Génesis 4:8 RVC
8 Dijo entonces Caín a su hermano Abel:
«Vayamos al campo.» Y sucedió que, mientras estaban ellos en el campo, Caín se
levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Génesis 37:11 RVC
11 Y sus hermanos le tenían envidia, pero su
padre meditaba acerca de esto.
Hechos 7:9 RVC
9 Pero ellos, por envidia, vendieron a José,
y él fue llevado a Egipto. Pero Dios estaba con él,
Marcos 15:9-10 RVC
9 Pilato les preguntó: «¿Quieren que ponga en
libertad al Rey de los judíos?»
10 Y es que Pilato sabía que los principales
sacerdotes lo habían entregado por envidia.
Santiago 4:2 RVC
2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen,
entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces
discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden;
Proverbios 27:4 RVC
4 La ira es cruel, y el furor es impetuoso,
pero ante la envidia, ¿quién puede sostenerse?
Hermanos, la envidia es homicida, por lo
tanto, ¡cuidado con los envidiosos!
Absolutamente todas las culturas, desde las
más “primitivas” hasta las más “desarrolladas” tienen una serie sortilegios y
cábalas contra la envidia. Todas las sociedades reconocen el tremendo poder
destructivo de ella. No solo la envidia está extendida hacia todos los seres
humanos, sino que también esos mismos seres humanos reconocen el terrible daño
que puede causarles (aunque no por eso dejan de envidiar a otros).
Algunos opinan que la envidia fue la raíz de
la caída de Satanás, que luego transmitió al hombre. Yo no estoy seguro de que
sea exactamente la envidia la raíz primera de la caída de Satanás, pero si no
lo fue, estuvo ahí cerquita nomás. Haya sido la causa o no, es innegable que la
envidia es uno de los fundamentos básicos constitutivos de la personalidad de Ha-Satan,
en arameo, “El Adversario”. Y como tal, es parte del veneno viperino que les
fue inyectado a nuestros padres y a partir de allí, a toda la raza.
Satanás, como padre de la mentira y el
engaño, es motivado por la envidia que le produce saber que fue desechado y
está condenado a pasar la eternidad en el lago de fuego mientras sabe que el
Hijo de Dios y los santos redimidos disfrutarán durante esa misma eternidad del
Reino del Padre. Toda su estructura de engaño y perversión es para evitar que
los llamados alcancen la salvación y disfruten del Reino.
Eso debería bastarnos para entender que por
envidia, las personas inspiradas por el mismo Satanás, TAMBIÉN van a construir
una red de engaños y mentiras, muy “verosímiles y creíbles”, para lograr su
propósito último. Por esto los cristianos suelen caer bajo ese engaño y sufrir
las heridas infligidas por los envidiosos:
Lucas 16:8 RVC
8 Y el amo elogió al mal mayordomo por haber
actuado con tanta sagacidad, pues en el trato con sus semejantes los hijos de
este mundo son más sagaces que los hijos de la luz.
Y por eso se nos exhorta:
Mateo 10:16-17 RVC
16 »Tengan ustedes en cuenta que los estoy
enviando como a ovejas en medio de lobos; así que sean prudentes como serpientes
y sencillos como palomas.
17 Cuídense de la gente, porque los
entregarán a los tribunales, y los azotarán en las sinagogas;
Es un problema cuando vivimos con una falsa
seguridad pensando que por el solo hecho de haber aceptado a Cristo ya estamos absolutamente
protegidos de todos y todo lo que pueda dañarnos. De hecho, no es un discurso
inocente, es una de las falsas promesas favoritas de los lobos rapaces para
ganar incautos ofrendantes en sus iglesias.
Cómo la envidia es una de las raíces más básicas
de Satanás, tiene también su misma naturaleza de engaño y por eso nos resulta
difícil descubrir a las personas que la llevan y que el Adversario utiliza para
hacernos daño; porque si bien es cierto que no puede acercarse a nosotros si
caminamos en santidad, utiliza personas para que nos engañen, nos hagan pecar y
así quedemos a su merced.
A veces los cristianos pensamos que, como el
asunto de “la envidia” es de tanto peso en la cultura popular, resulta “de
ignorantes” preocuparse por ello, y la descartamos como algo menor. ¡Qué
tremendo error! Debido a esta “soberbia espiritual” recibimos después unos
cuantos sopapos…
Debemos estar alertas y pedir discernimiento
para saber de dónde vienen los dardos de la envidia. Por supuesto que el Señor
nos cuida, y no siempre nos mostrará las personas involucradas, pero cuando
crecemos en la fe, si queremos ser más efectivos en Sus propósitos, llega el
momento en que debemos saberlo y luchar con las armas espirituales.
Salmos 37:1 RVC
1 No te alteres por causa de los malvados, ni
sientas envidia de los que practican el mal,
Salmos 73:2-3 RVC
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis
pies; poco faltó para que mis pasos resbalaran.
3 Y es que tuve envidia de los arrogantes, al
ver cómo prosperaban esos malvados.
Romanos 13:13 RVC
13 Vivamos con honestidad, como a la luz del
día, y no andemos en glotonerías ni en borracheras, ni en lujurias y lascivias,
ni en contiendas y envidias.
¡Los hijos de Dios no estamos automáticamente
libres de envidia! ¡Vaya problema! Y si cedemos ante ella, nos transformamos en
algo muy parecido a Satanás, ¡sin darnos cuenta!, porque estaremos “aceptando”
la esencia de su corazón.
Hermanos, podemos hablar mucho de la envidia;
es una de las raíces de iniquidad del “Espíritu de Caín”, que según entiendo,
es una de las principales raíces de iniquidad de mi nación (Argentina). Fue uno
de los ocho pecados capitales que reconoció la iglesia primitiva y, según me
parece, es el “opuesto” al fruto de la mansedumbre, que consiste en aceptar “lo
que nos toca”, esto es, aquello que EL SEÑOR ha dispuesto para nosotros,
aceptando también aquello que Él NO HA DISPUESTO. No voy a abundar más sobre el
tema en este artículo, simplemente decir que el Espíritu quiere que no seamos
ignorantes ni demasiado cándidos al respecto, que busquemos el discernimiento
espiritual y confiemos en Él, que no nos expongamos innecesariamente a hombres
envidiosos.
Es inevitable que, a medida que se acerca el
fin, los hombres y mujeres envidiosos se multipliquen y crezcan en su
perversión:
Romanos 1:28-29 RVC
28 Y como ellos no quisieron tener en cuenta
a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no
convienen.
29 Están atiborrados de toda clase de
injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades.
Pero no solo “afuera” sino también “adentro”:
2 Timoteo 3:1-5 RVC
1 También debes saber que en los últimos días
vendrán tiempos peligrosos,
2 y que habrá hombres amantes de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, envanecidos, que
amarán los deleites más que a Dios,
5 que parecerán muy piadosos, pero negarán la
eficacia de la piedad; evítalos.
Hermanos, ¡evitémoslos!
Con todo, será imposible vernos libres de
todos, por lo que nunca debemos “bajar la guardia” ni descuidar nuestro caminar
en santidad. El envidioso desea el mal de la persona envidiada, pero para los
santos fieles se cumplirá la palabra profética de David:
Salmos 23:5 DHH
5 Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar.
Hasta que el Señor venga, delante de nuestros
enemigos que envidian la paz y bendición de Dios que tenemos, estaremos. Y
también delante de ellos, el Señor nos seguirá protegiendo y bendiciendo hasta
que llegue el fin, como testimonio para todos los adversarios contaminados con
el mismo veneno de El Adversario.
Danilo Sorti
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