No es tan simple encontrar una secuencia de
quince elementos en la Biblia, mucho más fácil, lógicamente, es encontrar las
secuencias de siete. Pero si quince representa un nuevo camino, debe haber algo
que nos indique los “pasos”, y creo que podemos encontrar tal cosa en los
llamados “Salmos graduales”, una colección de Salmos que cantaban los
peregrinos al ir hacia Jerusalén, supuestamente, uno por cada uno de los, según
se pensaba, quince escalones para subir al Templo.
Son casi todos breves, enfocados en un tema
principal, y, obviamente, quince. No solamente cuadran en el concepto de “camino”
porque se cantaban bajo esa circunstancia, y en un “camino” que implicaba una
profunda introspección hacia el momento del encuentro con el Señor, sino que
son profundamente “del camino” porque corresponden al tiempo del post exilio,
cuando Israel, habiendo sido duramente confrontada por sus malos caminos, procuraba
volver a Su Hacedor.
No son Salmos guerreros, no son exactamente “sapienciales”,
son propiamente reflexivos. Recorren un amplio espectro de la experiencia
humana del creyente fiel y lo reposicionan en su relación con Dios y con el
mundo. Podemos decir que son los pasos para entrar en un nuevo camino,
personales y comunitarios porque, aunque puedan considerarse como plegarias
individuales, tienen un claro enfoque congregacional.
Aquí una idea central de cada uno:
1) 120:
clamor del que vive rodeado de malvados
2) 121:
reconocimiento de la Fuente de auxilio
3) 122:
deseo por la “ciudad de Dios”
4) 123:
pedido de auxilio
5) 124: reconocimiento
de la protección divina
6) 125:
posición de fortaleza de los justos
7) 126: anhelo
del futuro glorioso
8) 127:
una nueva casa que el Señor nos edifica
9) 128:
el gozo de los que honran al Señor
10) 129:
venganza del Señor sobre los angustiadores
11) 130:
súplica profunda, perdón y esperanza
12) 131: humildad
ante el Señor
13) 132: elección
del Señor para una misión, David y Jerusalén
14) 133: presencia
del Señor en la unidad
15) 134: alabanza al Señor
A su vez, tenemos dos secuencias de siete
relativamente paralelas, en donde los siete dones redentores / muebles del
Tabernáculo, se van cumpliendo en “dos vueltas” progresivas.
Cada Salmo tiene su cuota de reconocimiento,
arrepentimiento, cambio y nuevo destino, hasta llegar a la presencia plena del
Señor en la unidad y prorrumpir en alabanza. Pero no estamos hablando aquí de
idolatría o pecados groseros sino de raíces más sutiles, por eso, se trata de
un “nuevo camino” pero no propiamente del camino de la salvación, porque se
supone que ese ya fue recorrido por el que transita por aquí, es el camino de
una santificación profunda, una revisión completa y una nueva perspectiva.
Veámoslos en relación con los siete dones
redentores:
1) 120 -
Profeta: clamor por justicia al estar rodeado de malvados y mentirosos,
declaración del juicio que recibirán
2) 121 -
Siervo: reconocimiento de que la ayuda viene del Señor, Él es el que “limpia”
el ambiente para que podamos vivir. Propiamente, Dios es el único que puede “servirnos”
en lo que necesitamos.
3) 122 -
Maestro: en la Ciudad de Dios es donde se encuentra la verdadera
enseñanza, Jerusalén tiene el don de Maestro.
4) 123 - Exhortador:
en el cielo están los astros puestos por Dios para señalar los tiempos, función
del Exhortador, y es el encargado de la comunicación, en este caso, de pedir
auxilio conociendo los tiempos que han sido determinados.
5) 124 - Dador: reconoce
de dónde viene la protección, no es por los recursos propios, inevitablemente
tienen que ser los divinos.
6) 125 - Gobierno:
Dios es quien gobierna desde el Monte Sión, Sus designios y justicia se cumplirán.
7) 126 - Misericordia:
llegará el día anhelado del cumplimiento de la promesa y del gozo pleno, anhelo
del futuro glorioso y momento de la plena alineación.
Esta serie de siete termina con la llegada a
la “tierra santa”, al lugar de la presencia del Señor, atravesando muchos
peligros, el fiel alcanza la Ciudad Santa, el “lugar”, pero todavía falta un
nuevo proceso.
8) 127 -
Profeta: ahora hay un anuncio de descendencia, “una nueva casa” pero que
el Señor mismo edificará, no se trata de “hijos naturales” sino de una simiente
santa.
9) 128 -
Siervo: como siervo, el fiel ha pasado por muchos trabajos, generalmente
sin poder disfrutar de ellos, pero ahora el gozo del que trabaja es restaurado
porque hay fruto.
10) 129 - Maestro:
un repaso sincero revela un pasado difícil, la vida del que enseña la verdad
nunca es fácil y normalmente puede esperar el rechazo, pero ahora viene la
vindicación del Señor.
11) 130 - Exhortador:
si en algún tiempo confió en su propia capacidad o habilidad para conseguir las
cosas, ahora reconoce su plena dependencia del Señor, sus propios pecados sin
excusas pero confiando en Su perdón y esperanza
12) 131 - Dador: entiende
que su identidad no está en cuánto pueda dar ni en ninguna gran obra porque
aprendió a confiar totalmente en el Señor como un niño recién amamantado,
dependencia plena e “incapacidad” plena, descanso completo en Dios.
13) 132 - Gobierno:
ahora hay un elegido y un pueblo protegido, a quien el Señor protege y de cuyos
enemigos lo libra, el gobierno de Dios es establecido.
14) 133 - Misericordia:
en esa comunidad, que ha pasado por todo estos procesos, la perfecta unidad se
manifiesta y como consecuencia la plenitud del Espíritu Santo puede descender
hasta llegar absolutamente a todos.
Si la primera serie fue de anhelo, esperanza
y “resistencia” en medio de las dificultades, esta segunda es de realización y
de más profundidad aún en la transformación del ser, cuando el Espíritu cala más
hondo. El resultado es la plenitud de la presencia divina, que tiene una
consecuencia necesaria.
15) 134: el último Salmo de la serie no puede
ser otra cosa que una alabanza al Señor, ¿qué más se puede decir? ¡Nada!
A su vez, es el primero de una serie de 3 Salmos
de alabanza, los que completan diecisiete, el número de la victoria sobre la
prueba: habiendo entrado en el nuevo camino (15) se recibe el amor de Dios (16)
y se alcanza la victoria definitiva sobre la prueba (17), pero este “último
trecho” se transita en alabanza.
¿En qué etapa estamos del proceso? No viene
mal, precisamente en estos tiempos, hacer un repaso por estos quince escalones…
Danilo Sorti
No hay comentarios:
Publicar un comentario