Eclesiastés 11:4 RVC
4 El que sólo mira el viento, no siembra; el
que sólo contempla las nubes, no cosecha.
Estos tiempos de inestabilidad política y
económica mundial fueron profetizados hace décadas ya, y en esencia tienen que
ver con los acontecimientos necesarios para preparar la última Gran Cosecha y
el último Avivamiento. Sabemos que el tiempo del fin de este sistema está
cerca, y también cerca nuestra reunión con Él, pero, aunque el tiempo que nos
reste sea breve, es crítico que lo aprovechemos al máximo y que evitemos todos
sus muchos engaños. ¿Qué tiene que ver eso con la situación económica mundial?
Lo primero que ocurre frente a esta
inestabilidad política y económica es que muchos “se meten” de lleno en la
batalla contra Fulano o a favor de Fulano, y así vemos toneladas de posteos,
imágenes o videos en ese sentido, los cuales, “traducidos”, quieren decir que
los que estuvieron escribiendo o reenviando los tales ocuparon cierto tiempo en
ello y mucho más tiempo “mental” y social en hablar sobre el tema e
“informarse” a través de los distintos medios de desinformación actuales. En
resumen: mucho tiempo invertido en ello con el fin de lograr que salga Fulano y
que entre Mengano, o viceversa, pensando que con ello lograrán la solución para
su país.
Por supuesto que entre Fulano y Mengano Dios
tiene un favorito, pero hoy en día ese “favorito” es aquel que mejor puede
cumplir ciertos propósitos divinos en un contexto donde TODOS los políticos
necesariamente tuvieron que transar con el sistema del Anticristo y en un
contexto mundial cada vez más caótico, en el cual todos nuestros países
latinoamericanos NO DECIDEN, solo se ubican lo mejor posible en algún hueco. Es
decir, ninguna solución definitiva.
No voy a explayarme en el tema, solo decir
algo obvio al que mira las cosas por fuera de las acaloradas discusiones
políticas: solamente sirven para distraer a la gente, cristianos entre ellos.
En realidad no quiero hablar del efecto distractivo sino más bien que la
consecuencia de esa distracción es que los tales no pueden escuchar lo que Dios
está queriendo decir y hacer en estos últimos años.
Junto con ello, se suma la incapacidad de
predecir adecuadamente las ecuaciones económicas incluso en el corto o mediano
plazo, lo cual termina retrayendo a muchos de tomar decisiones emprendedoras
para crecer o invertir. Además, si Cristo ya viene, ¿para qué hacerlo?
Es cierto que no estamos en el tiempo de
hacerse rico o de construir grandes imperios empresariales; antes fue posible
pero hoy ya no es el momento. Pero no es menos cierto que siguen haciendo falta
recursos para completar la obra, y todavía muchos. Sigue siendo necesario
establecer relaciones comerciales y laborales a través de las cuales el
testimonio del Evangelio pueda fluir con naturalidad, y muchas. Y Dios todavía
tiene promesas de bendición y provisión que cumplir para Su gloria, para que
haya testimonio en este tiempo de que Él es Dios y de que Su poder no ha
disminuido.
Avanzar en términos empresariales por métodos
humanos o por exhaustivos análisis económicos no me parece hoy muy factible, o
si lo es, resulta un proceso trabajoso, lleno de incertidumbre y costoso en
recursos humanos. Pero avanzar por fe es algo muy diferente, esto es, avanzar
“como viendo al Invisible”, es decir, escuchando hacia donde Dios nos manda
avanzar y haciendo eso, no lo que se nos ocurra “por fe”.
Hasta ahí no hay problema porque depende de
Dios, nuestro problema empieza cuando, tal como leímos en la cita de
Eclesiastés, empezamos a mirar el clima y los pronósticos del tiempo. No sé
cómo será en otras regiones, pero puedo decir que el pronóstico para mi ciudad
y alrededores, en los últimos años, es terriblemente impreciso en los detalles,
y no porque el Servicio Meteorológico Nacional sea incapaz, sino porque las
condiciones son muy cambiantes en el corto plazo. Pero eso no es nuevo, ya
quedó registrado hace más de 2.000 años.
En realidad, pocas veces en la historia de la
humanidad los tiempos fueron “tranquilos y predecibles”, siempre había algún
conflicto dando vueltas. Dios permitió un tiempo de “paz” hacia la época de
Jesús, lo cual favoreció que rápidamente se extendiera el Evangelio, pero eso
acabó y Europa se sumergió en guerras y divisiones.
Hoy, a pesar de la inestabilidad política y
económica mundial, que no va a disminuir, Dios sigue teniendo proyectos y
emprendimientos para Sus hijos. No es tiempo de pensar en hacerse rico o de
construir emporios, pero sí sigue siendo tiempo de emprender los proyectos que
el Señor tiene preparados, porque son fundamentales para que Su obra sea
completada. Aquello que se nos pide es que no nos pasemos el tiempo “mirando al
viento” ni “contemplando las nubes”, porque así como es de inestable y
cambiante el clima también lo es el “clima económico”; se nos pide que lo
miremos a Él y que avancemos por fe (no por simple presunción sino por
verdadera fe).
Efesios 5:15-17 DHH
15 Por lo tanto, cuiden mucho su
comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.
16 Aprovechen bien este momento decisivo,
porque los días son malos.
17 No actúen tontamente; procuren entender
cuál es la voluntad del Señor.
Danilo Sorti
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