Proverbios 13:12 RV1995
12 La esperanza que se demora es tormento del
corazón;
árbol de vida es el deseo cumplido.
La esperanza es aquello que nos viene del
Padre, de Dios Creador, quien ha determinado las leyes que rigen todas las
cosas y según las cuales, si hacemos esto o aquello, si sucede tal o cual cosa,
podemos esperar que haya determinada consecuencia.
Es según esas leyes que trabajamos para luego
recibir el fruto esperado, sea una cosecha, un ingreso por la venta de algo o
un salario. Esperamos que “las cosas” funciones de determinada forma, y que por
eso obtengamos aquello que esperamos. Claro, puede ser un resultado malo, pero
normalmente la gente no trabaja voluntariamente para obtener algo “malo”,
aunque debido al engaño del pecado eso ocurre.
Cuando la esperanza se frustra es cuando
surge el sentimiento de injusticia, más específicamente, de que la vida es
injusta, el sistema es injusto, la “gente” es injusta; en definitiva, de que
Dios es injusto porque no permite que cosechemos lo que esperanzadamente
habíamos sembrado.
Pero esto ya había sido establecido:
Génesis 3:17-19 RVC
17 Al hombre le dijo: «Puesto que accediste a
lo que te dijo tu mujer, y comiste del árbol de que te ordené que no comieras,
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de
tu vida.
18 Te producirá espinos y cardos, y comerás
hierbas del campo.
19 Comerás el pan con el sudor de tu frente,
hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres, y
al polvo volverás.»
La esperanza, que es la confianza en que Dios
cumplirá las leyes naturales que ha establecido, quedo cercenada luego del
pecado. No fue anulada, pero sí “recortada”, esto es, ya no podríamos esperar
que las cosas ocurrieran “tal como se suponía que debían ocurrir”. Habría
siembras que no darían la cosecha esperada.
La desesperanza ha llegado a ser una
fortaleza mundial, mucha gente nace, vive y muere bajo mantos de desesperanza,
recreando a través de los problemas que pasan ese mismo principio. Y es difícil
incluso que, luego de convertidos, abandonen ese patrón, de tan arraigado que
llega a estar.
Es un principio básico que separa a las
clases pobres o de sectores medios bajos de las clases más altas. Mientras los
ricos tienen “naturalmente” esperanza, porque han visto prosperar sus proyectos
y cumplir sus sueños, los pobres se han acostumbrado a no soñar y no desear más
que lo mínimo necesario para la vida, porque no han sido entrenados en la
esperanza ni han podido razonablemente ver cumplidos sueños significativos. Por
supuesto, siempre son erróneas las generalizaciones, pero valen precisamente
como eso, generalizaciones y no descripciones individuales. Con todo, creo que
es algo muy útil para diferenciar sectores sociales.
Los sectores más acomodados pueden soñar con
el futuro, proyectarse, esperar alcanzar determinados logros, en definitiva,
pueden permitirse “tener sueños” y trabajar por ellos. Los pobres no, por eso
se les vuelve más imperioso aprovechar el presente, difícilmente pueden tener
una cultura de ahorro, y hasta les resulta ofensivo hablar de sueños y
proyectos. Esto se traduce en las iglesias y en las predicaciones, y explica en
parte por qué hay iglesias para “sectores más acomodados” e iglesias “para
pobres”.
Claro, suena feo decirlo así, pero bueno, es
la realidad. ¿Por qué en vez de negar los hechos no los enfrentamos para
trabajar con ellos?
Volvamos al tema de la esperanza, que es
necesario para “pobres y ricos”. Resulta difícil asumir la esperanza y decidir
hacer el esfuerzo de soñar, planificar y trabajar “esperando” algo del futuro
para los que se han criado “sin esperanza”. Es una obra del Espíritu. Pero
también es una necedad, especialmente en este tiempo, asumir la esperanza sin
más y trabajar y proyectarse para un futuro que cada vez se volverá más volátil
e incierto. Hace falta la guía clara del Espíritu.
¿En qué se basa la esperanza? Los “ricos”
tienen esperanza por sus logros pasados, los “pobres” no tienen esperanza por
sus fracasos pasados, sin embargo la esperanza en su definición básica tiene
que ver con que Dios Padre cumplirá las leyes que Él mismo ha establecido:
Jeremías 31:35-36 RV1995
35 »Así ha dicho Jehová, que da el sol para
luz del día,
las leyes de la luna y de las estrellas para
luz de la noche,
que agita el mar y braman sus olas;
Jehová de los ejércitos es su nombre:
36 Si llegaran a faltar estas leyes delante
de mí,
dice Jehová,
también faltaría la descendencia de Israel,
y dejaría de ser para siempre una nación
delante de mí.
Génesis 9:16 RV1995
16 Estará el arco en las nubes; lo veré y me
acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con todo lo que
tiene vida sobre la tierra».
Las leyes del universo son un “pacto
perpetuo”, pero Dios está por encima de esas leyes y a través de ellas mismas
también trae y traerá juicio, por lo que algunas de ellas “no funcionarán” para
nosotros. Eso ya estaba dicho en Génesis 3.
Aquellos que no conocen lo que es la
esperanza, que solo han podido aspirar a vivir “día a día” y desarrollar la fe
para el día siguiente, pueden crecer en la esperanza que viene de Dios.
Aquellos que se han acostumbrado a tener esperanza y trabajar con ellas, deben
ponerla no en las “leyes del mundo” sino en Dios, y escuchar Su voz para cada
nuevo paso.
¡No podemos “permitirnos” no tener esperanza
o ponerla en el lugar equivocado!
Romanos 15:13 RVC
13 ¡Que el Dios de la esperanza los llene de
todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del
Espíritu Santo!
Danilo Sorti
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