jueves, 23 de abril de 2020

774. El 15 y un nuevo camino – II, los Salmos graduales


No es tan simple encontrar una secuencia de quince elementos en la Biblia, mucho más fácil, lógicamente, es encontrar las secuencias de siete. Pero si quince representa un nuevo camino, debe haber algo que nos indique los “pasos”, y creo que podemos encontrar tal cosa en los llamados “Salmos graduales”, una colección de Salmos que cantaban los peregrinos al ir hacia Jerusalén, supuestamente, uno por cada uno de los, según se pensaba, quince escalones para subir al Templo.

Son casi todos breves, enfocados en un tema principal, y, obviamente, quince. No solamente cuadran en el concepto de “camino” porque se cantaban bajo esa circunstancia, y en un “camino” que implicaba una profunda introspección hacia el momento del encuentro con el Señor, sino que son profundamente “del camino” porque corresponden al tiempo del post exilio, cuando Israel, habiendo sido duramente confrontada por sus malos caminos, procuraba volver a Su Hacedor.

No son Salmos guerreros, no son exactamente “sapienciales”, son propiamente reflexivos. Recorren un amplio espectro de la experiencia humana del creyente fiel y lo reposicionan en su relación con Dios y con el mundo. Podemos decir que son los pasos para entrar en un nuevo camino, personales y comunitarios porque, aunque puedan considerarse como plegarias individuales, tienen un claro enfoque congregacional.

Aquí una idea central de cada uno:

1) 120: clamor del que vive rodeado de malvados
2) 121: reconocimiento de la Fuente de auxilio
3) 122: deseo por la “ciudad de Dios”
4) 123: pedido de auxilio
5) 124: reconocimiento de la protección divina
6) 125: posición de fortaleza de los justos
7) 126: anhelo del futuro glorioso
8) 127: una nueva casa que el Señor nos edifica
9) 128: el gozo de los que honran al Señor
10) 129: venganza del Señor sobre los angustiadores
11) 130: súplica profunda, perdón y esperanza
12) 131: humildad ante el Señor
13) 132: elección del Señor para una misión, David y Jerusalén
14) 133: presencia del Señor en la unidad
15) 134: alabanza al Señor

A su vez, tenemos dos secuencias de siete relativamente paralelas, en donde los siete dones redentores / muebles del Tabernáculo, se van cumpliendo en “dos vueltas” progresivas.

Cada Salmo tiene su cuota de reconocimiento, arrepentimiento, cambio y nuevo destino, hasta llegar a la presencia plena del Señor en la unidad y prorrumpir en alabanza. Pero no estamos hablando aquí de idolatría o pecados groseros sino de raíces más sutiles, por eso, se trata de un “nuevo camino” pero no propiamente del camino de la salvación, porque se supone que ese ya fue recorrido por el que transita por aquí, es el camino de una santificación profunda, una revisión completa y una nueva perspectiva.

Veámoslos en relación con los siete dones redentores:

1) 120 - Profeta: clamor por justicia al estar rodeado de malvados y mentirosos, declaración del juicio que recibirán
2) 121 - Siervo: reconocimiento de que la ayuda viene del Señor, Él es el que “limpia” el ambiente para que podamos vivir. Propiamente, Dios es el único que puede “servirnos” en lo que necesitamos.
3) 122 - Maestro: en la Ciudad de Dios es donde se encuentra la verdadera enseñanza, Jerusalén tiene el don de Maestro.
4) 123 - Exhortador: en el cielo están los astros puestos por Dios para señalar los tiempos, función del Exhortador, y es el encargado de la comunicación, en este caso, de pedir auxilio conociendo los tiempos que han sido determinados.
5) 124 - Dador: reconoce de dónde viene la protección, no es por los recursos propios, inevitablemente tienen que ser los divinos.
6) 125 - Gobierno: Dios es quien gobierna desde el Monte Sión, Sus designios y justicia se cumplirán.
7) 126 - Misericordia: llegará el día anhelado del cumplimiento de la promesa y del gozo pleno, anhelo del futuro glorioso y momento de la plena alineación.

Esta serie de siete termina con la llegada a la “tierra santa”, al lugar de la presencia del Señor, atravesando muchos peligros, el fiel alcanza la Ciudad Santa, el “lugar”, pero todavía falta un nuevo proceso.

8) 127 - Profeta: ahora hay un anuncio de descendencia, “una nueva casa” pero que el Señor mismo edificará, no se trata de “hijos naturales” sino de una simiente santa.
9) 128 - Siervo: como siervo, el fiel ha pasado por muchos trabajos, generalmente sin poder disfrutar de ellos, pero ahora el gozo del que trabaja es restaurado porque hay fruto.
10) 129 - Maestro: un repaso sincero revela un pasado difícil, la vida del que enseña la verdad nunca es fácil y normalmente puede esperar el rechazo, pero ahora viene la vindicación del Señor.
11) 130 - Exhortador: si en algún tiempo confió en su propia capacidad o habilidad para conseguir las cosas, ahora reconoce su plena dependencia del Señor, sus propios pecados sin excusas pero confiando en Su perdón y esperanza
12) 131 - Dador: entiende que su identidad no está en cuánto pueda dar ni en ninguna gran obra porque aprendió a confiar totalmente en el Señor como un niño recién amamantado, dependencia plena e “incapacidad” plena, descanso completo en Dios.
13) 132 - Gobierno: ahora hay un elegido y un pueblo protegido, a quien el Señor protege y de cuyos enemigos lo libra, el gobierno de Dios es establecido.
14) 133 - Misericordia: en esa comunidad, que ha pasado por todo estos procesos, la perfecta unidad se manifiesta y como consecuencia la plenitud del Espíritu Santo puede descender hasta llegar absolutamente a todos.

Si la primera serie fue de anhelo, esperanza y “resistencia” en medio de las dificultades, esta segunda es de realización y de más profundidad aún en la transformación del ser, cuando el Espíritu cala más hondo. El resultado es la plenitud de la presencia divina, que tiene una consecuencia necesaria.

15) 134: el último Salmo de la serie no puede ser otra cosa que una alabanza al Señor, ¿qué más se puede decir? ¡Nada!

A su vez, es el primero de una serie de 3 Salmos de alabanza, los que completan diecisiete, el número de la victoria sobre la prueba: habiendo entrado en el nuevo camino (15) se recibe el amor de Dios (16) y se alcanza la victoria definitiva sobre la prueba (17), pero este “último trecho” se transita en alabanza.

¿En qué etapa estamos del proceso? No viene mal, precisamente en estos tiempos, hacer un repaso por estos quince escalones…

Danilo Sorti




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