Lucas 12:35-38 RVC
35 »Manténganse listos, con la ropa puesta y
con su lámpara encendida.
36 Sean como los siervos que están pendientes
de que su señor regrese de una fiesta de bodas: en cuanto su señor llega y
llama, ellos le abren enseguida.
37 ¡Dichosos los siervos a los que su señor
encuentra pendientes de su regreso! De cierto les digo que se ajustará la ropa,
los hará sentarse a la mesa, y él mismo vendrá a servirles.
38 Dichosos los siervos a los que su señor
encuentre así, aunque llegue a la medianoche o en la madrugada.
Este pasaje es una exhortación muy clara a no
“dormirnos en los laureles” con respecto a la venida del Señor. En el tiempo
presente, cuando las señales aparecen por doquier, cada vez con más frecuencia
e intensidad, cuando los mensajes proféticos se suceden unos tras otros, nos
encontramos, no sorprendentemente, con unos cuantos cristianos que siguen muy firmes
en su creencia de que el Señor vendrá todavía en un futuro muy lejano. Digo que
no es sorprendente porque se trata de una reacción “inconsciente” ante las
evidencias y la voz del Espíritu: cuando los eventos últimos resultan demasiado
aterradores (para corazones no muy afirmados en el Señor y sin la suficiente
fe), la mente genera todos los argumentos y “barreras defensivas” necesarias
como para bloquear los mensajes de la pronta venida.
Pero como fuera, lo cierto es que la
expectativa de los primeros cristianos fue esa, y a lo largo de los siglos,
cuando hubo algún avivamiento en la iglesia, esa misma expectativa renació.
Generalmente estamos hablando de grupos de gente humilde, sin recursos
económicos, que suelen ser vistos con un desdén paternalista por los cristianos
modernos imbuidos en el espíritu del modernismo.
El mandato del Señor es claramente a estar
alertas, es decir, a estar esperando Su inminente venida. De ahí que los
creyentes que a lo largo de los siglos mantuvieron viva la expectativa de Su
regreso, aún con errores y exageraciones, quizás estuvieron bastante más cerca
de la voluntad divina que el resto.
Mantener esa expectativa significa estar
preparados para eso, pero esos judíos que escuchaban el mensaje no eran
“espiritualistas” como muchos cristianos hoy, por lo que sabían que no se
trataba solamente de estar preparados “en sus corazones”, sino con sus obras.
El mandato del Señor ha sido desde siempre el
de estar “pendientes de su regreso”. Por lo tanto, en todo tiempo, los cristianos
que desdeñaron esta enseñanza y a sus hermanos que mantenían la expectativa,
claramente se burlaron de un mandato divino.
Desde un punto de vista práctico, la “ropa
puesta” significa que uno puede salir inmediatamente cuando es llamado. Esto
quiere decir, en el contexto del fin de los tiempos, estar lo suficientemente
preparados para salir al ministerio al que seamos llamados (y preparados no
solo habiendo estudiado sino también en lo material). La “lámpara encendida” da
idea de la noche, todo el texto habla de la noche con lo que nos indica en qué
tiempo ocurrirá este evento. La luz es lo que nos permite ver lo que no se
puede ver a ojo desnudo (porque está oscuro), así que si lo llevamos a un plano
más natural, diríamos que son las herramientas que nos permitirán entender ese
mundo oscuro, complejo, peligroso.
Espiritualmente, las vestiduras simbolizan la
santidad, las buenas obras en Cristo, y la lámpara encendida, el fuego y la
presencia del Espíritu Santo. Hacia el tiempo de la venida de Cristo, y en
general, durante todo el tiempo de la Iglesia, ambos requisitos fueron
indispensables.
Es interesante que utilice aquí la imagen de
la fiesta de bodas, y también de “llamar a la puerta”, lo que nos lleva a las
mismas palabras que el Señor diría unas décadas después:
Apocalipsis 3:20 RVC
20 ¡Mira! Ya estoy a la puerta, y llamo. Si
alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa, y cenaré con él, y
él cenará conmigo.
Hacia el fin de los tiempos, el Señor llama
personal e insistentemente, pero no todos oyen, no todos están preparados para
abrirle y por lo tanto, no todos tendrán una cena con Él. Aquellos que piensan
que todavía falta mucho tiempo, o que no viven en la expectativa de Su
inminente regreso, probablemente no tengan oídos para oír el llamado.
El versículo 37 de Lucas 12 nos recuerda esta
comida, en la que el Señor mismo dijo que serviría. Pero más que eso, se
utiliza la expresión “dichosos” o “bienaventurados” , que puede traducirse también por “supremamente bendecidos”.
Es decir, el estado de gloria prometido también en Apocalipsis:
Apocalipsis 3:21 RVC
21 Al que salga vencedor, le concederé el
derecho de sentarse a mi lado en mi trono, así como yo he vencido y me he
sentado al lado de mi Padre en su trono.
¿Cuándo llega el Señor? Lucas nos dice “a la
medianoche” o a “la madrugada”. El Señor llega en lo más oscuro de la noche,
pero anunciando el pronto amanecer, aunque no inmediato. De nuevo, una imagen
que nos permite ubicar el tiempo de la tribulación entre medio.
Lucas 12:39-40 RVC
39 Pero esto deben saber: si el dueño de la
casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, estaría pendiente y no
permitiría que robaran su casa.
40 También ustedes deben estar preparados,
porque el Hijo del Hombre vendrá cuando ustedes menos lo esperen.»
Uno supondría que este pasaje debería alertar
a los que hoy se ufanan diciendo que todavía falta mucho tiempo, pero no he
visto que eso pase. A los judíos, no a la iglesia pero podríamos hacer un
paralelo con los “religiosos” y tradicionalistas de la iglesia, les ocurriría
que en el momento en que no se estuvieran preocupando por el tema, como pueblo,
vendría el Señor. Pablo repite la idea:
1 Tesalonicenses 5:2-3 RVC
2 Ustedes saben perfectamente que el día del
Señor llegará como ladrón en la noche;
3 De repente, cuando la gente diga: «Paz y
seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta
los dolores, y no escaparán.
En un tiempo de falsa seguridad, aunque de
profunda oscuridad espiritual, vendría el Señor. Y como señal, Su pueblo, en
buena parte, parece que no estará esperándolo, o al menos no se encontrará
debidamente preparado para encontrarse con Él.
Lucas 12:41-44 RVC
41 Entonces Pedro le dijo: «Señor, ¿esta
parábola es para nosotros, o para todos?»
42 El Señor le respondió: «¿Quién es el
mayordomo fiel y prudente, al cual su señor deja a cargo de los de su casa para
que los alimente a su debido tiempo?
43 Dichoso el siervo al que, cuando su señor
venga, lo encuentre haciendo así.
44 De cierto les digo que lo pondrá a cargo
de todos sus bienes.
Una de las conclusiones más prácticas de esta
enseñanza es que debemos mantenernos en el servicio, tal como se nos encomendó
en un principio. Aquí se engancha muy bien la enseñanza de los dones, regalos
irrevocables y por lo tanto ministerios de por vida, que se nos entregan cuando
nos convertimos.
¿Para qué esto, por qué no simplemente
salvarnos “por los pelos”? Porque estos son los que estarán a “cargo de todos
sus bienes”, es decir, los que recibirán autoridad en el Reino Venidero para
ser corregentes con el Señor. Normalmente pensamos en la recompensa que
recibiremos o no aquí, pero Dios está pensando en mucho más que eso.
Lucas 12:45-48 RVC
45 Pero si aquel siervo cree que su señor va
a tardar, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber
y embriagarse,
46 el señor de aquel siervo vendrá cuando
éste menos lo espere, y a una hora que no sabe, y lo castigará duramente, y lo
echará con los incrédulos.
47 El siervo que, a pesar de conocer la
voluntad de su señor, no se prepara para cumplirla, se hace acreedor de muchos
azotes.
48 Pero el que se hace acreedor a recibir
azotes sin conocer la voluntad de su señor, será azotado poco. Porque al que se
le da mucho, también se le exigirá mucho; y al que se le confía mucho, se le
pedirá más todavía.
El que no espera la inminente venida de
Cristo termina así, pierde de vista la moral bíblica, se dedica a sus propios
placeres y maltrata a los que están bajo su liderazgo. Inevitablemente
terminará en algo o todo de esto. No se refiere al infierno aquí sino a
quedarse en la Tierra durante el tiempo de los juicios, donde propiamente se
quedan los incrédulos. Notemos que Cristo vendrá cuando este tipo de cristiano
menos lo espera, con lo cual nos está dando una señal para nosotros.
¿Cuál es el resumen de lo que venimos
diciendo? Es mucho, pero una de las ideas centrales es la de permanecer en
nuestros puestos, aunque bien preparados para los contextos del fin de los
tiempos.
Danilo Sorti
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