Lucas 1:76-80 RVC
76 Y a ti, niño, te llamarán “Profeta del
Altísimo”, porque irás precediendo al Señor para preparar sus caminos.
77 Darás a conocer a su pueblo la salvación y
el perdón de sus pecados,
78 por la entrañable misericordia de nuestro
Dios. La aurora nos visitó desde lo alto,
79 para alumbrar a los que viven en tinieblas
y en medio de sombras de muerte; para encaminarnos por la senda de la paz.»
80 El niño fue creciendo y fortaleciéndose en
espíritu, y vivió en lugares apartados hasta el día en que se presentó
públicamente a Israel.
Nadie hubo mayor que Juan el Bautista en la
historia de la Salvación hasta que apareció Jesús inaugurando un nuevo tiempo,
pero su breve y contundente ministerio estuvo precedido por muchos años en el
desierto. Sin dudas que Israel atravesaba grandes dificultades e injusticias
sociales en ese tiempo, pero Juan “no estaba” allí, al menos no abiertamente.
En el desierto pudo conocer a Dios tan estrechamente que no tuvo temor a
confrontar al despótico Herodes.
Conocemos historias de los que han estado “en
el desierto”, es decir, en la soledad, con Dios. Hubo, y sigue habiendo,
órdenes religiosas de las iglesias tradicionales (Católica, Ortodoxas) que
hacen votos al respecto, pero para los evangélicos, y en general, para la
espiritualidad moderna, resulta algo extraño. ¡Hay tanto para hacer! ¡Pasan
tantas cosas una detrás de otra! ¿Quién tiene tiempo para “ir al desierto”, a
descansar y a escuchar a Dios? Bueno, los hechos actuales indican que el mismo
Dios no piensa como nosotros…
Marcos 6:30-32 RVC
30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
31 Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes
solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y
venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer.
32 Así que se fueron solos en una barca a un
lugar apartado.
En el relato bíblico el descanso planeado
resultó frustrado y Jesús finalmente atendió a las necesidades de la gente,
pero el principio sigue siendo válido: es necesario apartarse y descansar un
poco, buscando al Señor.
Éxodo 16:29 RVC
29 Dense cuenta de que yo, el Señor, les he
dado el día de reposo. Por eso el sexto día les doy pan para dos días. Así que
el séptimo día todos deben quedarse en su lugar, y no salir de allí.»
Todo el Antiguo Testamento está cruzado por
el día de reposo, no es una ordenanza expresa del Nuevo, pero tampoco vemos que
el principio que lo sustenta haya sido quitado.
La verdad es que, sin embargo, ¿cómo tomarse
un tiempo reposado cuando todo a nuestro alrededor se arremolina? No es simple.
Aún queriendo hacerlo, la suma de responsabilidades y las cargas laborales y
familiares, además de las responsabilidades de iglesia, no permiten que
fácilmente podamos aislarnos. Pero Dios tiene Sus formas de hacerlo… aunque
sean un poco drásticas…
¿Qué tan importante es ese aislamiento y
tiempo de comunión en soledad con Dios?
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Génesis 8:13 RVC
13 El día primero del mes primero del año
seiscientos uno de Noé, se secaron las aguas sobre la tierra. Entonces Noé
quitó la cubierta del arca, y miró, y resultó que la superficie de la tierra se
estaba secando,
Un año de aislamiento devolvió la paz al
atribulado Noé y su familia.
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Éxodo 3:1-3 RVC
1 Moisés cuidaba las ovejas de Jetro, su
suegro, que era sacerdote de Madián, y un día llevó las ovejas a través del
desierto y llegó hasta Horeb, el monte de Dios.
2 Allí, el ángel del Señor se le apareció en
medio de una zarza envuelta en fuego. Moisés miró, y vio que la zarza ardía en
el fuego, pero no se consumía.
3 Entonces dijo: «Voy a ir y ver esta grande
visión, por qué es que la zarza no se quema.»
Ese tiempo sirvió para que el muy culto y
educado Moisés se transformara en un cuidadoso pastor, humilde y sensible como
para escuchar la voz del Dios de sus antepasados.
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Deuteronomio 9:11 RVC
11 Al final de los cuarenta días y las
cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del
pacto,
La soledad del monte sirvió para que Moisés
recibiera leyes que harían de Israel una nación única.
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Deuteronomio 9:25 RVC
25 »Entonces me postré delante del Señor, y
estuve así cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor dijo que los iba a
destruir.
Y también para que la justa ira de Dios no
destruyera al pueblo pecador, sino que le diera otra oportunidad.
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Deuteronomio 8:2 RVC
2 Te acordarás de todo el camino en el
desierto, por donde el Señor tu Dios te ha traído estos cuarenta años para
afligirte y ponerte a prueba, y para saber lo que había en tu corazón, y si
habrías de cumplir o no con sus mandamientos.
Sirvió para que una horda de esclavos semi
idólatras se transformaran en una nación valiente con la fe firme en Yahveh.
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1 Samuel 23:14 RVC
14 Así, David se quedó en las fortalezas del
desierto, y vivió en un monte del desierto de Zif; y aunque Saúl lo buscaba
todos los días, el Señor le impidió encontrarlo.
Sirvió para que un joven guerrero, capaz pero
inmaduro, fuera transformado en un líder nacional.
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1 Reyes 17:2-4 RVC
2 Además, la palabra del Señor vino a Elías y
le dijo:
3 «Sal de este lugar y vete al oriente;
escóndete allí, cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán.
4 Saciarás tu sed en el arroyo, y ya he
mandado a los cuervos que te lleven de comer.»
Sirvió para que el profeta Elías resguardara
su pellejo hasta que llegara el tiempo adecuado para manifestarse a Israel y
lograr que la nación se volviera a Dios.
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1 Reyes 19:8 RVC
8 Elías comió y bebió y recuperó sus fuerzas,
y con aquella comida pudo caminar durante cuarenta días con sus noches, hasta
llegar a Horeb, el monte de Dios.
De nuevo Elías, en su tiempo de soledad,
vuelve al monte de Dios para recibir instrucciones para concluir su misión y
dejar legado.
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Job 42:10-13 RVC
10 Después de que Job rogó por sus amigos, el
Señor sanó también la aflicción de Job y aumentó al doble todo lo que Job había
tenido.
11 Después de haber pasado por tan terrible
calamidad que el Señor le envió, Job recibió la visita de todos sus hermanos y
hermanas, y de sus amigos y conocidos de antes, y juntos disfrutaron de una
gran comida en su casa. Ellos le dieron sus condolencias y lo consolaron por la
familia que había perdido, y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y
un anillo de oro.
12 Y el Señor bendijo a Job con mayores
riquezas que las que tuvo al principio, pues llegó a tener catorce mil ovejas,
seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas,
13 y además tuvo siete hijos y tres hijas.
El “desierto” de Job no fue relativamente
tranquilo como en otros casos, pero saliendo de él tuvo una revelación única de
Dios, y recibió el doble de bienes.
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Lucas 1:80 RVC
80 El niño fue creciendo y fortaleciéndose en
espíritu, y vivió en lugares apartados hasta el día en que se presentó
públicamente a Israel.
El desierto de Juan, toda su vida hasta ese
momento, lo preparó para ser el precursor del Mesías.
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Lucas 4:1,2,13 RVC
1 Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu
Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto.
2 Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo
estuvo poniendo a prueba. Como durante esos días no comió nada, pasado ese
tiempo tuvo hambre.
13 Cuando el diablo agotó sus intentos de
ponerlo a prueba, se apartó de él por algún tiempo.
El desierto de Jesús no fue para “encontrar
Su misión” o “corregir Su camino”, fue el lugar para desafiar a Satanás cara a
cara y como consecuencia de su victoria espiritual, los cielos fueron abiertos
el tiempo suficiente para desarrollar un ministerio poderoso sobre la tierra.
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Hechos 9:8-9 RVC
8 Saulo se levantó y, cuando abrió los ojos,
ya no podía ver, así que de la mano lo llevaron a Damasco,
9 y allí estuvo tres días sin poder ver, y
tampoco comió ni bebió nada.
Este “pequeño desierto” sirvió para que un
acérrimo perseguidor entendiera su gran error.
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Gálatas 1:15-18 RVC
15 Pero Dios me apartó desde el vientre de mi
madre y me llamó por su gracia, y cuando a él le agradó
16 revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciara
entre los no judíos, no me apresuré a consultar a nadie,
17 ni subí a Jerusalén para hablar con los
que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a
Damasco.
18 Después, pasados tres años, subí a
Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;
El ya convertido Saulo se alejó del ruido de
las ciudades y se fue al desierto, para recibir las revelaciones de un
evangelio que llegaría hasta los gentiles y hasta nuestros días.
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Romanos 16:7 RVC
7 Saluden a Andrónico y a Junias, mis
parientes y compañeros de prisiones; ellos son muy estimados entre los
apóstoles, y se convirtieron a Cristo antes que yo.
De nuevo Pablo, en el “desierto” de sus
prisiones, escribió cartas muy importantes, que no tendríamos de otra forma.
·
Apocalipsis 1:9-10 RVC
9 Yo, Juan, soy hermano de ustedes y
participo con ustedes en la tribulación, en el reino y en la paciencia de
Jesucristo. Por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo
estaba yo en la isla de Patmos.
10 En el día del Señor quedé bajo el poder
del Espíritu, y detrás de mí oí una fuerte voz, parecida al sonido de una
trompeta,
Juan en el desierto de Patmos, recibió la
revelación de los últimos tiempos.
·
Apocalipsis 12:14 RVC
14 Pero a la mujer se le dieron las dos alas
de la gran águila para que volara a su lugar en el desierto, donde es
alimentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo, para estar a
salvo de la serpiente.
Finalmente, en el desierto, la iglesia que
inicia el nuevo tiempo mesiánico, es protegida y madurada.
Todo esto pasó en el “desierto”, y más aún,
es decir, en la soledad y el aislamiento de todas o casi todas las personas. En
Dios, la soledad puede ser un tiempo extremadamente fructífero, y, por cierto,
es la preparación necesaria e imprescindible para lo que viene después:
·
Noé tuvo la responsabilidad de construir una nueva civilización, sobre
nuevos fundamentos.
·
Moisés comenzó una carrera vertiginosa con los juicios sobre Egipto y que
duraría más de cuarenta años.
·
David tuvo que hacerse cargo de un reino en formación, defenderse de
feroces enemigos, solucionar problemas internos y preparar el legado.
·
Elías enfrentó la primera vez a toda una nación idólatra y a un rey
pusilánime, luego, dejó un legado multiplicado.
·
Job recibió el doble de bienes que había tenido antes… es decir, ¡el doble
de trabajo!
·
Juan llamó a toda una nación al arrepentimiento, preparando el camino al
Mesías
·
Jesús comenzó un ministerio impresionante e incansable.
·
Pablo siguió los pasos de su Maestro, viajando por todo el Imperio Romano.
·
Juan continuó con un ministerio en todas las iglesias de Asia.
·
La joven iglesia del tiempo de la tribulación deberá reconstruir un mundo
asolado por los juicios divinos y establecer una nueva humanidad, muy distinta
a la actual.
¡La relativa tranquilidad del desierto, de la
soledad, da paso inevitablemente a una vorágine de conquistas para el Reino de
Dios! … Siempre y cuando pasemos ese tiempo en el propósito divino.
Para nuestra generación es un tiempo que “no
ha ocurrido antes”, pero los personajes bíblicos y la historia de la humanidad
en general, ha tenido esos períodos antes. La soledad con Dios genera un poder
enorme en la tierra. Lo necesitamos para lo que viene.
¿Qué “saldrá” de este desierto?
·
Para algunos, parecido a lo que le ocurrió a Noé, la responsabilidad de
edificar una nueva comunidad, quizás una nueva iglesia, con una nueva forma y
nueva gente.
·
Para otros, será la plataforma para una responsabilidad pública que nunca
habían pensado asumir, como Moisés.
·
Otros habrán recibido diseños divinos para las nuevas comunidades que se
formen.
·
Algunos habrán logrado frenar el castigo sobre la Tierra, de tal forma que
gracias a su intercesión, la plaga no habrá segado más vidas.
·
Habrá quienes sean llamados a cargos de autoridad, después de su tiempo a
solas con Dios.
·
Algunos saldrán con el poder profético para confrontar naciones y volverlas
al arrepentimiento.
·
Unos cuantos recibirán la visión clara de cómo dejar legado y multiplicar
sus ministerios.
·
Algunos, como Job, y en medio de un mundo en crisis, recibirán nuevos
negocios y emprendimientos que los harán prosperar.
·
Otros, como Juan el Bautista, recibirán la unción para anunciar la venida
del Señor a una sociedad confundida e incrédula.
·
Algunos habrán ganado una batalla espiritual decisiva que les abrirá los
cielos para el ministerio que vendrá.
·
Habrá también quienes reciban las indicaciones sobre cómo llevar el Reino
de Dios y la Salvación a grupos de gente que no han sido alcanzados hasta
ahora.
·
Otros tendrán tiempo para escribir lo que el Espíritu les ha venido
hablando desde hace mucho.
·
Unos cuantos recibirán revelaciones precisas sobre los acontecimientos que
vendrán sobre la Tierra.
·
Pero todos, en definitiva, habremos sido madurados y preparados para el
nuevo, difícil y maravilloso, tiempo que vendrá.
Danilo Sorti
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