martes, 9 de enero de 2018

378. No parece Leviatán pero lo es: la falsa humildad

1 Samuel 15:17-21 DHH
17 Y Samuel le dijo:
—¿No te considerabas tú de poca importancia? Sin embargo, has llegado a ser el jefe de las tribus israelitas, y el Señor te ha consagrado como rey de Israel.
18 Ahora bien, si el Señor te envió con la orden estricta de destruir a esos pecadores amalecitas, y de atacarlos hasta acabar con ellos,
19 ¿por qué desobedeciste sus órdenes y te lanzaste sobre lo que se le quitó al enemigo, actuando mal a los ojos del Señor?
20 Saúl contestó:
—Yo obedecí las órdenes del Señor, y cumplí la misión que él me encomendó: he traído prisionero a Agag, rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
21 Pero la tropa se quedó con ovejas y toros, lo mejor de lo que estaba destinado a la destrucción, para sacrificarlos en honor del Señor tu Dios en Guilgal.

Colosenses 2:18 RVC
18 No permitan que los condenen esos que se ufanan de humildad pero rinden culto a los ángeles. Los tales se meten en cosas que no han visto y están envanecidos por su razonamiento humano;

Mateo 6:16 RVC
16 »Cuando ustedes ayunen, no se muestren afligidos, como los hipócritas, porque ellos demudan su rostro para mostrar a la gente que están ayunando; de cierto les digo que ya se han ganado su recompensa.

Mateo 23:28 RVC
28 Así también ustedes, por fuera se presentan ante todos como hombres justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.


Es muy fácil para Leviatán – orgullo disfrazarse de falsa humildad, es más, uno puede con un poco de esfuerzo aprender las “formas correctas” de comportarse y hablar en sociedad y con el tiempo entrenarse muy bien en no usar expresiones o actitudes que parezcan pedantes, hasta el punto de representar muy bien el papel de humilde. En este siglo de sobreactuación exacerbada es muy fácil hacerlo, tanto que uno se termina creyendo su propia actuación.

Es casi “natural” que la religión esté repleta de falsa humildad: la gente espera que los “religiosos” sean humildes, y aunque saben perfectamente que no lo son, muchos tratan de aferrarse a algo para creer.

Saúl es un ejemplo de falsa humildad:

1 Samuel 9:21 DHH
21 Saúl respondió:
—¡Pero si yo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel! Además, mi familia es la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín. ¿Por qué me dices todo eso?

Aparentemente empezó bien, pero los hechos posteriores mostraron rápidamente que su “humildad” no era tal, sino un complejo de inferioridad, que es otra forma del orgullo. “Yo obedecí las órdenes del Señor, y cumplí la misión que él me encomendó” juró Saúl cuando claramente no era así, y esta es la forma del orgullo: no retrocede en arrepentimiento, sino que “redobla” la apuesta.

Colosenses 2 es muy explicativo respecto del tema:

Colosenses 2:16-19 DHH
16 Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados.
17 Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la verdadera realidad es Cristo.
18 No dejen que los condenen esos que se hacen pasar por muy humildes y que dan culto a los ángeles, que pretenden tener visiones y que se hinchan de orgullo a causa de sus pensamientos humanos.
19 Ellos no están unidos a la cabeza, la cual hace crecer todo el cuerpo al alimentarlo y unir cada una de sus partes conforme al plan de Dios.

Pablo nos da aquí algunas pautas para reconocer la falsa humildad: la crítica y condena hacia los que no actúan como ellos, el orgullo en sus propios razonamientos y experiencias espirituales, en definitiva, la separación de Cristo. Es decir, que mientras el aparentemente humilde lo es para con Dios, no tiene nada de humilde para con sus “hermanos”. ¡Cuidado con eso! Es imposible ser verdaderamente humilde y no manifestarlo hacia los hombres.

Citamos también un texto de Mateo 6, pero en realidad todos los capítulos 5, 6 y 7 tienen que ver con el problema de la verdadera religión versus la apariencia de piedad o la religión externa, o lo que es lo mismo, la falsa humildad que conlleva.

“Cuando ustedes ayunen, no se muestren afligidos, como los hipócritas, porque ellos demudan su rostro para mostrar a la gente que están ayunando” Es una muestra de apariencia de humildad en la forma de aparente sufrimiento, de “duro trato de uno mismo”, lo cual aparenta piedad y humildad pero es todo lo contrario. ¡Cuán llenas están todas las religiones de eso! Desde lamer literalmente el piso con la lengua, acostarse para ser pisoteado como felpudo, autoflagelarse, y otras tantas aberraciones por el estilo, que nada tienen que ver con una vida verdaderamente agradable a Dios y al prójimo, hasta otras formas más modernas, como “dar sacrificialmente” (que significa dejar que le metan la mano en el bolsillo), aguantarse reuniones kilométricas y aburridas, o mantener una postura de “amabilidad y apacibilidad”, cuando algunas circunstancias exigen que seamos firmes y cortantes.

“Así también ustedes, por fuera se presentan ante todos como hombres justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.” Como dije, una de las cosas más buscadas en un (supuesto) líder espiritual es la humildad, pero como la mayoría de la gente que busca a tales líderes en realidad no conoce un rábano de las verdades espirituales, terminan engañadas por la falsa humildad, que se adecua a lo que ellos están, equivocadamente, buscando.

¿Cómo reconocer la verdadera humildad cuando estamos en una etapa en que no la conocemos y necesitamos que alguien nos la enseñe?

Mateo 7:16 DHH
16 Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos.

Mateo 7:16 RVC
16 Ustedes los conocerán por sus frutos, pues no se recogen uvas de los espinos, ni higos de los abrojos.

Aquí está el problema para los buscadores: precisamente porque están buscando un patrón de conducta conforme a lo que ellos saben o entienden, que está errado, y no se fijan en hechos objetivos como son las acciones y los resultados. “¡Qué hermosa palabra dio el pastor!” repiten domingo tras domingo, pero no se fijan en sus detestables acciones; y así siguen engañados. “¡Qué amable que es, cuánto amor demuestra en las reuniones!” pero no miran más allá, el resto de los días de la semana.

No es imposible desenmascarar a Leviatán, tenemos las instrucciones para hacerlo, el asunto es aceptarlas y ponerlas por obra.

¡Señor, líbranos de la falsa humildad!


Danilo Sorti




Ayúdanos a llevar el mensaje.
Oprime aquí para enviarnos tu ofrenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario