martes, 19 de diciembre de 2017

345. ¿Cómo es que van a estar tan distraídos?

Mateo 16:1-4 RVC
1 Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, y le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
2 Pero él les dijo: «Al llegar la noche, ustedes dicen: “Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojizo.”
3 Por la mañana, ustedes dicen: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y nublado.” ¡Bien que saben distinguir el aspecto del cielo, pero no pueden distinguir las señales de los tiempos!
4 La generación mala y adúltera demanda una señal, pero no recibirá más señal que la del profeta Jonás.» Y los dejó y se fue.

Mateo 24:37-39 RVC
37 La venida del Hijo del Hombre será como en los días de Noé;
38 pues así como en los días antes del diluvio la gente comía y bebía, y se casaba y daba en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.


Cuando leemos que en el final de los tiempos la gente va a estar tan distraída, tan ensimismada con sus cosas que no va a discernir las señales de lo que está por acontecer ni mucho menos oír la voz de los profetas, ¿qué estamos diciendo? Bueno, de hecho estamos diciendo lo que vemos ahora, así que no hay nada demasiado extraño. ¿Pero qué pasó?

Como algo básico, sabemos que todo corresponde a un plan bien orquestado desde el segundo cielo para mantener a los hombres engañados, pero, como también sabemos, eso no podría funcionar si no hubiera una “estrecha” colaboración de esos mismos hombres.

No tenemos mucho registro bíblico de cómo eran los días de Noé. Hay tradiciones y libros no canónicos que hablan al respecto, y probablemente tengan mucho de verdad, pero casi que hoy ya no es necesario porque las razones de tal distracción las podemos ver a nuestro alrededor.

Para empezar tenemos un plan de secularización de la sociedad que comenzó fuertemente a partir de la Revolución Francesa y que ha logrado un gran éxito hoy. Habiendo sacado a Dios de la sociedad y manteniéndolo en el ámbito privado (para los pocos que aún lo mantienen) es por demás de obvio que las señales divinas de los tiempos no serán entendidas. Con todo, esas señales están implicando cada vez más a los elementos naturales, y ahí tenemos algo que es más difícil de negar, aunque al haber “quitado a Dios de escena” se explica como algo “natural”.

Pero la explicación “natural” también tiene sus límites, cuando el hombre se ve ante el desastre inminente, lo “natural” se va “al tacho” y “naturalmente” todos buscan “algo” más allá. Entonces, tenemos otro fenómeno que ayuda a mantener ofuscada la mente. ¿Qué vemos?

Es muy simple: ocurren tantas cosas todos los días en el ámbito social, político, cultural, propiamente; humano, que “no hay tiempo” para pensar nada más. Todos los días “pasó algo”; en mi país, por ejemplo, semana por medio tenemos algo que ocupa todos los titulares: algún hecho judicial, algún accidente, una decisión política, un conflicto gremial, además de lo que ocurre a nivel internacional. Bueno, ¡chocolate por la noticia!, es la forma de mantener distraída a la gente con fines políticos y económicos, pero en el fondo es netamente espiritual.

Por si alguien no se dio cuenta todavía, la actualidad del mundo se parece mucho a una película de Steven Spielberg: cada diez minutos pasa algo que vuelve a capturar la atención del espectador, están por matar al protagonista, puede explotar un planeta, el chico y la chica se enamoran, el dinosaurio revivido se come a unos cuantos de los malos, y mucho más

El hecho es que aún los cristianos preocupados por la cuestión social y política pueden llegar a estar tan involucrados en esto que también “se pierdan” las señales. Aquí hay algo medio delicado, porque creo que es necesario que estemos atentos a lo que está pasando en todos esos ámbitos: pasan cosas importantes muy rápido, y tienen que ver con la extensión del Reino, con la justicia divina sobre la Tierra, con peligros potenciales para la obra del Evangelio en estos últimos tiempos.

No saber qué está pasando y no intervenir espiritualmente en ellas considero que es incorrecto. El “gran PERO” es, sin embargo, que estar tan metidos en ellas que nos perdamos los planes del mundo espiritual que “corren por debajo”.

Me gusta mucho la imagen que muestra Nehemías:

Nehemías 4:16-18 RVC
16 A partir de ese día la mitad de los hombres trabajaba en la reconstrucción, mientras la otra mitad se mantenía vigilante con sus lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes de todo Judá los apoyaban.
17 Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los escombros y los que cargaban el material, con una mano trabajaban y con la otra sostenían sus espadas.
18 Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada al cinto, y a mi lado estaba quien tocaba la trompeta.

El pueblo estaba organizado en dos funciones diferentes, y aún los que construían tenían la espada en una mano y la cuchara en la otra. Eso es complicado, ¡especialmente para los varones! Por lo que necesitamos aquí la sabiduría femenina que nos ayude a mantener el equilibrio entre estas dos actividades. La espada significa la lucha espiritual y la cuchara es trabajar en este mundo trayendo el Reino, o también, la cuchara implica edificar la Iglesia mientras la espada es combatir los enemigos que la amenazan.

Hermanos, hay y habrá cada vez más poderosísimas distracciones y el mundo no sabrá lo que pasó, y me temo que muchos cristianos tampoco. En algún momento nosotros también somos capturados en nuestras mentes por esas distracciones, pero no debemos permitir, por la gracia de Dios, que ocupen un espacio más grande del que deben tener. Dios sigue siendo Dios, Él está en control, y aunque debemos orar para que sea hecha justicia en la Tierra y ocuparnos del Reino aquí, Él sigue estando por encima de todos, y la historia está en Sus manos, ¡no la agarremos nosotros, que ya bastantes desastres hemos hecho!


Danilo Sorti




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