Ezequiel 34:25-31 RVC
25 »Haré con mis ovejas un pacto de paz, y
quitaré de la tierra a las fieras salvajes; así mis ovejas podrán habitar
seguras en el desierto y dormir en los bosques.
26 Pondré mi bendición en ellas y en los
alrededores de mi colina, y haré que llueva cuando deba llover, y esa lluvia
será de bendición.
27 La tierra y los árboles del campo darán su
fruto, y mis ovejas vivirán seguras sobre su tierra. Cuando yo rompa las
coyundas de su yugo, y las libre de las manos de sus opresores, sabrán que yo
soy el Señor.
28 »Mis ovejas no volverán a ser el botín de
guerra de las naciones, ni las fieras salvajes volverán a devorarlas, sino que
vivirán tranquilas y sin que nadie las espante.
29 Su país será famoso por su fertilidad, y
no volverán a sufrir de hambre en su tierra, ni las naciones volverán a
avergonzarlas.
30 Entonces mis ovejas sabrán que yo, su
Señor y Dios, estoy con ellas, y que ellas son mi pueblo, el pueblo de Israel.
Palabra de Dios el Señor.
31 »Ustedes son mis ovejas. Son las ovejas de
mis pastos; ustedes son hombres, y yo soy su Dios.» Palabra de Dios el Señor.
El capítulo 34 se divide en 3 grandes
secciones, es esta última el Señor mismo habla del tiempo de bendición y paz
que establecerá con Su pueblo Israel. Esta promesa no se cumplió completamente
nunca hasta ahora: en parte se cumplió cuando Israel volvió, pero el versículo
28 claramente no. En parte se cumplió nuevamente a partir de 1948, pero la
seguridad de que hablan los versículos 25 y 28 no se han cumplido todavía, y es
claro que el versículo 30 tampoco: solo una parte de Israel reconoce a Dios
hoy. Sin embargo, lo que ocurrió a partir del ’48 a esta parte tiene mucho que
ver con lo que dice aquí y es una señal profética para el Pueblo de Dios hoy:
la Iglesia, compuesta por todos los salvos, sean judíos o gentiles.
Esta promesa tampoco se ha cumplido para la
Iglesia de Cristo hasta el presente; sí en el ámbito espiritual, no todavía en
el ámbito terrenal, tal como fue primeramente expresada la profecía.
Si analizamos espiritualmente lo que dice
aquí nos encontramos con el fruto de vivir bajo la protección del Señor. En
honor a la verdad, ya desde el principio del capítulo podemos ver qué significa
vivir bajo la cobertura de Dios por “oposición” a lo que significa vivir bajo
el control de los malos pastores, aquí el Espíritu retoma los conceptos
anteriores y los amplía:
1. “Haré con mis ovejas un
pacto de paz”: la paz espiritual, el “shalom”, que es mucho más que simple
ausencia de guerra, es uno de los frutos más evidentes e inmediatos de la presencia
divina, es lo que el nuevo converso siente asombrado, a diferencia del estado
de “guerra continua” que vivía antes. Es lo primero que se pierde cuando nos
desviamos de la voz del Espíritu, es la señal interior más clara e inequívoca
de la presencia (¡o ausencia!) de Dios, de haber tomado una decisión correcta o
incorrecta. Pero es lo primero que Satanás muy hábilmente nos quita de la
mente, de tal forma que nos empecemos a preocupar por muchas otras cosas “más
importantes que ese asunto tan subjetivo como la ‘paz interior’…” ¿nunca nadie
tuvo ese pensamiento? Bueno, ¡bienvenido al club! No proviene del Espíritu,
sino del Adversario.
2. “quitaré de la tierra a las
fieras salvajes”: aquí tenemos entidades espirituales concretas, demonios
principalmente, cuyo objetivo es causar daño, “devorar”, destruir, causar
enfermedades, pobreza, pérdidas. Esta es la protección de los hijos fieles.
3. “así mis ovejas podrán
habitar seguras en el desierto y dormir en los bosques.”: ni el desierto ni los
bosques son lugares seguros en la naturaleza. El desierto, obviamente, por la
dureza del clima y por los peligros que acechan allí; el bosque por ser
especialmente peligroso, al constituirse en lugar de fácil escondedero para
fieras y maleantes. La promesa es que podremos “habitar” seguros en ambientes
difíciles y peligrosos, rodeados de enemigos.
4. “Pondré mi bendición en
ellas y en los alrededores de mi colina”: la palabra bendición resume todos los
bienes que vienen de lo Alto, y en el fondo está diciendo aquí que no deberíamos
preocuparnos por esto o aquello, ya que todo está incluido en “bendición”, no
solo sobre nosotros sino también en el ámbito en el que nos movemos. Es la
misma idea que expone Jesús cuando les dice a Sus discípulos que no se
preocupan por la comida o el vestido, sino por el Reino de Dios.
5. “haré que llueva cuando
deba llover, y esa lluvia será de bendición.”: la lluvia reafirma la idea de
bendición, de algo que viene “de lo alto”, pero la lluvia puede ser destructora
también, tal como estamos viendo cada vez más en nuestro mundo. La lluvia
representa la bendición de Dios a través de los fenómenos naturales, pero bajo
control. Es decir, se trata de la esperanza de que las cosas funcionarán “como
es debido”. La lluvia representa también a la Palabra de Dios que viene en el
momento oportuno, lo que llamamos “palabra rema”, lo que Pablo llama la “espada
del Espíritu”, no toda la Biblia sino la palabra oportuna para el momento.
También la lluvia se usa para representar la presencia del Espíritu en ese momento,
que desciende sobre toda la congregación.
6. “La tierra y los árboles
del campo darán su fruto”: un mensaje parecido al anterior, ahora la bendición
viene a través de la naturaleza, de los seres vivos. El significado espiritual
de “fruto” es muy conocido en el Nuevo Testamento, y es en realidad lo que Dios
espera de nosotros. Aquí se refiere al alimento, no solo material, sino
espiritual: todo el alimento necesario.
7. “mis ovejas vivirán seguras
sobre su tierra”: concluyendo una primera división de esta sección, el
resultado todo lo anterior es “seguridad”, que no tiene el mismo significado
que más se usa hoy para la palabra, sino que se refiere al sentimiento de
confianza en que nada malo le va a pasar a uno, algo que ya casi ha
desaparecido del mundo actual, pero que existe en Dios, es decir, en una
posición espiritual.
8. “Cuando yo rompa las
coyundas de su yugo, y las libre de las manos de sus opresores”: aquí retoma
brevemente lo que expuso más detalladamente en los versículos anteriores, esta
liberación no vendría sin la liberación de los enemigos. ¡Con qué facilidad la
imagen de “enemigos” se pierde en el cristianismo o se tergiversa! Se pierde
cuando no se les enseña a los cristianos que tenemos enemigos espirituales bien
concretos y activos, que aprovechan todas nuestras puertas abiertas para
causarnos daño. Se tergiversa, normalmente con intenciones políticas, diciendo
que los verdaderos enemigos con tales o cuales personas, en vez de los
espíritus que las dominan. Ahora bien, ¡por supuesto que hay enemigos humanos y
por supuesto que el Señor se encarga de ellos a su debido tiempo! Muchos de
ellos están hoy escondidos y su accionar es muy sutil, no debemos ignorarlos.
El asunto es que, sean humanos o espirituales (en realidad, son ambos), Dios
está por encima de ellos y nos libra de sus manos, aunque también la Biblia nos
enseña que permite determinadas cosas para que seamos formados adecuadamente.
9. “sabrán que yo soy el
Señor”: en realidad esta expresión nos remite a las tantas y tantas veces que
los cristianos miramos hacia arriba y preguntamos; “¿de verdad estás ahí,
Señor? ¿por qué te quedás sin hacer nada?” Mi hermano, si nunca has hecho esta
pregunta, o bien nunca te has convertido, o bien, ¿qué estás haciendo todavía
en la tierra? Para purificarnos y perfeccionarnos Dios guarda silencio muchas
veces, usa a nuestros enemigos también muchas veces y nos deja sin respuestas
otras tantas muchas veces. Podemos mantener la fe en medio de las dificultades,
pero inevitablemente necesitaremos ver la mano de Dios. Ahora bien, con los
hijos de Dios que han llegado a morar en el ámbito espiritual no pasa esto
porque pueden ver claramente a Dios obrando y llevando a cabo Sus propósitos,
por más que en lo natural parezca que “no pasa nada”. Ellos pueden “saber” sin
dudas que Dios es Dios porque lo ven y entienden qué está haciendo.
10. “Mis ovejas no volverán a
ser el botín de guerra de las naciones”: esta fue la realidad de Israel, y más
aún, la realidad de la verdadera iglesia, siempre oprimida y dominada por los
poderes políticos de este mundo. Esto no se cumplirá sino en el Reino Venidero,
pero en el ámbito espiritual significa que los santos no son más subyugados por
los poderes espirituales que dominan las naciones o los tiempos.
11. “ni las fieras salvajes
volverán a devorarlas”: similar a lo anterior, los espíritus malignos no podrán
utilizar a los cristianos como se les ocurra.
12. “vivirán tranquilas y sin
que nadie las espante”: cada vez más tanto la tranquilidad como el no ser
espantado o turbado por nada desaparecen de este mundo. Llegará el tiempo en
que el temor y el espanto serán el pan cotidiano, mientras tanto, la seguridad
y la confianza son el alimento diario de los fieles. El miedo es una de las
fuerzas constitutivas de la personalidad caída del ser humano y está en la base
de prácticamente todas las decisiones que toman no creyentes y creyentes. No
ser espantado significa que, venga lo que venga, nada nos puede causar temor
porque sabemos que el Dios que nos ama y nos cuida es muchísimo más grande.
13. “Su país será famoso por su
fertilidad”: la Israel terrenal está hoy en día prefigurando esta verdad, pero
en el ámbito espiritual se refiere a la fama que ganamos cuando la gente ve
nuestros frutos de un carácter transformado y de buenas obras.
14. “no volverán a sufrir de
hambre en su tierra”: el hambre espiritual es lo que producen los falsos
pastores en sus congregaciones, y es lo que padecen muchos cristianos hoy.
Cuando somos pastoreados por el Señor eso no ocurre.
15. “ni las naciones volverán a
avergonzarlas”: se refiere a la humillación que sufren los hijos de Dios, y que
de hecho aumentará en los próximos años. Hay una situación natural que solo
cambiará cuando Cristo venga, pero la “humillación espiritual”, esto es, cuando
Satanás puede avergonzarnos por nuestros pecados, desaparece cuando estamos
cubiertos por el Señor y santificados por Él. Aquí está aludiendo a la
situación espiritual en la que ya no hay puertas abiertas por donde pueda
introducir sus dardos el Enemigo.
30 Entonces mis ovejas sabrán que yo, su
Señor y Dios, estoy con ellas, y que ellas son mi pueblo, el pueblo de Israel.
Palabra de Dios el Señor.
31 »Ustedes son mis ovejas. Son las ovejas de
mis pastos; ustedes son hombres, y yo soy su Dios.» Palabra de Dios el Señor.
Esta es la conclusión de la sección y,
espiritualmente, se refiere al estado de comunión perfecta con el Señor, donde
ya no hay temor, ni culpa ni vergüenza, donde no hay ninguna necesidad; una
situación que ahora vemos a lo lejos todavía, que podemos saludar, pero en la cual
ya podemos habitar espiritualmente. Es la realidad que se materializará cuando
concluya la historia de la rebelión humana:
Apocalipsis 21:3-4 RVC
3 Entonces oí que desde el trono salía una
potente voz, la cual decía: «Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres.
Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y
será su Dios.
4 Dios enjugará las lágrimas de los ojos de
ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las
primeras cosas habrán dejado de existir.
Cuando empezamos a disfrutar de este estado
es porque estamos siendo pastoreados por el Señor. Es el anticipo de nuestra
herencia, que podemos disfrutar aquí y ahora. Si somos líderes y nuestra gente
puede dar testimonio de que disfruta de las bendiciones de ser pastoreados por
el Señor, indica que estamos haciendo las cosas bien.
Danilo Sorti
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