1 Samuel 17:31-33 RVC
31 Pero alguien oyó el comentario de David, y
cuando Saúl lo supo, mandó que lo llevaran a su presencia.
32 Entonces David le dijo a Saúl: «Que no se
desanime nadie por causa de ese filisteo; este siervo tuyo irá a pelear contra
él.»
33 Pero Saúl le dijo: «No creo que puedas
pelear contra él, pues todavía eres muy joven y él ha sido un guerrero desde su
juventud.»
En un artículo anterior vimos que David tuvo
que superar el primer obstáculo con su hermano mayor, aquel que debía conocerlo
bien y ayudarlo en su ministerio lo atacó en lo más hondo de su ser, en otras
palabras le dijo que era perverso, descuidado y fanfarrón. David no perdió el
tiempo, y eso nos muestra cómo debemos tratar a nuestros cercanos y familiares
cuando son usados así por Satanás.
El otro escollo era más complicado, nada
menos que el rey.
Antes de llegar al rey “alguien oyó el
comentario de David”, esto es, David estaba “haciendo publicidad”, estaba
promocionando lo que quería hacer, estaba buscando activamente un camino para
poder llegar a la batalla, y finalmente ocurrió. Saúl representa el liderazgo
espiritual sin visión y sin Espíritu, no muy diferente que unos cuantos de los
que tenemos hoy.
Frente al líder, David fue concreto: atacó el
primer problema, que en el fondo era espiritual; “que no se desanime nadie”, y
ofreció la solución: “este siervo tuyo irá a pelear contra él”. Así es como se
relaciona adecuadamente uno con líderes ocupados: concreto, breve, yendo
directamente al grano.
La respuesta de Saúl no tenía que ver con las
supuestas motivaciones ocultas de David, como había dicho Eliab, sino con algo
muy práctico: «No creo que puedas pelear contra él, pues todavía eres muy joven
y él ha sido un guerrero desde su juventud.» La diferencia de fuerza y capacidad
era por demás de obvia, había hablado “la voz de la experiencia”, y por
supuesto que la tenía en combate. Él mismo era más alto que el resto de los
israelitas, y ya había participado en muchas batallas, así que sabía de lo que
hablaba… y dicho sea de paso, ya que era el más grande, ¿por qué no fue él
mismo a pelear contra el gigante?
La cruda verdad es que la necesidad que un
líder emergente puede suplir viene de un espacio que no está siendo ocupado por
los líderes actuales, en el mejor de los casos porque no pueden por razón de
tiempo o dones, en el peor porque son cobardes o carentes de visión; aquí
estaba ocurriendo lo segundo. Ahora bien, si los líderes actuales no están
supliendo una necesidad, puede ser que sean conscientes de ello y reciban con
los brazos abiertos al que sí puede hacerlo, o que lo nieguen pensando que “eso
no puede hacerse” (porque en realidad no pueden o no quieren ellos) y entonces
van a presentar trabas y obstáculos.
·
No creo que puedas pelear contra él
En diversos ámbitos se llama a esto “opinión
experta”, es decir, cuando no se cuenta con evidencias científicas suficientes
como para poder determinar algo, uno o varios expertos, de acuerdo a sus
conocimientos y experiencia, dan su criterio. Eso suena muy lindo y puede ser muy
útil, pero no deja de ser una opinión.
El propósito aquí era desanimarlo por medio
de la figura de autoridad, la voz “del que sabía” determinaba que no.
·
pues todavía eres muy joven
Frase favorita de líderes frustrados que
tuvieron que pelear duramente para ser reconocidos en su juventud, o tuvieron
que someterse durante años para conseguir un puestito. También frase favorita
de los más viejos que se olvidaron ya de su propia juventud.
Aquí el propósito de desánimo consistía en
que se mirara “a sí mismo”, con lo que vería su incapacidad y dejaría de ver a
Dios.
·
él ha sido un guerrero desde su juventud.
Es decir, “el problema resulta demasiado
grande”. De nuevo, el desánimo viene al hacerlo mirar al problema en vez de
mirar a Dios.
Saúl “mira” su propio criterio, al candidato
y al problema, ¡pero no mira a Dios en ningún momento! Su opinión tenía el peso
de la experiencia, pero no tenía el peso de la fe. Hoy podemos hacer la
comparación con líderes que pueden tener mucha teología, mucho conocimiento práctico,
habilidades administrativas, pero no pueden escuchar la voz de Dios para hacer
lo “imposible”. El mejor don espiritual que puede lograr esto es el don de fe.
David sí responde a Saúl porque no había mala
intención en él, a pesar de su falta de visión espiritual;
1 Samuel 17:34-37 RVC
34 David le respondió: «Sí, yo soy el pastor
de las ovejas de mi padre, pero cuando un león o un oso viene a llevarse algún
cordero del rebaño,
35 yo salgo tras el león o el oso, y lo hiero
y lo libro de sus fauces. Si el animal me ataca, con mis manos lo agarro por
las quijadas, y lo hiero hasta matarlo.
36 No importa si es un león o un oso, tu
siervo los mata. Y este filisteo incircunciso es para mí como uno de esos
animales, porque ha provocado al ejército del Dios vivo.»
37 Todavía añadió David: «El Señor me ha
librado de las garras de leones y de osos, y también me librará de este
filisteo.» Y Saúl le respondió: «Ve, pues, y que el Señor te acompañe.»
Mientras que el planteo de Eliab era
claramente malintencionado, el de Saúl no y merecía una explicación. En esa
explicación hay mucho para ver. David no niega ni su juventud ni su falta de
experiencia guerrera, pero muestra el paralelo que había entre su capacitación
cuidando ovejas y la confrontación con Goliat. David no solamente se muestra
como un hombre de fe y valor PORQUE CONOCÍA A SU DIOS y no porque fuera un
temerario, sino que fue una persona de gran inteligencia y sabiduría práctica.
Cuando hablamos de “conocimiento” nos
referimos normalmente a conceptos e ideas, pero cuando hablamos de “sabiduría”
indicamos la capacidad para relacionar esos conceptos y aplicarlos a
situaciones específicas (que implica relacionarlos, también). David pudo
rápidamente aplicar su propia experiencia y capacitación defendiendo ovejas a
la confrontación con el “animal” filisteo.
Ahora bien, el muchachito David no era
“ningún tiernito”, así de joven y rozagante, podía enfrentarse a los animales
salvajes más peligrosos y vencer: tenía la fuerza y la habilidad suficiente,
tenía la fe en Dios y por sobre todo, el amor por las ovejas y la
responsabilidad más que de sobra como para enfrentar un peligro que cualquier
pastor en su sano juicio no haría. Al fin y al cabo, una oveja más o una oveja
menos, para una persona con recursos como debió haber sido el padre de David,
¿qué significaba? Si tuviera que analizar el costo / beneficio desde una lógica
estratégica yo jamás le hubiera dicho a David que hiciera eso, es más, se lo
hubiera prohibido expresamente… pero David tenía una comunión tan íntima con el
Señor como para haber sido lleno de todo Su poder y fortaleza, realmente una
fuerza del Espíritu, no humana porque humanamente no hubiera podido hacer eso,
es decir, una unción parecida a la de Sansón, pero sin sus debilidades.
¿Podía el trabajo de pastorcito entrenarlo
para la guerra? Cualquiera en ese entonces hubiera dicho que no, pero
evidentemente sí. Volvamos al hoy, ¿cuáles son tus credenciales? ¿cuál es tu
currículo?, eso es lo que te pedirán cuando te postules para una tarea, y no
estoy diciendo que necesariamente sea malo, pero Dios está por encima de todo
eso y si las tareas se ocupan con candidatos de “buenas referencias”, podemos
estar en serios problemas… al fin y al cabo, de los doce discípulos, el que más
cerca estaba de la religión judía era Judas…
En donde Dios te ha puesto es donde serás
entrenado para lo que Él quiere, que puede ser muy diferente a lo que estás
viendo hoy, y a lo que ven tus líderes, por lo cual se hace necesario una
explicación paciente.
Y aquí vemos sabiduría: “Y este filisteo
incircunciso es para mí como uno de esos animales” David pudo aplicar su
entrenamiento anterior a esta “nueva” situación. “porque ha provocado al
ejército del Dios vivo”, aquí la clave: Dios va a respaldar a un corazón
ardiente por Él, no a buenas estrategias o capacitaciones, que son muy útiles
por cierto y David las aplicó muy sabiamente, pero que son solo un complemento
del amor ardiente por nuestro Amado.
Así es como Dios entrena a los suyos cuando
no quiere que se contaminen con los pecados de la iglesia de un tiempo, o
cuando quiere formarlos con una visión diferente. Había muchos soldados, pero
todos tenían la misma forma de ver las cosas y ninguno pudo hacerle frente, era
necesario que viniera alguien de afuera, entrenado directamente por el mismo
Señor con Su propio programa. ¡Oh, si revisáramos nuestros programas de
capacitación ministerial…!
«Ve, pues, y que el Señor te acompañe.»
Aunque sin visión espiritual, pudo reconocer la lógica de David, y esa
autorización era necesaria, por más que luego se convirtió en su acérrimo
enemigo, Dios lo usó en ese momento y puso Sus palabras en su boca. No debemos
desechar las autoridades por más desviadas que estén, sino entender que Dios
está por encima de ellas.
Pero ahora viene la última y muy sutil
prueba:
1 Samuel 17:38-40 RVC
38 Entonces Saúl le puso a David su propia
ropa, y le puso un casco de bronce sobre la cabeza, y lo cubrió con una coraza.
39 David se colocó la espada al cinto, e hizo
el intento de caminar, pues nunca había portado un equipo así. Y como no pudo
caminar, le dijo a Saúl: «No puedo moverme con estas cosas, porque nunca las he
usado.» Y desechó esos arreos militares,
40 y tomando su bastón de pastor escogió del
arroyo cinco piedras lisas y las puso en su morral; luego, tomó su honda y fue
al encuentro del filisteo,
Saúl lo equipó con “su” equipo, ¡pero David
no estaba preparado para eso! Más adelante lo veremos convertido en un
guerrero, utilizando hábilmente esas armas, pero no ahora. Con toda la buena
intención, Saúl le dio lo mejor que tenía, que él entendía que podía darle,
pero eso resultaba un lastre imposible de llevar, al menos en ESE MOMENTO.
Satanás no había podido impedir que llegara
hasta ese punto, y sabía muy bien que era la “señal de largada” para David, así
que intentó obstaculizarlo con lo último que le quedaba. “Muy bien, lo vas a
hacer de todas formas, pero te voy a dar MIS HERRAMIENTAS para eso”. ¡No
podemos hacer las obras de Dios con las herramientas del Diablo! Y notemos bien
que esas “herramientas satánicas” no eran aquí nada pecaminoso ni incorrecto
para una guerra, simplemente eran inadecuadas para David en ese momento, y eso
las hacía “demoníacas”.
No se puede poner el vino nuevo en odres
viejos ni se puede cumplir el mandato de Dios con nuestras “propias
herramientas y planes”. ¡Cuántas veces he visto este error!... y lo he cometido
también…
David fue muy práctico, evaluó lo que le
daban, supongo que más bien por respeto, vio que no pudo ni moverse, y
rápidamente lo desechó. Esa practicidad es necesaria para un líder y para
cualquier obra, es decir, no hay que “enamorarse del método” o del programa o
de alguna “buena idea”, sino ver qué funciona y qué no, porque Dios lo está
bendiciendo.
David diseñó rápidamente su propia estrategia
y fue al campo de batalla. La capacitación que había recibido como pastor era
suficiente para ese momento, y desestimarla utilizando las armas de un guerrero
hubiera sido desestimar al mismo Dios que así lo entrenó.
¡Por fin, David logró vencer los obstáculos
internos! Pero podemos suponer que ya estaba entrenado para eso, si al momento
de ser ungido su propia familia ni lo tuvo en cuenta, no es difícil imaginar
cómo lo trataban. Sí, esas familias ESPECIALMENTE COMPLICADAS son también un
campo de entrenamiento del Señor para nosotros…
La lucha con el filisteo fue una
confrontación espiritual y así lo entendió David desde un principio, por más
que cualquiera habría dicho que era sólo una lucha cuerpo a cuerpo. Pudo vencer
porque discernió la verdadera naturaleza del conflicto. Pero sobre eso
hablaremos en un próximo artículo.
Danilo Sorti
No hay comentarios:
Publicar un comentario