lunes, 25 de junio de 2018

517. En medio de la crisis económica mundial…


Eclesiastés 11:4 RVC
4 El que sólo mira el viento, no siembra; el que sólo contempla las nubes, no cosecha.

Estos tiempos de inestabilidad política y económica mundial fueron profetizados hace décadas ya, y en esencia tienen que ver con los acontecimientos necesarios para preparar la última Gran Cosecha y el último Avivamiento. Sabemos que el tiempo del fin de este sistema está cerca, y también cerca nuestra reunión con Él, pero, aunque el tiempo que nos reste sea breve, es crítico que lo aprovechemos al máximo y que evitemos todos sus muchos engaños. ¿Qué tiene que ver eso con la situación económica mundial?


Lo primero que ocurre frente a esta inestabilidad política y económica es que muchos “se meten” de lleno en la batalla contra Fulano o a favor de Fulano, y así vemos toneladas de posteos, imágenes o videos en ese sentido, los cuales, “traducidos”, quieren decir que los que estuvieron escribiendo o reenviando los tales ocuparon cierto tiempo en ello y mucho más tiempo “mental” y social en hablar sobre el tema e “informarse” a través de los distintos medios de desinformación actuales. En resumen: mucho tiempo invertido en ello con el fin de lograr que salga Fulano y que entre Mengano, o viceversa, pensando que con ello lograrán la solución para su país.

Por supuesto que entre Fulano y Mengano Dios tiene un favorito, pero hoy en día ese “favorito” es aquel que mejor puede cumplir ciertos propósitos divinos en un contexto donde TODOS los políticos necesariamente tuvieron que transar con el sistema del Anticristo y en un contexto mundial cada vez más caótico, en el cual todos nuestros países latinoamericanos NO DECIDEN, solo se ubican lo mejor posible en algún hueco. Es decir, ninguna solución definitiva.

No voy a explayarme en el tema, solo decir algo obvio al que mira las cosas por fuera de las acaloradas discusiones políticas: solamente sirven para distraer a la gente, cristianos entre ellos. En realidad no quiero hablar del efecto distractivo sino más bien que la consecuencia de esa distracción es que los tales no pueden escuchar lo que Dios está queriendo decir y hacer en estos últimos años.

Junto con ello, se suma la incapacidad de predecir adecuadamente las ecuaciones económicas incluso en el corto o mediano plazo, lo cual termina retrayendo a muchos de tomar decisiones emprendedoras para crecer o invertir. Además, si Cristo ya viene, ¿para qué hacerlo?

Es cierto que no estamos en el tiempo de hacerse rico o de construir grandes imperios empresariales; antes fue posible pero hoy ya no es el momento. Pero no es menos cierto que siguen haciendo falta recursos para completar la obra, y todavía muchos. Sigue siendo necesario establecer relaciones comerciales y laborales a través de las cuales el testimonio del Evangelio pueda fluir con naturalidad, y muchas. Y Dios todavía tiene promesas de bendición y provisión que cumplir para Su gloria, para que haya testimonio en este tiempo de que Él es Dios y de que Su poder no ha disminuido.

Avanzar en términos empresariales por métodos humanos o por exhaustivos análisis económicos no me parece hoy muy factible, o si lo es, resulta un proceso trabajoso, lleno de incertidumbre y costoso en recursos humanos. Pero avanzar por fe es algo muy diferente, esto es, avanzar “como viendo al Invisible”, es decir, escuchando hacia donde Dios nos manda avanzar y haciendo eso, no lo que se nos ocurra “por fe”.

Hasta ahí no hay problema porque depende de Dios, nuestro problema empieza cuando, tal como leímos en la cita de Eclesiastés, empezamos a mirar el clima y los pronósticos del tiempo. No sé cómo será en otras regiones, pero puedo decir que el pronóstico para mi ciudad y alrededores, en los últimos años, es terriblemente impreciso en los detalles, y no porque el Servicio Meteorológico Nacional sea incapaz, sino porque las condiciones son muy cambiantes en el corto plazo. Pero eso no es nuevo, ya quedó registrado hace más de 2.000 años.

En realidad, pocas veces en la historia de la humanidad los tiempos fueron “tranquilos y predecibles”, siempre había algún conflicto dando vueltas. Dios permitió un tiempo de “paz” hacia la época de Jesús, lo cual favoreció que rápidamente se extendiera el Evangelio, pero eso acabó y Europa se sumergió en guerras y divisiones.

Hoy, a pesar de la inestabilidad política y económica mundial, que no va a disminuir, Dios sigue teniendo proyectos y emprendimientos para Sus hijos. No es tiempo de pensar en hacerse rico o de construir emporios, pero sí sigue siendo tiempo de emprender los proyectos que el Señor tiene preparados, porque son fundamentales para que Su obra sea completada. Aquello que se nos pide es que no nos pasemos el tiempo “mirando al viento” ni “contemplando las nubes”, porque así como es de inestable y cambiante el clima también lo es el “clima económico”; se nos pide que lo miremos a Él y que avancemos por fe (no por simple presunción sino por verdadera fe).

Efesios 5:15-17 DHH
15 Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.
16 Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos.
17 No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.


Danilo Sorti




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