domingo, 29 de julio de 2018

531. La Iglesia prefigurada en las ciudades de refugio


En un artículo anterior pudimos ver que las ciudades de refugio prefiguraban en mucho a la Iglesia, quizás no en todo lo que es pero sí en una de sus principales funciones para con los hombres. En Israel se eligieron seis ciudades de refugio estratégicamente distribuidas.

Normalmente el “seis” tiene una connotación negativa para los cristianos porque lo asociamos inmediatamente con el “666”, pero la verdad es que el significado del número en sí no es ni malo ni bueno, indica simplemente “hombre”, “humano”, algo relativo al hombre. El 666 está diciendo que ese futuro (casi presente ya) Anticristo y su sistema serán algo humano, no divino, por más que él intente hacerlo parecer así.

Entonces, estas “seis” ciudades de refugio es una provisión divina para el hombre. Ahora bien, ¿cuáles eran y qué significado tenían? En los próximos párrafos estoy siguiendo la estructura de una sección del bosquejo: “La Iglesia como ciudad de refugio”, publicado en https://homileticaaplicada.blogspot.com/2013/02/la-iglesia-como-una-ciudad-de-refugio.html, por el ptr. Cajal.

Josué 20:1-9 RVC
1 Después, el Señor le dijo a Josué:
2 «Reúne a los hijos de Israel, y diles que elijan las ciudades de refugio, de las que ya les había hablado por medio de Moisés.
3 En ellas se refugiará el homicida que de manera accidental, y no intencionalmente, haya dado muerte a alguien. Allí podrá protegerse de quien quiera tomar venganza.
4 Quien se refugie en alguna de esas ciudades, deberá presentarse a la entrada de la ciudad y exponer sus razones ante los ancianos; entonces ellos lo recibirán, lo llevarán dentro de la ciudad, y le asignarán un lugar donde vivir.
5 Si el que quiere tomar venganza lo persigue, no podrán entregar al homicida, porque la muerte de su prójimo fue accidental, y no por enemistad alguna.
6 El homicida se quedará en la ciudad hasta que comparezca ante todo el pueblo, y hasta que muera el sumo sacerdote en turno. Sólo entonces podrá el homicida volver a su casa y a la ciudad de donde huyó.»
7 Entonces se eligieron estas ciudades: Cedes, en Galilea, en el monte de Neftalí; Siquén, en el monte de Efraín, y Quiriat Arbá (que es Hebrón), en el monte de Judá.
8 Al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó, eligieron las ciudades de Beser, en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén; Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y Golán en Basán, de la tribu de Manasés.
9 Éstas fueron las ciudades elegidas para que, en caso de una muerte accidental, se pudieran refugiar todos los hijos de Israel, y los extranjeros que vivieran entre ellos, hasta que comparecieran delante de todo el pueblo. Así no serían muertos a manos del que quisiera tomar venganza.

El Señor tuvo cuidado en recordarles muchas cosas a los israelitas cuando estaban tomando posesión de la tierra prometida, pero en algunas puso especial énfasis, y ya vimos que este es uno de esos casos. El concepto de “ciudad de refugio” podría parecer menor en comparación con las otras muchas leyes morales y religiosas, pero el Eterno mismo le dio especial importancia.

Y así quedaron definidas 6 ciudades, cada una con su propio significado:

1) “Cedes” quiere decir “justicia, refugio, santuario y santificado”.
2) “Siquén” significa “hombro” o “diligencia”.
3) “Quiriat Arbá” se llamaba también “Hebrón” que quiere decir “comunión”.
4) “Beser” quiere decir “fortaleza”.
5) “Ramot” significa “alturas” o “exaltación”.
6) “Golán” es una palabra que quiere decir “gozo y regocijo”.

Su significado no es casual, ni el orden en que aparecen tampoco.


·         Cedes: justicia, refugio, santuario, santificado.

1 Corintios 1:30 RVC
30 Pero gracias a Dios ustedes ahora son de Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido como nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación y nuestra redención,

Jesucristo se ha transformado en nuestra justicia y por Él somos justificados de tal forma que podemos presentarnos libremente ante un Dios perfectamente justo. La justificación es el primer paso, la entrada al Reino, nadie que no sea justo puede pisar el “terreno santo” siquiera, ni mucho menos acercarse al Dios Santo. No lo somos por nuestros méritos, por eso se nos dan los méritos de Cristo. Entrando en esa justicia, podemos acceder al santuario, es decir, el lugar de Dios, donde Él está, donde recibimos Su consuelo y nuestras oraciones son escuchadas.

Así como entramos una vez, debemos siempre permanecer tanto en esa justicia como en esa presencia, todo lo demás que podamos ser o hacer no tendrá sentido ni servirá para nada fuera de ellas.

Y como “ciudad de refugio”, debemos procurar ayudar a nuestros hermanos en esos aspectos.

1 Pedro 4:8 RVC
8 Por sobre todas las cosas, ámense intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados.

No solo nos ayudamos a mantenernos y crecer en la justicia sino también aplicamos el amor para que los pecados sean cubiertos.


·         Siquén: hombro (llevar la carga) o diligencia.

1 Pedro 5:7 RVC
7 Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes.

Mateo 11:29-30 RVC
29 Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma;
30 porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana.»

Cristo mismo ha tomado todas las cargas que no podíamos llevar, principalmente la carga de vivir una vida perfecta, pero también todos nuestros dolores y angustias. Eso es lo segundo que necesitamos aprender luego de haber sido declarados justos. No podemos avanzar en el camino si no dejamos nuestras cargas en Él, son algo demasiado pesado para llevar por nosotros mismos. O bien generan una cantidad de angustia y tristeza que obstaculiza todo progreso, o bien nos lleva a una vida religiosa, de autojusticia, que es totalmente ajena al diseño divino.

Pero junto con eso:

Gálatas 6:2 RVC
2 Sobrelleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo.

Cada uno, según los dones, la gracia y las propias experiencias de vida, puede ayudar al otro en alguna área particular en donde resulta más fuerte. Así todos juntos avanzamos más rápido.


·         “Quiriat Arbá” o “Hebrón”: comunión.

Este es el nivel en el que podemos comunicarnos con libertad con Dios, recibir de Su ministración, hablar de lo que nos pasa, nada nos estorba para entrar en Su presencia porque ya fuimos declarados justos y porque el peso de la angustia y la autojusticia fue quitado. Aquí es donde el Señor puede empezar a ministrarnos directamente y de manera fluida, donde Su voz es real en nuestro interior y disfrutamos de esa compañía patente.

Juan 14:15-21 RVC
15 »Si me aman, obedezcan mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre:
17 es decir, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y estará en ustedes.
18 »No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes.
19 Dentro de poco, el mundo no me verá más; pero ustedes me verán; y porque yo vivo, ustedes también vivirán.
20 En aquel día ustedes sabrán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí, y que yo estoy en ustedes.
21 El que tiene mis mandamientos, y los obedece, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él.»

Y es en este nivel donde obedecer al Señor no es una carga, porque entendimos que todos Sus mandatos son por amor y son lo mejor para nosotros.

Efesios 4:11-13 RVC
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; hasta que lleguemos a ser un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

Es el nivel en el cual tenemos comunión los unos con los otros y nos perfeccionamos conforme nuestros dones.


·         “Beser”: fortaleza.

Aquí es donde somos enviados a la guerra, el nivel en el cual podemos luchar espiritualmente de manera efectiva, o dicho de otra manera, el nivel en el cual Dios se nos revela como el General de los Ejércitos del Señor y podemos empezar a cumplir las misiones más arriesgadas. Este es el nivel del servicio efectivo; aunque la lucha espiritual es una realidad en el cristiano desde el mismo momento de su conversión, en este nivel cambia de “defensa” a “ataque”.

Mateo 28:18-20 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

Estas simples palabras están diciendo que no hay poder sobre la Tierra que sea superior al poder del Señor, aquel que nos envía.

2 Timoteo 2:3-4 RVC
3 Tú, por tu parte, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

Y ahora nos vemos también como un ejército, ayudándonos en la misión que nos es confiada y en las luchas que cada uno tiene que soportar, sabiendo que tenemos una fortaleza, un lugar de refugio mucho más fuerte que los embates que nos toquen.


·         “Ramot”: alturas o exaltación

Apocalipsis 22:12 RVC
12 «¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus acciones.

Hay un nivel de lucha y sacrificio, pero luego hay un nivel de recompensa, del caminar verdaderamente sobrenatural. No solamente la recompensa en el Cielo sino la recompensa en esta Tierra, el nivel en el cual Dios puede moverse delante nuestro y obrar maravillas. Ahora no solamente podemos luchar sostenidamente y resistir los embates, cualesquiera sean, sino que disfrutamos de la honra que viene del Señor. Aunque no siempre sea visible en el mundo, es visible en el mundo espiritual y los principados tienen que someterse a ella.

Romanos 12:10 DHH
10 Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente.

Honrarse uno a otro es un nivel superior de comunión. Suena lindo de palabra, de hecho en muy difícil, pero eso tiene un potencial sanador en el hermano, y en mí, superior; más que muchas sesiones de sanidad interior o consejería.


·         “Golán”: gozo y regocijo.

Juan 15:11 RVC
11 Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.

Hebreos 12:2 RVC
2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.

Este gozo es el fruto de la perfecta comunión y la perfecta presencia del Señor, superior a cualquier situación o dificultad. Es lo que experimenta el recién convertido cuando se acerca a Cristo, pero es también un fruto que debe madurar con el tiempo, y que se va perfeccionando con cada prueba, con cada dificultad y con cada victoria o aparente derrota.

Esto es literalmente estar sentado en los lugares celestiales con Cristo, es legislar con Él y definir los asuntos de la Tierra, de los hombres y de los ángeles. No hay vuelta atrás de este gozo y no hay placer mundano que se le compare. Hacia allí debemos ir.

Filipenses 4:4-9 RVC
4 Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense!
5 Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
6 No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias,
7 Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello.
9 Lo que ustedes aprendieron y recibieron de mí; lo que de mí vieron y oyeron, pónganlo por obra, y el Dios de paz estará con ustedes.

Es necesario que nos estimulemos en el gozo, y es a partir de ese gozo, tal como leemos en el pasaje, que todo lo demás en la vida cristiana puede fluir naturalmente.

Se ha dicho que la meta máxima de todo ser humano es ser feliz. Lamentablemente la gran mayoría busca esa felicidad por caminos equivocados, incluso muchos cristianos. La meta máxima es Cristo porque Él es la fuente del supremo gozo, del verdadero gozo. Y de ese gozo mana la paz, el amor, la sabiduría, el poder, la fortaleza y toda virtud.


Estas seis ciudades de refugio quisieron decir mucho más de lo que los israelitas pudieron entender en un primer momento. Para ellos era simplemente una cuestión geográfica o histórica, inserta en las vicisitudes de la conquista. Pero Dios estaba dejando un mensaje mucho más profundo. En eso consiste ser “ciudad de refugio”, y en eso consiste ser Iglesia: es lo que nos pasa “allí adentro” y es lo que tenemos que “hacer que pase” con nuestros hermanos. Cualquier otra cosa que se meta dentro de la Iglesia y que pervierta este modelo básico, está muy lejos del diseño divino.


Danilo Sorti




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