En un artículo anterior pudimos ver que las
ciudades de refugio prefiguraban en mucho a la Iglesia, quizás no en todo lo
que es pero sí en una de sus principales funciones para con los hombres. En
Israel se eligieron seis ciudades de refugio estratégicamente distribuidas.
Normalmente el “seis” tiene una connotación
negativa para los cristianos porque lo asociamos inmediatamente con el “666”,
pero la verdad es que el significado del número en sí no es ni malo ni bueno,
indica simplemente “hombre”, “humano”, algo relativo al hombre. El 666 está
diciendo que ese futuro (casi presente ya) Anticristo y su sistema serán algo
humano, no divino, por más que él intente hacerlo parecer así.
Entonces, estas “seis” ciudades de refugio es
una provisión divina para el hombre. Ahora bien, ¿cuáles eran y qué significado
tenían? En los próximos párrafos estoy siguiendo la estructura de una sección
del bosquejo: “La Iglesia como ciudad de refugio”, publicado en https://homileticaaplicada.blogspot.com/2013/02/la-iglesia-como-una-ciudad-de-refugio.html, por el ptr. Cajal.
Josué 20:1-9 RVC
1 Después, el Señor le dijo a Josué:
2 «Reúne a los hijos de Israel, y diles que
elijan las ciudades de refugio, de las que ya les había hablado por medio de
Moisés.
3 En ellas se refugiará el homicida que de
manera accidental, y no intencionalmente, haya dado muerte a alguien. Allí
podrá protegerse de quien quiera tomar venganza.
4 Quien se refugie en alguna de esas
ciudades, deberá presentarse a la entrada de la ciudad y exponer sus razones
ante los ancianos; entonces ellos lo recibirán, lo llevarán dentro de la
ciudad, y le asignarán un lugar donde vivir.
5 Si el que quiere tomar venganza lo
persigue, no podrán entregar al homicida, porque la muerte de su prójimo fue
accidental, y no por enemistad alguna.
6 El homicida se quedará en la ciudad hasta
que comparezca ante todo el pueblo, y hasta que muera el sumo sacerdote en
turno. Sólo entonces podrá el homicida volver a su casa y a la ciudad de donde
huyó.»
7 Entonces se eligieron estas ciudades:
Cedes, en Galilea, en el monte de Neftalí; Siquén, en el monte de Efraín, y
Quiriat Arbá (que es Hebrón), en el monte de Judá.
8 Al otro lado del Jordán, al oriente de
Jericó, eligieron las ciudades de Beser, en el desierto, en la llanura de la
tribu de Rubén; Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y Golán en Basán, de la
tribu de Manasés.
9 Éstas fueron las ciudades elegidas para
que, en caso de una muerte accidental, se pudieran refugiar todos los hijos de
Israel, y los extranjeros que vivieran entre ellos, hasta que comparecieran
delante de todo el pueblo. Así no serían muertos a manos del que quisiera tomar
venganza.
El Señor tuvo cuidado en recordarles muchas
cosas a los israelitas cuando estaban tomando posesión de la tierra prometida,
pero en algunas puso especial énfasis, y ya vimos que este es uno de esos
casos. El concepto de “ciudad de refugio” podría parecer menor en comparación con
las otras muchas leyes morales y religiosas, pero el Eterno mismo le dio
especial importancia.
Y así quedaron definidas 6 ciudades, cada una
con su propio significado:
1) “Cedes” quiere decir “justicia, refugio,
santuario y santificado”.
2) “Siquén” significa “hombro” o
“diligencia”.
3) “Quiriat Arbá” se llamaba también “Hebrón”
que quiere decir “comunión”.
4) “Beser” quiere decir “fortaleza”.
5) “Ramot” significa “alturas” o
“exaltación”.
6) “Golán” es una palabra que quiere decir
“gozo y regocijo”.
Su significado no es casual, ni el orden en
que aparecen tampoco.
·
Cedes: justicia, refugio, santuario, santificado.
1 Corintios 1:30 RVC
30 Pero gracias a Dios ustedes ahora son de
Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido como nuestra sabiduría, nuestra
justificación, nuestra santificación y nuestra redención,
Jesucristo se ha transformado en nuestra
justicia y por Él somos justificados de tal forma que podemos presentarnos
libremente ante un Dios perfectamente justo. La justificación es el primer
paso, la entrada al Reino, nadie que no sea justo puede pisar el “terreno
santo” siquiera, ni mucho menos acercarse al Dios Santo. No lo somos por
nuestros méritos, por eso se nos dan los méritos de Cristo. Entrando en esa
justicia, podemos acceder al santuario, es decir, el lugar de Dios, donde Él
está, donde recibimos Su consuelo y nuestras oraciones son escuchadas.
Así como entramos una vez, debemos siempre
permanecer tanto en esa justicia como en esa presencia, todo lo demás que
podamos ser o hacer no tendrá sentido ni servirá para nada fuera de ellas.
Y como “ciudad de refugio”, debemos procurar
ayudar a nuestros hermanos en esos aspectos.
1 Pedro 4:8 RVC
8 Por sobre todas las cosas, ámense
intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados.
No solo nos ayudamos a mantenernos y crecer
en la justicia sino también aplicamos el amor para que los pecados sean
cubiertos.
·
Siquén: hombro (llevar la carga) o diligencia.
1 Pedro 5:7 RVC
7 Descarguen en él todas sus angustias, porque
él tiene cuidado de ustedes.
Mateo 11:29-30 RVC
29 Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma;
30 porque mi yugo es fácil, y mi carga es
liviana.»
Cristo mismo ha tomado todas las cargas que
no podíamos llevar, principalmente la carga de vivir una vida perfecta, pero
también todos nuestros dolores y angustias. Eso es lo segundo que necesitamos
aprender luego de haber sido declarados justos. No podemos avanzar en el camino
si no dejamos nuestras cargas en Él, son algo demasiado pesado para llevar por
nosotros mismos. O bien generan una cantidad de angustia y tristeza que
obstaculiza todo progreso, o bien nos lleva a una vida religiosa, de
autojusticia, que es totalmente ajena al diseño divino.
Pero junto con eso:
Gálatas 6:2 RVC
2 Sobrelleven los unos las cargas de los
otros, y cumplan así la ley de Cristo.
Cada uno, según los dones, la gracia y las
propias experiencias de vida, puede ayudar al otro en alguna área particular en
donde resulta más fuerte. Así todos juntos avanzamos más rápido.
·
“Quiriat Arbá” o “Hebrón”: comunión.
Este es el nivel en el que podemos
comunicarnos con libertad con Dios, recibir de Su ministración, hablar de lo
que nos pasa, nada nos estorba para entrar en Su presencia porque ya fuimos
declarados justos y porque el peso de la angustia y la autojusticia fue
quitado. Aquí es donde el Señor puede empezar a ministrarnos directamente y de
manera fluida, donde Su voz es real en nuestro interior y disfrutamos de esa
compañía patente.
Juan 14:15-21 RVC
15 »Si me aman, obedezcan mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro
Consolador, para que esté con ustedes para siempre:
17 es decir, el Espíritu de verdad, al cual
el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero ustedes lo
conocen, porque permanece con ustedes, y estará en ustedes.
18 »No los dejaré huérfanos; vendré a
ustedes.
19 Dentro de poco, el mundo no me verá más;
pero ustedes me verán; y porque yo vivo, ustedes también vivirán.
20 En aquel día ustedes sabrán que yo estoy
en mi Padre, y que ustedes están en mí, y que yo estoy en ustedes.
21 El que tiene mis mandamientos, y los
obedece, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo
lo amaré, y me manifestaré a él.»
Y es en este nivel donde obedecer al Señor no
es una carga, porque entendimos que todos Sus mandatos son por amor y son lo
mejor para nosotros.
Efesios 4:11-13 RVC
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a
otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a estar unidos
por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; hasta que lleguemos a ser un
hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Es el nivel en el cual tenemos comunión los
unos con los otros y nos perfeccionamos conforme nuestros dones.
·
“Beser”: fortaleza.
Aquí es donde somos enviados a la guerra, el
nivel en el cual podemos luchar espiritualmente de manera efectiva, o dicho de
otra manera, el nivel en el cual Dios se nos revela como el General de los
Ejércitos del Señor y podemos empezar a cumplir las misiones más arriesgadas.
Este es el nivel del servicio efectivo; aunque la lucha espiritual es una
realidad en el cristiano desde el mismo momento de su conversión, en este nivel
cambia de “defensa” a “ataque”.
Mateo 28:18-20 RVC
18 Jesús se acercó y les dijo: «Toda
autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en
todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que
les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del
mundo.» Amén.
Estas simples palabras están diciendo que no
hay poder sobre la Tierra que sea superior al poder del Señor, aquel que nos
envía.
2 Timoteo 2:3-4 RVC
3 Tú, por tu parte, sufre penalidades como
buen soldado de Jesucristo.
4 Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Y ahora nos vemos también como un ejército,
ayudándonos en la misión que nos es confiada y en las luchas que cada uno tiene
que soportar, sabiendo que tenemos una fortaleza, un lugar de refugio mucho más
fuerte que los embates que nos toquen.
·
“Ramot”: alturas o exaltación
Apocalipsis 22:12 RVC
12 «¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo
conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus acciones.
Hay un nivel de lucha y sacrificio, pero
luego hay un nivel de recompensa, del caminar verdaderamente sobrenatural. No
solamente la recompensa en el Cielo sino la recompensa en esta Tierra, el nivel
en el cual Dios puede moverse delante nuestro y obrar maravillas. Ahora no
solamente podemos luchar sostenidamente y resistir los embates, cualesquiera
sean, sino que disfrutamos de la honra que viene del Señor. Aunque no siempre
sea visible en el mundo, es visible en el mundo espiritual y los principados
tienen que someterse a ella.
Romanos 12:10 DHH
10 Ámense como hermanos los unos a los otros,
dándose preferencia y respetándose mutuamente.
Honrarse uno a otro es un nivel superior de
comunión. Suena lindo de palabra, de hecho en muy difícil, pero eso tiene un
potencial sanador en el hermano, y en mí, superior; más que muchas sesiones de
sanidad interior o consejería.
·
“Golán”: gozo y regocijo.
Juan 15:11 RVC
11 Estas cosas les he hablado, para que mi
gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.
Hebreos 12:2 RVC
2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y
consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y
menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.
Este gozo es el fruto de la perfecta comunión
y la perfecta presencia del Señor, superior a cualquier situación o dificultad.
Es lo que experimenta el recién convertido cuando se acerca a Cristo, pero es
también un fruto que debe madurar con el tiempo, y que se va perfeccionando con
cada prueba, con cada dificultad y con cada victoria o aparente derrota.
Esto es literalmente estar sentado en los
lugares celestiales con Cristo, es legislar con Él y definir los asuntos de la
Tierra, de los hombres y de los ángeles. No hay vuelta atrás de este gozo y no
hay placer mundano que se le compare. Hacia allí debemos ir.
Filipenses 4:4-9 RVC
4 Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez
les digo, ¡regocíjense!
5 Que la gentileza de ustedes sea conocida de
todos los hombres. El Señor está cerca.
6 No se preocupen por nada. Que sus
peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción
de gracias,
7 Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo
que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en
todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna
virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello.
9 Lo que ustedes aprendieron y recibieron de
mí; lo que de mí vieron y oyeron, pónganlo por obra, y el Dios de paz estará
con ustedes.
Es necesario que nos estimulemos en el gozo,
y es a partir de ese gozo, tal como leemos en el pasaje, que todo lo demás en
la vida cristiana puede fluir naturalmente.
Se ha dicho que la meta máxima de todo ser
humano es ser feliz. Lamentablemente la gran mayoría busca esa felicidad por
caminos equivocados, incluso muchos cristianos. La meta máxima es Cristo porque
Él es la fuente del supremo gozo, del verdadero gozo. Y de ese gozo mana la
paz, el amor, la sabiduría, el poder, la fortaleza y toda virtud.
Estas seis ciudades de refugio quisieron
decir mucho más de lo que los israelitas pudieron entender en un primer
momento. Para ellos era simplemente una cuestión geográfica o histórica,
inserta en las vicisitudes de la conquista. Pero Dios estaba dejando un mensaje
mucho más profundo. En eso consiste ser “ciudad de refugio”, y en eso consiste
ser Iglesia: es lo que nos pasa “allí adentro” y es lo que tenemos que “hacer
que pase” con nuestros hermanos. Cualquier otra cosa que se meta dentro de la
Iglesia y que pervierta este modelo básico, está muy lejos del diseño divino.
Danilo Sorti
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