Proverbios 25:5 RVC
5 Aparta al impío de la presencia del rey, y
su trono se afirmará en justicia.
Proverbios 25:5 DHH
5 aparta del servicio del rey al malvado,
y su trono se afirmará en la justicia.
Salmos 72:1-2 DHH
1 De Salomón.
Concede, oh Dios, al rey,
tu propia justicia y rectitud,
2 para que con rectitud y justicia
gobierne a tu pueblo y a tus pobres.
Inevitablemente los latinoamericanos seguimos
siendo muy “monárquicos” a la hora de ver el poder político. La mayoría piensa
(¡pensamos!) en función de lo que es o deja de ser el presidente, y
difícilmente ha entendido que hay tres poderes, que deben ser independientes,
que hay muchos más actores políticos y que en la práctica la capacidad de
decisión de un presidente normalmente es acotada.
Ese pensamiento “monárquico” es fomentado en
muchas iglesias porque conviene perfectamente a los intereses personales del
liderazgo, ¿qué más fácil que trasladar la visión de gobierno nacional al
gobierno eclesiástico, para así otorgar “todo el poder” y capacidad de decisión
a una sola persona, el pastor de la congregación? Y así se forma un círculo
vicioso, convenientemente retroalimentado tanto por muchos líderes de iglesia
como por unos cuantos partidos políticos.
Bueno, también es cierto que normalmente los
presidentes piensan que son “emperadores por 4 años”, y por 8 si logran la
reelección… o por más cuando ya el poder se les subió a la cabeza.
Dios ha permitido un sistema “democrático” en
nuestros países, no porque sea perfecto ni porque sea “su” teocracia, como
también algunos han intentado establecer (fracasando siempre). Muchos
cristianos piensan que la “democracia” no es el sistema de Dios, sino la
monarquía (por eso apoyan a tal o cual líder político considerándolo como el
“rey ungido”), pero sin darse cuenta de que Dios no había establecido una
monarquía para Israel, y que no fue Su propósito cuando ella finalmente
ocurrió, y que el único que tiene derecho a ser Rey es Él.
Pero bueno, dejando eso de lado (aunque no es
un tema menor), lo cierto es que tenemos determinadas figuras políticas que en
nuestros sistemas de gobierno acumulan mucho poder (más del que deberían, para
mi gusto). La Biblia sin embargo habla mucho de las cuestiones de gobierno.
¿Cómo orar por nuestros gobernantes? Por
cierto que hay algunos por los que debemos orar para que se vayan lo más pronto
posible, no todos han ocupado legítimamente el lugar en donde están; pero
aquellos que han llegado a través del sistema “normal y aceptado” de nuestros
países sí lo están, por más que ciertos sectores sigan diciendo que no porque
no los representan a ELLOS.
Vuelvo a decir: cuando Dios estableció o
permitió un sistema de gobierno en Israel, Él mismo lo respetó, y los reyes
legítimos fueron los que correspondían a la línea sucesoria de David, y Dios
les daba un tiempo para que gobernara, sean buenos o malos, y ese tiempo se
cumplía.
En nuestros tiempos tenemos un sistema mejor,
no perfecto como tampoco lo era aquel, y entiendo que Dios mismo lo respeta, y
que dentro de ese sistema, Él mismo permite tiempos para cada gobernante
(claro, siempre que no hayan cometido hechos delictivos). Ahora bien, ESTO NO
SIGNIFICA que sean “los enviados del cielo”, tengamos en cuenta que al presente
todas las naciones están bajo el engaño del Anticristo y de alguna manera todas
han “transado” con él, aunque no todas en la misma medida.
Bueno, siendo que hay autoridades a las que
Dios les dio un tiempo (y no va a respaldar a aquellos que intentan quitarlas
antes de tiempo, o que las difaman), también es cierto que el gobierno no es de
una sola persona. Claramente vemos que incluso en la época de los reyes, cuando
el poder que concentraba la figura central era mucho mayor, TAMPOCO el gobierno
era de uno solo.
Nunca el gobierno fue de uno solo, siempre
fueron necesarios muchos funcionarios y consejeros. Y las decisiones de los
reyes dependían en mayor o menor medida de ellos, es más, tanto en ese entonces
como ahora había un grado de autonomía en las decisiones que podían tomar.
Viendo eso, el Espíritu Santo nos dejó este simple y decisivo proverbio:
Proverbios 25:5 DHH
5 aparta del servicio del rey al malvado,
y su trono se afirmará en la justicia.
Unido a esta oración:
Salmos 72:1-2 DHH
1 De Salomón.
Concede, oh Dios, al rey,
tu propia justicia y rectitud,
2 para que con rectitud y justicia
gobierne a tu pueblo y a tus pobres.
Es decir, hay tanto una acción individual: el
Espíritu debe inspirar las decisiones del que gobierna, como grupal: debe tener
buenos asesores.
Con respecto a lo individual no tenemos
problemas, y en relación con los consejeros tampoco, pero, ¿eso significa que
el gobernante es finalmente alguien voluble, llevado por las palabras de sus
cercanos? No necesariamente, aunque en nuestra experiencia latinoamericana eso
suele pasar cuando los presidentes están viejos o llevan mucho tiempo en el
poder.
Pero en realidad es ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE
para un presidente o gobernador o siquiera intendente (alcalde) saber todo lo
que está pasando de manera acertada y en tiempo real, por supuesto, más para el
presidente. Es bastante gracioso escuchar día tras día los reclamos de diversos
sectores pidiéndoles cuentas al presidente de cosas que él no debe resolver,
ahí se reafirma la mentalidad monárquica de nuestras sociedades.
Tampoco nadie pretende que un jefe del
ejecutivo (nacional, provincial o municipal) sepa de todos los temas en
profundidad: economía, sociedad, ecología y medio ambiente, transporte público,
energía, legislación, etc., etc. Lo que se espera es que tenga la visión de
conjunto, la capacidad de “armar el sistema” y ver que cada parte encaje
razonablemente con la otra, de saber cuáles y cómo son los cambios que se
pueden realizar, y de administrar el conjunto para que todos puedan estar
mejor. Entonces, queda claro que sus asesores son fundamentalísimos.
Pero lo mismo para con el poder legislativo:
cada diputado y senador, nacional y provincial, tiene un equipo de asesores, lo
mismo para los concejales. También los ministros y las segundas, terceras y
cuartas líneas de todo gobierno fungen con funciones similares y tienen ellos
mismos sus asesores, formales o no. Un gobierno son muchas personas, algunas
“visibles”, muchas no, pero tanto o más importantes que las visibles.
Y así, los cristianos latinos, por nuestra
mentalidad monárquica, HEMOS FALLADO SIEMPRE en orar adecuadamente por nuestras
autoridades porque no oramos con sabiduría; nos enfocamos en el presidente
(normalmente para maldecirlo) y no olvidamos de los miles o decenas de miles
que están en los distintos roles.
Hermanos, que nadie espera para el poco
tiempo que nos resta tener un “gobierno santo que establezca la teocracia sobre
la Tierra”, eso solo le corresponde al Único Santo que vendrá en el tiempo
señalado. Pero sí entiendo que hay un tiempo de bendición para Sudamérica
(dentro de lo que el contexto mundial y social lo permite, claro) y que es muy
necesario para completar la obra antes del arrebatamiento y para brindar
refugio durante el tiempo de la tribulación. Eso es crítico y en ese sentido
debemos orar PRINCIPALMENTE la oración de Proverbios 25:5
“Aparta al impío de la presencia del rey, y
su trono se afirmará en justicia.”
¿Y quién es el que “aparta” sino el mismo
Señor? Entiendo que el Espíritu Santo nos está llevando en ese sentido.
Danilo Sorti
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