Mateo 14:14-21 DHH
14 Al bajar Jesús de la barca, vio la
multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban.
15 Como ya se hacía de noche, los discípulos
se le acercaron y le dijeron:
—Ya es tarde, y este es un lugar solitario.
Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y se compren comida.
16 Jesús les contestó:
—No es necesario que se vayan; denles ustedes
de comer.
17 Ellos respondieron:
—No tenemos aquí más que cinco panes y dos
pescados.
18 Jesús les dijo:
—Tráiganmelos aquí.
19 Entonces mandó a la multitud que se
sentara sobre la hierba. Luego tomó en sus manos los cinco panes y los dos
pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición y partió los panes, los
dio a los discípulos y ellos los repartieron entre la gente.
20 Todos comieron hasta quedar satisfechos;
recogieron los pedazos sobrantes, y con ellos llenaron doce canastas.
21 Los que comieron fueron unos cinco mil
hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Creo que todas las veces que escuché predicar
sobre este pasaje se enfatizó el poder milagroso del Señor y la multiplicación
sobrenatural (aunque para el Señor era un hecho PERFECTAMENTE NATURAL). Sin
embargo recientemente el Espíritu me hizo ver otra cosa… y de paso me exhortó.
Esta multitud estaba siguiendo a Jesús, ya
desde hacía tiempo. Ahora bien, uno podría pensar: ¿acaso no sabían ya quién
era Jesús? ¿No podían prever que habría milagros, sanidades y palabras de vida
continuamente? ¿Por qué no llevaron alimentos o dinero suficiente, ya que si se
tenían que volver enseguida se iban a perder la bendición? ¡Pero qué poco
previsores!
Y si seguimos profundizando en el tema, nos
daremos cuenta de que eran más bien pobres los que estaban allí. ¿Y por qué
eran pobres? ¿Acaso no conocían al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, los
que fueron muy ricos en su tiempo? ¿Acaso no tenían las promesas de prosperidad
divina? Mmmm….
A lo mejor no habían sido fieles con sus
diezmos y ofrendas; a lo mejor no dieron sus ofrendas consagradas o sus
ofrendas de pacto o sus primicias o sus “ultimicias”… O no cortaron con las
iniquidades generacionales de pobreza ni hicieron sanidad interior ni fueron
generosos en compartir con el necesitado.
Y al fin y al cabo, ¿por qué darles un pedazo
de pan que iban a comer en el momento si después sus vidas iban a seguir
iguales? Más vale organizamos un curso de microemprendimientos, o los
exhortamos duramente para que cambien sus conductas erradas y empiecen a
aplicar los principios de la prosperidad, o les ministramos en sanidad
interior…
Bueno, creo que ya quedó en claro la ironía,
¿no? Debo reconocer que si yo hubiera estado en ese lugar muy probablemente
hubiera pensado todo esto y habría organizado un seminario intensivo de
prosperidad, para que pudieran hacer buenos negocios en el trayecto a casa.
Hermanos, todo lo anterior está bien, es necesario y muchas veces yo hablo de
eso, ¡pero había una necesidad que suplir en el aquí y ahora!
Los discípulos intentaron empezar a excusarse
pero Jesús no los dejó seguir; apenas vio que no tenían ni un ápice de visión
espiritual, simplemente lo hizo Él.
Ahora bien, Jesús SÍ predicó sobre el dinero
y las riquezas, y nos dejó principios fundamentales de la prosperidad, y nos
enseñó a ser generosos y nos dio el poder espiritual para cortar con atadura y
herencia. Pero cuando hubo una necesidad urgente, simplemente la atendió.
¿Cuántos de nosotros somos culpables de
gastar horas y horas de excelentes y maravillosos consejos con los hermanos
afligidos y necesitados y ni siquiera destinar 30 segundos a orar en nuestras
casas por ellos? Debo confesar que yo no estoy muy lejos de eso ( esa fue la
exhortación de la que hablé al principio), ¡pero qué bueno que el Maestro sigue
teniendo paciencia con nosotros!
A veces puede ser difícil proveer para las
necesidades materiales de nuestros hermanos, pero siempre es posible destinar
un tiempo a la oración; y siempre Dios tendrá Sus recursos para responder. De
hecho, hay muchos “cuervos” revoloteando por allí para dejar caer la provisión
de alimento donde Su Creador se los indique.
Por supuesto, no estoy diciendo que esté mal
aconsejar, simplemente que junto con un breve consejo, un buen tiempo en
oración es mucho más efectivo y se agradecerá mucho más.
Danilo Sorti
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