martes, 9 de enero de 2018

359. Alimentos demonizados

1 Corintios 8:4-13 RVC
4 En cuanto a los alimentos que se ofrecen a los ídolos, sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en este mundo, y que solamente hay un Dios.
5 Y aunque haya algunos que se llamen dioses, ya sea en el cielo o en la tierra (así como hay muchos dioses y muchos señores),
6 para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y a quien nosotros pertenecemos; y un solo Señor, Jesucristo, por medio de quien existen todas las cosas, incluso nosotros mismos.
7 Pero no todos tienen este conocimiento. Algunos, que todavía están acostumbrados a los ídolos, comen de lo que se ofrece a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se contamina.
8 Es verdad que los alimentos no nos acercan más a Dios, pues no somos mejores por comer ni peores por no comer;
9 pero tengan cuidado de que esa libertad que ustedes tienen no se convierta en motivo de tropiezo para los que son débiles.
10 Porque si a ti, que tienes conocimiento, te ve sentado a la mesa, en un lugar de ídolos, alguien cuya conciencia es débil, ¿acaso no se sentirá estimulado a comer de lo que se ofrece a los ídolos?
11 En tal caso, ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá por causa de tu conocimiento.
12 Y así, al pecar ustedes contra los hermanos y herir su débil conciencia, pecan contra Cristo.
13 Por lo tanto, si la comida es motivo de que mi hermano caiga, jamás comeré carne, para no poner a mi hermano en peligro de caer.


El Señor había establecido para Israel un “programa alimenticio” muy claro, y del cual habría mucho para decir y para aprender, aunque esas enseñanzas suelen quedar relegadas en la Iglesia debido a una mala aplicación de las enseñanzas de Jesús al quitar las restricciones del Antiguo Pacto sobre los alimentos. Debemos entender que lo que pasó en el Nuevo Testamento es que ya no era necesario simbolizar nada con los alimentos porque la Realidad había llegado, pero eso no significa que podamos comer, literalmente, como chanchos, como lamentablemente algunos hermanos hacen.

Desde hace tiempo, y más en ESTOS tiempos, oímos que hay trabajos de hechicería e incluso demonios asociados con los alimentos y bebidas, y se nos insta a tener cuidado con ellos. ¿Qué cuidado? ¿Acaso el Señor no hizo limpios todos los alimentos? Sí, Él los hizo limpios ritualmente, pero eso no significa que espiritualmente lo estén.

El pasaje de 1 Corintios 8 es el más citado para negar esta realidad, el problema es que dicho texto no se refiere a la verdadera condición espiritual de los alimentos sino más bien a la cuestión social que está implicada en su consumo. Y el otro problema es que tomar un solo texto para hacer o deshacer una doctrina es siempre erróneo. Lo que dice ese pasaje es que, además de los cuidados en las relaciones sociales que deberían estar implicados en el consumo de determinados alimentos, un ídolo no tiene poder comparado con el poder de Dios, pero SÍ LOS HAY: “hay muchos dioses y muchos señores”. Ahora bien, no tienen poder COMPARADO con el poder de Dios, pero ¿estamos bajo ESE PODER?

Claramente los que no conocen a Dios no lo están y por eso SÍ TIENEN PODER, y los diversos trabajos de hechicería y pactos asociados con los alimentos los afectan. Y los hijos de Dios… bueno, hay que ver si SIEMPRE están bajo ese poder. Lo cierto es que en las áreas y en la medida que nos separamos de Su cobertura (¡¡no la llamada cobertura de los apostolobos!!), esos ídolos van a tener algún grado de poder. La experiencia lo demuestra sobradamente.

Ahora bien, no se hace doctrina con un solo pasaje. Tenemos todo el Antiguo Testamento con un claro énfasis en los cuidados con los alimentos, pero también tenemos otro pasaje interesante aquí:

1 Timoteo 4:1-5 RVC
1 Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe y escucharán a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios,
2 y que por la hipocresía de los mentirosos que tienen cauterizada la conciencia,
3 prohibirán casarse y mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó, para que los creyentes y los que han conocido la verdad participaran de ellos con acción de gracias.
4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es desechable, si se toma con acción de gracias,
5 pues por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

Aquí está una definición muy clara: es un absoluto error prohibir alimentos por cuestiones rituales PERO los alimentos son tomados “con acción de gracias, pues por la palabra de Dios y por la oración es santificado.” ¡Ajá! Entonces, sí tienen que ser “santificados”, es decir, purificados espiritualmente.

Veamos, esto nos puede estar diciendo que no importa el pacto o bicharraco asociado con tal o cual alimento, la santificación del mismo es suficiente porque Dios está por encima de todo ídolo.

¡Pero esto no significa que debemos desatender los consejos nutricionales del médico! ¡Por favor hermanos! Una cosa es que los alimentos sean ritualmente puros, otra cosa es que debamos dejar de comer grasas porque tenemos el colesterol por las nubes.

Y algo más sobre los alimentos orgánicos. El Señor ha purificado ritualmente todos los alimentos que Él creó, es cierto, ¡pero mucho de lo que comemos actualmente no es exactamente lo que Él creó! Todo lo que hizo es bueno, pero nuestros alimentos hoy no son exactamente eso, sino que están contaminados con los venenos que el hombre (por inspiración satánica) creó y que utiliza alegremente en la producción agropecuaria y hasta los considera una bendición de Dios porque le permiten “luchar contra las plagas”. Creo que más bien, cuando comemos, debemos reclamar esta otra promesa del Señor:

Marcos 16:18a RVC
18 tomarán en sus manos serpientes, y si beben algo venenoso, no les hará daño. …

Mientras tanto, si podemos conseguir o cultivar alimentos orgánicos, mucho mejor.

¡Que el Señor nos dé entendimiento!


Danilo Sorti




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