Proverbios 10:27 RVC
27 El temor del Señor alarga la vida, pero los
años del impío son acortados.
Podemos decir muchas cosas de Proverbios, pero no
precisamente que sea un libro profético, no al menos en un sentido “específico”.
Sin embargo, mientras más conocemos la Palabra, más se nos hace claro que TODA
ELLA es profética, y a veces en formas que no imaginamos.
En un artículo anterior relacioné este texto con el
“acortamiento de los tiempos” al final de esta era, tal como estamos viendo,
dado que la sociedad se ha vuelto extremadamente impía y Dios tiene que cumplir
Su Palabra acortando el tiempo que van a vivir sobre la tierra.
El resto de los proverbios que encontramos en ese capítulo,
escritos por Salomón, contrastan el comportamiento de justos e impíos. Tienen,
obviamente, un valor eterno y universal, para nada “profético” si usamos la
palabra en relación con el anuncio de eventos específicos y diferentes que
ocurrirán en cierto momento.
Pero si lo vemos en términos “cuantitativos” y lo
relacionamos con la profecía del trigo y la cizaña, que preanunció la clara y
gran separación que ocurriría al final de los tiempos, donde “lo blanco sería
cada vez más blanco y lo negro, cada vez más negro”, entonces los contrastes adquieren
una dimensión profética nueva. Sencillamente, lo que siempre hicieron los
justos y los impíos, ocurriría de una forma magnificada y, por ello, muy
evidente y diferente. La “antítesis proverbial”, un recurso literario muy común
en esa forma de escritura, deja de ser un simple recurso literario para
transformarse en una realidad de extremos. No es ya una forma de escribir por
medio de contrastes sino una clara expresión de la separación social entre dos
grupos definidos.
Proverbios 10:1 RVC
1 Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra
a su padre; el hijo necio entristece a su madre.
Salomón estableció un imperio en Israel. Toda su vida la
nación tuvo que luchar contra grandes imperios que la subyugaban, pero esta vez
fue al revés… y el experimento no salió bien, porque Dios mismo se encargó, con
su hijo Roboám, que nunca más volviera a pasar, al dividir el reino. De la
misma forma, hoy estamos viviendo en medio del avance del más grande imperio
que conociera, y conocerá, la tierra.
El proverbio indica el levantamiento de una nueva generación
que sería, en parte mucho más sabia y espiritual que las pasadas, y en parte
mucho más necia que las anteriores. Este es un mensaje profético sobre esta
generación joven, lo que estamos viendo, con una gran separación entre ellos.
Los que son sabios son muy sabios para su edad, y los que son necios, están
yendo derecho hacia las garras de la Bestia, y dejando un rastro de tristeza y
frustración en sus familias.
Proverbios 10:2 RVC
2 Las riquezas malvadas no son de provecho, pero
la justicia libra de la muerte.
Riquezas vs justicia, porque se trata de riquezas que fueron
obtenidas de manera injusta. Hoy vemos la máxima concentración de riquezas en
manos de muy pocos, algo que se ha obtenido de manera injusta, ya sea por los
principales negocios ilegales del mundo como por medio de trampas y ardides
económicos o contractuales. Ese sistema, con sus agentes, está destinado a
morir.
Por otro lado, vemos a Dios mismo protegiendo a los que han
actuado con justicia, tengan o no dinero. Él protegiendo y proveyendo a los
Suyos. Eso está más desarrollado en el versículo siguiente.
Proverbios 10:3 RVC
3 El Señor no deja que el justo pase hambre, pero
rechaza la iniquidad de los impíos.
Al momento de escribir este artículo el mundo occidental
está avanzando hacia la programada hambre y escasez mundial, que sufrirán
muchos países otrora ricos. En medio de este contexto, se cumplirán también las
promesas de provisión para los justos. De nuevo, dos destinos diferentes y
marcados en este tiempo.
Proverbios 10:4 RVC
4 Las manos negligentes llevan a la pobreza; las
manos diligentes conducen a la riqueza.
Lo que ha sido siempre cierto se vuelve más en el tiempo
cuando grandes sectores poblacionales han adoptado, voluntariamente o por
necesidad, un estilo de vida apartado del trabajo, viviendo de ayudas
gubernamentales y permaneciendo como votantes cautivos de políticos populistas.
Otros tantos han perdido la ética del trabajo y procuran
hacer lo mínimo indispensable para no ser echados. Simplemente, ya no se
enseñan esos valores, en todo caso, se habla de “derechos laborales” y más
“derechos”, pero ninguna responsabilidad firme.
Mientras tanto, lo opuesto sigue siendo cierto, y aún en
medio de la crisis económica global, Dios sigue bendiciendo y prosperando a los
que obedecen Sus mandamientos en relación con el esfuerzo y la economía.
Proverbios 10:5 RVC
5 Cosechar en el verano es pensar con sensatez;
Dormirse en la cosecha es no tener vergüenza.
La imagen es primariamente económica e implica claramente
aprovechar la temporada oportuna para recoger los frutos de la labor realizada,
el momento adecuado. Así que tenemos a dos grupos “económicos” de personas,
aquellos que ven y aprovechan las oportunidades que ya están maduras, y los que
las ven, pero las dejan pasar, quizás pensando que “las cosas seguirán así por
mucho tiempo más…”.
Dos grupos diferenciados: los que entienden el tiempo y no
lo dejan pasar, y los que no están entendiendo nada.
Pero rápidamente remite a la imagen evangélica de la cosecha
de almas, dispuestas ya a creer en Jesucristo, y nos lleva hacia dos grupos de
creyentes supuestamente maduros: los que entienden el tiempo y levantan la
cosecha de almas para el Reino, y los que siguen dormidos, literalmente
dormidos.
¿Por qué tan “cansados” espiritualmente? Porque no han
sabido confiar y descansar en el Señor, porque no han buscado las fuerzas que
vienen de Él para mantenerse “despiertos”, porque han sido seducidos por los
cantos adormecedores del sistema. “Vamos a volver a la normalidad”, “todo va a
pasar y será como antes, tranquilos”, “el estado te cuida, podés confiar”, y
cosas por el estilo de acuerdo al engaño de estos tiempos en particular.
Ser adormecidos implica no estar alertas, entendiendo y
aprovechando el tiempo. De más está decir que el mejor ciudadano para el
sistema es el más dormido. No es casualidad que en estos momentos la palabra
“despierto” se haya popularizado para todos aquellos que se están dando cuenta
del tremendo engaño del que está siendo víctima la sociedad.
Bien, en medio de este engaño, hay muchos que están buscando
la verdad, que están “despertando” y necesitan de los ya despiertos para que
los guíen. Allí tenemos la división entre los que se llaman pueblo de Dios y dicen
servirle.
Proverbios 10:6 RVC
6 La cabeza del justo se cubre de bendiciones; la
boca de los impíos encubre violencia.
Lo que fue siempre, hoy lo es más. Más violencia verbal, más
palabras necias e hirientes, en todo nivel, desde las relaciones interpersonales
hasta las relaciones internacionales. No solo los tiempos llevan a un
incremento de la violencia, la cantidad de espíritus malignos que se está
soltando sobre la tierra potencian esto, además los mismos efectos de la
inoculación para el “Dybbuk” (léase al revés) con su carga de alteración
hormonal y demoníaca hacen lo suyo.
De más está decir que tanta violencia verbal, expresada de
tantas formas distintas, no deja de manifestarse en el ámbito físico.
Sin embargo, todo esto también tiene un freno de mano de los
justos, que siguen actuando como “sal y luz” en medio de una sociedad cada vez
más oscura. Y a medida que aumenta el poder de la maldad, Dios confiere más
poder a los justos para que sus palabras sean cada vez más potentes para destruir
las obras del Enemigo.
Por eso las “cabezas” de ellos se cubren de bendiciones,
porque reciben las bendiciones que siembran, de aquellos que son iluminados y
protegidos por sus palabras, y porque Dios mismo los bendice. Pero además,
porque sus pensamientos son pensamientos de paz; gestan la paz, la planifican y
la ejecutan.
Proverbios 10:7 RVC
7 Recordar a los justos es una bendición; nombrar
a los impíos resulta repugnante.
Este pasaje continúa con la idea anterior pero agrega algo
más. Los justos irradian justicia y bendición, son ellos mismos un refrigerio
en medio del desierto. Mientras que los impíos se han vuelto en extremo
repugnantes.
Los grises se acaban y solo tenemos extremos, así es para
cada individuo, no es posible ya mantenerse en un “medio neutral”, no existe.
Proverbios 10:8 RVC
8 El sabio de corazón hace suyos los mandamientos;
el necio de labios acabará por caer.
Otro versículo fuertemente profético. El sabio no lo es
tanto por cuánto volumen de conocimiento tenga sino porque sus intenciones y
voluntad son rectas, y por lo tanto, adquiere verdadero conocimiento y obedece
la verdad.
El necio lo es porque repite necedades, que hoy toman la
forma de discursos o recomendaciones sanitarias públicas: “usá bozal”, “mantené
el distanciamiento”, y otras tantas, que son inútiles y contraproducentes, pero
que resultan repetidas por tantísimos que han creído (pero no comprobado ni
analizado ni mucho menos, orado al respecto) en lo que les dijo el sistema.
¿Pensaban que me iba a referir a otra cosa? Pues no, la necedad empieza por
cosas “inocentes”, y sigue por cosas mucho peores, claro está.
Este versículo anuncia el desenlace de estos tiempos: así
terminará de pasar con unos y con otros, y así se consumará la separación de
las personas, cada una en el destino que haya elegido.
Proverbios 10:9 RVC
9 El de vida íntegra vive confiado; el de conducta
perversa será descubierto.
Otra verdad muy clara que no requiere demasiada explicación
y que resulta potenciada en este final de los tiempos. De nuevo, al separación
entre dos estilos de vidas extremos, sin términos medios. Y dos consecuencias
emocionales: la confianza que genera una paz interior que se manifiesta en
todos los ámbitos, y el temor de quedar expuesto (en una sociedad que se ha
volcado hacia la imagen y lo mediático vaciándose de contenido) que genera la
intranquilidad y la guerra interior que también se manifiesta en todo lo que
hace.
Proverbios 10:10 RVC
10 El que guiña el ojo acarrea tristeza; el necio
de labios será castigado.
“El que guiña el ojo” nos remite a los hechos escondidos,
las trampas y en definitiva, la corrupción, algo que hoy resulta una plaga en
nuestros países, empezando por las más altas autoridades. Naciones enteras
sumidas en la tristeza y la desesperanza por las consecuencias de unas pocas
figuras que se han robado PBIs enteros. Si Salomón pensó este proverbio en
términos de relaciones personales, entre socios o vecinos, hoy lo tenemos en
una dimensión muchísimo mayor. También su final será el castigo.
Proverbios 10:11 RVC
11 La boca del justo es un manantial de vida, pero
la boca del impío disimula su violencia.
El concepto aquí claramente es el de hipocresía. De nuevo,
no ha habido tiempo más hipócrita en sus discursos que este. Podemos mencionar
a la llamada “policía del pensamiento”, con sus discursos de “género”, o de
“derechos humanos”, que se oyen tan bonitos y resultan tan absolutamente
mentirosos. Pero podemos mencionar tantas y tantas otras situaciones en las
cuales “suaves palabras” esconden tremendas injusticias. La boca de casi todos
los políticos se ha hecho experta en esto; lo han estudiado y planificado con
detalle, tienen equipos de profesionales armando sus discursos y campañas, ¿qué
de diferente podemos esperar del resto de la sociedad?
En un mundo “mediatizado”, a medida que más se cuidan las
palabras, más se pudren los corazones.
Por el contrario, las palabras de los justos se vuelven cada
vez más precisas y poderosas para traer luz, verdad y vida. Si antes no fueron
tan poderosas, o incluso si estuvieron “mezcladas” las aguas dulces y las
amargas, hoy ya no. Literalmente, se vuelven manantiales de vida, en todo lo
que dicen, aún en las inflexiones de sus voces. Verdad y sinceridad versus
engaño e hipocresía, en su máxima expresión en estos tiempos.
Danilo Sorti
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