domingo, 3 de abril de 2022

818. Cómo muchas iglesias se están transformando en la Iglesia de la Bestia

 

Apocalipsis 13:11-17 RVC

11 Después vi subir de la tierra otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como un dragón.

12 Cuando estaba en presencia de la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada, ejercía toda la autoridad de ésta, y hacía que la tierra y sus habitantes la adoraran.

13 También hacía grandes prodigios, al grado de que a la vista de todos hacía que cayera fuego del cielo a la tierra.

14 Por medio de las señales que se le permitía hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra y les mandó que hicieran una imagen de la bestia, que vivió a pesar de tener una herida de espada.

15 También se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que ésta hablara y mandara matar a todo aquel que no la adorara.

16 Además, hizo que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,

17 y que nadie pudiera comprar ni vender si no tenía la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

 

Todos los regímenes totalitarios han tenido características pseudorreligiosas, en el culto al líder y a determinados rituales, o directamente religiosas. El hombre es inevitablemente religioso, así que no puede soslayarse esa dimensión de su vida. Podrá “secularizarse” y quitarse los elementos más obviamente espirituales, al menos durante un tiempo, pero no evitarse.

 

Bueno, esto que sabemos proféticamente, ¿cómo se está cumpliendo hoy? Hay iglesias, o al menos, congregaciones, que hace rato acordaron con el sistema de la Bestia. Otras muchas están, en estos momentos, entregándose al sistema a cambio de la promesa de un “plato de lentejas”. Algunos pocos líderes muy ambiciosos están siendo posicionados hacia lugares de poder y privilegio. Muchos otros, sin embargo, están simplemente “yendo” por ese camino, siguiendo el cauce de menor resistencia… Pueden mantener buenas intenciones, puede aún hablar el Espíritu a través de ellos, pero están en la autopista que los llevará en breve hacia la Nueva Babilonia, ¿cómo?

 

Hace un tiempo escribí acerca de la necesidad de predicar y enseñar sobre lo que está pasando aquí y ahora. La Biblia tiene 31.000 versículos, y cada uno es un tesoro profundo de temas, por lo que hay demasiadas cosas buenas e importantes que uno podría decir, y luego de haber terminado con todas, todavía le faltarían muchas más…

 

El asunto es que, obviamente, no todas son igualmente críticas en determinado momento de la historia. Hay algo que el Señor dice en cada época, y no decir lo que Él está diciendo, obviamente, es no traer Su Palabra. Se pueden predicar muchas verdades bíblicas, pero no necesariamente lo que Dios quiere. Y ahí está el quid de la cuestión.

 

¿Cuál es el tobogán descendente de una iglesia donde otrora se moviera el Espíritu hacia una congregación de la Bestia?

 

Volvamos sobre la pregunta. El asunto aquí no es descubrir una iglesia que hace rato ya perdió al Espíritu. Cualquier cristiano con sensibilidad y un poco de conocimiento puede detectarlo y de hecho ya no estará allí. El verdadero problema son las iglesias en donde hasta hace un tiempo el Espíritu todavía podía moverse y había Presencia del Señor. Ahora, que tantos están tratando de “volver dónde quedaron” antes del encierro compulsivo, en realidad están tratando de volver a un pasado, a una idea de lo que dejaron, hacia algo que fue, pero que, todos saben, ya no regresará.

 

Donde hasta hace un par de años el Espíritu estaba es hacia dónde tratan de volver. Pero, ¿sigue estando allí? Volver a una idea romántica del pasado no es volver a la realidad. La puerta de entrada al engaño será, entonces, quedarse en el pasado, en un buen recuerdo, o en una idealización de ese recuerdo, y no aceptar la realidad.

 

El siguiente paso, cuando volvamos a sentarnos en la misma silla que antes, será escuchar muchas palabras buenas, con solidez hermenéutica y exegética, con emoción y convicción, conteniendo muchas verdades bíblicas… pero que no tienen que ver con lo que nos está pasando aquí y ahora.

 

¡Qué bueno! Estamos escuchando las mismas palabras que antes, los mismos mensajes, así que ¡volvimos a lo de antes!... En un mundo que ya nunca más será como antes…

 

La mejor manera de engañar es a través de la verdad, y el mejor engaño es el que más verdad tiene. Se pueden predicar muchas verdades bíblicas, pero con eso, también se puede mantener a la gente distraída y ocupada en muchas cosas buenas, que no tienen que ver con lo que en este momento necesitan saber para escapar del engaño en el que estamos.

 

Por ejemplo, muchos pastores entendieron claramente que la vacuna no era buena, pero no alertaron a sus congregaciones, simplemente los dejaron “tomar su propia decisión”, pero, ¿¿alguien me puede explicar cómo rábanos la gente va a tomar una decisión “propia” cuando están bombardeados las 25 horas del día con un mismo mensaje?? Los que hemos estudiado y venimos de una formación determinada nos pudimos dar cuenta fácilmente por la gracia de Dios, pero muchos no; sencillamente, han confiado toda su vida en sus líderes (gran error) y ahora no saben hacer otra cosa que escuchar y obedecer.

 

Como no quisieron perder gente u ofenderlos, simplemente los “dejaron hacer”.

 

Tampoco tomaron una posición clara cuando empezó la falsa pandemia, no denunciaron, no alertaron, no avisaron proféticamente. Siguieron predicando muchas verdades, y eso es bueno, pero se callaron respecto de lo que hacía falta en ese momento, y siguen callando.

 

Quiero decir a los que están haciendo eso que están cavando su propio foso a menos que el Señor no obre sobrenaturalmente y ponga un freno, por un tiempo. Lo va a hacer, pero para ese momento ya todas las iglesias habrán tomado una posición clara, hacia un lado o hacia otro, por lo que solamente habrá un tiempo de gracia para que los llamados terminen de salir, nada más. Luego las iglesias apóstatas serán arrojadas a la Nueva Babilonia para ser destruidas, si todavía siguen existiendo.

 

No podemos controlar al Espíritu, no podemos decirle dónde tiene que estar y qué tiene que hacer. Dos mil años de historia cristiana nos muestran el vano intento de muchos creyentes para dominar y usar al Espíritu para sus propios objetivos. El Señor puede permitir que ciertas estructuras permanezcan por un tiempo para determinados propósitos, pero eso no significa que el Espíritu esté allí.

 

Jeremías 7:1-7 DHH

1 El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo:

2  “Ponte a la entrada del templo del Señor y da a conocer allí este mensaje: Habitantes todos de Judá, que entran por estas puertas a adorar al Señor, escuchen este mensaje

3  del Señor todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Mejoren su vida y sus obras, y yo los dejaré seguir viviendo en esta tierra.

4  No confíen en esos que los engañan diciendo: ¡Aquí está el templo del Señor, aquí está el templo del Señor!

5  ‘Si mejoran su vida y sus obras y son justos los unos con los otros;

6  si no explotan a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, ni matan a gente inocente en este lugar, ni dan culto a otros dioses, con lo que ustedes mismos se perjudicarían,

7  yo los dejaré seguir viviendo aquí, en la tierra que di para siempre a sus antepasados.

 

El Templo del Señor no les funcionó como “amuleto”, Dios destruyó todo eso. Tener títulos de pastor, trayectoria, avales denominacionales, edificios y mucha gente, tampoco. Si Dios no tuvo problemas en desechar el Templo que mandó construir, tampoco los tendrá hoy.

 

Los cristianos que están despiertos ya no son contenidos en esos ámbitos, no hay respuestas ni palabras para ellos, ni tampoco pueden hacer nada, porque los cristianos engañados están siguiendo en tren del discurso pandémico que los está haciendo cambiar radicalmente, aunque no pueden darse cuenta de ello.

 

Tales congregaciones se quedarán con fieles “a su imagen y semejanza”, y el liderazgo será cada vez más presionado a acomodarse a los dictados del Sistema Dictatorial que intenta cooptarnos. Sencillamente, o se amoldan ellos también o tendrán que irse y quedarse con las manos vacías.

 

Vuelvo a decir en nombre del Señor y con la autoridad profética: todo el liderazgo cristiano que hoy está muy ocupado predicando “cosas buenas” pero no ha alertado al pueblo de todo el engaño en que vivimos y no está dispuesto a cambiar (y pagar el precio por hacerlo), terminará cayendo en una red de la cual no podrá escapar, a no ser “desnudos y sin un peso”.

 

Los que se arrepientan y a partir de hoy decidan cambiar, sufrirán pérdida porque lo habrán hecho a destiempo, pero el Señor será fiel y mandará Su provisión para hacer la transición hacia el nuevo modelo de Iglesia que Él está armando. Habrá un camino largo para recorrer, pero la guía y la bendición del Señor estarán siempre disponibles.

 

A los que se han mantenido firmes desde un principio, y han pagado el precio por eso, el Señor ya les ha dado palabra a través de la boca de Sus profetas: bendición y provisión en medio del caos imperante, prosperidad cuando el mundo cae en las tinieblas.

 

Por lo demás, veremos, y ya estamos viendo, a muchas congregaciones en el tobogán descendente hacia la Iglesia de la Bestia. Esa es la iglesia política, que, como fuera profetizado hace años, ganará más visibilidad y renombre, pero sin poder ni autoridad.

 

 

Danilo Sorti

 

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