espacio social ocupan y seguirán ocupando a medida que más inestable se vuelva el mundo, con su creciente habilidad para captar y mantener el interés de la gente, no solo logran conseguir algunos votos para sí, sino que también inyectan un terrible veneno. Muchos cristianos se están “chupando” esa ponzoña sin darse cuenta al participar en esas discursos y “relatos”, como se ha puesto de moda decir en mi país. Una de las formas de pseudorazonamiento que infectan de principio a fin muchos de esos discursos es algo parecido a lo que leímos más arriba: una relación simplista causa – efecto pero sin analizar las consecuencias más profundas del razonamiento expuesto.

El razonamiento parecía fuerte a primera vista: Beelzebú es “poderoso”, por lo tanto puede darle poder a ese tal charlatán para haga señales. En el fondo, hay verdad aquí, porque Satanás y sus demonios tienen una cuota de poder y pueden realizar ciertas señales, incluso aparentes liberaciones demoníacas; pero NO en el contexto en que su reino sea realmente desafiado.

Hoy día, y siempre, hay y hubo este tipo de razonamientos “rápidos” y simplistas, que pueden venir de la mano de gente “muy preparada”, sermones muy “bíblicos” o “poderosos”, libros muy profundos y razonados, en fin, lo que sea. A veces con mala intención, a veces sólo por el pecado que habita en nosotros.

El verdadero razonamiento INEVITABLEMENTE nos lleva a Dios y a Su verdad en las Escrituras, el problema es que estamos plagados de falsos razonamientos, que parecen verdaderos. Muchos siguen en la lucha “razón vs. fe", sin saber que ese planteo es en sí mismo un razonamiento falso: la verdadera razón inevitablemente nos lleva a la fe, el asunto es que prácticamente todo lo que conocemos como “razón”, y mucho del razonamiento teológico evangélico, en realidad está impregnado de la diosa razón, Atenea, que inspira profusos y complejos pseudorazonamientos, que contrastan con el razonamiento puro y poderoso de la sabiduría divina.

Podemos conocer bastante de la verdad pero mantener estructuras de razonamiento erróneas, estoy viendo en este tiempo como esos cristianos pueden caer presa fácilmente de fanatismos e ideologías políticas, además de gruesos errores doctrinales, que los están arrastrando fuera del Evangelio. Eso es parte del engaño de los últimos tiempos y debemos estar alertas, necesitamos no solamente conocer la verdad, sino también que el Espíritu purifique nuestra forma de entender.


Danilo Sorti




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