martes, 9 de enero de 2018

357. Aparta al impío de la presencia del rey: la oración para este tiempo

Proverbios 25:5 RVC
5 Aparta al impío de la presencia del rey, y su trono se afirmará en justicia.

Proverbios 25:5 DHH
5 aparta del servicio del rey al malvado,
y su trono se afirmará en la justicia.

Salmos 72:1-2 DHH
1 De Salomón.
Concede, oh Dios, al rey,
tu propia justicia y rectitud,
2 para que con rectitud y justicia
gobierne a tu pueblo y a tus pobres.


Inevitablemente los latinoamericanos seguimos siendo muy “monárquicos” a la hora de ver el poder político. La mayoría piensa (¡pensamos!) en función de lo que es o deja de ser el presidente, y difícilmente ha entendido que hay tres poderes, que deben ser independientes, que hay muchos más actores políticos y que en la práctica la capacidad de decisión de un presidente normalmente es acotada.

Ese pensamiento “monárquico” es fomentado en muchas iglesias porque conviene perfectamente a los intereses personales del liderazgo, ¿qué más fácil que trasladar la visión de gobierno nacional al gobierno eclesiástico, para así otorgar “todo el poder” y capacidad de decisión a una sola persona, el pastor de la congregación? Y así se forma un círculo vicioso, convenientemente retroalimentado tanto por muchos líderes de iglesia como por unos cuantos partidos políticos.

Bueno, también es cierto que normalmente los presidentes piensan que son “emperadores por 4 años”, y por 8 si logran la reelección… o por más cuando ya el poder se les subió a la cabeza.

Dios ha permitido un sistema “democrático” en nuestros países, no porque sea perfecto ni porque sea “su” teocracia, como también algunos han intentado establecer (fracasando siempre). Muchos cristianos piensan que la “democracia” no es el sistema de Dios, sino la monarquía (por eso apoyan a tal o cual líder político considerándolo como el “rey ungido”), pero sin darse cuenta de que Dios no había establecido una monarquía para Israel, y que no fue Su propósito cuando ella finalmente ocurrió, y que el único que tiene derecho a ser Rey es Él.

Pero bueno, dejando eso de lado (aunque no es un tema menor), lo cierto es que tenemos determinadas figuras políticas que en nuestros sistemas de gobierno acumulan mucho poder (más del que deberían, para mi gusto). La Biblia sin embargo habla mucho de las cuestiones de gobierno.

¿Cómo orar por nuestros gobernantes? Por cierto que hay algunos por los que debemos orar para que se vayan lo más pronto posible, no todos han ocupado legítimamente el lugar en donde están; pero aquellos que han llegado a través del sistema “normal y aceptado” de nuestros países sí lo están, por más que ciertos sectores sigan diciendo que no porque no los representan a ELLOS.

Vuelvo a decir: cuando Dios estableció o permitió un sistema de gobierno en Israel, Él mismo lo respetó, y los reyes legítimos fueron los que correspondían a la línea sucesoria de David, y Dios les daba un tiempo para que gobernara, sean buenos o malos, y ese tiempo se cumplía.

En nuestros tiempos tenemos un sistema mejor, no perfecto como tampoco lo era aquel, y entiendo que Dios mismo lo respeta, y que dentro de ese sistema, Él mismo permite tiempos para cada gobernante (claro, siempre que no hayan cometido hechos delictivos). Ahora bien, ESTO NO SIGNIFICA que sean “los enviados del cielo”, tengamos en cuenta que al presente todas las naciones están bajo el engaño del Anticristo y de alguna manera todas han “transado” con él, aunque no todas en la misma medida.

Bueno, siendo que hay autoridades a las que Dios les dio un tiempo (y no va a respaldar a aquellos que intentan quitarlas antes de tiempo, o que las difaman), también es cierto que el gobierno no es de una sola persona. Claramente vemos que incluso en la época de los reyes, cuando el poder que concentraba la figura central era mucho mayor, TAMPOCO el gobierno era de uno solo.

Nunca el gobierno fue de uno solo, siempre fueron necesarios muchos funcionarios y consejeros. Y las decisiones de los reyes dependían en mayor o menor medida de ellos, es más, tanto en ese entonces como ahora había un grado de autonomía en las decisiones que podían tomar. Viendo eso, el Espíritu Santo nos dejó este simple y decisivo proverbio:

Proverbios 25:5 DHH
5 aparta del servicio del rey al malvado,
y su trono se afirmará en la justicia.

Unido a esta oración:

Salmos 72:1-2 DHH
1 De Salomón.
Concede, oh Dios, al rey,
tu propia justicia y rectitud,
2 para que con rectitud y justicia
gobierne a tu pueblo y a tus pobres.

Es decir, hay tanto una acción individual: el Espíritu debe inspirar las decisiones del que gobierna, como grupal: debe tener buenos asesores.

Con respecto a lo individual no tenemos problemas, y en relación con los consejeros tampoco, pero, ¿eso significa que el gobernante es finalmente alguien voluble, llevado por las palabras de sus cercanos? No necesariamente, aunque en nuestra experiencia latinoamericana eso suele pasar cuando los presidentes están viejos o llevan mucho tiempo en el poder.

Pero en realidad es ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE para un presidente o gobernador o siquiera intendente (alcalde) saber todo lo que está pasando de manera acertada y en tiempo real, por supuesto, más para el presidente. Es bastante gracioso escuchar día tras día los reclamos de diversos sectores pidiéndoles cuentas al presidente de cosas que él no debe resolver, ahí se reafirma la mentalidad monárquica de nuestras sociedades.

Tampoco nadie pretende que un jefe del ejecutivo (nacional, provincial o municipal) sepa de todos los temas en profundidad: economía, sociedad, ecología y medio ambiente, transporte público, energía, legislación, etc., etc. Lo que se espera es que tenga la visión de conjunto, la capacidad de “armar el sistema” y ver que cada parte encaje razonablemente con la otra, de saber cuáles y cómo son los cambios que se pueden realizar, y de administrar el conjunto para que todos puedan estar mejor. Entonces, queda claro que sus asesores son fundamentalísimos.

Pero lo mismo para con el poder legislativo: cada diputado y senador, nacional y provincial, tiene un equipo de asesores, lo mismo para los concejales. También los ministros y las segundas, terceras y cuartas líneas de todo gobierno fungen con funciones similares y tienen ellos mismos sus asesores, formales o no. Un gobierno son muchas personas, algunas “visibles”, muchas no, pero tanto o más importantes que las visibles.

Y así, los cristianos latinos, por nuestra mentalidad monárquica, HEMOS FALLADO SIEMPRE en orar adecuadamente por nuestras autoridades porque no oramos con sabiduría; nos enfocamos en el presidente (normalmente para maldecirlo) y no olvidamos de los miles o decenas de miles que están en los distintos roles.

Hermanos, que nadie espera para el poco tiempo que nos resta tener un “gobierno santo que establezca la teocracia sobre la Tierra”, eso solo le corresponde al Único Santo que vendrá en el tiempo señalado. Pero sí entiendo que hay un tiempo de bendición para Sudamérica (dentro de lo que el contexto mundial y social lo permite, claro) y que es muy necesario para completar la obra antes del arrebatamiento y para brindar refugio durante el tiempo de la tribulación. Eso es crítico y en ese sentido debemos orar PRINCIPALMENTE la oración de Proverbios 25:5

“Aparta al impío de la presencia del rey, y su trono se afirmará en justicia.”

¿Y quién es el que “aparta” sino el mismo Señor? Entiendo que el Espíritu Santo nos está llevando en ese sentido.



Danilo Sorti




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