martes, 13 de noviembre de 2018

632. Santiago: la pobreza y la riqueza – VIII, consejos muy prácticos para prosperar


¿Puede contener un libro del Nuevo Testamento consejos económicos prácticos? Parecería que eso sólo queda reservado para Proverbios y otros libros del Antiguo Testamento, pero no es así. Digamos más bien que no se va a repetir lo que ya se escribió, pero hay un recordatorio a la vez que se unen esas enseñanzas “terrenales” con el nuevo enfoque espiritual.

Santiago 1:5 RVC
5 Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.

¿Necesitamos más dinero para hacer dinero? Bueno, hace falta es cierto, pero más que eso necesitamos la sabiduría de Dios. No faltan recursos en este mundo, falta bendición de Dios y verdadera sabiduría. El que pide conforme Su voluntad recibirá las estrategias para alcanzar el nivel de prosperidad que Dios haya dispuesto para él.

Santiago 1:6 RVC
6 Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro.

No solo la duda nos “desconecta” con Dios, nos desconecta de nuestro objetivo y propósito. Si Dios ha hablado y ha dado una visión, ¿por qué dudar? Pero si dudamos es que, o bien no tenemos lo suficientemente clara la visión de Dios, o bien queremos que Dios cumpla nuestros propios planes, o bien no estamos pudiendo resolver adecuadamente el ataque espiritual (y si no lo podemos hacer ahora, menos lo podremos resolver cuando estemos en medio del proyecto). Por lo tanto, la duda debe ser una señal de alerta, pero no para combatir a “la duda” en sí, sino para extirpar sus raíces.

Además, la duda nos deja vulnerables ante los cambios en el contexto, y vivimos en un mundo muy cambiante. Si hoy tenemos un plan, mañana otro, pasado otro distinto, nuestro negocio “se va al tacho” el mes que viene…

Santiago 1:7 RVC
7 Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna,

Aquí la cruda realidad, pero que es muy necesaria: si tenemos dudas es que algo está mal en nuestra visión de proyecto y / o nuestra preparación, y no habrá bendición. Podemos hacer un alto y arreglar lo que no funciona, podemos desanimarnos y dejar el proyecto, o podemos enojarnos y buscar hacer las cosas por métodos humanos (que son diabólicos). Pero en todo caso, “no podemos” permanecer engañados respecto de lo que va a pasar.

Santiago 1:8 RVC
8 pues quienes titubean son inconstantes en todo lo que hacen.

De nuevo la duda: el problema es que si somos “dubitativos” tampoco podremos realizar adecuadamente un plan de Dios. Cuando el Señor deposita confianza en nosotros, nos da recursos, una visión y la autoridad para realizarla, está poniendo mucho en nuestras manos, tanto para hacer lo bueno como para hacer lo malo. Si hay un corazón lleno de dudas, fácilmente movible, es un riesgo grande, para los otros y para nosotros mismos. Por nuestro bien, no nos dará lo que estamos buscando… hasta que solucionemos esos temas. Lo bueno es que hoy podemos entenderlo y podemos poner manos a la obra para resolverlo.

Santiago 1:9 RVC
9 El hermano pobre debe sentirse orgulloso cuando sea exaltado;

¿Y esto qué tiene que ver con prosperar económicamente? Cuando el pobre es reconocido, es valorado públicamente, es decir, es “exaltado”, está recibiendo no solo la honra que Dios le da sino también recursos en capital social. En esencia, lo que dice aquí es que cuando el pobre (no solo en dinero, sino en reconocimiento, en relaciones, en oportunidades) es reconocido y se le otorga un “capital” de relaciones, ¡pues que lo aproveche! Que no caiga en falsa humildad (que es orgullo y temor) desaprovechando la oportunidad que Dios le otorga. Sencillamente, hay que aprovecharla.

Santiago 1:10 RVC
10 el rico debe sentirse igual cuando sea humillado, porque las riquezas pasan como las flores del campo:

El rico ya sabe hacer negocios, y ha tenido éxito en ello. Pero las cosas no siempre van bien y cuando hay grandes cambios de contexto, los negocios pueden fracasar. Aprender de esos fracasos no solamente le sirve para futuros negocios, sino que le sirve para desarrollar humildad y otra serie de virtudes que le aseguran la verdadera riqueza celestial. Y de paso, le permiten escuchar más adecuadamente la voz de Dios, para volver a hacer negocios, pero con un enfoque distinto.

Santiago 1:11 RVC
11 en cuanto sale el sol, quemándolo todo con su calor, la hierba se marchita y su flor se cae, con lo que su hermosa apariencia se desvanece. Así también se desvanecerá el rico en todas sus empresas.

Es muy natural que los “ricos” confíen en sus posesiones y su capacidad para hacer negocios. En realidad, no solamente los que llamaríamos “ricos” confían en ellas, la mayor parte de las personas lo hacen, solo que como no pueden alcanzar riquezas no les queda más remedio que mantenerse humildes. Un rico totalmente entregado al Señor y humilde, es un verdadero tesoro.

Proverbios 27:23-24 RVC
23 Manténte atento al estado de tus ovejas; cuida bien a tus rebaños,
24 porque las riquezas no duran para siempre ni la corona permanece perpetuamente.

Las riquezas no duran para siempre, todo puede cambiar rápidamente. Si los que tienen posesiones materiales lo saben y son adecuadamente conscientes, entregando sus vidas completamente al Señor, es incluso posible que Dios les permita seguir haciendo dinero para el Reino, porque sabe que eso no los desviará del camino.

Y sí, Santiago no es una “oda a la pobreza”, más bien, es un compendio de consejos para obtener la verdadera riqueza, que es espiritual, de la cual luego puede fluir la riqueza menor, que es la material.



Danilo Sorti




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