Lucas 13:23-25 RVC
23 Alguien le
preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Y él respondió:
24 «Hagan todo lo
posible para entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos
tratarán de entrar y no podrán hacerlo.
25 En cuanto el padre
de familia se levante y cierre la puerta, y ustedes desde afuera comiencen a
golpear la puerta y a gritar: “¡Señor, Señor; ábrenos!”, él les responderá: “No
sé de dónde salieron ustedes.”
Vale la pena notar que Jesús no respondió
directamente esta pregunta. Esto lo hacía solamente cuando la respuesta era de
mucha seriedad.
Pero también creo que nos advierte aquí en
contra de hacer especulaciones “numéricas” o de intentar sacar cuentas de
“cuánto es suficiente para salvarse”. En realidad, nos parecemos mucho a los
alumnos de las escuelas medias, cuando están calculando lo mínimo que necesitan
hacer para alcanzar un 6 y aprobar la materia.
Bueno, de todas formas, la respuesta es
claramente: no. Y ese no significa varias cosas, no solamente que muchos van a
rechazar el mensaje sino también que unos cuantos de los que lo aceptaron y
caminaron junto con nosotros van a abandonar. No nos toca emitir juicio
condenatorio sobre ellos, quizás orar por su arrepentimiento y no seguir su
camino; pero lo cierto es que con el paso del tiempo podemos sentirnos
desanimados cuando vemos que de los muchos que empezamos en un tiempo solo
quedamos algunos. Cuando eso te ocurra, si es que no ocurrió ya, fortalecete en
el Señor; no está pasando nada que no haya sido escrito.
De paso digamos que, si leemos más allá del
versículo 24 podemos ver que el contexto tiene también que ver con el rapto y
la segunda venida, e introduce una nota de esperanza: aquellos que no hayan
creído, o que no hayan querido pagar el precio de la puerta angosta, pero que
siempre estuvieron “cerca”, en ese momento creerán. Claro, será la peor época
en la historia de la humanidad y probablemente deba ofrendar sus vidas, pero
aunque sea por fuego se salvarán.
Y esto, aunque parezca extraño, es una
esperanza para nuestro trabajo y nuestro testimonio: aún cuando no estemos, las
obras hechas por el Espíritu seguirán hablando.
¡No nos desanimemos ni abandonemos el camino!
¡No dejemos de avanzar aunque otros se aparten! Nada que no haya sido dicho
pasará, y el Señor podrá salvar muchas almas finalmente.
Danilo Sorti
No hay comentarios:
Publicar un comentario