Hechos 5:9-11 RVC
9 Pedro le dijo entonces: «¿Por qué se
pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? ¡Mira!, aquí
vienen los que fueron a sepultar a tu marido, y ellos te sacarán también a ti.»
10 Al instante, ella cayó muerta a los pies
de Pedro, y cuando entraron los jóvenes y la hallaron muerta, la sacaron y la
sepultaron junto a su marido.
11 Esto hizo que toda la iglesia y todos los
que supieron esto se llenaran de mucho miedo.
Hace un tiempo ya que el Señor viene hablando
a través de varios de Sus mensajeros sobre este tema. Todos hemos tenido malas
experiencias en alguna iglesia de abuso espiritual, de engaño, con falsos
hermanos. De hecho, muchos cristianos están hoy alejados de las congregaciones
y hasta a veces del Señor a causa de tantos malos testimonios. Por otro lado,
las iglesias y los pastores que se han esforzado en mantenerse fieles han
tenido que enfrentar muchas luchas espirituales.
Parece que el Señor ha descuidado a Su Novia,
dejándola en manos de lobos rapaces, porque Su Pueblo está infestado de ellos.
La oración no dicha de muchos cristianos fieles es: “¿por qué Señor?”
Y la respuesta es “Porque así fue necesario”.
Lo cierto es que buena parte de la Iglesia de Cristo se ha enfriado y
descuidado, y por eso el Señor permitió todo esto. Pero ese tiempo ya está
llegando a su fin, y los días de Ananías y Safira han comenzado. Sin embargo,
Satanás va a intentar un último engaño con los emisarios que todavía tiene
dentro de la Iglesia.
No debemos temer a los días de Ananías y
Safira, excepto que estemos pensando en hacer alguna tramoya como ellos, claro.
En realidad, son días de retribución en los que los hermanos santos y fieles
van a ser honrados como tales: había mucha gente en la iglesia de Jerusalén
esos días, pero solo dos murieron; no se trata de un juicio “a lo loco”, sino
de algo muy preciso y focalizado de parte del Señor.
En esos días, los fieles serán honrados
porque ellos permanecerán firmes, mientras alrededor caigan grandes figuras de
renombre internacional. Los hermanos engañados se van a dar cuenta
dramáticamente de su error y van a correr a los predicadores verdaderos.
El Señor está anunciando que muchos caerán
muertos en los púlpitos, o mientras ministran desvergonzadamente. Y ahí es
donde vendrá un intento de engaño, que ya empezó de hecho.
Pocas semanas antes de escribir este artículo
leímos sobre un par de pastores conocidos que se suicidaron, y en seguida la
frase “no juzguemos hermanos”, que quiere decir: “no digamos que el suicidio es
pecado y que se van al infierno, por más que hayan sido pastores”. Precisamente
esa frase: “no juzguemos hermanos, sino oremos” será el engaño de Satanás a
medida que los hipócritas caigan muertos.
Hay siervos de Dios a quienes el Señor se los
lleva a Su hogar con honores, ¡gloria a Dios por eso! Pero hay otros que se
hacen llamar siervos de Dios que van a caer muertos claramente por el juicio
divino, para que la gente vea y tema. Hermanos, “no juzgar” se refiere a otra
cosa muy distinta, llamar a lo falso por su nombre no es ese “juzgar” al que se
refiere en algunas ocasiones la Palabra. Muchos van a tratar de protegerse
entre sí impidiendo el “juicio” sobre los hipócritas para que no quede al
descubierto su propio pecado, y al hacer esto, van a dejar caer un manto de
temor e incertidumbre sobre quienes los escuchen, haciéndoles pensar que Dios
es arbitrario en Sus decisiones. ¡Eso será una herejía!
Dios nunca es arbitrario y nunca nos deja sin
explicaciones, el problema es cuando esas explicaciones no son agradables.
Hermanos, cuando escuchemos de Fulano o Mengano que fueron cortados con alguna
enfermedad fulminante, no juzguemos, sino oremos y pidamos confirmación al
Señor, y si fueron sus juicios, temamos, advirtámonos y advirtamos a otros
también. Y dejemos a los que quieren protegerse unos a otros en su pecados, o
mejor aún, oremos para que se arrepientan.
Danilo Sorti
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