domingo, 12 de abril de 2020

766. Recuperando, a la fuerza, el perdido arte de la soledad con Dios


Lucas 1:76-80 RVC
76 Y a ti, niño, te llamarán “Profeta del Altísimo”, porque irás precediendo al Señor para preparar sus caminos.
77 Darás a conocer a su pueblo la salvación y el perdón de sus pecados,
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios. La aurora nos visitó desde lo alto,
79 para alumbrar a los que viven en tinieblas y en medio de sombras de muerte; para encaminarnos por la senda de la paz.»
80 El niño fue creciendo y fortaleciéndose en espíritu, y vivió en lugares apartados hasta el día en que se presentó públicamente a Israel.

Nadie hubo mayor que Juan el Bautista en la historia de la Salvación hasta que apareció Jesús inaugurando un nuevo tiempo, pero su breve y contundente ministerio estuvo precedido por muchos años en el desierto. Sin dudas que Israel atravesaba grandes dificultades e injusticias sociales en ese tiempo, pero Juan “no estaba” allí, al menos no abiertamente. En el desierto pudo conocer a Dios tan estrechamente que no tuvo temor a confrontar al despótico Herodes.

Conocemos historias de los que han estado “en el desierto”, es decir, en la soledad, con Dios. Hubo, y sigue habiendo, órdenes religiosas de las iglesias tradicionales (Católica, Ortodoxas) que hacen votos al respecto, pero para los evangélicos, y en general, para la espiritualidad moderna, resulta algo extraño. ¡Hay tanto para hacer! ¡Pasan tantas cosas una detrás de otra! ¿Quién tiene tiempo para “ir al desierto”, a descansar y a escuchar a Dios? Bueno, los hechos actuales indican que el mismo Dios no piensa como nosotros…

Marcos 6:30-32 RVC
30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
31 Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer.
32 Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado.

En el relato bíblico el descanso planeado resultó frustrado y Jesús finalmente atendió a las necesidades de la gente, pero el principio sigue siendo válido: es necesario apartarse y descansar un poco, buscando al Señor.

Éxodo 16:29 RVC
29 Dense cuenta de que yo, el Señor, les he dado el día de reposo. Por eso el sexto día les doy pan para dos días. Así que el séptimo día todos deben quedarse en su lugar, y no salir de allí.»

Todo el Antiguo Testamento está cruzado por el día de reposo, no es una ordenanza expresa del Nuevo, pero tampoco vemos que el principio que lo sustenta haya sido quitado.

La verdad es que, sin embargo, ¿cómo tomarse un tiempo reposado cuando todo a nuestro alrededor se arremolina? No es simple. Aún queriendo hacerlo, la suma de responsabilidades y las cargas laborales y familiares, además de las responsabilidades de iglesia, no permiten que fácilmente podamos aislarnos. Pero Dios tiene Sus formas de hacerlo… aunque sean un poco drásticas…

¿Qué tan importante es ese aislamiento y tiempo de comunión en soledad con Dios?

·         Génesis 8:13 RVC
13 El día primero del mes primero del año seiscientos uno de Noé, se secaron las aguas sobre la tierra. Entonces Noé quitó la cubierta del arca, y miró, y resultó que la superficie de la tierra se estaba secando,

Un año de aislamiento devolvió la paz al atribulado Noé y su familia.

·         Éxodo 3:1-3 RVC
1 Moisés cuidaba las ovejas de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y un día llevó las ovejas a través del desierto y llegó hasta Horeb, el monte de Dios.
2 Allí, el ángel del Señor se le apareció en medio de una zarza envuelta en fuego. Moisés miró, y vio que la zarza ardía en el fuego, pero no se consumía.
3 Entonces dijo: «Voy a ir y ver esta grande visión, por qué es que la zarza no se quema.»

Ese tiempo sirvió para que el muy culto y educado Moisés se transformara en un cuidadoso pastor, humilde y sensible como para escuchar la voz del Dios de sus antepasados.

·         Deuteronomio 9:11 RVC
11 Al final de los cuarenta días y las cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto,

La soledad del monte sirvió para que Moisés recibiera leyes que harían de Israel una nación única.

·         Deuteronomio 9:25 RVC
25 »Entonces me postré delante del Señor, y estuve así cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor dijo que los iba a destruir.

Y también para que la justa ira de Dios no destruyera al pueblo pecador, sino que le diera otra oportunidad.

·         Deuteronomio 8:2 RVC
2 Te acordarás de todo el camino en el desierto, por donde el Señor tu Dios te ha traído estos cuarenta años para afligirte y ponerte a prueba, y para saber lo que había en tu corazón, y si habrías de cumplir o no con sus mandamientos.

Sirvió para que una horda de esclavos semi idólatras se transformaran en una nación valiente con la fe firme en Yahveh.

·         1 Samuel 23:14 RVC
14 Así, David se quedó en las fortalezas del desierto, y vivió en un monte del desierto de Zif; y aunque Saúl lo buscaba todos los días, el Señor le impidió encontrarlo.

Sirvió para que un joven guerrero, capaz pero inmaduro, fuera transformado en un líder nacional.

·         1 Reyes 17:2-4 RVC
2 Además, la palabra del Señor vino a Elías y le dijo:
3 «Sal de este lugar y vete al oriente; escóndete allí, cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán.
4 Saciarás tu sed en el arroyo, y ya he mandado a los cuervos que te lleven de comer.»

Sirvió para que el profeta Elías resguardara su pellejo hasta que llegara el tiempo adecuado para manifestarse a Israel y lograr que la nación se volviera a Dios.

·         1 Reyes 19:8 RVC
8 Elías comió y bebió y recuperó sus fuerzas, y con aquella comida pudo caminar durante cuarenta días con sus noches, hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.

De nuevo Elías, en su tiempo de soledad, vuelve al monte de Dios para recibir instrucciones para concluir su misión y dejar legado.

·         Job 42:10-13 RVC
10 Después de que Job rogó por sus amigos, el Señor sanó también la aflicción de Job y aumentó al doble todo lo que Job había tenido.
11 Después de haber pasado por tan terrible calamidad que el Señor le envió, Job recibió la visita de todos sus hermanos y hermanas, y de sus amigos y conocidos de antes, y juntos disfrutaron de una gran comida en su casa. Ellos le dieron sus condolencias y lo consolaron por la familia que había perdido, y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y un anillo de oro.
12 Y el Señor bendijo a Job con mayores riquezas que las que tuvo al principio, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas,
13 y además tuvo siete hijos y tres hijas.

El “desierto” de Job no fue relativamente tranquilo como en otros casos, pero saliendo de él tuvo una revelación única de Dios, y recibió el doble de bienes.

·         Lucas 1:80 RVC
80 El niño fue creciendo y fortaleciéndose en espíritu, y vivió en lugares apartados hasta el día en que se presentó públicamente a Israel.

El desierto de Juan, toda su vida hasta ese momento, lo preparó para ser el precursor del Mesías.

·         Lucas 4:1,2,13 RVC
1 Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto.
2 Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo estuvo poniendo a prueba. Como durante esos días no comió nada, pasado ese tiempo tuvo hambre.
13 Cuando el diablo agotó sus intentos de ponerlo a prueba, se apartó de él por algún tiempo.

El desierto de Jesús no fue para “encontrar Su misión” o “corregir Su camino”, fue el lugar para desafiar a Satanás cara a cara y como consecuencia de su victoria espiritual, los cielos fueron abiertos el tiempo suficiente para desarrollar un ministerio poderoso sobre la tierra.

·         Hechos 9:8-9 RVC
8 Saulo se levantó y, cuando abrió los ojos, ya no podía ver, así que de la mano lo llevaron a Damasco,
9 y allí estuvo tres días sin poder ver, y tampoco comió ni bebió nada.

Este “pequeño desierto” sirvió para que un acérrimo perseguidor entendiera su gran error.

·         Gálatas 1:15-18 RVC
15 Pero Dios me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, y cuando a él le agradó
16 revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciara entre los no judíos, no me apresuré a consultar a nadie,
17 ni subí a Jerusalén para hablar con los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;

El ya convertido Saulo se alejó del ruido de las ciudades y se fue al desierto, para recibir las revelaciones de un evangelio que llegaría hasta los gentiles y hasta nuestros días.

·         Romanos 16:7 RVC
7 Saluden a Andrónico y a Junias, mis parientes y compañeros de prisiones; ellos son muy estimados entre los apóstoles, y se convirtieron a Cristo antes que yo.

De nuevo Pablo, en el “desierto” de sus prisiones, escribió cartas muy importantes, que no tendríamos de otra forma.

·         Apocalipsis 1:9-10 RVC
9 Yo, Juan, soy hermano de ustedes y participo con ustedes en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo. Por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo estaba yo en la isla de Patmos.
10 En el día del Señor quedé bajo el poder del Espíritu, y detrás de mí oí una fuerte voz, parecida al sonido de una trompeta,

Juan en el desierto de Patmos, recibió la revelación de los últimos tiempos.

·         Apocalipsis 12:14 RVC
14 Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila para que volara a su lugar en el desierto, donde es alimentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo, para estar a salvo de la serpiente.

Finalmente, en el desierto, la iglesia que inicia el nuevo tiempo mesiánico, es protegida y madurada.

Todo esto pasó en el “desierto”, y más aún, es decir, en la soledad y el aislamiento de todas o casi todas las personas. En Dios, la soledad puede ser un tiempo extremadamente fructífero, y, por cierto, es la preparación necesaria e imprescindible para lo que viene después:

·         Noé tuvo la responsabilidad de construir una nueva civilización, sobre nuevos fundamentos.
·         Moisés comenzó una carrera vertiginosa con los juicios sobre Egipto y que duraría más de cuarenta años.
·         David tuvo que hacerse cargo de un reino en formación, defenderse de feroces enemigos, solucionar problemas internos y preparar el legado.
·         Elías enfrentó la primera vez a toda una nación idólatra y a un rey pusilánime, luego, dejó un legado multiplicado.
·         Job recibió el doble de bienes que había tenido antes… es decir, ¡el doble de trabajo!
·         Juan llamó a toda una nación al arrepentimiento, preparando el camino al Mesías
·         Jesús comenzó un ministerio impresionante e incansable.
·         Pablo siguió los pasos de su Maestro, viajando por todo el Imperio Romano.
·         Juan continuó con un ministerio en todas las iglesias de Asia.
·         La joven iglesia del tiempo de la tribulación deberá reconstruir un mundo asolado por los juicios divinos y establecer una nueva humanidad, muy distinta a la actual.

¡La relativa tranquilidad del desierto, de la soledad, da paso inevitablemente a una vorágine de conquistas para el Reino de Dios! … Siempre y cuando pasemos ese tiempo en el propósito divino.

Para nuestra generación es un tiempo que “no ha ocurrido antes”, pero los personajes bíblicos y la historia de la humanidad en general, ha tenido esos períodos antes. La soledad con Dios genera un poder enorme en la tierra. Lo necesitamos para lo que viene.

¿Qué “saldrá” de este desierto?

·         Para algunos, parecido a lo que le ocurrió a Noé, la responsabilidad de edificar una nueva comunidad, quizás una nueva iglesia, con una nueva forma y nueva gente.
·         Para otros, será la plataforma para una responsabilidad pública que nunca habían pensado asumir, como Moisés.
·         Otros habrán recibido diseños divinos para las nuevas comunidades que se formen.
·         Algunos habrán logrado frenar el castigo sobre la Tierra, de tal forma que gracias a su intercesión, la plaga no habrá segado más vidas.
·         Habrá quienes sean llamados a cargos de autoridad, después de su tiempo a solas con Dios.
·         Algunos saldrán con el poder profético para confrontar naciones y volverlas al arrepentimiento.
·         Unos cuantos recibirán la visión clara de cómo dejar legado y multiplicar sus ministerios.
·         Algunos, como Job, y en medio de un mundo en crisis, recibirán nuevos negocios y emprendimientos que los harán prosperar.
·         Otros, como Juan el Bautista, recibirán la unción para anunciar la venida del Señor a una sociedad confundida e incrédula.
·         Algunos habrán ganado una batalla espiritual decisiva que les abrirá los cielos para el ministerio que vendrá.
·         Habrá también quienes reciban las indicaciones sobre cómo llevar el Reino de Dios y la Salvación a grupos de gente que no han sido alcanzados hasta ahora.
·         Otros tendrán tiempo para escribir lo que el Espíritu les ha venido hablando desde hace mucho.
·         Unos cuantos recibirán revelaciones precisas sobre los acontecimientos que vendrán sobre la Tierra.
·         Pero todos, en definitiva, habremos sido madurados y preparados para el nuevo, difícil y maravilloso, tiempo que vendrá.


Danilo Sorti





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