Proverbios 10:27 RVC
27 El temor del Señor alarga la vida, pero los
años del impío son acortados.
Salomón escribió (o compiló) estos proverbios hace más de
dos mil años. Siempre han tenido validez universal pero no los hemos visto con
las “grandes luces” de la profecía. Sin embargo, una relectura nos muestra que
en un sentido “extremo” toda esta sección apunta a las realidades extremas y
contrapuestas de esos tiempos. Lo que fue siempre cierto, hoy lo es en una
dimensión mucho mayor, y el “recurso literario” de la contraposición de opuestos,
tan común en los proverbios, expone hoy la realidad de dos grupos claramente
separados en la sociedad, ya no como recurso literario sino como realidad
vivida.
Proverbios 10:12 RVC
12 El odio despierta rencillas; pero el amor cubre
todas las faltas.
Los dos grupos de personas del fin de los tiempos: aquellos
que se están llenando de odio y engendrando conflictos y peleas por doquier, y
aquellos que han avanzado hacia el conocimiento del verdadero amor y pueden
traer sanidad sobre las almas muy heridas. Hoy podemos ver ambos procesos en
plena acción, y generarán esos dos grupos bien diferenciados de personas.
Proverbios 10:13 RVC
13 La sabiduría se halla en labios del prudente;
la vara es para las espaldas del falto de cordura.
Hay consecuencias y destinos bien diferentes para ambos
grupos. Los que buscan justicia tendrán vidas prudentes y cuidadosas en medio
de los peligros de este tiempo, vivirán, y ya están viviendo, en sabiduría y
enseñarán sabiduría.
Los imprudentes, los que no son cuerdos, los que no tienen
los cuidados y los límites que son necesarios en este tiempo, recibirán el
castigo, pero no dentro de muchos años, sino en este tiempo y no mucho más
adelante.
Proverbios 10:14 RVC
14 Los sabios atesoran el conocimiento; la boca
del necio es calamidad cercana.
Desde otro punto de vista, un sector de la población se hace
más y más sabio, por lo que se convierten ellos mismos en “depósitos” de
conocimiento, de verdad. A medida que ese conocimiento se retira de los ámbitos
más públicos y accesibles, y se vuelve más difícil de encontrar y de discernir
para los que no han tenido una formación adecuada, se va concentrando en los
justos.
En el otro extremo, los necios, es decir, los ignorantes
voluntarios, pierden el poco conocimiento que tenían, y esto es literal, lo
“pierden”, lo olvidan, terminan desechándolo y lo reemplazan por la mentira.
Las consecuencias no pueden ser buenas y no serán “un poco” malas, sino
realmente calamitosas.
Proverbios 10:15 RVC
15 El rico se atrinchera tras sus riquezas; el
pobre se refugia en su pobreza.
Hay dos interpretaciones interesantes aquí. Por un lado,
desde el punto de vista material, vemos cómo los ricos se hacen más ricos,
mientras los pobres se hacen más pobres, y algunos “apenas sobreviven”.
Los ricos siguen confiando en sus riquezas para hacer frente
a las calamidades que vendrán, y ponen cada vez más esperanza en ellas,
¡precisamente en el tiempo cuando ellas se vuelven inseguras y extremadamente
volátiles!
Los pobres, asumen el rol de pobres, que es tan conveniente
para el sistema, y desde allí obtienen su identidad y una limosna segura de
parte del estado, a cambio de los consabidos votos y apoyo político. Unos y
otros son perfectamente funcionales al sistema y en realidad no son grupos distintos.
Pero los justos se protegen detrás de sus riquezas
espirituales, y en los tiempos de escasez tienen de sobra para ellos y para
repartir, ya que los tesoros celestiales, a diferencia de los naturales,
mientras más se dan, más se multiplican.
Los pobres de espíritu, los que no ponen ninguna confianza
en riquezas materiales, que son exactamente los mismos que mencioné en el
párrafo anterior, se refugian en su sencillez, porque no están desesperados por
bienes y pueden vivir materialmente con muy poco, porque su provisión viene
directamente del Señor, incluso en los tiempos de dificultad. Con un equipaje
físico muy ligero, no tienen ninguna carga pesada que arrastrar y no caen en
las trampas del sistema.
Ambos grupos, cada vez más claramente diferenciados.
Proverbios 10:16 RVC
16 Con sus obras, el justo se gana la vida; con
sus frutos, el impío se dedica a pecar.
Una parte de la sociedad viviendo de su trabajo honesto y
decente, otra parte de la sociedad haciendo trampas y cometiendo injusticias en
el trabajo, o directamente viviendo de trabajos impíos, ilegales, totalmente
pecaminosos.
Proverbios 10:17 RVC
17 Acatar la corrección conduce a la vida;
desechar la reprensión es perder el camino.
Una parte de la sociedad a la que es posible corregir y con
quienes se puede razonar, gente que puede darse cuenta de sus errores y
cambiar. Otra parte de la sociedad que está muy segura en su propia opinión,
con quienes “no se puede hablar”.
Pero desechar el consejo que les encaminaría no los deja
“donde están”, sino que los empuja a un camino totalmente erróneo, es decir,
los aleja más de la verdad y los hace progresivamente más “sordos” y “ciegos” a
la misma.
Proverbios 10:18 RVC
18 Miente quien disimula su odio; es un necio
quien propaga calumnias.
Hoy podemos reemplazar la primera parte por “políticos” y la
segunda parte por “medios de comunicación”, y estaríamos diciendo exactamente
lo mismo… Por supuesto, la sociedad que les cree y los sigue se conforma a esa
imagen que mira.
Hipocresía al extremo, la constante de la sociedad, llegando
al punto de ser ya obscena, ni siquiera cuidada en la época donde cada
estornudo queda registrado en veinte cámaras, por lo menos.
Mentiras y calumnias a la orden del día, repetidas incluso
como verdades, es decir, sin el más mínimo registro interno de que son tales, o
incluso que podrían llegar a serlo.
Proverbios 10:19 RVC
19 En las muchas palabras no falta el pecado; el
que es prudente refrena sus labios.
La mentira se envuelve con muchas palabras, pero no con razonamientos
tranquilos. Solo “escuchar palabras” nos llevará hoy a caer en el error. Sobran
ejemplos de los mentirosos palabreros, la izquierda y el progresismo son
particularmente expertos en esto, aunque no los únicos, por supuesto. Los
medios de comunicación y la mentira de estos tiempos viene, de la misma forma,
envuelta en muchas palabras lindas. Los que se alimentan de esto
inevitablemente producen el mismo fruto. Muchas palabras y aparentes
razonamientos, que en realidad constituyen un verdadero “festival” de falacias
argumentales y de razonamiento, una detrás de otra.
Frente a esto, los prudentes están incluso hablando menos
que de costumbre, tratando de presentar las evidencias de la manera más sólida
y precisa posible, dejando tiempo al interlocutor para que razone, algo que no
hace el discurso mentiroso, ni puede hacer porque justamente su fortaleza está
en “llenar de palabras” para evitar el razonamiento.
Dejamos aquí por ahora y en un próximo artículo seguimos
viendo los contrastes que se han agudizado en este último tiempo, haciendo que
los Proverbios adquieran una dimensión claramente profética.
Danilo Sorti
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