Salmos 104:32 RVC
32 Si miras la tierra, ésta tiembla; si tocas
los montes, éstos echan humo.
Salmos 114:7 RVC
7 En presencia del Señor, la tierra tiembla;
¡tiembla en presencia del Dios de Jacob!
Jeremías 10:10 RVC
10 Pero el Señor es el Dios verdadero; es el
Dios de la vida, ¡el Rey eterno! Cuando se enoja, tiembla la tierra; ¡no hay
nación que resista su furor!
Nahum 1:5-6 RVC
5 Ante el Señor tiemblan los montes y se
desmoronan las colinas; ante su presencia la tierra se estremece, y tiemblan el
mundo y sus habitantes.
6 ¿Quién puede enfrentarse a su ira? ¿Quién
puede resistir el ardor de su enojo? Su ira se extiende como el fuego, y hace
que las peñas se desgajen.
Habacuc 3:5-6 RVC
5 Avanza precedido de gran mortandad, y
cierra su marcha ardiente fuego.
6 Si se detiene, la tierra se estremece; si
lanza una mirada, tiemblan las naciones, las montañas eternas se desmoronan, y
las colinas perennes se hunden. ¡Sus caminos son eternos!
Isaías 29:6 RVC
6 El Señor de los ejércitos te visitará con
truenos y terremotos, con el estruendo de un torbellino y de una tempestad; con
la llama de un fuego consumidor.
Marcos 13:8 RVC
8 Se levantará nación contra nación, y reino
contra reino, y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá también hambre.
Esto será el principio de los dolores.
Apocalipsis 6:12-13 RVC
12 Yo vi cuando el Cordero abrió el sexto
sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se cubrió de oscuridad,
como con un vestido de luto, y la luna entera se puso roja como la sangre;
13 las estrellas del cielo cayeron sobre la
tierra, como caen los higos cuando un fuerte viento sacude la higuera.
Apocalipsis 11:13 RVC
13 En ese momento hubo un gran terremoto, y a
causa del terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron siete
mil personas. Los demás se llenaron de terror y dieron gloria al Dios del
cielo.
Apocalipsis 16:18 RVC
18 Entonces hubo relámpagos, voces y truenos,
y un gran temblor de tierra. ¡Nunca antes, desde que la humanidad existe, había
habido un terremoto tan grande!
Terremotos unidos a la manifestación de los
juicios del Señor son algo frecuente, en el tiempo y en la profecía. Es
imposible negarlo ante la evidencia bíblica que tenemos, que nos viene más que
nada de los libros o pasajes proféticos. Es imposible que la Tierra se quede
quieta cuando el Señor Todopoderoso la mira con ira por el pecado que hay sobre
ella. Es imposible que la Tierra misma se quede quieta ante el pecado de los
hombres que la habitan.
Por lo tanto, si sacamos una “cuenta rápida”
de cuánto es la magnitud del pecado que tienen los hombres hoy, el o los
terremotos que deben venir (y están viniendo) deben ser como nunca antes lo han
sido, porque el pecado ha aumentado como nunca antes, y cualquiera que diga lo
contrario es un ignorante de la situación actual del mundo (y de la misma
Iglesia) y de la magnitud del pecado que contamina la creación.
Claramente las profecías están hablando de la
inminencia de un mega terremoto antes de los juicios de la tribulación, es
decir, con la Iglesia todavía sobre esta tierra. ¿Hay fundamento bíblico para
eso? Con esto no estoy negando la autoridad de la profecía genuina, sino
reconociendo que cualquier palabra profética no puede “construir una doctrina”
que no esté explicada en la Biblia, y no puede avanzar sobre un tema que no
haya sido por lo menos mencionado en la Palabra. La profecía nos actualiza,
aclara y profundiza determinadas cuestiones específicas que necesitamos para
vivir en los tiempos que nos toca, pero en su base no puede avanzar más allá de
la Revelación Escrita. Pues bien, ¿tenemos tal fundamento?
Cuando leemos los versículos de más arriba
encontramos un principio: el enojo de Dios produce terremotos, entre otras
cosas, no es lo único. Su ira tiene consecuencias materiales muy concretas, no
se trata solo de algo “espiritual” o que se manifestará en la vida futura
echando a las personas en el infierno. Podemos espiritualizar todos estos
pasajes y decir que es algo simbólico pero, ¿en base a qué?
El contexto de Salmos 104:32 no es simbólico,
aunque haya algunos elementos que no puedan ser “entendidos” por cristianos
materialistas. En el contexto de Salmos 114:7 hay personificaciones, pero los
hechos narrados no son simbólicos y son históricos. El contexto de Jeremías
10:10 tampoco es simbólico, es de denuncia profética, “demasiado” literal. Nahum
1:5-6 puede contener alguna personificación en su contexto, pero tampoco es
simbólico. Habacuc 3:5-6 tiene un lenguaje más poético y podría suponerse
alguna figura literaria, pero tampoco hay un simbolismo demasiado evidente, más
bien un lenguaje más cuidado. Isaías 29:6 tampoco contiene elementos
simbólicos, si bien lo que se narra ahí no podría ser exactamente ubicado en un
momento histórico muy bien puede corresponder a los eventos del tiempo de la
tribulación. Marcos 13:8 innegablemente es no simbólico, todo el capítulo y los
dos pasajes paralelos en Mateo y Lucas no presentan evidencias de simbolismo,
más allá de que la plenitud de los sucesos narrados no haya ocurrido aún. Apocalipsis
6:12-13 está ubicado en un contexto más simbólico, aunque es mejor decir,
espiritual, en el cual hay dos ambientes, uno celestial que es descrito con
(para nosotros) metáforas, y uno más terrenal, en donde no podemos decir que se
utilicen muchos símbolos. Al igual que el pasaje de Apocalipsis 11:13 y Apocalipsis
16:18 podrían ser un poco más cuestionados, pero en el mismo Apocalipsis se
dice cuando hay un símbolo que no debe interpretarse literalmente, mientras que
aquí no, por lo que no se puede decir inequívocamente que sea simbólico.
En resumen, los contextos de los pasajes que
vimos no nos “exigen” que interpretemos simbólicamente dichos pasajes, por lo
que cambiar la forma de interpretación de un pasaje porque “no suena
coherente”, o “me lo enseñaron así”, no parece lógico.
¿Esto nos habla de un mega terremoto mundial?
Hay pasajes que sugestivamente nos hablan de “la tierra” y nosotros
inmediatamente pensamos en el planeta, probablemente no fueran entendidos así
en un principio, sino más bien en un sentido más local; eso no significa que el
significado que el Espíritu haya querido darles deba quedar “encerrado”
solamente en lo que los primeros oyentes entendieron. Si el Espíritu es el
verdadero Autor de la Palabra Escrita, entonces lo que Él quiere decir es lo
que quiere decir, y no necesariamente lo que los primeros hombres pudieron
entender (ni únicamente lo que nosotros podamos comprender). Apocalipsis 16 nos
habla de un terremoto que afecta a la humanidad, hay que ver en qué tiempo
escatológico está ubicado, pero ya contiene la idea de un terremoto global.
Pero tenemos otro pasaje sugestivo en Isaías:
Isaías 24:19-23 RVC
19 Sí, la tierra será totalmente destruida,
del todo desmenuzada, en gran manera sacudida.
20 Se tambaleará como un ebrio, será removida
como una choza; bajo el peso de su pecado caerá, y nunca más volverá a
levantarse.
21 Cuando llegue ese día, el Señor castigará
en lo alto al ejército de los cielos, y en este mundo a los reyes de la tierra.
22 Y serán amontonados en una mazmorra, como
se amontona a los encarcelados. En esa prisión quedarán encerrados, y después
de un largo tiempo serán llamados a cuentas.
23 Cuando el Señor de los ejércitos reine en
el monte Sión y en Jerusalén, y muestre su gloria ante sus ancianos, la blanca
luna se pondrá roja de vergüenza, y el ardiente sol palidecerá.
Aquí el contexto es claramente global, por lo
que el terremoto mencionado bien podría serlo también.
Sin duda el tema necesita más desarrollo, y
más de uno puede no estar convencido, pero aún si fuéramos exigentes en la
interpretación de estos pasajes, no podemos de ninguna manera descartar la idea
de un terremoto mundial a partir de ellos. Si consideramos que no lo menciona
claramente, al menos sí sientan los antecedentes necesarios como para que
ocurra, y en ningún modo excluyen la posibilidad de que pase.
¿Hay fundamento bíblico para hablar de un
terremoto mundial? Sí lo hay. Más allá de eso, corresponde a los mensajeros que
Dios está levantando hoy el “ajuste fino” respecto de tiempos y circunstancias,
con un ministerio parecido al de Agabo:
Hechos 11:28 RVC
28 Uno de ellos, llamado Agabo, se levantó
para anunciar la hambruna que estaba por llegar a toda la tierra, y que el
Espíritu le había dado a saber. Esto sucedió en los días del emperador Claudio.
Algunos años atrás, Jesucristo había
anunciado ya que vendrían hambrunas, pero no dijo dónde ni cuándo. Los profetas
que el Señor levantaría luego se encargarían de “actualizar” ese mensaje
profético general dicho por Cristo. Lo mismo hoy.
Danilo Sorti
No hay comentarios:
Publicar un comentario