domingo, 23 de julio de 2017

64. Mientras tanto…

Marcos 13:34-36 RVC
34  Es como cuando alguien deja su casa y se va lejos, y delega autoridad en sus siervos y deja a cada uno una tarea, y ordena al portero mantenerse despierto.
35  Así que ustedes deben mantenerse despiertos, porque no saben cuándo vendrá el señor de la casa, si al caer la tarde, o a la medianoche, o cuando cante el gallo, o al amanecer;
36  no sea que venga cuando menos lo esperen, y los encuentre dormidos.

Suelo escribir bastante sobre los últimos tiempos y la Segunda Venida de Cristo; y no soy solamente yo, claro. A medida que el tiempo se acerca, la expectativa y el interés crece, y así debe ser.

Pero mientras nos preparamos y nos esforzamos en terminar la obra de la Iglesia, nunca debemos olvidar que el Señor NO NOS DEJÓ una fecha precisa. Si bien creo yo que cuando la venida sea inminente y falte poco tiempo lo sabremos con claridad, en el “mientras tanto” debemos tener algunas cosas en claro.

La primera es que siempre debemos estar alertas y preparados, pero la segunda es que simplemente debemos seguir “cada uno (con su) tarea”. El Señor se preocupó tanto en alertarnos para que no nos descuidemos como en exhortarnos para que no dejemos de ocuparnos de la “vida normal” y del servicio diario.

No nos toca a nosotros especular sobre el momento y las circunstancias; lo que el Espíritu nos va revelando lo recibiremos porque es lo que necesitamos saber en ese momento. Hay mucha más revelación que se nos dará en los próximos años porque la necesitaremos. Pero MIENTRAS TANTO debemos continuar con nuestro servicio y con nuestra “vida normal”.

Tengamos en cuenta una cosa: la gente del mundo NO ESTÁ ESPERANDO que Cristo venga, no esperan los juicios de la tribulación ni mucho menos el Reino Milenial. Si los cristianos nos convirtiéramos de repente en unos “loquitos” que venden todo y se van al medio del campo a esperar ser arrebatados, ¿a quién podríamos testificar?

Durante los juicios de la tribulación, creo yo, muchos creerán (al menos en parte) por el testimonio que les habrán dado los cristianos que ya no estén, y ese testimonio es el que estamos dando ahora, con nuestra vida diaria, “normal”, moviéndonos en todos los ámbitos legítimos de la sociedad y participando de todas las actividades legítimas.

Que el Señor nos ayude a vivir en esta aparente paradoja: esperar el pronto regreso de Cristo y nuestra reunión con él mientras seguimos viviendo en la “normalidad” de la vida.

Danilo Sorti




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