martes, 13 de noviembre de 2018

629. Santiago: la pobreza y la riqueza – V, su relación con Isaías 59 cuando Dios no escucha


Dado que Isaías tiene 66 capítulos se ha dicho que cada uno equivale, en orden, a un libro de la Biblia. Esto puede parecer un poco “traído de los pelos” pero resulta que uno se encuentra con algunas coincidencias interesantes, fundamentalmente en la crítica hacia los opresores y a las obras de injusticia, que es uno de los temas centrales de Santiago. No se trata de que Isaías 59 repita lo que dice Santiago, sino que brinda un “fundamento profético” sobre el cual el Espíritu Santo avanza luego en Santiago.

Isaías 59:1-2 RVC
1 Bien pueden ver que la mano del Señor no está impedida para salvar, ni sus oídos se han agravado para no oír.
2 Son las iniquidades de ustedes las que han creado una división entre ustedes y su Dios. Son sus pecados los que le han llevado a volverles la espalda para no escucharlos.

¿Por qué no responde Dios? Como siempre, es el pecado del hombre el que crea la división e impide la respuesta. Santiago agrega otros detalles:

Santiago 1:6-7 RVC
6 Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro.
7 Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna,

Santiago 4:1-4 RVC
1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?
2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden;
3 y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.
4 ¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

Y es que en ambos casos tenemos necesidades que no están siendo respondidas:

Isaías 59:9-11 RVC
9 Por eso la justicia se alejó de nosotros, y el derecho no nos alcanzó; esperábamos luz, y lo que tenemos son tinieblas; resplandores, y andamos en la oscuridad.
10 Palpamos la pared y andamos a tientas, como si fuéramos ciegos o no tuviéramos ojos; tropezamos a plena luz del día, como si fuera de noche; nos contamos entre los fuertes, y parecemos muertos.
11 Todos nosotros gruñimos como osos, pero nuestras quejas son gemidos de paloma; esperábamos justicia, y no la hay; ¡la salvación se ha alejado de nosotros!

Isaías 59:15-16 RVC
15 En ninguna parte se encuentra la verdad. A quien se aparta del mal se le pone en prisión. El Señor vio esto, y le fue muy desagradable ver que ya no había derecho.
16 Buscó a alguien, y se asombró al ver que nadie intervenía. Entonces intervino su brazo para salvar, y para establecer su justicia:

Santiago 1:2 RVC
2 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas.

Santiago 1:5 RVC
5 Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.

Santiago 2:4 RVC
4 ¿acaso no están discriminando entre ustedes y haciendo juicios malintencionados?

Santiago 2:15 RVC
15 Si un hermano o una hermana están desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día,

Santiago 3:14-16 RVC
14 Pero si ustedes abrigan en su corazón amargura, envidia y rivalidad, no tienen de qué presumir y están falseando la verdad.
15 Esta clase de sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, estrictamente humana, y diabólica.
16 Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal.

Santiago 4:1 RVC
1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?

Santiago 5:1 RVC
1 Ahora, ustedes los ricos, escuchen con cuidado. ¡Lloren a voz en cuello por las calamidades que les sobrevendrán!

El énfasis que vemos en Isaías parece más “nacional”, mientras que en Santiago se nos presenta más “individual” o comunitario. Sin embargo, también en Isaías está hablando a individuos y en Santiago trasciende lo meramente personal. Ambas visiones se complementan, y ambas se aplican tanto a la persona como a las comunidades y aún naciones.

Las necesidades en Isaías tenían que ver con la situación de la nación, probablemente el Israel que había vuelto ya del exilio (este capítulo correspondería al “tercer Isaías”, un profeta de la misma escuela que iniciara Isaías y que se encontraba en la comunidad postexílica) y mostraría el estado de un pueblo que había sido inspirado por las promesas de restauración recibidas en el exilio, pero que no se estaban cumpliendo. Esto produjo una crisis: Dios había hablado, ellos esperaban un tiempo de libertad y prosperidad, de salvación y paz, pero las condiciones externas e internas mostraban otra cosa. Quizás el texto también esté recordando las condiciones previas al exilio, pero si lo hace es porque en ese momento ocurría algo parecido.

Más de 500 años después, Santiago se encuentra con la comunidad de los santos, la nueva “Tierra Prometida” en medio de toda la Tierra y ¿qué ve? Lo mismo, al menos parcialmente. Había injusticias, había necesidad teniendo un Dios rico, había opresión. Dios no estaba respondiendo a todas las peticiones y se suscitaban conflictos internos.

Los judíos postexílicos habían dejado definitivamente la idolatría, ese pecado tan grosero nunca más los afectaría. Pero no habían logrado avanzar más hacia el establecimiento de la justicia, de la vida en santidad que Dios quería. Habían recibido una parte de la bendición de Dios, pero no toda. Algo así estaba pasando con los creyentes en Santiago: la comunidad había salido de la idolatría (probablemente unos cuantos de sus destinatarios fueran de origen pagano) o de un judaísmo legalista, pero no habían avanzado más en la vida en obediencia y se encontraban con esos conflictos y necesidades. El panorama de Santiago no es tan desolador como el de Isaías 59, sin embargo, si miramos la historia del cristianismo como siguió ocurriendo, podremos encontrar momentos similares.

Las pruebas son para perfeccionarnos, nadie está exento de ellas, y aunque es un tema difícil de analizar, cuando vivimos en desobediencia las pruebas se multiplican sobre nosotros. Parte de las pruebas y dificultades que vivía la comunidad tenía que ver con las relaciones interpersonales, al igual que en Isaías 59; los que tenían bienes no los compartían, la iglesia misma (digamos de un nivel económico medio o medio bajo) tampoco estaba ayudando, no había suficiente fe para recibir la sabiduría para la vida, había amargura, envidia, rivalidad, y aparentemente, algunos miembros adinerados no eran conscientes del tiempo de juicio que vendría sobre ellos. Si la realidad de esa comunidad seguía como estaba, no iba a ser diferente de las duras palabras de Isaías 59.

Así, nuestros pecados, personales y como comunidad, apartan el oído de Dios de nuestras oraciones. Esto no es lo mismo que no recibir una respuesta a las oraciones; podemos estar atravesando una prueba y la respuesta es “adorá, confiá y esperá”. Pero cuando estamos decididamente en rebelión, ni esa voz escuchamos. Y si Dios “no oye”, tampoco hay respuesta y la realidad no cambia, sea que materialmente Él la transforme o sea que espiritualmente nos cambie a nosotros.

Santiago nos llama a revisar qué está pasando con nuestras oraciones, e Isaías 59 nos advierte hacia dónde vamos si permanecemos en la injusticia. También Santiago e Isaías 59 nos exhortan a seguir avanzando en la fe y no quedarnos con una conquista pasada, con una transformación anterior.


Danilo Sorti




Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprime aquí para enviarnos tu ofrenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario