lunes, 7 de mayo de 2018

479. ¿De verdad hay futuro para las naciones?


La vida eterna no era un problema durante los tiempos bíblicos, todos creían en ella, de alguna forma; simplemente era necesario que la revelación ajustara los conceptos errados. Tampoco tenemos problema los cristianos con la vida eterna, y es nuestra mayor esperanza.

Ahora bien, dado los acontecimientos que vendrán, que han sido profetizados en la Palabra, que son anunciados por los profetas hoy y que estamos viendo ya comenzar sobre la Tierra, ¿tiene sentido que nos preocupemos por las naciones, es decir, por declarar bendición, trabajar sobre sus raíces de iniquidad, frenar el poder del Maligno? Si “todo va a ser destruido”, ¿para qué preocuparse?

Esta pregunta tiene dos respuestas, la primera es que, obviamente, hemos sido comisionados a bendecir la Tierra, ser sal y luz y oponernos a las obras de las tinieblas mientras estemos aquí y esa comisión no se nos quitará mientras estemos aquí. Así que en realidad, desde ese punto de vista, no importa cuánto falte ni qué piense hacer Satanás, sólo qué quiere hacer Dios con nosotros, aunque sea en el último día que estemos.

Pero la otra respuesta, más complicada, nos lleva a pensar si va a haber actividad del Reino de Dios durante y después del tiempo de los juicios, es decir, si “va a quedar algo” como para que lo que construyamos espiritualmente ahora perdure.

La respuesta es larga, pero vamos a recordar un punto clásico en las teologías evangélicas pero que hoy es puesto en entredicho, aquello que llamamos Milenio o Reino Venidero. ¿Existirá tal cosa? ¿Habrá sobrevivientes de las naciones que pueblen ese mundo, que sigan teniendo hijos y perpetuando la raza humana, es decir, seguirá habiendo naciones en ese mundo que surja de los juicios? Si la respuesta es afirmativa entonces podemos empezar a pensar qué naciones “sobrevivirán” y qué podemos hacer hoy para ese tiempo, si es que podemos hacer algo.

Antes de seguir recordemos que Dios habla en Su Palabra muchísimo de “naciones”, y a Israel la trata generalmente como “nación” antes que como individuos. El hecho de que el Nuevo Testamento tenga un enfoque más “individual”, lo cual es sólo aparente en una lectura superficial pero no en una profunda, no anula la visión del Antiguo, simplemente la complementa para que la visión “nacional” no termine “aplastando” la individualidad.

Bueno, veamos los textos bíblicos. El primero y más conocido es el de Apocalipsis:

Apocalipsis 20:1-4 RVC
1 Vi entonces que un ángel descendía del cielo. Llevaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena.
2 Apresó al dragón, que es la serpiente antigua, y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años;
3 luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte por un poco de tiempo.
4 Vi entonces unos tronos, y sobre ellos estaban sentados los que recibieron la autoridad para juzgar. También vi las almas de los que fueron decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos son los que nunca adoraron a la bestia ni a su imagen, ni aceptaron jamás llevar su marca en la frente ni en las manos; y éstos volvieron a vivir y reinaron con Cristo durante mil años.

Pero en realidad lo que se dice del “Reino Milenial” aquí es muy poco, y no responde la pregunta con la que empezamos. Lo cierto es que, al igual que todo el libro de Apocalipsis, este pasaje no es “la única profecía” sino simplemente la culminación de muchas profecías que hablaban sobre el tema, solo se explica aquí lo que faltaba explicar en aquellas, es decir, por qué podría haber un reinado de paz y justicia sobre toda la Tierra si los hombres siempre habían sido pecadores. Pero el Reino Venidero está anunciado en muchos otros lugares.

Hagamos un paréntesis sobre la interpretación simbólica de estos pasajes. Algo de eso analicé en el artículo: “Ni una jota ni una tilde”... y algunas interpretaciones simbólicas de las profecías (https://cristianoseiglesias.blogspot.com.ar/2017/12/325-ni-una-jota-ni-una-tilde-y-algunas.html) por lo que solamente voy a decir que el famoso latiguillo que usamos de: “eso es simbólico, no literal” en realidad puede no tener sustento, o ser solamente una interpretación parcial pero no completa. Sencillamente, ¡no podemos “simbolificar” lo que se nos dé la gana! Y el hecho de que muchos cristianos a lo largo de los siglos hayan interpretado tal o cual  pasaje de manera simbólica, ¡no lo convierte en simbólico!, solo indica que durante todo ese tiempo no lo pudieron entender de otra manera, nada más.

Cuando vamos al tema del Reino Venidero nos metemos en las esperanzas mesiánicas de Israel. Tal como vimos en un artículo anterior, la nación no tenía muy en claro el concepto de “Mesías sufriente”, a pesar de que había profecías al respecto, pero sí esperaban el reino prometido a David:

2 Samuel 7:16 RVC
16 Tus descendientes vivirán seguros, y afirmaré tu trono, el cual permanecerá para siempre.”»

Podríamos decir que la “semilla” del reino venidero está aquí; ni David, ni Natán, ni ninguno de los israelitas entendió esto de manera simbólica; se trataba de un reino literal, con un rey terrenal que les aseguraría paz y protección. Esta esperanza luego seguiría creciendo en medio de las aflicciones y constituirían la “corriente profética” del Mesías Victorioso. Tengamos esto en cuenta: todas las profecías que hablan de un Mesías reinante NECESARIAMENTE aluden a un Reino terrenal venidero, ¿sobre qué reinaría, sino? ¿y qué necesidad de Mesías Rey hay en el Cielo, donde todo es perfecto y Dios Padre gobierna?

Veamos algunos pasajes del artículo anterior:

Salmos 2:6-8 RVC
6 «Ya he establecido a mi rey sobre el monte Sión, mi lugar santo.»
7 Yo daré a conocer el decreto que el Señor me ha comunicado: «Tú eres mi hijo. En este día te he engendrado.
8 Pídeme que te dé las naciones como herencia, y tuyos serán los confines de la tierra.

Hay naciones para heredar, en la Tierra, algo que no ocurrió todavía y que requiere que haya naciones sobrevivientes a los juicios, además de Israel (que no puede ser “heredada” porque ya es posesión).

Isaías 9:6-7 RVC
6 Porque un niño nos ha nacido, ¡un hijo nos ha sido concedido! Sobre sus hombros llevará el principado, y su nombre será «Consejero admirable», «Dios fuerte», «Padre Eterno» y «Príncipe de paz».
7 La extensión de su imperio y la paz en él no tendrán límite. Reinará sobre el trono de David y sobre su reino, y lo afirmará y confirmará en la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. Esto lo hará el celo del Señor de los ejércitos.

El trono de David no es la Iglesia, por más que lo represente en un sentido espiritual; es claramente Israel y desde allí extenderá un imperio sin límites, toda la Tierra, en paz, naciones pacificadas alrededor, es decir, ¡toda la Tierra porque casi todas las naciones están enemistadas con Israel o lo estarán en breve!

Isaías 32:1-3 RVC
1 ¡Miren! Va a surgir un rey que hará justicia, y los príncipes presidirán en el juicio.
2 Ese hombre será como un refugio contra el viento, como un albergue contra el turbión; como los arroyos en tierras áridas; como la sombra de un gran peñasco en tierra calurosa.
3 No se ofuscarán los ojos de los que ven; los oídos de los que oyen escucharán con atención.

Esto solo puede ocurrir en la Tierra, no en el cielo, y no pasó todavía.

Isaías 42:1-4 RVC
1 »¡Aquí está mi siervo, mi escogido, en quien me complazco! Yo lo sostengo; sobre él reposa mi espíritu. Él traerá la justicia a las naciones.
2 No gritará ni levantará la voz; no se hará oír en las calles.
3 No hará pedazos la caña quebrada, ni apagará la mecha humeante. Traerá la justicia por medio de la verdad.
4 No se cansará ni se fatigará hasta que haya establecido la justicia en la tierra; las costas esperarán sus enseñanzas.

La justicia en la Tierra no fue establecida, más bien todo lo contrario, porque por más que el testimonio del Evangelio esté llegando rápidamente a todas las naciones, la mayoría de la gente lo está rechazando. Establecer justicia requiere poder político, que claramente Jesucristo rechazó en Su primera venida.

Jeremías 23:5 RVC
5 »Vienen días en que haré que un descendiente de David surja como rey. Y será un rey justo, que practicará la justicia y el derecho en la tierra. —Palabra del Señor.

Lo mismo que venimos diciendo.

Daniel 2:44 RVC
44 Y en los días de estos reinos el Dios del cielo hará que surja un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, aunque él permanecerá para siempre,

Eso no ocurrió todavía porque esos reinos permanecen “vivitos y coleando”, por poco tiempo más. Además, “permanecer para siempre” implica un escenario en el cual ocurra ese “siempre”.

Daniel 7:13-14 RVC
13 »Mientras tenía yo esta visión durante la noche, vi que en las nubes del cielo venía alguien semejante a un hijo de hombre, el cual se acercó al Anciano entrado en años, y hasta se le pidió acercarse más a él.
14 Y se le dio el dominio, la gloria y el reino, para que todos los pueblos y naciones y lenguas le sirvieran. Y su dominio es eterno y nunca tendrá fin, y su reino jamás será destruido.

Pueblos, naciones y lenguas sirviendo a Cristo, cosa que no ocurre; sí estamos teniendo gente tomada de entre todos los pueblos, naciones y lenguas, pero no se aplica aún el “todos”, por lo  que necesariamente tendrá que haber “pueblos, naciones y lenguas” sobrevivientes para que le sirvan.

Zacarías 9:9-10 RVC
9 «¡Llénate de alegría, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu rey viene a ti, justo, y salvador y humilde, y montado sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna.
10 Yo destruiré los carros de guerra de Efraín y los briosos caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán hechos pedazos. Tu rey anunciará la paz a las naciones, y su señorío se extenderá de mar a mar, y del río Éufrates a los límites de la tierra.

De nuevo, todavía no pasó.

Quiere decir que las profecías que aplicamos correctamente a Jesús, y de las cuales podemos ver hoy un cumplimiento parcial, en realidad aluden a un tiempo todavía futuro y a un cumplimiento literal todavía futuro en el que tiene que haber naciones y diversas lenguas que sean gobernadas y llevadas en paz y justicia por este Rey, que en todo el Antiguo Testamento (y también en el Nuevo) resultaba terrenal y no espiritual. Las profecías mesiánicas NECESITAN un reino mesiánico, lo que Apocalipsis resume como “Milenio”.

Resulta bastante claro que Israel, o mejor dicho, un remanente santo de Israel, sobrevive a los juicios y es restaurada como nación después, así se deja ver de lo que leímos, pero ¿qué pasa con las demás naciones? A decir verdad, no me “preocupa” tanto lo que pase con Israel porque eso ya lo tenemos detallado en las profecías (lo cual no significa que no oremos por la nación) sino con el resto de las naciones. Veamos:

Salmos 87:1-7 RVC
Salmo de los hijos de Coré. Cántico.
1 El Señor se estableció en el monte santo.
2 El amor del Señor por las puertas de Sión es mayor que su amor por todas las ciudades de Jacob.
3 De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas.
4 Entre los que me conocen, tengo presentes a Rajab y a Babilonia. Aquí están Filistea y Tiro, con Etiopía. Éste nació allí.
5 De Sión se dirá: «Éste y aquél nacieron en ella.» El Altísimo mismo la establecerá.
6 Al inscribir a los pueblos, el Señor anotará: «Éste nació allá.»
7 Los que cantan y danzan en ella, dirán: «Todas mis fuentes están en ti.»

Salmos 47:7-9 RVC
7 ¡Cantémosle un salmo digno de él, porque Dios es el Rey de toda la tierra!
8 ¡Dios reina ya sobre las naciones! ¡Dios ocupa ya su santo trono!
9 Los príncipes de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán.
10 ¡Dios merece ser grandemente exaltado, porque de él son los poderes de la tierra!

Isaías 2:1-4 RVC
1 Visión de Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén:
2 En los últimos días el monte de la casa del Señor será confirmado como cabeza de los montes; será exaltado por encima de las alturas, y hacia él correrán todas las naciones.
3 Muchos pueblos vendrán y dirán: «¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob! Él nos guiará por sus caminos, y nosotros iremos por sus sendas. Porque la enseñanza saldrá de Sión; de Jerusalén saldrá la palabra del Señor.
4 Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. Y ellos convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará la espada contra otra nación, ni se entrenarán más para hacer la guerra.»

Isaías 11:1-10 RVC
1 Una vara saldrá del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces.
2 Sobre él reposará el espíritu del Señor; el espíritu de sabiduría y de inteligencia; el espíritu de consejo y de poder, el espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
3 Su deleite será temer al Señor. No juzgará según las apariencias, ni dictará sentencia según los rumores.
4 Defenderá los derechos de los pobres, y dictará sentencias justas en favor de la gente humilde del país. Su boca será la vara que hiera la tierra; sus labios serán el ventarrón que mate al impío.
5 La justicia y la fidelidad serán el cinto que ceñirá su cintura.
6 El lobo convivirá con el cordero; el leopardo se acostará junto al cabrito; el becerro, el león y el animal engordado andarán juntos, y un chiquillo los pastoreará.
7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león comerá paja como buey.
8 El niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la cueva de la víbora.
9 Nadie hará mal ni daño alguno en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará saturada del conocimiento del Señor, así como las aguas cubren el mar.
10 Cuando llegue ese día, sucederá que los pueblos irán en busca de la raíz de Isaí, la cual se plantará como estandarte de las naciones; y su habitación será gloriosa.

Isaías 18:7 RVC
7 Cuando llegue el momento, ese pueblo de gran estatura y de piel brillante, ese pueblo siempre temible, fuerte y conquistador, cuya tierra es surcada por los ríos, traerá ofrenda al Señor de los ejércitos; ¡la traerá hasta el monte Sión, hasta el santuario del nombre del Señor de los ejércitos!

Isaías 19:17-25 RVC
17 La tierra de Judá será motivo de espanto para los egipcios. Todos los que la recuerden temblarán de miedo por causa de lo que el Señor de los ejércitos ha decidido hacer contra ellos.
18 Cuando llegue ese día, habrá cinco ciudades en Egipto que hablarán la lengua de Canaán y que jurarán por el Señor de los ejércitos. Una de ellas será llamada «Ciudad de Heres».
19 Cuando llegue ese día, habrá un altar al Señor en medio de Egipto, y un monumento en su honor junto a su frontera,
20 y allí en Egipto servirán de señal y testimonio al Señor, porque ellos pedirán ayuda al Señor por causa de sus opresores, y él les enviará un salvador y príncipe para que los libre.
21 Y el Señor será conocido en Egipto. Cuando llegue ese día, los egipcios conocerán al Señor, y harán sacrificios y oblaciones en su honor, y le cumplirán sus votos.
22 Y el Señor herirá a Egipto; lo herirá, pero lo sanará; y ellos se volverán al Señor, y él será clemente con ellos y los sanará.
23 Cuando llegue ese día, habrá una calzada de Egipto a Asiria, y los asirios entrarán en Egipto, y los egipcios entrarán en Asiria; y tanto los egipcios como los asirios servirán al Señor.
24 Cuando llegue ese día, Israel será, junto con Egipto y Asiria, el tercer motivo de bendición en la tierra,
25 pues el Señor de los ejércitos los bendecirá con estas palabras: «Benditos sean Egipto, que es mi pueblo; y Asiria, que es la obra de mis manos; e Israel, que es mi heredad.»

Jeremías 3:15-19 RVC
15 ”Yo les daré gobernantes que los cuiden y alimenten de manera sabia e inteligente; gobernantes que hagan mi voluntad.
16 Y cuando ustedes se hayan multiplicado y reproducido en la tierra, no volverá a decirse: ‘Arca del pacto del Señor’. No volverán a evocarla; ¡no volverán a acordarse de ella, ni la echarán de menos! ¡Tampoco volverá a hacerse otra! —Palabra del Señor.
17 ”Cuando llegue ese día, Jerusalén será llamada ‘Trono del Señor’. Todas las naciones vendrán a ella en el nombre del Señor, y no volverán a seguir los dictados de su malvado corazón.
18 Cuando llegue ese día, los de la casa de Judá irán a la casa de Israel, y de la tierra del norte vendrán juntos a la tierra que di a sus padres por herencia.
19 ”Yo me preguntaba: ‘¿Cómo podré contarlos como hijos míos, y darles esta tierra deseable, la heredad más rica de las naciones?’ Entonces pensé: ‘Ustedes me llamarán Padre mío, y nunca se apartarán de mí.’

Zacarías 14:16 RVC
16 Todos los sobrevivientes de las naciones que atacaron a Jerusalén vendrán todos los años para adorar al Rey, al Señor de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

Hay más profecías, pero con esto debería bastar para entender que sí habrá naciones luego de los juicios por venir, que habrá sobrevivientes que reconstruirán sus naciones, pero ahora santas y gobernadas por Cristo y Sus santos, aquellos que en Apocalipsis 20 se sentaron en tronos para juzgar.

¿Jesucristo asumió su rol de Rey y Señor? Sí, y con eso estaba asumiendo las esperanzas mesiánicas de Israel y todo lo que eso implicaba, es decir, el Reino terrenal venidero.

Hay un futuro para las naciones, luego de los tiempos de mayor angustia que el mundo haya conocido. Habrá sobrevivientes, y por eso podemos seguir pensando “más allá” de este último tiempo de gracia que tenemos, por más que esa forma de pensar tenga mucho de especulativo. ¿Qué naciones sobrevivirán? Sobre eso charlaremos en el próximo artículo.


Danilo Sorti




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