domingo, 29 de julio de 2018

546. Ezequiel 34: los falsos pastores – II


Ezequiel 34:1-10 RVC
1 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles que yo, su Señor y Dios, he dicho: »¡Ay de ustedes, los pastores de Israel, que sólo cuidan de sí mismos! ¿Acaso no son los pastores los que deben cuidar de los rebaños?
3 Ustedes se comen lo mejor, se visten con la lana, degüellan a las ovejas más engordadas, pero no cuidan de las ovejas.
4 Ustedes no fortalecen a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, no vendan las heridas de las que se quiebran una pata, ni regresan las descarriadas al redil; tampoco van en busca de las que se pierden, sino que las manejan con dureza y violencia.
5 Y las ovejas andan errantes por falta de pastor; andan dispersas y son fácil presa de todas las fieras del campo.
6 Y así, mis ovejas andan perdidas por todos los montes y por todas las colinas. Andan esparcidas por toda la tierra, sin que nadie las busque ni pregunte por ellas.»
7 Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor:
8 «A las ovejas de mi rebaño se las roban, las hacen presa de todas las fieras del campo. Andan sin pastor, y mis pastores no las cuidan ni van en busca de ellas, sino que sólo cuidan de sí mismos. Por lo tanto yo, su Señor y Dios, juro,
9 y ustedes, pastores, escuchen bien lo que les digo:
10 Yo, su Señor y Dios, estoy en contra de ustedes, los pastores, y voy a pedirles cuentas de mis ovejas. Ya no voy a dejarlas al cuidado de ustedes, ni tampoco ustedes van a cuidar sólo de sí mismos; yo voy a librarlas de la boca de ustedes, para que no se las sigan comiendo.»

En un artículo anterior vimos lo que hacen los falsos pastores sobre el rebaño del Señor, y eso debería servirnos de señal para identificar en dónde hay un mal liderazgo. Pero este texto también contiene un “ay” hacia esos pastores. Ahora bien, ¿por qué aparecieron?

Si Dios ejecuta su juicio sobre ese liderazgo es porque el tal estuvo ministrando ya el suficiente tiempo sobre la nación como para producir esos resultados, eso significa que Dios permitió que estuvieran, o incluso los estableció en algún momento, y que también permitió que se corrompieran con el tiempo, y en todo caso, no los quitó antes. Quizás el mejor versículo que resume esto sea el siguiente:

Oseas 13:11 RVC
11 En mi furor te di rey, y en mi ira te lo quité.

Tendríamos muchos ejemplos para ilustrar el hecho de que Dios permitió “pastores” en Israel que no fueron buenos debido al pecado del pueblo, empezando claramente por Saúl. Es más, resulta por demás de esclarecedor leer la historia del primer rey de Israel, que no fue puesto de acuerdo al mejor designio del Señor sino de acuerdo a lo que el pueblo quería, que luego se volvió una verdadera carga para ese pueblo, pero a quien el Señor no quitó hasta que su tiempo fuera cumplido, tal como David lo reconoció dos veces cuando tuvo la oportunidad de matarlo pero no lo hizo.

Entonces, cuando leemos Ezequiel 34 no debemos olvidarnos de repasar el capítulo anterior, donde nos encontramos con esto:

Ezequiel 33:11 RVC
11 Pues yo, su Señor y Dios, juro que no quiero la muerte del impío, sino que éste se aparte de su mal camino y viva. ¿Por qué ustedes, pueblo de Israel, quieren morir? ¡Apártense, apártense de su mal camino!”

El Señor llama al pueblo cautivo en Babilonia al arrepentimiento. A eso sigue el relato de la caída de Jerusalén, con lo que las últimas esperanzas, y orgullo, nacional acabarían por sucumbir y el pueblo no tendría más remedio que reconocer sus faltas y su pecado. El capítulo 34 pudo haber sido escrito antes de estos sucesos, pero el hecho de que finalmente fuera puesto en este lugar nos da a entender que esta liberación de los malos pastores tenía que ver con el arrepentimiento del pueblo.

Sí, un mal liderazgo es permitido por Dios sobre un pueblo descarriado, pero cuando las personas reconocen su error y deciden volverse al Señor, llegó el tiempo del juicio sobre esos líderes. Nos gusta leer cuando el Señor decide quitar a los malos líderes y colocar a los buenos, pero no nos gusta tanto leer por qué ese mismo Señor permitió a los malos líderes, es más, el asunto suele quedar en una “nebulosa”, digamos que “aparecieron y listo”, o “se le escapó de las manos a Dios”, o bien “se desviaron y Dios no pudo hacer nada”.

Si lo llevamos al ámbito secular, es por demás de claro que la gran crisis de liderazgo que existe en el mundo hoy, y el espíritu de traición que se esconde (apenas) detrás de cada candidato es lo que Dios permite a causa de la maldad extrema del mundo.

Pero también hay un margen de libertad en el liderazgo, sea para hacer bien o para hacer mal. El hecho de que Dios permita que hagan mal no les exime de ninguna de sus culpas, y cuando llega el momento preciso son llamados a cuentas.

Remarquemos esta verdad: en Ezequiel vemos que ellos obraron mal durante un largo tiempo, y Dios lo permitió. Cuando llegó el día del juicio eso se terminó, pero no antes.

Todo este capítulo de Ezequiel tiene un cumplimiento completo que no ocurrió todavía, como muchos pasajes proféticos apunta hacia el Reino Venidero. Es obvio que nunca ha habido en la historia del mundo o de la iglesia un tiempo de liderazgo perfecto. Pero también resulta claro que tiene un cumplimiento parcial, como ocurrió entonces y como ocurre hoy.

“10 Yo, su Señor y Dios, estoy en contra de ustedes, los pastores, y voy a pedirles cuentas de mis ovejas. Ya no voy a dejarlas al cuidado de ustedes, ni tampoco ustedes van a cuidar sólo de sí mismos; yo voy a librarlas de la boca de ustedes, para que no se las sigan comiendo.”

En hebreo tenemos aquí 25 palabras, que es el número de la bendición, específicamente la que transmite el Espíritu Santo y su autoridad para cumplir el llamado para el cual nos equipó (https://gods-kingdom-ministries.net/teachings/books/the-biblical-meaning-of-numbers/chapter-4-numbers-21-30/).

Es claro que ninguno de los hermanos puede alcanzar su llamado (o con mucha dificultad) bajo un mal liderazgo: desprotegidos, desnutridos espiritualmente, expoliados de sus recursos y teniendo que defenderse de multitud de peligros, ¿cómo podrán estar lo suficientemente libre y equipados para servir al Señor?

Esta palabra tiene un cumplimiento parcial hoy y ahora, a veces ocurre de una manera claramente divina, cuando Dios remueve a un liderazgo o lo expone a la vergüenza pública, pero otras tantas ocurre de manera más sutil, cuando los ojos de los creyentes son abiertos para ubicarse fuera de esas iglesias. Luego, los líderes de las congregaciones se preguntan por qué se termina yendo tanta gente…

Se acerca el tiempo escatológico en que este versículo tendrá su cumplimiento pleno, y ya no habrá malos líderes en las iglesias, ni en el mundo. Pero al igual que ocurrió con Israel, eso no vendrá sin que antes suceda el juicio.


Danilo Sorti




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